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jueves, 7 de febrero de 2013

CRONICA:CULT OF LUNA+OBSIDIAN KINGDOM-BCN-RAZZMATAZZ 2-31 DE ENE-2013




A pesar de la noticia del cambio de sala, unos días antes de la celebración del  concierto, la verdad es que la sala 2 de Razzmatazz  se quedó excesivamente grande para albergar  la visita de los suecos Cult Of Luna. Aunque poco a poco,  parece que estilos como el “sludge” o el  “post-metal”, van consiguiendo ganar adeptos, lo cierto es que todavía, a día de hoy, las bandas que practican estos estilos musicales no parecen contar con el apoyo masivo de los seguidores del metal. En cualquier caso,  el cartel de esta noche, resultaba altamente atractivo, por un lado los catalanes Obsidian Kingdom, venían dispuestos a desgranarnos su ambicioso disco “Mantiis”, mientras que los suecos Cult Of Luna, presentaban su nuevo trabajo “Vertikal”, un álbum que marca su triunfal retorno discográfico después de un largo  silencio de cinco años.

Los barceloneses Obsidian Kingdom no son una banda al uso, durante los últimos compases del pasado año 2012, la formación sorprendió a propios y extraños con la edición de un excelente y arriesgado trabajo titulado "Mantiis-An Agony In Fourteen bites", un disco   conceptual que hizo sonar insistentemente el nombre de la banda entre el ambiente rockero de la capital catalana. Por sí esto no fuera suficiente, antes de acabar el año, la formación se presentó en directo en la sala Music Hall de Barcelona, consiguiendo la aclamación unánime de crítica y público. De forma que si el pasado año se cerró por todo lo alto para la formación catalana, el inicio de este 2013 no podía ser más prometedor, arrancando con estos conciertos acompañando a los emergentes Cult Of Luna.
Antes de meternos en profundidad en desgranar la actuación de Obsidian Kingdom, hay que recalcar que dentro de la propuesta del quinteto, lo importante no son las individualidades, ni las canciones, sino el concepto, ya que la actuación de los barceloneses se basó en la interpretación integra de su último trabajo "Mantiis", así que más que una presentación tradicional, lo que pudimos disfrutar los asistentes al Razzmatazz2, fue una "performance musical", una traslación fidedigna de su trabajo al directo, una historia conceptual dividida en 14 capítulos que integran la trama en la que se basa el disco. Para dotar a su espectáculo de un mayor impacto visual, Obsidian Kingdom contaron con la ayuda de tres pantallas, una situada en la parte trasera del escenario y dos más, una a cada lado, en las que se proyectaban imágenes en blanco y negro, que ayudaban a dotar de conceptualidad a la propuesta de los catalanes.
Como sí de una "jam-session" se tratará, con los músicos sumidos en la más absoluta oscuridad, arrancaba la actuación con el extenso e intrigante desarrollo de "Not Yet Five", que servía para crear el ambiente preciso para embarcarnos en la sutileza acústica de "Oncoming Dark", con voces limpias y una instrumentación pulcra y elegante, que para nada nos hacía presagiar la tormenta de sensaciones e intensidad que se nos venía encima, y que empezó ya a perfilarse durante el tramo final de la canción, donde las guitarras repentinamente se fueron enfureciendo viéndose reforzadas por la batería, para fusionarse con los teclados iniciales de "Through The Glass", todo un derroche de virtuosismo que nos sumergía de lleno en la faceta más progresiva de la banda, combinando a la perfección las partes más agresivas, con tiernos momentos ambientales, que saltaron definitivamente por los aires,  espoleados por la llegada de la iracunda y oscura "Cinnamon Balls", con unos desarrollos propios de la música extrema, respaldados por unas voces guturales, a cargo de Rider G Omega, que consiguieron sobrecoger y emocionar a todos los asistentes, logrando marcar uno de los momentos más trepidantes y vibrantes de esta primera parte del show de los barceloneses.
