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sábado, 18 de abril de 2015

BARON ROJO+ZERMEÑO-BOVEDA-BCN-10-ABR-2015


Que una banda consiga que sus composiciones se conviertan en auténticos himnos para diversas generaciones de roqueros es la mejor forma de asegurarse un lugar en el Olimpo del rock. Aún recuerdo cuando un servidor vio por primera vez a Barón Rojo a mediados de la década de los noventa, en la tercera edición del Ripollet Rock junto a Zinky Barú y Bronce,  por aquel entonces la mítica banda de los hermanos de Castro ya era una leyenda viva de nuestro heavy-rock, pero a día de hoy, dejando a un lado la discreta repercusión  de sus últimos lanzamientos, las giras de reunión junto a Sherpa y Hermes y las adaptaciones de otros artistas, lo cierto es que Barón Rojo siguen incombustibles al desaliento y en la carretera, agrandando su mito cada vez que se suben a un escenario.

Fieles a su tradicional visita anual a la Ciudad Condal,  la banda más emblemática y longeva de nuestro rock regresaba a Barcelona con la excusa de celebrar su trigésimo quinto aniversario, todo un hito y, porque no decirlo, una proeza difícilmente imaginable para una banda de rock en nuestro país. Al igual que sucediera en sus ultimas visitas, los encargados de completar la formación que continúan liderando los insignes capitanes Carlos y Armando fueron el batería Rafael Díaz y el bajista Gorka Alegre, quienes se han ganado por méritos propios  un lugar destacado dentro de la historia reciente de la formación madrileña.

Para acompañarles en la conmemoración de tan señalada efeméride los protagonistas de la noche contarían  con la presencia sobre el escenario de Zermeño, un sexteto de El Prat de Llobregat que llegaba dispuesto a amenizar la espera con las marchosas composiciones contenidas en su debut “1981”. Perfectamente arropados por sus seguidores, el sexteto salió dispuesto a aprovechar al máximo su oportunidad, ofreciéndonos las estructuras clásicamente heavy metaleras de “Vuela Por Mis Venas”, marcándose un inicio de lo más apropiado, ya que la letra del tema es todo un homenaje a los protagonistas de la noche. Tras dejar unas buenas sensaciones con el tema de apertura, y con su fantástica tripleta de guitarristas,- formada por David Rodríguez, Jaime Escrig y Xavier López-, llegaba el momento de ponerse algo más reivindicativos, de modo que la encargada de proseguir con el show sería “La Balada del PP”, que su  vocalista, Daniel Pons, dedicó a toda la casta política.

Pero dejando a un  lado la mordaz critica de algunas de sus composiciones, lo cierto es que los barceloneses se mostraron en todo momento muy cercanos y divertidos sobre las tablas, dando a la velada ese toque ameno y distendido que alcanzaría su máximo esplendor al atacar temas como el disparatado “Voy Ciego”,  o el más hardroquero “Loco Por El Rock n´Roll”, convirtiéndose en la excusa perfecta para que el público acompañara a la banda mientras el ambiente en la sala continuaba caldeándose.

Pese a que el debut de la banda fue publicado hace casi una década, concretamente en 2006, lo cierto es que los temas han envejecido muy bien y suenan ahora, con esa poderosa tripleta de guitarras, todavía más frescos e intensos. Tampoco quisieron dejarse en el tintero alguna composición más reciente como “Trabajar”, que fue dedicada a todos los niños que pasan necesidad. Las encargadas de protagonizar la recta final del show serían “Volveremos”, toda una declaración de intenciones en la que se fusionaron a la perfección hard rock y unos riffs de esencia “maideniana”, mientras que la encargada de echar el cierre de forma definitiva, ante el descontento generalizado de una audiencia que continuaba pidiendo más temas, fue su personal homenaje al maestro Fran Zappa, que su vocalista definió como el mejor músico de la historia.

Una vez finiquitada la actuación de los locales Zermeño, el recinto se preparaba, con la entrada de los más rezagados, para albergar la descarga del plato fuerte de lo noche. Sin duda ese arreón de ultima hora acabó propiciando que en la sala se respirará un fantástico ambiente, con una variopinta representación de aficionados del cuarteto. Pese a que los Barones han visitado en innumerables ocasiones los escenarios de la Ciudad Condal, lo cierto es que si hay algo que siempre ha caracterizado sus descargas es que los “hermanos” nunca han ofrecido dos conciertos iguales, así que  aventurarse a hacer conjeturas sobre el setlist que nos tenían preparado para  esta noche era poco menos que un ejercicio de ciencia ficción. Pero de lo que no existía ninguna  clase de duda era sobre que el cuarteto nos ofrecería un repertorio extenso, potente y lleno de nostalgia, en el que rememorarían algunos de los mejores momentos de estos últimos 35 años para convertir la cita en una autentica celebración entre amigos.

