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miércoles, 18 de enero de 2017

DARE+HEART 2 HEART-RAZZMATAZZ 3-BCN-12-ENE-2017



A principios de la década de los ochenta un joven y desconocido Darren Wharton se incorporaba a la banda de Phil Lynott para encargarse  de los teclados en el décimo álbum de estudio de Thin Lizzy, “Chinatown”. Desde entonces su nombre siempre estuvo ligado al del mítico bajista y vocalista, e incluso, a día de hoy, sigue formando parte de las reuniones de la legendaria banda irlandesa. Pero sin duda la formación que ha marcado su carrera ha sido Dare, con los que Wharton se ha consolidado como uno de los vocalistas más elegantes, convirtiéndose en un referente obligado para todos los seguidores del A.O.R. y el hard rock melódico.

 Si dejamos a un lado “Arc Of The Dawn” (2009), que nos ofrecía algunos temas nuevos, versiones y viejas favoritas regrabadas;  y “Calm Before The Storm 2” (2012), el último trabajo del combo gales  “Beneath The Shining Water” se remonta a 2004. Durante este periodo la banda se ha dejado ver en diferentes ocasiones por nuestros escenarios. Sin ir más lejos, el pasado mes de Agosto formaron parte del cartel de la undécima edición del  Leyendas Del Rock. Para estos conciertos en nuestro país Dare  traían bajo el brazo “Sacred Ground”, un álbum maduro, melódico y, ante todo, adictivo que sirve para reeditar en estudio la sociedad entre Wharton y el guitarrista Vinny Burns.

El enclave elegido para el reencuentro con el público catalán  sería la sala pequeña del Razzmatazz, donde un buen numero de seguidores, -que en su mayoría superaban holgadamente la treintena-, se reunirían para dar calor y ambiente a una velada que estaría marcada por la nostalgia, la clase y la melodía. Los encargados de ejercer como anfitriones para los británicos serían los locales Heart 2 Heart, que aprovecharían su oportunidad para dar buena cuenta de las composiciones de su nuevo trabajo “Never Gonna Stop”.

Contrariamente a lo que suele ser habitual, cuando Heart 2 Heart aparecieron sobre las tablas el recinto presentaba ya un buen aspecto. Respaldados por amigos y conocidos el quinteto nos ofreció una buena muestra de su hard rock melódico, salpicado de pinceladas A.O.R. y esencias ochenteras. Con su vocalista Sara ejerciendo como maestra  de ceremonias, la descarga arrancaba con “Partners In Crime”, que plasmaba el rodaje adquirido desde que se formaron a finales de 2012. Otro detalle a resaltar fue la potencia con la que sonaron temas como “Strangers”, con mucha más pegada y garra roquera que en su versión de estudio.

Quizás la única pega que se puede poner al show de los barceloneses fue que se les notó un tanto nerviosos, especialmente a Sara. Pero en líneas generales su descarga dejó unas buenas sensaciones entre los presentes, y la mejor prueba fue la cálida acogida que obtuvieron temas como “Bad Taste”, o su single “Wet”. Tampoco faltaría durante su show algún guiño al pasado, rescatando para la ocasión temas como “Sleeping Away”, que formaba parte de su anterior EP “From Now On”.

Sintiéndose cada vez más a gusto sobre las tablas, el quinteto encararía la recta final de su actuación  con “Dream Until The End”, que Sara dedicó a todos los soñadores; para acto seguido cambiar de registro y proponernos los aromas más relajados del vitalista “Let´s Live It Up”.  Mucho más marchosa y roquera resultaría la guitarrera “I´m For You This Time”, que nos dejaba al público apoyando con palmas su desarrollo. Mientras que la elegida para cerrar el show sería la hímnica “We Are One”. En definitiva, que el combo barcelonés  cumplió con su cometido, amenizándonos  la espera con su hard rock melódico antes de la llegada de los protagonistas de la noche.

Muchas ganas había de volver a deleitarnos  con la elegancia y la maestría de Darren Wharton y sus muchachos. Aunque para la mayoría de sus seguidores lo mejor de la obra de los galeses se concentra en sus primera obras: el magistral “Out Of Silence”(1989) y “Blood From Stone” (1991), lo cierto es que  el resto de su discografía conserva ese tratamiento exquisito a la hora de tratar las melodías, aunque tal vez adolezca de la garra roquera de sus primeros trabajos.

Quizás por ello no sorprendió a nadie que  el show arrancara de forma sosegada, con las bucólicas ambientaciones que marcarían la preciosista “Sea Of Roses”, que era la escogida para romper el hielo y que servía para que Wharton tuviera la primera toma de contacto con sus seguidores. Simpático, risueño y cercano, el vocalista rápidamente conquistaría  al respetable, exhibiendo un buen estado de forma y una elegancia que sirvieron para encandilar a una audiencia que parecía entregada de antemano. Y es que aunque el frontman  fue quien se llevó la mayoría de las miradas, su compañero a las seis cuerdas, Vinny Burns, pese a su estatismo escénico,  también nos dejó unas  buenas muestras de su calidad y su técnica a la hora de atacar los desarrollos solistas contenidos en “Storm Wind”, que redondeaba una dupla de apertura extraída de su obra de 2004 “Beneath The Shining Water”.

