Que los alemanes
Scorpions son una de las formaciones más longevas y exitosas de la historia del
rock mundial no es ninguna novedad. Durante las últimas décadas, la carrera de
los de Hannover ha estado sembrada de grandes himnos, multitudinarias giras y
un éxito sin precedentes en las listas de ventas de medio mundo. Pero como
cualquier gran historia, la de la formación teutona tiene unos inicios, no
excesivamente conocidos, que se remontan a principios de la década de los 70,
cuando tras la edición de un prometedor debut "Lonesome Crow", el pequeño de los hermanos Schenker fue
reclutado por los británicos UFO. Es en este momento cuando
entra en escena el protagonista de esta
crónica, el guitarrista Uli Jon Roth, quien se unió al tándem Meine/Schenker
para facturar los siguientes cuatro álbumes de estudio de la mítica formación
alemana, dejando en las composiciones de los de Hannover su virtuosismo y
maestría, insuflando unos efluvios psicodélicos que impregnarían los surcos de
obras como "Fly To The Rainbow"(1974), "In Trance"(1975),
"Virgin Killer"(1976) y "Taken By Force"(1978).
El colofón
definitivo a este lustro psicodélico
fue el imponente primer doble directo de la banda, el magistral "Tokyo
Tapes" grabado en tierras del sol
naciente, y que sirvió para dejar para la historia un fiel reflejo de cómo eran
las demoledoras descargas del quinteto durante el tramo final de la década de
los setenta. Una vez consumada la salida de Roth, por las tan socorridas
diferencias musicales, y confirmada la entrada de Matthias Jabs, el sonido de
la banda derivó hacia terrenos más accesibles y comerciales, perdiendo
definitivamente cualquier rastro de psicodelia.
Durante este año 2013 se cumple el 40
aniversario de la entrada del guitarrista en el seno de Scorpions, y para
celebrar esta efeméride, Uli Jon Roth ha montado un nuevo tour en el que
rememora su época en el seno de la banda teutona, basando su repertorio en el
material que registró durante el periodo 74-78, dejando de lado, en esta
ocasión, su extenso catálogo como artista en solitario y sus trabajos con
Electric Sun.
Concebido como una
celebración, y un homenaje a los
primeros años de la carrera de
Scorpions, la velada contaba con la participación de Stingers, una cover-band
que basa sus directos en el repertorio clásico de la formación alemana,
haciendo especial hincapié en el material más exitoso facturado por Scorpions
durante la década de los ochenta. Aunque para muchos, puede parecer un recurso
fácil que los sevillanos basen su repertorio en unos temas que se han convertido en himnos para
toda una generación de rockeros, lo cierto es que Stingers hacen una labor
realmente destacable, ya que no se limitan únicamente a interpretar las
canciones de forma reverencial y fidedigna, sino que, dentro de sus
posibilidades, intentan recrear el ambiente de las descargas del mítico quinteto
alemán, tributando no solo su música, sino también el vestuario, las poses y
su puesta en escena.
Aunque el pequeño
escenario del Razzmatazz3 no fuera el marco más idóneo para que la formación
sevillana desarrollara todo su
espectáculo, la verdad es que el quinteto cuajo una soberbia actuación, haciendo volar nuestra imaginación hacia décadas
pasadas gracias a la magia de clásicos del calibre de "Coming Home" o
la roquera "Bad Boys Running Wild", que espolearon e hicieron cantar
a una audiencia devota y veterana que disfrutó al máximo de la actuación de
Stingers.
Tampoco faltaron
momentos épicos como en "The Zoo", con ese característico ritmo
zig-zagueante, con ambos hachas sirviendo como
plataforma para reproducir la característica torre humana que aparecía
en la parte trasera del doble "Word Wide Live". No se dejaron en el
tintero piezas como la que abría aquel
lejano “Animal Magnetism” de 1980 con un
contagioso "Make It Real", que hizo vibrar intensamente a todos los
presentes. El momento sensible y emotivo de la noche lo puso, como no podía ser
de otro modo, la magistral "Still Loving You", con algunos mecheros
dando color a una sentida interpretación en la que los sevillanos se hicieron
acompañar por una cantante femenina que interpretó algunas estrofas en
castellano.
La encargada de
rematar su actuación fue la
tripleta compuesta por la setentera y pegadiza “Robot Man”, que
volvió a poner a toda la sala a cantar el pegadizo estribillo, la siempre
efectiva y explosiva “Blackout”, todo un himno generacional para los metaleros
de los 80, mientras que la encargada de poner el definitivo broche final fue la acústica “Winds Of
Change”.
Sin duda Stingers
demostraron un cariño y una devoción reverencial a la hora de interpretar algunos de los
clásicos más exitosos de una de las bandas más longevas y reconocidas de la
escena roquera internacional, consiguiendo ofrecernos una actuacion sobria y vibrante que dejo con ganas de más a muchos de los asistentes.
Aunque la actuación
del mítico guitarrista germano estaba, en principio, programada para la sala
mediana de Razzmatazz, la discreta afluencia de público, algo más de un
centenar de fieles, provocó que el marco del show se trasladara hacia la sala pequeña del Razz, concediendo al
evento un ambiente íntimo y cercano, que nos permitió poder seguir las
evoluciones de Roth y sus compañeros a escasos metros de distancia. Quizás, el
único inconveniente de tocar en la sala pequeña fue la dificultad que tuvieron
los 6 músicos que acompañaban al “maestro” para poderse mover con soltura sobre
las tablas.
