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lunes, 8 de diciembre de 2014

KREATOR+ARCH ENEMY+HELL+DRONE-RAZZMATAZZ-BCN-28-NOV-2014



Titanes y capos indiscutibles del thrash metal europeo, los alemanes Kreator se han ganado a pulso un estatus y una reputación verdaderamente envidiables. En un tiempo en el que la mayoría de las formaciones necesitan editar nuevos trabajos o recurrir a esas giras conmemorativas para permanecer  en la carretera,  Mille Petrozza y sus acólitos continúan batallando en primera línea de fuego, convenciendo en cada una de sus descargas y encumbrando el nombre de la formación de Essen como uno de los más longevos y exitosos de los últimos  30 años. Aunque pocas veces un disco ha sido tantas veces presentado en nuestro país como  “Phantom  Antichrist”, lo cierto es que, más de dos años después de su publicación, sus composiciones continúan  levantando pasiones entres sus incondicionales.

Tras el atractivo cartel que nos presentaron los alemanes en su última visita como cabezas de cartel, compartiendo protagonismo con Morbid Angel, Nile y Fueled By Fire. En esta ocasión, el reclamo era la presencia de los suecos  Arch Enemy, que presentaban a su nueva vocalista  Alissa White- Gluz y su más reciente entrega “War Eternal”. Como guinda para esta dupla absolutamente arrolladora contábamos con la presencia de los míticos metaleros británicos Hell. Mientras que la responsabilidad de abrir la velada recaería sobre sus compatriotas  Drone, quienes con su cuarto trabajo bajo el brazo venían dispuestos a hacerse oír con fuerza.

Muchísima expectación había despertado el cartel de esta noche en la Ciudad Condal, de hecho si el papel no llegó a agotarse en la sala, estuvo muy cerca, ya que un Razzmatazz prácticamente lleno fue testigo, una vez más, del triunfo incontestable de las hordas alemanas comandadas por el general Petrozza.

DRONE

Abrían la velada DRONE, desconocidos por la gran mayoría, ante un público bastante escaso debido a la temprana hora en que tomaron el escenario de la sala principal de Razzmatazz. No obstante, los alemanes demostraron durante media hora que están curtidos en tablas y dieron así buena muestra de su  estilo musical con sonoridades cercanas a las que practican bandas como Machine Head u otras más actuales de la bautizada como nueva hornada del thrash metal americano.

Todo y que repasaron brevemente al final de su actuación su nueva obra, de título homónimo, prefirieron centrarse en su disco  anterior, “For Torch And Crown”, editado en 2012. Desde la inicial “Deepest Red” convencieron gratamente al respetable bajo la premisa de no inventar nada nuevo, pero ejecutando sus temas a la perfección. La banda se mostró rodada, destacando especialmente la entrega de su frontman Moritz “Mutz” Hempel, a las voces y guitarra. Cortes como “Welcome To The Pit”, única referencia a sus inicios, “Format C” o “Making Believe” demostraron que la fórmula de riffs cortantes y estribillos más melódicos nunca falla. De buen seguro que se ganaron un buen puñado de seguidores esa noche.


CARLOS OLIVER

HELL

 
Durante muchos años citar el nombre de Hell era poco menos que mentar a una de esas bandas de culto y malditas  del “underground” metálico europeo. Afortunadamente, y gracias al empeño del guitarrista y productor Andy Sneap, en 2011 por fin vio la luz un material que parecía condenado al ostracismo, dando forma a  su prometedor debut “Human Remains”, que la banda grabó junto al vocalista David Bower. La secuela de aquel impactante trabajo llegaría dos años más tarde con “Curse And Chapter”, un álbum que servía para poner de manifiesto la plena vigencia de su heavy metal clásico.

Bastante curiosidad y  revuelo  había suscitado esta tercera visita a escenarios españoles de la formación británica, ya que muchos habíamos presenciado ya alguna de sus impactantes presentaciones, y  la verdad  es que, pese a disponer de  muy poco tiempo, Hell demostraron tener un show compacto, pero ante todo muy atractivo visualmente. Acompañados de la grandilocuente introducción “Gehennae Incendiis”, la formación británica tomaba posiciones para arrancar su descarga  con los fulgurantes fraseos  de “The Age Of Nefarious” y la más compacta y crujiente “The Oppressors”. Y es que la puesta en escena de Hell fue realmente implacable, con los miembros de la banda maquillados para la ocasión mientras su vocalista David Bower aparecía en escena ataviado con una larga gabardina negra y luciendo una corona de espinas sobre la que sujetaba su micrófono inalámbrico, lo que le permitía moverse con total libertad por el escenario haciendo gala de unas excelentes dotes interpretativas. Aunque musicalmente hablando las raíces de los británicos están enraizadas en el clásico sonido metalero de la década de los ochenta, su propuesta rezuma contundencia y velocidad por los cuatro costados, lo que les permitió  enganchar a una buena parte de la audiencia desde los primeros compases del show.