Con el escenario engalanado con una enorme proyección en la que podía verse el clásico logotipo de la banda junto a la leyenda “1980-2015 GIRA 35 ANIVERSARIO”, justo detrás de la batería de Rafa Díaz, los músicos fueron tomando posiciones lentamente mientras recibían las primeras muestras de cariño de una audiencia que empezaba a calentar motores y que explotaría definitivamente al reconocer los primeros compases de la pieza inaugural “Ali-Baba Y Los 40 Ladrones”, un compacto arranque con el que los Barones ponían de manifiesto que pese al tiempo transcurrido desde su publicación en 1992 las cosas han cambiado más bien poco en un país que sigue  gobernado por chorizos y mangantes. Posicionados como suele ser habitual en todas sus descargas, con Armando ocupando el centro del escenario, ejerciendo de autentico “frontman”, mientras que Carlos y Gorka se disponen uno a cada lado, la mirada retrospectiva continuaba con una de esas gemas poco habituales en sus directos “Travesía Urbana”, que a la postre se convertiría en la única licencia que se permitieron a su “No Va Más!”, de 1988.

Cabe remarcar que durante toda la actuación el combo madrileño contó con un sonido muy logrado y con el apoyo incondicional de una audiencia que se fue animando a medida que iba avanzando el show, sin duda espoleados por la enorme energía que sigue generando el eléctrico Armando de Castro quien, en todo momento, se mostro como un torbellino sobre el escenario, tocando su guitarra con su habitual maestría y haciéndose cargo, también, de algunos de los temas como “Fugitivo”, que fue dedicada a aquel ilustre impostor y delincuente que fue Luis Roldan. El toque de clase y elegancia lo volvería a poner su hermano mayor Carlos quien se mostró bastante más sobrio y comedido en escena, aunque siempre atento y preciso, tanto en las partes instrumentales, como a la hora de presentar piezas clásicas y fundamentales dentro de su repertorio como “Incomunicación”, que se convertiría en el primer punto álgido de este tramo inicial del show, con la gente completamente desatada y con Carlos echando mano de su armónica para ofrecernos un sabrosísimo desarrollo instrumental.

Con el auditorio completamente entregado llegaba el momento de centrar su objetivo en su material más reciente, ofreciéndonos la inmediatez hardroquera contenida en “Al Final, Perderán”, perteneciente a su último largo con material propio editado en 2006 y que llevaba por título “Ultimasmentes”, que nos sirvió para comprobar la perfecta sincronización vocal entre Armando, Carlos y Gorka. Y es que la banda se mostró durante todo el show en un gran momento de forma, aunque lógicamente los temas que mejor acogida obtuvieron fueron, como era de esperar, los de la primera época, de modo que las revoluciones del respetable volverían a ir en aumento cuando empezaron a desgranar piezas como “Se Escapa El Tiempo”, ofreciéndonos esos inconfundibles guiños con la banda de los hermanos Young, o la contagiosa “Invulnerable”, que fue acompañada con palmas en el arranque para acto seguido poner a banda y publico a botar intensamente.

Aunque seguramente muchos de los presentes echaron de menos la presencia sobre las tablas del tándem formado por  Hermes y Sherpa, lo cierto es que la alargada sombra del mítico bajista sobrevoló la sala Bóveda al atacar sus ex_compañeros “Campo De Concentración”, rescatada de aquel mítico álbum en vivo grabado en febrero de 1984 en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, y cuya letra firmó el propio Campuzano. El contrapunto a tanto clasicismo llegaría con “La Reina Ácida”, que significó el primer guiño que se permitieron a su más reciente entrega discográfica “Tommy Barón”, siendo la elegida para que Armando nos ofreciera una buena muestra de su electricidad y clase a la hora de atacar sus seis cuerdas, demostrándonos, una vez más, porque ha sido y es  uno de los guitarristas más reconocidos e influyentes dentro de nuestro heavy-rock.

Sin duda fue durante este segmento  central del show fue cuando los Barones consiguieron hacer las delicias de todos sus incondicionales, ya que imprimieron una gran intensidad a la velada, empalmando muchos de los temas y sin apenas darnos un segundo de tregua. De modo que con la sala sumergida en un ambiente de fiesta total era el propio Armando el encargado de hacernos calentar las gargantas antes de introducirnos en “Tierra De Nadie”, para posteriormente sacar de su bolsillo el “Slide” y ponerse a juguetear con su instrumento hasta arrancar el riff principal de “Satánico Plan (Volumen Brutal)”, que ante la explosión de jubilo generalizada era la encargada de devolvernos de nuevo a 1982 y sobre aquel mítico “Volumen Brutal”.

