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lunes, 11 de julio de 2016

BE PROG! MY FRIEND-POBLE ESPANYOL-BCN-2JUL-2016



ANNEKE VAN GIERSBERGEN PRESENTS THE GENTLE STORM

Tras unas merecidas horas de sueño reparador y con las pilas bien cargadas para vivir la segunda jornada del festival, que en esta jornada de sábado adelantaba su inicio, nos preparábamos que tal sonaría el material de The Gentle Storm, la nueva aventura de Anneke Van Giersbergen. Aunque resulta evidente que la presencia de la carismática vocalista es su principal reclamo, no es el único, ya que compartiendo las voces con la pelirroja contaríamos con Marcela Bovio de Stream Of Passion.

Mucha curiosidad y bastante expectación había en torno a cual sería el repertorio escogido y el peso que tendría el material de The Gathering, y lo cierto es que todos nos llevamos una magnífica impresión al regalarnos la formación un show compacto, rotundo y con numerosos guiños metaleros. Ante una audiencia que se entregó totalmente a ellos The Gentle Storm nos ofrecieron una buena muestra de sus poderosas armas, demostrando que no están dispuestos a vivir de nostalgias ni rentas del pasado. Para ello que mejor que un ritmo intenso y la dualidad vocal que nos propusieron ambas vocalistas en temas como "Heart Of Amsterdam" o "The Storm".

Pese a mostrar una apuesta decidida por su propio material no faltarían algunos guiños al pasado con la deliciosa "Isis And Osiris" de Ayron, ni el toque estrambótico de "Fallout", del genio canadiense Devin Townsend. Mucho se hicieron oír los seguidores de The Gathering y su recompensa llegaría con "Strange Machines", que se convertiría en el momento álgido del show. La guinda la pondrían los delicados arreglos de "Shores Of India", que nos dejaban a todos con una sonrisa de oreja a oreja y con la sensación de que esta nueva aventura de Anneke tiene ante si un largo recorrido.

BETWEEN THE BURIED AND ME

Los encargados de recoger el testigo con el sol todavía cayendo a plomo sobre el recinto del Poble Espanyol  serían los americanos Between The Buried And Me, quienes arribaban dispuestos a volarnos la cabeza con su personal mezcla de metal progresivo y  portentosas ráfagas de metalcore. Como ya sucediera en sus anteriores visitas la dupla compuesta por el vocalista Tommy Giles Rogers y el guitarrista Paul Waggoner serían los encargado de comandar las poderosas acometidas  de los de Carolina del norte.

Con un repertorio centrado en el material facturado durante la última década, el quinteto arrancaba con fuerza golpeándonos directamente con “The Coma Machine”, cimentando las bases sobre las que giraría su actuación: un sonido arrollador, unos temas rabiosos e incisivos y un frontman con actitud y carisma que se encargó de mover al personal sin  dejar que la fiesta decayera en ningún momento. Sin embargo, el encargado de poner el toque de clase y distinción sería Paul Waggoner, quien se mostró absolutamente implacable, mezclando a la perfección riffs trepidantes y asesinos con ejercicios solistas repletos de virtuosismo.

Sin duda otro de los puntos fuertes de la descarga del combo americano fue el incendiario ritmo que imprimieron a su descarga, alternando sus temas sin apenas darnos tiempo para recuperar el aliento, dejando que cortes de su anterior trabajo como “Extremophile Elite”,  “Telos” o “Bloom”, ocuparan un lugar privilegiado dentro del repertorio para conseguir espolear al máximo a una audiencia cada  vez más animada y  entregada.

Aunque pocas pegas se puede poner a la brutal descarga que nos ofrecieron los de Carolina del Norte, los más veteranos seguro que acabaron echando en falta algún recuerdo a su aclamado debut homónimo, ya que la pieza más antigua que nos ofrecieron fue “Selkies: The Endless Obsession”, que fue la elegida para  cerrar una descarga que se nos hizo especialmente corta. 

