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domingo, 12 de junio de 2016

KING KOBRA+TABÜ-RAZZMATAZZ 3-BCN-8-JUN-2016



Banda legendaria dentro del panorama americano, la formación capitaneada por el batería  Carmine Appice  y completada por nombres ilustres de la escena consiguió rápidamente el reconocimiento del publico gracias a la excelente acogida que obtuvieron sus primeros trabajos “Ready To Strike” (1985) y Thrill Of A Lifetime” (1986). Desafortunadamente, la banda no pudo mantener el nivel tras la espantada que protagonizaron el bajista Johnny Rod, el guitarrista Mick Sweda y el vocalista Mark Free,  y su “King Kobra III”, con el vocalista  Johnny  Edwards al frente, no consiguió colmar la expectativas de sus seguidores. Tras permanecer muchos años fuera de la circulación, ya en el siglo XXI el mítico batería anunciaba que la banda grabaría un nuevo trabajo contando con el vocalista Kelly Keeling, el resultado no pudo ser más decepcionante, un poco inspirado “Hollywood Trash” veía a la luz en 2001 provocando la indiferencia generalizada entre los seguidores del hard rock. No sería hasta que la discográfica Frontiers Records hizo una oferta a Appice que el batería no se decidió a volver a llamar a algunos de sus ex_colegas para volver a intentarlo de nuevo con el vocalista Paul Shortino.

Para el recuerdo quedan sus videos clásicos, con  impagables indumentarias y sus imposibles cabelleras crepadas, ya que los actuales King Kobra son una banda más sobria y menos excesiva, aunque puestos a hacer justicia siguen contando entre sus filas con el descarriado bajista Johnny Rod, quien parece no haber perdido esa actitud salvaje que siempre le ha caracterizado. En cualquier caso, la visita de la formación americana a la Capital Catalana resultaba un atractivo aliciente para todos aquellos que, por motivos generacionales, pensábamos que nunca tendríamos la ocasión de verles en directos, y más si tenemos en cuenta que su última visita a nuestro país data de  mediados de la década de los ochenta cuando tocaron en la capital con el vocalista Mark Torien. Sin duda, el gran ausente de la cita sería el vocalista Mark Free quien, tras la operación de cambio de sexo que le convirtió en Marcie Free, parece plenamente centrado en sus Unruly Child.

Con un público veterano y entendido, la sala pequeña del Razzmatazz se preparaba para albergar una de las actuaciones más esperadas de los últimos tiempos. Para ejercer como anfitriones contaríamos con el concurso de Tabü, banda veterana dentro de la escena catalana que en octubre de 2014 publicaba su tercer trabajo  “Destino". Frente a una audiencia llena de amigos y conocidos, ya que el cuarteto tocaba en casa, la banda aparecía en escena para ofrecernos un repertorio basado en el material de su última entrega, calentando al personal con la explosión hard roquera que supusieron las adictivas melodías de "Escúchame", con el que ponían de manifiesto su apuesta por las buenas melodías y unos estribillos directos y coreables. Sin desmarcarse en exceso de los cánones que marcaron la pieza de apertura, el show proseguiría con los aromas A.O.R. que nos propondrían en  piezas como el single "Nada" y "Dame", que serviría como muestra del material contenido en su anterior trabajo "Romper Con Todo".

Pese a que la banda se mostró en escena como un colectivo solido y compacto, fueron el vocalista David García y el guitarrista Jordi Gorchs, quienes se llevaron la mayoría de las miradas, liderando a sus compañeros en los elegantes desarrollos del medio tiempo "Jaula de Cristal". La sorpresa de la noche llegaría con una inesperada versión del "Cuerpo a Cuerpo" de los míticos Sangre Azul, que fue fantásticamente recibida por una audiencia que no vaciló a la hora de corear su pegadizo estribillo.

Una nueva mirada al pasado nos conduciría sobre "Hoy Por Ti", con la que David nos invitaba a mover los pies en un nuevo ejercicio de hard rock marchoso y melódico. La encargada de rebajar los ánimos sería la balada "Contigo Estaré", con el vocalista  ofreciéndonos una interpretación cargada de feeling e intensidad,   mientras Jordi nos dejaba una buena muestra de su elegancia a la hora de atacar su instrumento. 

Pero sin duda si hay algo que marcó la descarga de los catalanes fue la potencia hard roquera que exhibieron en cortes como "Tan Solo", con la que nos invitaban a levantar los puños al aire para corear sus estribillos.

El único recuerdo que se permitieron hacia su debut "Ven A Mi" (2008) llegaría de manos del marchoso "Siempre Locos". Aunque parecía que la descarga de Tabü había concluido, las demandas de la audiencia acabaron propiciando que los catalanes no se marcharán sin descargar la pieza que presta título a su último redondo "Destino", tras el abandonaron el escenario dejando unas buenas sensaciones. Veteranía, clase y elegancia, Tabü nos dejaron una buena muestra de su hard rock adictivo y con tintes ochenteros. De cara al verano la banda ha anunciado nuevas fechas, entre ellas su participación en festivales como  el de  Can Mercader y el Ripollet Rock, de modo que si eres seguidor del hard/A.O.R. nacional yo no me los perdería.