Pero no sería éste el único recuerdo que los del foro se permitieron hacía este suculento plástico que marcaria su época de mayor esplendor, ya que le sucederían para algarabía de todos los presentes un coreadísimo “las Flores Del Mal”, que servía para poner de manifiesto la inmortalidad de muchas de sus composiciones, con todo la  gente coreando incansablemente cada una de sus estrofas. La elegida para cerrar este brillante capitulo dedicado a su mítico “Volumen Brutal”, sería la hímnica “Hermano Del Rock N´Roll”, que con Armando a las voces volvió a poner a toda la sala a saltar mientras coreaba con el puño en alto cada una de sus estrofas.

Con la banda descargando de forma implacable y magistral una rotunda colección del material facturado en la década de los ochenta llegaba el momento de seguir avanzando en su discografía, centrándonos ahora en su álbum de 1983 “Metalmorfosis”, rescatando para la ocasión “Tierra De Vándalos”, durante la que Armando volvió a erigirse como el autentico protagonista, jugueteando primero con la audiencia al proponerle esos divertidos juegos vocales, para posteriormente volvernos a asolar con un nuevo ejercicio solista. Pese a llevar cerca de dos horas de concierto, tanto la energía de los músicos sobre las tablas como la voracidad del publico desde la pista parecían no tener fin, y la mejor prueba fue la espectacular acogida que obtuvo el emblemático “Con Botas Sucias”, que nos dejaría la imagen de un desatado Armando elevando su instrumento al aire mientras coreaba poseído el estribillo.

Una de los momentos más emotivos de la noche se produciría con la imprescindible épica contenida en  “Hijos De Caín”, que haría que la sala se viniera literalmente abajo,- y es que resulta increíble comprobar como el volver a entonar en directo una canción que tantas veces hemos escuchado sigue emocionando y poniendo los vellos de punta como el primer día-. Como era lógico tampoco podía faltar ese electrizante homenaje que los “hermanos” rinden siempre, en cada uno de sus conciertos, a sus instrumentos de manos de “Cuerdas de Acero”. Mientras que la encargada de poner el punto y seguido a esta primera parte del show sería un acertado medley que incluyó fragmentos de piezas como “Los Rockeros Van Al Infierno”, “Desertores Del Rock” y el marchoso “Casi Me Mato”.

Aunque los miembros de la banda se habían perdido entre bambalinas no tardarían mucho en regresar al escenario acompañados de los vítores y cánticos de una audiencia que quería una nueva dosis de heavy-rock. De modo que sería la base rítmica formada por Rafa Díaz y Gorka Alegre los primeros en tomar posiciones para arrancar el mítico himno “Concierto Para Ellos”, con la gente cantando enloquecida a un volumen atronador, consiguiendo que fuera prácticamente imposibles escuchar la voz de Carlos. La ultima pincelada que los Barones quisieron ofrecernos de su última obra de estudio llegaría con “El Rey Del Pinball”, que pese a no despertar el mismo entusiasmo que la pieza anterior, sí que recibió una cálida acogida. Pero estaba claro que para finiquitar la velada la banda tendría que recurrir a su artillería pesada, de modo que el tramo final estuvo  marcado por una devastadora “Resistiré”, uno de sus temas más celebrados y reconocidos. Mientras que el encargado de cerrar la velada sería “Siempre Estás Allí”, un sincero agradecimiento de la banda para con sus incondicionales.

Si hay algo que siempre ha marcado la trayectoria de la banda a lo largo de estos 35 años de ininterrumpida actividad es que los Barones siempre se han debido a su publico, así que aunque en principio no estaba previsto, Carlos, Armando, Gorka y Rafa tuvieron que regresar sobre las tablas, ante la aclamación popular de un publico que todavía quería más, para rematar su descarga con un segundo bis, que estuvo compuesto por ese relámpago instrumental que cerraba su segundo trabajo “El Barón Vuela Sobre Inglaterra”, para acabar firmando un final verdaderamente espectacular con “El Malo”.

Seguramente, si preguntamos a los que asistieron a esta celebración del trigésimo quinto aniversario de los Barones cada uno podría confeccionar su propia lista de los temas que faltaron a lo largo del show, pero mirando las cosas con perspectiva creo que Barón Rojo nos ofrecieron un repertorio verdaderamente brillante, interpretando sus clásicos de siempre e incluyendo algunas gemas menos habituales en sus directos. En cualquier caso, los Barones volvieron a firmar una nueva clase magistral en tierras catalanas. El tiempo pasa, los modas van y vienen, pero hay cosas que se mantienen siempre igual…. Y una buena muestra de ello es el potencial, la clase y la personalidad que continúan desplegando estos currantes del rock en cada una de sus presentaciones. Así que sólo me queda decir: “¡Larga Vida Al Barón!”



TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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