MAGMA
  
Como en cada edición del Be Prog! My Friend, los organizadores nos tenían preparada una sorpresa, ya que esta ocasión los elegidos para representar la diversidad y la filosofía innovadora  de un estilo que hunde sus raíces en la mítica década de los sesenta serían Magma. Así que mientras los más jóvenes aprovechaban para recuperar el aliento y prepararse para la inminente llegada de Mikael Akerfeldt y sus muchachos, los más veteranos y puristas se afanaban en buscar  una buena ubicación desde la que seguir de cerca y sin perderse detalle la actuación de la formación gala.

Pese a su longeva trayectoria no puede decirse que Magma se hayan  prodigado en exceso sobre  nuestros escenarios, ya que la presente significaba su tercera visita a nuestro país, y la primera en la última década.  Sin duda la carrera de Magma ha estado marcada por la complejidad y extensión de sus composiciones, el carácter conceptual de sus álbumes de estudio, y por su peculiar forma de  fusionar el jazz, el rock y, sobre todo, por el tratamiento de las armonías vocales como si fueran un instrumento más.

Considerados los padres del Zeuhl, los franceses nos ofrecieron un viaje cargado de melodías étnicas, ritmos tribales y cánticos espirituales evocadores de las culturas afroamericanas,  desplegando a lo largo de sus extensas composiciones todo el bagaje y la experiencia adquirida a lo largo de todos estos años. Pese a ello, su propuesta  no llegó a conectar con una audiencia poco predispuesta a mantener la atención ante una propuesta tan mestiza y compleja.  

En cualquier caso, fueron muchos los seguidores que no quisieron desaprovechar  la ocasión de reencontrarse con una banda mítica. Así que tras disfrutar intensamente de opus como “Theusz Hamtaahk” o “Zombies” no eran pocos los que calificaban su descarga como una de las mejores de esta tercera edición del festival. En definitiva, como suele suceder en muchos casos división de opiniones entre los presentes. Mientras algunos mostraron una absoluta indiferencia por el legado de una banda que camina inexorablemente hacia el medio siglo de vida,  otros saborearon intensamente una de las pocas ocasiones en que los franceses se han acercado a nuestros escenarios para dejar una buena muestra de su peculiar estilo.

OPETH

Tras haber salido como uno de los grandes triunfadores del festival en su primera edición Mikael Åkerfelft, Miguelito para los amigos catalanes, y sus secuaces llegaban al recinto del Poble Espanyol, una vez concluido el proceso de composición de su próximo trabajo "Sorceress" que verá la luz el próximo otoño, para ratificar su posición como uno de los grandes baluartes del género. Siempre en el centro del huracán por su constante evolución Opeth ofrecieron un show dinámico, intenso y muy variado en el que ahondaron en las diferentes facetas de su particular estilo.

Además, un cuidadísimo juego de luces acabó resultando crucial para que su descarga se convirtiera en una de los más brillantes de la jornada. Con un sonido arrollador la descarga arrancaba con la heterogénea "Cusp Of Eternity", que significó su primer y único guiño a su último trabajo que acabaría dejando paso a "The Devil' s Orchard" y la apabullante "The Leper Affinity", que desataba la euforia entre sus fans más veteranos.

Como siempre Mikael se mostró incisivo e irónico durante las presentaciones, y aunque en un par de ocasiones amenazó con presentar alguna nueva composición lo cierto es que tiró, y mucho, de catálogo para hacernos retroceder en el tiempo con latigazos incontestables como el oscuro y desolador "Godhead's Lament". Ese toque vacilón e irreverente al que nos tiene acostumbrados se haría patente con el guiño a Skid Row antes de atacar "To Rid The Disease".

La vuelta sobre los últimos trabajos de la banda estaría marcado por la envolvente "I Feel Dark", para como si fuera un vieje en el tiempo retroceder sobre sus pasos y rescatar viejas favoritas como "Heir Apparent" o la icónica "Demon Of The Fall", que impregnaba el recinto de un aura de misterio y perturbación. Corta, muy corta acabó resultando la descarga de Opeth, así que sus seguidores demandaron insistentemente que la banda permaneciera sobre las tablas. De modo que la recompensa a la entrega de sus seguidores llegaría con "The Grand Conjuration" y la inevitable "Deliverance". 