Ante una audiencia
devota y fiel seguidora de la trayectoria del mítico guitarrista alemán, la
descarga arrancaba con “All Night Long”, composición que abría aquel legendario
“Tokyo Tapes”, que nos mostraba a un Uli Jon Roth que, pese al tiempo
transcurrido, sigue conservando ese aspecto de hippie calmado y tranquilo, con
su bandana en la cabeza, su característico bigote, su cruz en el pecho, y su
inseparable Sky Guitar, que sonó increíblemente aguda e hiriente en escena,
dando mordiente y feeling a cortes como el bluesero “Longing For Fire”, escogido
por el “maestro” para mostrarnos su habilidad y buen gusto a la hora de
sumergirse en esos elegantes y virtuosos desarrollos solistas que siempre le
han caracterizado.
Tras la primera
ovación de la noche, era el propio Roth quien se dirigía al público para
explicarnos el motivo de este nuevo periplo, que no era otro, que el de
conmemorar el 40 aniversario de su unión a Scorpions. De forma que rápidamente,
y ante la aprobación del respetable, la formación nos sumergió de lleno en la
deliciosa psicodelia de una vibrante “Crying Days”, en la que brilló
especialmente el vocalista que acompaña
al “maestro” durante este nuevo periplo europeo, el italiano Piero Leporale,
quien supo imprimir la chispa y el feeling necesario a la clásica
composición del “Vingin Killer” de 1976. Y es que, aunque evidentemente todo el
peso de la descarga recayó sobre el veterano guitarrista, lo cierto es que Roth
se rodeó para la ocasión de una banda de auténticas garantías, compartiendo el
trabajo a las seis cuerdas con su fiel escudero Nicklas Turman, y el talentoso
David Klosinski.
Los evocadores
sonidos marinos serían los encargados de sumergirnos de lleno en la elegancia e
intimismo de “The Sails Of Charon”,
rescatada del último trabajo de estudio que Roth grabó con sus ex-compañeros
“Taken By Force” en 1978, para posteriormente ofrecernos un rotundo cambio de
tercio, avasallándonos sin previo aviso con el marchoso y eléctrico “Sun In My
Hand, con el que el “maestro” demostró que además de ser un verdadero virtuoso
a las seis cuerdas también sabe defenderse con el micrófono, haciéndose cargo
de las partes vocales. La vuelta a los terrenos más intimistas y emotivos
vendría de la mano de la primera parte del efectivo “We´ll Burn The Sky”, que
acabaría explotando definitivamente con la entrada de su potente riff central,
impregnando a todos los presentes de su espíritu vitalista y roquero.
Pese a que todos
los temas que sonaron durante el repertorio de esta noche habían sido
compuestos y grabados en la gloriosa década de los setenta, lo cierto es que
Roth y su banda supieron inyectar a las composiciones una fuerza y una actitud, que lograron que temas como “In Trance”, sonasen plenamente vigentes y
actuales. Por otro lado, además de mostrarse como una fiera indomable a las
seis cuerdas, el guitarrista alemán también dio buena cuenta de su buen gusto y
formación neo-clásica a la hora de ofrecernos una larga introducción para la
intimista “Fly To The Rainbow”, en el que entrelazó pasajes instrumentales, (de
los que sus propios compañeros no se perdieron detalle), con otros momentos más
intensos y cañeros que hicieron subir varios grados la temperatura entre un
público emocionado y extasiado.
Aunque la descarga
de esta noche estaba concebida como un homenaje a las seis cuerdas del maestro
alemán, lo cierto es que el público también tuvo su pequeña parcela de
protagonismo, haciéndose cargo de los coros en el vitalista y contagioso “I´ve
Got To Be Free”, un canto a la libertad que, por derecho propio, se convirtió en
uno de los puntos álgidos de la velada. La recta final de la actuación estuvo
marcada por el clasicismo setentero de “Picture Life”, con el trio de
guitarristas marcando poderosamente el contagioso riff central, haciendo las
delicias del respetable, para sin darnos un respiro, introducirnos en la
psicodélica “Catch Your Train”, en la que los altísimos tonos agudos de Piero
Leporale volvieron a hacer rugir a todos los presentes.
La encargada de
poner el punto y final a la descarga de Roth fue la “Blackmoriana”, “Dark Lady”
con el vocalista, nuevamente, jugando con la audiencia, para posteriormente
presentarnos a cada uno de sus compañeros antes de introducirnos en un rotundo
y apoteósico in-crescendo final. Pero cuando parecía que la descarga había
terminado, y gracias a la insistencia de un público muy cálido y entregado, el
septeto volvió a colgarse los instrumentos para encarar una última composición,
el eléctrico “All Along The Watchtower”, del maestro Jimi Hendrix, que serviría
como brillantísimo colofón para la descomunal descarga del “maestro” teutón.
Mientras sus ex-compañeros
continúan exprimiendo al máximo la emotividad de su interminable gira de
despedida, el veterano Uli Jon Roth ha decidido tributar, a su manera, su
estancia en la mítica formación alemana, rescatando para sus actuaciones una
colección de composiciones que parecen
olvidadas y enterradas para Scorpions. En cualquier caso, siempre resulta una
enorme satisfacción ver en vivo a músicos de la talla y la experiencia del
brillantísimo guitarrista alemán.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
Scorpions pasaron de ser una banda de rock a una panda de nenazas cuando empezaron a alimentarse de las baladitas. Todo empezó en el Still Lovin' you, a partir de ahí dejaron de ser lo que eran. Por suerte siempre nos quedará el maravilloso Tokyo Tapes, una panda de crios germanos removiendo al público nipón.
ResponderEliminarCamilo Rodriguez.....evidentemente no entendés nada de música o sos sordo, Scorpions fué y es una banda de la puta madre en sus distintas etapas, basta con verlos hoy en vivo para enterrar tu comentario...Atentamente..Armando Fuertes.
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