A pesar de que los temas fueron enlazados uno tras otro, sin mediar entre ellos ninguna clase de comentario ni presentación, lo cierto es que para nada podría decirse que la actuación del quinteto fuera fría o distante, ya que pasajes atmosféricos y cargados de sutileza como "The Nurse", servían como perfecta introducción al intimísimo propuesto en temas como "Answers Revealing", con unas voces limpias y sugerentes que rápidamente dejarían paso a las voces guturales que fueron las protagonistas de "Last Of The Light", dando forma a  una montaña rusa de emociones e intensidad musical que nos hizo viajar por diferentes paisajes melódicos, consiguiendo transportarnos desde las cúspides más abruptas, cargadas de contundencia, a las llanuras más relajadas repletas de minimalismo rítmico en unas estructuras propias del jazz o del blues.
Durante los casi cincuenta minutos que Obsidian Kingdom, estuvieron sobre las tablas, se mostraron como una formación compacta y muy profesional, en la que se nota el trabajo desarrollado por sus miembros, y en el que por encima de las individualidades, prima el concepto del colectivo, remando todos en la misma dirección, funcionando como un motor bien engrasado, una maquinaria capaz de desarrollar conceptos musicales, que en un principio podrían parecer tan dispares como la crudeza cuasi death metalera incluida en "Awake Until Dawn" o los pasajes líricos y ambientales propuestos en "Fingers In Anguish", mostrando el gran nivel como músicos y compositores de la formación catalana. Para conducirnos de lleno sobre la parte final de su presentación, los barceloneses se abalanzaron de lleno sobre   la vertiente más rotunda y cañera de su propuesta de la mano del marchoso y rotundo "Ball-Room" para cerrar con el impactante y denso "And Then It Was", cargado de melodías envolventes y voces guturales.
Obsidian Kingdom, dejaron claro con su actuación en Razznarazz2, que actualmente, son una de las bandas más prometedoras y originales de la escena nacional. Su propuesta no es apta para oídos fáciles, quizás su música no goza de una inmediatez de la que te enamoras tras una primera escucha, pero contiene esos elementos que te hacen acercarte a ella una y otra vez, consiguiendo sacar de cada una de sus escuchas nuevos elementos y detalles que hacen de "Mantiis", una obra redonda, que con el paso del tiempo, y a pesar de su complejidad, logrará el reconocimiento que se merece.
Tras la apabullante actuación de Obsidian kingdom, todos los presentes, necesitábamos una pequeña desconexión, antes de poder enfrentarnos a la actuación de las estrellas de la noche, los suecos Cult Of Luna. Aunque durante los últimos años la formación de Umea, no se ha prodigado excesivamente en directo, lo cierto es que su actual disco, el cuasi-conceptual "Vertikal", supone el primer lanzamiento de estudio durante los últimos cinco años. Considerando que "Vertikal", supone la aproximación musical de la formación sueca a la historia que desarrollara el cineasta austriaco Fritz Lang, a lo largo de su epopeya "Metropolis" (1927), un film de ciencia ficción cuya actividad se desarrollaba en el año 2026, y que trataba de la lucha, y las diferencias entre las clases sociales, el mensaje del álbum, y su ambientación futurista, adquiere a día de hoy,  un perfil totalmente contemporáneo.
Pese a la complejidad de la propuesta de la formación sueca, la sala aunque ni mucho menos se llenó, sí que presentaba un aspecto medianamente aceptable, apreciándose que los que habían ido a degustar la actuación de Cult Of Luna, eran auténticos seguidores de la banda, con lo que en el ambiente se palpaba la tensión propia de una audiencia deseosa de presenciar la actuación del septeto, y es que debido a la naturaleza compleja y ecléctica de la propuesta musical de Cult Of Luna, aquí no hay gente que se acerque por curiosidad, o atraído por la inmediatez de un tema en concreto, aquí lo que podemos encontrar, es a un público entendido y experimentado, conocedor del espectáculo que va a presenciar, y que se mantuvo   estático y expectante, a lo largo de los noventa  minutos de show que nos ofrecieron los suecos.