En resumen, aunque ni mucho menos fue la mejor actuación que les he visto, Opeth dejaron patente que son una banda con un pasado glorioso y un futuro prometedor, en el que continuarán evolucionando gracias a la calidad, el carisma y la intuición de un compositor como Mikael Åkerfelft.

STEVEN WILSON 

Hay artistas que con el paso de los años consiguen revestirse de un aurea especial, de un carisma y una  personalidad que les convierten en  auténticos referentes. Si hace tan solo unos meses Steven Wilson se presentaba en solitario en la sala  Barts para ofrecer un concierto íntimo  en el  que desgranó su última obra “Hand.Cannot.Erase”, en esta ocasión, el genio londinense nos ofrecería un show más dinámico y trepidante, en el que hubo varios recuerdos hacia su etapa al frente de Porcupine Tree.

En cuanto  a la formación que le acompañaría sobre el escenario sería la misma que nos visitó el pasado mes de septiembre, destacando especialmente la labor del guitarrista Dave Kilminster, quien dio todo un recital de clase, virtuosismo y feeling, llegando incluso a robarle algún momento de protagonismo a su “jefe”. Tampoco cambiaría en exceso el montaje escénico escogido para la cita, con una mesa en el centro del escenario donde se ubicarían unos teclados y un portátil que Wilson utilizaría a lo largo de la velada. En cuanto al repertorio, Wilson optó por dos suites perfectamente diferenciadas. En la primera daría una especial relevancia al material de  su última entrega, desgranando algunos de sus números más vibrantes junto a un cuidado juego de imágenes que ayudarían a seguir la descorazonadora historia de Joyce Carol Vincent. Mientras que  la segunda parte estaría reservada para la nostalgia, rescatando piezas de trabajos anteriores y alguna gema de Porcupine Tree.

Con las imágenes de un vecindario proyectadas sobre la gran pantalla que presidia el escenario poco a poco irían apareciendo los músicos en escena para adentrarnos en “First Regret” y “3 Years Older” que serían las encargadas de  crear ese ambiente intimista y mágico que se mantendría durante  esta primera parte del show. Cabe destacar que todo a lo largo de la descarga del maestro británico sonó a la perfección, consiguiendo que todos quedáramos embelesados con la magnificencia de “Hand.Cannot.Erase”, lo que propiciaba que la descarga poco a poco fuera creciendo en intensidad.

Aunque teniendo en cuenta la línea argumental del plástico resulta muy difícil destacar algún tema por encima del resto, sin duda me quedaría con los dramáticos  silencios que marcarían “Routine”, los rotundos guitarrazos que acabarían provocando el éxtasis colectivo durante la marchosa “Home Invasion”, o las oleadas de acida psicodelia del delicioso “Regret #9”. Más cercano y comunicativo  que en anteriores ocasiones, Wilson tuvo tiempo para bromear e incluso tirar de ironía a la hora de las presentaciones, tal y como sucedió cuando abandonó por primera vez la línea  conceptual que estaba llevando el show para deleitarnos con una celebradísima “Lazarus”.

Tras recibir una estruendosa ovación, el protagonista de la noche se sentaría tras los teclados para liderar a sus compañeros a través de la laberíntica  “Ancestral”, que marcaría el retorno sobre el material de “Hand.Cannot.Erase”, para acto seguido ejercer como maestro de ceremonias y aunar las voces de todos los presentes durante  “Happy Returns”. El último capítulo de la historia estaría reservado para la melancólica y etérea  “Ascendant Here On…”  

Si hasta ese momento la descarga había sido muy similar a la de su anterior visita, sería a partir de este punto cuando Wilson cambió radicalmente de registro y nos sumergió de lleno en las eclécticas ambientaciones que marcarían “Index”, que se convertiría en el primer recuerdo hacía su doble de 2011 “Grace For Drowning”. La magia no dejaría de fluir intensamente gracias a las  ensoñaciones que nos provocaron las envolventes melodías de “Harmony Korine”, que fue acompañada con imágenes de su video-clip.