 Tras una apertura verdaderamente apocalíptica, el escenario se quedaba en la más absoluta oscuridad mientras un  ritmo lento y pesadumbroso nos adentraba en la sobrecogedora   “Blasphemy And The Master”, con Bower a pecho descubierto deambulando por el escenario para acabar cubierto de sangre tras fustigarse en repetidas ocasiones, convirtiendo así el tema en una especie de ceremonia iniciática. Volviendo  al material de su última entrega “Curse And Chapter”, la siguiente en sonar sería “End Ov Days”, con el vocalista completamente ensotanado, mientras las guitarras de Sneap y Kev Bower volvían a coger velocidad para acompañar a  esos épicos estribillos marca de la casa. Con el ambiente ya muy caldeado llegaba el momento de finiquitar su show,  y la elegida para cerrar su escueta y explosiva actuación fue  la primeriza “On Earth As It Is In Hell”, con un expeditivo Bower, nuevamente ataviado con su larga gabardina negra, sentado sobre uno de los monitores espetando la letra a los integrantes de las primeras filas, mientras sus compañeros daban buena cuenta de sus instrumentos.

Corta, muy corta se nos hizo  la descarga de la legendaria formación británica, ya que  su show estuvo únicamente compuesto por cinco composiciones, pero fueron suficientes para que los  que todavía no les conocían pudieran hacerse una idea aproximada del potencial y la profesionalidad de una banda que siempre cumple en directo,  y que, sobre todo, nunca deja indiferente a nadie.

 ARCH ENEMY

Tras casi quince años al frente de la banda,  la salida de  Angela Gossow supuso un duro revés para todos los seguidores de Arch Enemy. Afortunadamente, la formación anunció casi de forma inmediata la incorporación de una sustituta  de garantías, Alissa White-Gluz,  con quien han grabado su último trabajo “War Eternal”. Dejando a un lado  el soplo de aire fresco que ha supuesto la incorporación de la vocalista canadiense, esta no era la única novedad que presentaba la alineación del combo sueco, ya que de forma totalmente inesperada, durante las jornadas previas al inicio de este tour europeo, se anunciaba la incorporación del guitarrista Jeff Loomis, como reemplazo de Nick Cordle.

Aunque los suecos no eran en esta ocasión el plato fuerte de la noche, lo cierto es que dispusieron de un sonido verdaderamente arrollador, un vistoso juego de luces y un escenario perfectamente engalanado para la ocasión. Además de un total de cuatro banderas repartidas a lo largo del escenario, la formación capitaneada por el mítico guitarrista Michael Amott también contó con unas impactantes proyecciones que ayudaron a dar un mayor empaque a su descarga. Si durante las primeras actuaciones de la tarde el ambiente en la sala había sido bastante prometedor, lo cierto es que desde los minutos previos al arranque de la actuación  de Arch Enemy el recinto estaba ya prácticamente lleno.

Con puntualidad inglesa las luces se apagaban y empezaba a sonar a través del P.A. la fantasmagórica introducción “Tempore Nihil Sanat (Prelude In F minor)", que hacia rugir a una sala que acabaría explotando definitivamente  al identificar los primeros compases del novedoso “War Eternal”, que significaba la primera toma de contacto de Alissa con muchos de los  incondicionales  de la banda. Pese a su juventud, la vocalista canadiense se mostró como una fiera desatada sobre las tablas, liderando a sus compañeros y sabiendo ganarse rápidamente la confianza de un público que parecía plenamente predispuesto a darle su total apoyo y aprobación. Con una  imagen provocativa y salvaje, Alissa supo cubrir la ausencia de su carismática antecesora, y no dejó en ningún momento de animar a la concurrencia. Pero evidentemente lo que muchos querían comprobar era si Alissa sería capaz de sacar adelante las composiciones clásicas de la banda, y la oportunidad de comprobarlo llegaría con el primer clásico de la noche, un “Ravenous” que sonó particularmente crudo y descarnado, con las guitarras de Amott y  Loomis, sonando totalmente compactadas y sincronizadas, como si el “hacha” americano llevara varios meses girando con sus nuevos compañeros.

Sin duda otro de los grandes atractivos de la descarga de Arch Enemy fue la movilidad de todos sus miembros, aunque el auténtico motor de la banda en escena fue el grandullón bajista Sharlee D´Angelo, quien se encargó de formar un tándem rítmico verdaderamente aplastante  junto al batería Daniel Erlandsson, imprimiendo contundencia y rugosidad a piezas como el vibrante “My Apocalypse”, que  con el escenario teñido de verde se convertiría en el primer punto álgido de la velada, con toda la sala coreando intensamente el estribillo. Con la gente completamente entregada, coreando el nombre de la banda, era Alissa la encargada de adentrarnos en las tortuosas melodías de la novedosa “You Will Know My Name”, con la que el quinteto ponía de manifiesto que no ha perdido su buen gusto a la hora de fusionar velocidad, potencia y esos  cuidados desarrollos intermedios marca de la casa.