Desde su misma concepción, la formación de Cult Of Luna  es un tanto especial, tres guitarristas y 2 baterías son los encargados, junto al teclista y al bajista de la banda de dar forma a ese conglomerado y ecléctico colchón musical en el que tienen cabida múltiples estilos y sonoridades, que se pueden llegar a enmarcar dentro de la etiqueta "post-metal", aunque tampoco faltan pasajes ambientales, el hard-core, pinceladas post-industriales, o esos soberbios ramalazos “sludge”. Pero dejando de lado apretados corsés estilísticos, lo que demuestra la formación sobre las tablas, es una excelente predisposición y compenetración a la hora de embarcarse en unos temas largos, mastodónticos, donde tienen cabida múltiples ambientaciones, y desarrollos instrumentales, que hacen permanecer al respetable mirando el escenario, permaneciendo en todo momento atentos a las evoluciones que los músicos proponen sobre las tablas, concediendo todo el protagonismo a unos temas, aplastantes en los que las guitarras llevan el peso de la banda durante muchos compases de la actuación, pero donde tienen cabida también las melodías introducidas por los teclados, o esos poderosos pasajes instrumentales donde ambos baterías, sentados uno frente a otro, como si estuvieran delante de un espejo, doblan su sonido, creando una infranqueable pared sonora, que se ha convertido en una de las señas de identidad de la banda.
A pesar de que la actuación de esta noche estaba enmarcada dentro de la gira de presentación de su último trabajo "Vertikal", lo cierto es que los suecos, decidieron dejar de lado el carácter conceptual de su última referencia, y no se centraron en la interpretación integra de la misma, sino que únicamente interpretaron alguna de sus composiciones, para poder dar cabida dentro de su repertorio a algunos de los temas más representativos de sus anteriores lanzamientos. Mientras los siete músicos iban tomando posiciones para arrancar el show , sonaba a través del P.A. la primera pieza de su nuevo trabajo, el ambiental “The One”, que era empleado a modo de introducción, para irnos aproximando a la densidad sonora contenida en la apabullante “I: The Weapon”, una extensa pieza de más de diez minutos de duración con la que la formación, refrendaba su actual posición dentro de la escena, reivindicándose como una de las bandas más rompedoras e innovadoras, además de ratificar su contundencia sonora ,gracias a la potencia guitarrera de sus composiciones, no en vano la tripleta de guitarristas hace que el sonido de la banda en directo sea un auténtico vendaval. Si algo llamó la atención de la descarga del combo sueco, fue la insultante sobriedad del escenario, y la acertada utilización que la formación hizo de las luces, dando un carácter y personalidad especial a cada una de sus composiciones. Durante la totalidad de la actuación de Cult Of Luna, fue casi imposible, conseguir distinguir con claridad el rostro de los componentes de la banda, ya que a pesar de llevar un muy destacable juego de luces, estas no apuntaban sobre las tablas, sino sobre el público. Tras el primer impacto inicial, y la respuesta de un público que ovacionó la interpretación de esta primera pieza de la noche, la segunda de las perlas en caer fue la más intimista y relajada “Ghost Trail” perteneciente a su anterior trabajo “Eternal Kingdom”, donde la sensibilidad y pulcritud sonora contenida en el tramo inicial fue poco a poco cediendo terreno ante los desarrollos, cada vez más oscuros e iracundos, apoyados en unos teclados impregnados de intriga, que conseguían crear esa atmósfera hipnótica y atrayente, repleta de melodía y psicodelia, que reclamaba la atención de todos los presentes, y es que durante la actuación de los suecos, es difícil ver a nadie hablando, ya que todo el mundo permanece embelesado intentando formar parte del ambiente denso e intimista que propone la formación.