Aun más atrás en el tiempo, concretamente a la época de “Stupid Dream”, nos conduciría  una alargada versión de “Don´t Hate Me”, que nos dejaría a  las guitarras de Wilson y Kilminster volviendo a llevar las riendas para redescubrir, una vez más, la faceta más roquera de un Wilson que reclamó nuestra colaboración para ayudarle en los estribillos. El contraste llegaría de manos de la sugerente “Vermillioncore”, que volvía a relajar el ambiente antes de que el rugoso bajo de Nick Beggs se encargara de dar el pistoletazo de salida a un rotundo ejercicio de psicodelia que se vería potenciado por un fantástico juego de luces.  Para poner el punto y seguido a la velada volvería a recurrir al material de Porcupine Tree, confiando en   “Sleep Together” para desatar la euforia entre una audiencia que estaba disfrutando al máximo del show.

Para su retorno a escena Wilson y sus muchachos optarían por ofrecernos las dos vertientes de su sonido. Así que mientras la desoladora “The Sound Of Muzak”, era la encargada de hacer que toda la audiencia se dejara arrastrar por la potencia y la garra,  “The Raven That Refused To Sing”, sería la elegida para cerrar su descarga adentrándonos en tesituras más oscuras e intimistas. En definitiva,  Steven Wilson es a día de hoy uno de los grandes gurus del sonido progresivo, eso nadie lo va a discutir. Pero lo que es cierto es que  gran parte de  culpa de que el genio británico pueda llevar al directo mucho de lo que propone en sus  producciones  de estudio la tiene la excelsa calidad de los músicos que le acompañan en vivo.


TEXTURES

Como siempre suele ser habitual en los festivales, después de las descargas más esperadas, -en esta ocasión las de Opeth y  Steven Wilson-, muchos decidieron dar por concluida  esta tercera edición del Be Prog! My Friend. Afortunadamente, para los que todavía teníamos fuerzas y ganas de  un poco más de acción contaríamos con el concurso de Textures.

 Era ya muy tarde, estábamos agotados, pero los holandeses salieron con las pilas bien cargadas y dispuestos a hacernos mover las cervicales intensamente gracias a la potencia que desplegaron en trallazos incontestables como “One Eye Of A Thousand” o  el novedoso “New Horizons”, que les sirvieron  para poner de manifiesto su apuesta decidida por unas guitarras poderosas, casi fronterizas con el death y el goove.

Mención especial merece el trabajo de  Daniël de Jongh quien no dejó de recorrer el escenario incansablemente mientras animaba a la gente a seguir sus incendiarias acometidas core. Y es que desde que el vocalista se incorporara a la banda en 2010, gracias a su garra y a su buen hacer como frontman se ha convertido en una pieza clave en los directos de los de Tilburg.

Aunque como era previsible el grueso del repertorio estuvo centrado en su última placa  “Phenotype”, del que no faltaron “Illuminate The Trail” o “Zman”,  la banda no quiso dejar pasar la ocasión para repescar viejas favoritas como  “Singularity”, extraída de su fantástico “Dualism” de 2011, o para bucear  aun más en su extenso catalogo e incidir en esa rotunda tripleta final que protagonizaron  “Regenesis”, “Awake” o la imprescindible “Laments Of An Icarus”, que servían para retrotraernos a   la época con el vocalista Eric Kalsbeek al frente.

Potencia, versatilidad y una garra incontestable, fueron las armas que exhibieron Textures para cerrar por todo lo alto y ante unos pocos valientes que resistieron hasta el final esta tercera edición del Be Prog! My Friend. Así que mientras los más noctámbulos encaminábamos nuestros pasos hacia la céntrica Plaza España de la Ciudad Condal ya se empezaban a  escuchar  los primeros deseos y demandas de cara a la próxima edición…, pero para conocer algunos de esos detalles todavía tendremos que esperar unos meses. Así que mientras tanto  paciencia y, no lo olvides, Be Prog! My Friend.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER




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