El primer recuerdo a su anterior entrega, "Khaos Legion", llegaría de la mano de la dupla que formaron "Bloodstained Cross", en la que una vez más pudimos deleitarnos con ese toque clásico que Amott  imprime siempre a sus aportaciones solistas, y la apoteósica "Under Black Flags We March", con Alissa empuñando una de las banderas para sellar de forma definitiva la alianza entre banda y público, consiguiendo arrancar una de las mayores ovaciones de la velada. Su faceta más devastadora regresaría con otra de las piezas de su última obra, "As The Pages Burn" que no hacía más que exaltar a una audiencia que parecía totalmente enloquecida, mientras Alissa se e encargaba de dirigir al personal encaramada sobre la tarima de la batería.

Como no podía ser de otra forma,  el tramo final de su show estuvo centrado en su material más clásico, de modo que no quisieron dejarse en el tintero trallazos del calibre de "Dead Eyes See No Future", rescatado de su álbum de 2003 "Anthems Of Rebellion", que fue el escogido para un nuevo alarde de un Amott particularmente brillante,  para acabar dejando paso a una perturbadora  "No Gods, No Masters", que hacía que toda la sala se pusiera a saltar siguiendo las indicaciones de la vocalista canadiense. A diferencia de la sensación que tuve en su descarga del pasado verano en el Leyendas, en donde me dio la impresión de  que Alissa flaqueaba ligeramente en la recta final del show, en esta ocasión, la vocalista se mostró totalmente intratable durante toda la velada, lo que le permitió encarar con solvencia piezas como  el hímnico "We Will Rise", coreado ensordecedoramente por toda la audiencia, o "Nemesis", que serviría como colofón definitivo para su brillante actuación.
 
KREATOR

 
Hacia bastante  tiempo que no se respiraba  un ambiente como el de esta noche de viernes en la sala grande del Razzmatazz. Aunque durante los últimos meses hemos sido testigos de algunas citas con un ambiente verdaderamente vibrante  en este misma sala (Accept, Machine Head  o, sin ir más lejos hace escasamente unos días,  Michael Schenker), lo cierto es que hacía años que no veía abiertas y concurridas las dos alas de la parte superior del local, recuperando así una imagen más propia de la década de los noventa, cuando la mayoría de los artistas internacionales (Dio, Sepultura, Blind Guardian , Slayer,  etc...) abarrotaban hasta la bandera este mismo recinto.

Tras una reparadora pausa, que resultó idónea para recuperar  el aliento, asimilar lo sucedido y comentar las sensaciones que nos había dejado  la actuación  de Arch Enemy, por fin llegaba el momento cumbre de la noche, la descarga de Kreator. Pese a que la formación alemana había visitado recientemente nuestro país, con sendas apariciones en festivales como  el Rock Fest y el Resurrection, sus fieles seguidores volvieron a responder masivamente a su convocatoria. Al igual que sucediera durante la actuación de Arch Enemy, los alemanes también apostaron por acompañar su actuación con algunas proyecciones, lo que acabaría potenciando,  aún más, su demoledora puesta en escena.

La encargada de abrir la descarga sería la introducción "The Patriarch", que nos ponía en sobre aviso sobre el vendaval que se nos venía encima, para rápidamente dejar paso a una aniquiladora  "Violent Revolution", con la que los teutones ponían la sala literalmente patas arriba. Y es que la elección del tema de apertura no pudo ser más acertada, consiguiendo crear un ambiente de comunión total entre banda y público, que se prolongaría durante toda la actuación. El cuarteto de Essen, como viene siendo habitual, se mostró en todo momento como una máquina despiadada de escupir riffs certeros e hirientes,  consiguiendo que  temas más recientes como  "Civilization Collapse" o la épica  "From Flood Into Fire", que fue acompañada por unas vistosas columnas de humo, sirvieran para evidenciar el enorme  calado que han tenido sus últimas composiciones.

Sin duda el gran baluarte de Kreator es la figura de su líder,  Mille Petrozza, quien se ha convertido en  un referente  para toda una generación de thrashers,  y consciente de ello no tiene ninguna clase de reparo en tirar de su carisma personal a la hora de incitar al desfase durante piezas como la seminal "Extreme Aggression", toda una joya para los más  veteranos, que desató la locura entre las primeras filas y que fue la escogida  para rociar al público con una intensa lluvia de confeti. Una de las pocas concesiones que la banda hizo hacia el material publicado durante la oscura década de los noventa fue  "Phobia", con las columnas de humo volviendo a hacer acto de presencia para dar al tema,- rescatado de su "Outcast" de 1997-, la consideración de clásico indiscutible dentro de su discografía.

