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viernes, 24 de junio de 2016

ZAKK WYLDE+JARED JAMES NICHOLS-BARTS-BCN-14-JUN-2016



Veinte años separan la edición de las dos entregas de "Book Of Shadows". Conocido por la rotundidad de sus riffs, la crudeza de sus directos y su inconfundible presencia escénica, Zakk Wylde ha pretendido plasmar en su proyecto en solitario su faceta más personal e intimista, desnudando sus composiciones de ese filo aniquilador y metálico  para concentrarse en dar rienda suelta a sus influencias más clásicas,  esas que beben directamente del rock, el blues y el country. Pese al enfoque que el “hacha” propone en este nuevo tour, radicalmente opuesto al que nos tiene acostumbrados, Wylde ha vuelto a contar con los servicios del batería  Jeff Fabb, el bajista John DeServio y el guitarrista y teclista Dario Lorina. Es decir, con los músicos que le acompañan habitualmente en  Black Label Society.

Lo que si cambiaría en esta ocasión sería el recinto escogido para albergar su descarga, ya que el fornido guitarrista se presentaba en la Sala Barts, un enclave que nos garantizaba una excelente visibilidad y una mejor acústica. Si Wylde arribaba a la capital catalana dispuesto a mostrarnos su vertiente más personal e intimista, para abrir la velada contaríamos con el concurso del talentoso guitarrista  Jared James Nichols, uno de los nuevos valores de la escena americana que llegaba dispuesto a ofrecernos un exhaustivo repaso a su primer largo “Old Glory And The Wild Revival”. Pese a su juventud, no era esta la primera vez que Jared pisaba los escenarios catalanes, ya que tuvimos ocasión de verle en acción en la última edición del  Calella Rockfest.

Siguiendo la estela que marcan nombres míticos como Steve Ray Vaughan, Johnny Winter, o más recientes como Joe Bonamassa, el "hacha" de Wisconsin sorprendió a más de uno con su peculiar  forma de tocar la guitarra  y, sobre todo, con  su actitud roquera y salvaje; combinando a la perfección la magia y el feeling bluesero con la potencia hard roquera que exhibió en temas como el inicial "Blackfoot".

Dejando a un lado la calidad de sus composiciones, Jared se destapó como un buen vocalista y un excelente frontman, animando  al respetable a acompañarle en temas como "Crazy" o el potente  "Haywire", que dominado por una contundente base rítmica se convertiría en el soporte perfecto para que el guitarrista nos deleitara con  sus habilidades.

Tampoco faltarían a lo largo del show los pasajes marchosos y desenfadados contenidos en “Can You Feel It?”, que fue la escogida para hacernos cantar a todos. Respaldado en una formación clásica de trío, Jared y sus compañeros mostraron una gran solvencia a la hora de transitar por diferentes registros, de modo que tras mostrarnos su material más eléctrico y hard roquero llegaba el momento de rebajar el nivel de intensidad con los desarrollos  blueseros de “Gone”. Aunque, definitivamente, los  momentos más vibrantes de su actuación estarían reservados para  los excelsos desarrollos  incluidos en  “Playin´For Keeps”, que nos dejaba a  un Jared completamente desatado.

Tras una pausa algo más larga de lo habitual, un vistoso escenario decorado con un gran telón de fondo y sendos paneles laterales, -que recordaban la ambientación oscura y decadente de la portada de su último trabajo-, se preparaba para albergar la descarga de Wylde y sus muchachos. De forma parsimoniosa y acompañados de una melancólica introducción los músicos tomaban  posiciones para dar el pistoletazo de salida con una extensa versión de “Sold My Soul”, en la que el guitarrista, ataviado con un sombrero del Barça, aprovecharía para ofrecernos la primera concatenación de solos. Tras recibir una calurosa bienvenida, la velada proseguiría con una tripleta de su último redondo, ofreciéndonos los aromas introspectivos de “Autum Changes”, con las notas del piano de Dario Lorina respaldando los alardes de un Wylde que se mostró pletórico durante todo el show.

A diferencia de lo que suele ser habitual en sus directos, en esta ocasión no hubo pies de micro con cadenas y calaveras, ni vistosos penachos de plumas, ya que toda la escenografía buscaba recrear una ambientación de lo más sobria. Aunque esto no quiere decir que el guitarrista no nos obsequiara con una buena ración de sus mejores poses de guitar-hero, ya fuera encaramándose sobre una pequeña tarima central o recorriendo el escenario de punta a punta mientras desgranaba piezas como “Tears Of December” o la reflexiva “Lay Me Down”, que servían para crear ese halo intimista que se mantendría a lo largo de toda la velada.

Dejando a un lado su faceta como guitarrista, Wylde se haría cargo del piano para llevar la melodía central del desgarrador “Road Back Home”, dejando que fuera Lorina, quien se hiciera cargo del solo, mientras el rubio guitarrista alzaba su taza al aire para brindar con todos los presentes. No tardaría mucho en recuperar su instrumento dejando que fuera Lorina quien se hiciera cargo de la acústica para acompañarle durante “Yesteday´s Tears”, que impregnaba el recinto de esos suculentos  aromas sureños deudores de bandas como Lynyrd Skynyrd. Una nueva mirada sobre la primera parte de “Book Of Shadows” nos conduciría sobre “Between Heaven And Hell”, durante la que Wylde se haría cargo también de la armónica mientras sus compañeros se encargaban de respaldarle  en  las armonías vocales.

Aunque entre los asistentes hubo quienes no acabaron de comulgar con el repertorio escogido para la ocasión, lo cierto es que la gran mayoría teníamos  claro que el show de esta noche estaría centrado en el material de las dos partes de “Book Of Shadows”, de modo que esa ambientación brumosa y un tanto sombría continuaría fluyendo gracias a la intensidad desplegada en piezas como “Darkest Hour”, que nos dejaba a  Wylde como único guitarrista para ofrecernos otra excelsa exhibición guitarrera.

Con el escenario sumido en la más absoluta oscuridad, el estruendoso rugido de la tormenta nos anunciaba  la llegada de “Throwin´ It All Away”, que se convertiría en el momento más vibrante de la noche, con Wylde abandonando el escenario para recorrer la pista, -escoltado por su equipo de seguridad-, e interpretar un extenso solo desde la parte trasera del local mientras la gente no dejaba de fotografiarle. Para  su retorno sobre las tablas le estaría esperando su acústica para interpretar en solitario una sentida “Dead As Yesterday”, con la que volvía a relajar los ánimos del respetable y recababa una de las mayores ovaciones de la noche.

Junto a sus compañeros, y nuevamente con Lorina haciéndose cargo de la acústica,  arrancaría  “Eyes Of Burden”, que acabaría dejando paso a la  pieza escogida  para poner el punto y seguido a la velada, “Way Beyond Empty”. Para su retorno sobre las tablas  Wylde se haría cargo de la voz y el piano durante el tramo inicial de “The King”, para posteriormente empuñar su guitarra y arrollarnos con otro solo marca de la casa. Curiosamente, esta última parte del show estaría reservada para el material de su última entrega, así que serían “Lost Prayer” y una extensa  “Sleeping Dogs”, las encargadas de rubricar la velada.

Lejos de la fiereza metalera de anteriores visitas,  Zakk Wylde nos ofreció un concierto sobrio y elegante, en el que lo que primó fue el sentimiento que busca transmitir con sus composiciones. Pese a ello, el carismático guitarrista no se olvidó  de ofrecernos algunas píldoras de su peculiar estilo, ese que le ha convertido en  referencia obligada  para todos los  seguidores de las seis cuerdas.



TEXTOS:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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