El retorno a los sonidos más rugosos y aplastantes, vino de la mano del rotundo “Finland”, que fue una de las composiciones mejor recibidas de la velada, haciendo nuevamente remontar el ambiente gracias a los rugidos de Johannes Persson, y a las desgarradoras guitarras, que junto a un escenario, nuevamente, sumido en la penumbra más absoluta, hicieron crecer la intensidad de la noche, convirtiendo la actuación en un "looping" vertiginoso de emociones y exaltación, consiguiendo llevarnos desde instantes sosegados e intimistas, a momentos de delirio eléctrico, protagonizando una extensa composición en la que los suecos dieron su mejor imagen, consiguiendo trasladar al directo todos los alicientes y recursos que caracterizan su personal propuesta, colmando las  expectativas de un público que se mostraba totalmente satisfecho.  Al igual que durante la actuación de Obsidian Kingdom, no hubo charlas ni presentaciones que sirvieran como introducción de los temas, simplemente la ovación de la sala servía como referencia de que las canciones habían terminado, y que nos embarcábamos en un nuevo viaje. Volviendo nuevamente, sobre su material más reciente los suecos pusieron su objetivo sobre “Mute Departure”, donde los sintetizadores, y las bases electrónicas, nos propusieron un acercamiento hacia terrenos más vanguardistas, dando forma a una composición que se aleja un poco de la línea clásica de la banda, para adentrarse en terrenos más ambientales, demostrando que la formación aún tiene mucho campo para la evolución musical, y que para nada se encuentra encorsetada, pudiendo ofrecer de cara al futuro nuevas propuestas, aunque sin renunciar en ningún momento a su personalidad propia ni a ese sello que les hace únicos. Recurriendo una vez más a las luces de tonalidad azul, arrancaba “Vicarious Redemption”, con el que consiguieron  transmitir esa frialdad fantasmagórica, escenificada con toda la banda plantada estática sobre el escenario, mirando desafiante al público, logrando crear uno de los momentos más tensos de la velada, antes de que el tema explote definitivamente gracias a esa atronadora doble percusión que inundará toda la sala junto a la aportación de la  tripleta guitarrística que será la encargada de introducir esos pequeños toques post-industriales, dando forma a un remolino psicodélico que nos arrastrará irremediablemente hacia el final de la canción, provocando una nueva ovación del respetable.
La última parte del show vino marcada por la contundencia del sinuoso “Owlwood”, una pieza compleja y rebosante de matices, capaz de transportarnos de momentos de calma tensa ,repletos de densidad sonora a instantes trepidantes con una gran carga de agresividad, donde las voces de Johannes Persson volvieron a coger  el  protagonismo consiguiendo transmitir toda la angustia y la rabia en el marco de un escenario sumido en una palpitante y refulgente luz roja, creando un ambiente demoledor e intrigante, que contrastó vivamente con el minimalismo contenido en la delicada “Passing Through”, uno de los momentos más sosegados de toda la actuación, liderado por unas tenues y robóticas voces filtradas junto a un  hilo musical hipnótico e intrigante, que marco una separación considerable con el resto del apabullante show de los suecos.
Los ritmos instrumentales de la fugaz "Disharmonia", fueron los encargados de sumergirnos de lleno en "In Wave Of" una nueva muestra del crisol sonoro de la banda , que cual alquimista es capaz de mezclar partes atmosféricas, con rotundo post-rock, y pasajes cuasi doom, dando forma a una pieza cargada de nihilismo sonoro, que fue la encargada de cerrar por todo lo alto la brillante y apabullante actuación del combo sueco, que con shows tan compactos e impactantes como el de esta noche demuestran que se encuentran en la vanguardia de la experimentación sonora, ofreciendo un espectáculo musical, que dejó totalmente vacíos y agotados, tanto a los músicos como al público asistente. Sin duda las actuaciones del combo sueco son, a día de hoy, una experiencia única e irrepetible, pero no apta para todos los públicos.



TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER





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