Fieles a sus raíces y a su marcado espíritu crítico-combativo, los alemanes no quisieron dejar pasar la oportunidad de cargar las  tintas contra la cúpula religiosa, políticos corruptos y  banqueros estafadores   durante la presentación de esa bomba de relojería que es “Enemy Of God”, consiguiendo que la temperatura en la sala llegara hasta límites insospechados. El encargado de apaciguar mínimamente los ánimos sería el arranque lento y angustioso  de “Voices Of The Dead”, que nos dejaría al  bajo de Christian Giesler acompañando a Petrozza antes de que el tema explotara definitivamente para mostrarnos la cara más melódica e intensa  del cuarteto.

El retorno sobre su material más primitivo y radical estaría marcado por una enfermiza versión del primerizo “Endless Pain”, con las guitarras de Petrozza y Sami Yli-Sirniö sonando crudas y afiladas,  para acabar desatando la algarabía  entre las primeras filas, mientras que el resto de la sala se abandonaba a una desquiciante  sesión de “headbanging”, corroborando  la pasión que siguen despertando los temas clásicos de su catálogo. La encargada de proseguir con la ceremonia de contundencia, velocidad y rabia desatada  seria otra nueva muestra del espíritu crítico que siempre han mantenido las composiciones de la banda, “Suicide Terrorist”.

Tras una nueva ovación, el escenario quedaba sumido en la más absoluta oscuridad mientras a través de la megafonía sonaba,- casi imperceptible entre los vítores del público-, la introducción que abría  su último trabajo “Mars Mantra”, que acabaría desembocando en ese rotundo puñetazo sonoro que es “Phantom Antichrist”, que situada en la parte central del  show se reivindicaba como uno de los puntos álgidos de la noche. Sin apenas concedernos un segundo de tregua para recuperar el aliento,  la siguiente en hacer acto de presencia sería  la última pieza que rescataron de su “Enemy Of God” de 2005, “Impossible Brutality”, que nos dejaba con esos explosivos cambios de ritmo  que nos proponía un impasible Ventor, que se mostró totalmente intratable durante toda la velada.

No creo que a estas alturas nadie pudiera sentirse defraudado con el repertorio y la entrega que nos estaba ofreciendo el cuarteto de Essen, pero resultaba obvio  que los alemanes aun nos tenían preparada una última ración de violencia sonora, y las elegidas para  certificar su posición como líderes indiscutibles del thrash metal continental fueron una coreadísima "Hordes Of Chaos”, con la sala completamente volcada  mientras volvían a hacer acto de presencia esas inmensas columnas de humo, y una trepidante y corrosiva “Pleasure To Kill”, que Petrozza dedicó a los más veteranos  y que acabaría desatando el mayor “mosh-pit” de la noche.

Acompañados de vítores y cánticos los alemanes regresaban sobre las tablas para dar arranque a los bises con una adaptación  thrashera del clásico de Iron Maiden “The Number Of The Beast”, todo un detalle que provocó una magnifica respuesta de una audiencia que coreó junto a Petrozza cada una de las estrofas. Pero, evidentemente, el tramo final estaría reservado para esas gemas que son capaces de desatar  los instintos más primarios de  sus incondicionales, de modo que el golpe de gracia definitivo llegaría con  la velocidad endemoniada  de “Warcurse”, protagonizada por un ardiente duelo de guitarras, la innegociable “People Of The Lie”, uno de mis temas favoritos de toda su discografía, y la histeria colectiva  que desató la  dupla compuesta  por  “Flag Of Hate”, donde no faltó el ritual de Petrozza empuñando la bandera mientras  nos alentaba a destrozar todo a nuestro paso, y  la abominable  “Tormentor”, que volvía a poner, una vez más, la sala patas arriba para cerrar su show por todo lo alto.

En resumen, colosal noche  de metal la que vivimos en  un Razzmatazz  prácticamente lleno que acabó deslumbrado por la potencia y la actitud de unos Arch Eneny  que encaran esta nueva etapa, con Alissa White-Gluz  al frente, de forma más que prometedora.  Y triunfo incontestable de unos Kreator que, pese a llevar 3 décadas en la brecha, parece que todavía no han alcanzado su techo. Y es que mientras muchas formaciones coetáneas de los alemanes se dedican a vivir del material de sus primeros trabajos, Kreator parecen decididos a apostar por el presente, así que  para corroborarlo  basta con  revisar  su “setlist”  y comprobar  que prácticamente la mitad de su repertorio estuvo centrado en el material publicado durante la segunda mitad de su carrera. Así que como diría el propio Petrozza: “The Kreator Has Returned!”.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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