Impaciencia, expectación,  y muchas dudas giraban en torno a las prestaciones que ofrecería en escena King Kobra, y, sobre todo, en torno a cual sería el repertorio escogido para la ocasión. Y es que aunque sabíamos que el material de sus dos últimas entregas gozaría de un protagonismo destacado, todos ansiábamos poder volver a escuchar esos himnos que se han convertido en auténticos clásicos para los seguidores del hard rock. Ante una sala muy concurrida y acogidos con la euforia propia del que lleva muchos años esperando algo, el quinteto aparecía en escena apostando en el arranque por una de esas piezas que todos anhelábamos escuchar “Ready To Strike”, lo que provocó la explosión de euforia entre una audiencia que no vaciló a la hora de corear su matador estribillo. Evidentemente, el registro de Shortino dista mucho del de Free, y aunque el vocalista no estuvo a su mejor nivel, lo cierto es que supo solventar con solvencia este primer desafío. Tras recuperarnos del impacto inicial, llegaba el momento de pasar revista a los músicos que estaban sobre las tablas, allí pudimos distinguir al incombustible Appice tras los tambores, al guitarrista David Michael-Philips y al extrovertido bajista Johnny Rod. Como remplazo de Mick Sweda contaríamos con Jordan Ziff, que, pese a mostrarse algo tímido, acabó cuajando una excelente actuación.

La noche había empezado de la mejor manera, rememorando uno de sus grandes éxitos. Pero, rápidamente, la banda se centraría en el material facturado durante los últimos años, dando cabida al hímnico “Tear Down The Walls”, que conseguía recabar la participación del público durante su arranque; para luego dejar paso  al más simplón “Knock´Em Dead”, que, pese a contar con un vistoso duelo entre David y Jordan,  y un final rotundo a manos de un Appice arrollador, no acabó de cuajar entre la audiencia. La encargada de hacer que el show volviera a repuntar sería “Shadow Rider”, todo un ejercicio de clasicismo roquero que volvía a elevar la temperatura en la sala, con los músicos ocupando la primera línea de fuego mientras Shortino cantaba las estrofas en la parte trasera junto a la batería.


A estas alturas de concierto resultaba evidente que la banda no iba a porfiar su suerte a la apuesta segura que hubiera supuesto un setlist basado en el material de sus primeros trabajos, así que la elegida para escenificar el contraste entre el pasado y el presente sería “Live Forever”, que arrancaría con unas rotundas líneas de bajo para acabar conduciéndonos sobre un cuidado juego de armonías de guitarras dobladas. Precisamente, el primer solo de la noche estaría reservado para Johnny Rod, quien tras martillear su bajo con la cabeza se marcó unas estrofas del “Wild Child” de W.A.S.P., una elección tan sorpresiva como inesperada que provocó que todos nos sumáramos al bajista a la hora de cantar. Sí, nuevamente el quinteto, o mejor dicho Rod, había vuelto a meter a la gente en el concierto, de modo que llegaba el momento de aprovechar la ocasión para hacer que la sala se viniera literalmente abajo, y que mejor elección que su versión de Kick Axe, un coreadísimo “Hunger”.

No sería esta  la última licencia que se permitió el combo americano, ya que los minutos siguientes estarían marcados por el tributo al clasicismo hard & heavy, con las guitarras David y Jordan y protagonizando  un incendiario duelo que incluyó un fugaz guiño al “Highway Star”, mientras que  posteriormente sería Shortino quien tributaría su particular homenaje al inmortal Ronnie James Dio, regalándonos un fragmento del mítico “Heaven & Hell”, como introducción para “Monsters And Heores”, rememorando la primera pieza que grabó con la banda. El primer guiño que se permitieron a su segundo trabajo “Thrill Of A Lifetime”, estaría reservado para el comercial “Iron Eagle”, que formó parte de la banda sonora de la película del mismo nombre.

La encargada de volver a centrarnos en la actualidad de la banda sería  “Running Wild”, que nuevamente volvió a gozar de una discreta acogida, aunque más por el seguimiento del publico, que no por la actitud y la entrega que mostraron los músicos sobre las tablas, especialmente el hiperactivo Rod. Pese a que en el pasado los miembros de la banda tuvieron sus diferencias, lo cierto es que actualmente parece que se respira un excelente clima entre ellos, ya  que durante la descarga fueron constantes las bromas y los guiños entre Rod, Appice y David. Como no podía ser de otra forma el carismático batería tendría ocasión de mostrarnos sus habilidades en su solo, proponiéndonos un ejercicio en el que apostó más por la pegada que por la técnica, pero que afortunadamente no se hizo excesivamente largo y que se acabaría convirtiendo en la introducción de “Midnight Woman”, que de entre los temas de la última época fue de las que más me gustaron, con un Shortino brillante alternando sus tonalidades rasgadas  con la calidez de los estribillos.

Al igual que sucediera en  la portada de su segundo trabajo “Thrill Of A Lifetime”, la descarga de King Kobra fue una montaña rusa, alternando momentos vibrantes con otros más densos y tediosos, pero para poner la guinda a esta primera parte del show el quinteto optaría por otro himno de la primera época, el adictivo “Raise Your Hands To Rock”, toda una declaración de intenciones que dejaba a la audiencia con una sonrisa de oreja a oreja. Para su vuelta sobre las tablas los americanos optarían por dos piezas de sus dos últimos trabajos “Turn Up The Good Times”, de su álbum homónimo de 2011, y “Have A Goood Time”. Y precisamente creo que este fue el principal motivo por el que la descarga no nos acabó dejando con un buen sabor de boca, ya que a mi parecer hubiera sido mejor que se hubieran reservado alguna pieza de sus primeros trabajos para finiquitar la velada. En cualquier caso, los americanos arribaron a la ciudad condal dispuestos a saldar la deuda contraída con la audiencia catalana hace tres décadas. Seguramente muchos dirán que vimos a una banda que, pese a la presencia de alguno de sus miembros fundadores, poco tiene que ver con la de mediados de la década de los ochenta, pero aunque solo fuera por ver a semejante constelación de estrellas reunidas sobre el escenario la cita mereció la pena. 




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ

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