Tras los primeros saludos de la velada, la magia seguiría fluyendo desde el escenario haciendo volar nuestra imaginación hacia esas preciosas estampas de la campiña británica que evocarían las delicadas melodías celtas de  “Silent Thunder”, que se convertiría en la primera y única referencia que se permitieron a  su cuarto trabajo “Belief”. A diferencia de lo que sucediera en anteriores visitas, en esta ocasión, Nigel Clutterbuck se concentraría en su faceta como bajista, formando pareja rítmica con el  batería Kev Whitehead.

Habiendo dejado patente el buen momento por el que atraviesa la formación, y después de agradecernos nuestra presencia, Wharton y sus muchachos se concentrarían en ofrecernos un exhaustivo repaso a las composiciones de su último redondo  “Sacred Ground”. La primera en sonar sería “Home”, que fue fantásticamente recibida por una audiencia que no titubeó a la hora de sumarse a la hora de acompañar  su fantástico estribillo. Tal y como sucede en su última obra, las melodías se tornarían más intensas y emocionales a lo largo del  inspiradísimo  uptempo “I´ll Hear You Pray”.

No abandonarían el material de su trabajo del pasado año, ya que la encargada de seguir haciendo las delicias del respetable sería la nostálgica “Every Time We Say Goodbye”, con la armoniosa voz del Wharton volando sobre la melodía que  marcaban los teclados de Marc Roberts. Pero si alguien pensaba que los galeses se habían olvidado de su faceta  más A.O.R., ahí estuvo el dinámico  “Days Of Summer”, que se acabaría convirtiendo en el preámbulo perfecto para el último testeo de “Sacred Ground”, que llegaría con el marchoso “On My Own”, que hacía que el ambiente se caldeara en la sala mientras el vocalista nos invitaba a todos a cantar su pegadizo estribillo para firmar el primer gran momento de la noche.

Tras recibir la aprobación  de una audiencia que pareció dar el visto bueno al material de su última entrega, tocaba  volver a viajar al pasado, concretamente  a la época de “Beneath The Shining Water”, para atraparnos con  la delicadeza de “Where Darkness Ends” y la épica guitarrera de esa joya que es la propia pieza que prestaba  su  título a su quinto trabajo. Como viene siendo habitual en todas sus presentaciones no faltaría el recuerdo a su mentor Phil Lynott, recuperando el clásico de Thin Lizzy "Emerald",  que hacia estallar al público  y marcaba el punto de inflexión de la velada.


Y es que fue a partir de ese momento cuando la comunión entre la banda y sus seguidores fue absoluta, ya que esta segunda mitad del show estaría reservada para sus clásicos de la primera época. La encargada de dar el pistoletazo de salida a este suculento ejercicio de nostalgia que nos brindó el quinteto sería la vibrante  “Wings Of Fire”, que sirvió para que la audiencia no parara de cantar mientras Wharton recorría el escenario luciendo la mejor de sus sonrisas. La guitarra de Vinny Burns sería la encargada de llevar las riendas de la roquera “We Don´t Need A Reason”, haciendo que el recinto se convirtiera en una fiesta.

Como era previsible la recta final del show estaría marcada por las composiciones de su brillante debut  “Out Of Silence”, y es que la banda hizo las delicias de sus seguidores encadenando nada menos que cinco de sus composiciones. “Abandon” serviría  para espolear al máximo al respetable, demostrando que la banda no ha perdido ese toque mágico que siempre le ha caracterizado. “Into The Fire”, se convertiría en la excusa perfecta para que todos roquearamos intensamente antes de que la guitarra de Burns fuera la encargada de rematar el tema.

Muy agradecido, Wharton se encargaría de repasar algunos de los activos de nuestra ciudad antes de hablarnos del lluvioso clima de Manchester durante la introducción de la imprescindible “The Raindance”, que con su ambientación más relajada nos serviría para recuperar el aliento antes de que el quinteto tributase un nuevo homenaje a la figura del insigne líder de Thin Lizzy, a quien dedicaron la vibrante “King Of Spades”.

Lamentablemente el tiempo de los galeses se estaba agotando. Pero Wharton y sus muchachos no podían despedirse sin ofrecer a sus incondicionales una última perla de su discografía. De modo que la encargada de poner el broche de oro a la velada, junto a la promesa de regresar, sería “Return The Heart”. Quizás estén lejos de llenar grandes locales, pero lo cierto es que con semejante colección de clásicos a sus espaldas y confiando en el potencial  de sus nuevas composiciones Dare siguen siendo una apuesta segura de cara al directo.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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