INICIO

lunes, 27 de marzo de 2017

KORN+HEAVEN SHALL BURN+HELLYEAH-SANT JORDI CLUB-BCN-19-MAR-2017


La irrupción de Korn en la escena internacional supuso todo un impacto dentro del universo del heavy metal, ya que el combo de Bakersfield se desmarcaba de los patrones clásicos del genero, -tanto musicales como estéticos-, para convertirse en uno de los referentes de un nuevo estilo que se denominaría nu-metal. Sin duda el retorno del guitarrista Brian "Head" Welch en 2012 supuso una inyección de vitalidad para una formación que parecía haber perdido fuelle durante los últimos años. Con su nuevo trabajo bajo el brazo "The Serenity Of Suffering", las huestes del carismático Jonathan Davis regresaban a la Ciudad Condal para reclamar su posición como una de las bandas más influyentes de la década de los noventa.  El marco escogido para su reencuentro con el público catalán sería el Sant Jordi Club y como compañeros de viaje los americanos contarían con el concurso de sus compatriotas Hellyeah, -la formación del batería Vinnie Paul (Pantera, Damageplan) -, y los metaleros germanos Heaven Shall Burn, quienes darían buena cuenta de las composiciones de su último redondo "Wanderer". 

Con un ligero retraso con respecto al horario inicialmente previsto, los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada Hellyeah aparecían en escena.  Con un enorme telón de fondo y con la imponente batería de Vinnie Paul presidiendo el escenario, el quinteto de Dallas se mostró rudo  y expeditivo desde que abrieran fuego con la novedosa  "X". Comandados por su vitalista frontman Chad Gray, que no paró de correr, saltar, contorsionarse y agitar la cabeza durante todo el show, la banda dejaría unas buenas sensaciones al atacar piezas como "Demons In The Dirt".

No abandonarían el material de su anterior entrega, ya que el momento de que Chad hiciera cantar al respetable llegaría con "Sangre Por Sangre (Blood For Blood)". Pero no sería el vocalista el único que tiraría del combo americano, ya que tanto Christian Brady como el bajista Kyle Sanders nos ofrecerían una adrenalítica   puesta en escena mientras Tom Maxwell permanecía en un discreto segundo plano para hacerse cargo de la mayoría de los solos. 

El momento de demostrar que el mítico Vinnie Paul no ha perdido la pegada que le convirtió en un referente para muchos percusionistas durante la década de los noventa llegaría con la implacable "Human". Sorprendidos por la fantástica acogida de la audiencia catalana, Gray invocaría la hermandad metálica durante los prolegómenos de "Moth", que nos permitía recobrar el aliento mientras un vistoso juego de luces daba colorido al recinto. 

Para el tramo final de su presentación se reservarían dos de las piezas más rabiosas y agresivas de su última entrega "Unden!able”", dando buena cuenta de los aromas alternativos de  "Human" y los rotundos  estribillos de la seminal "Startariot", que fue precedida por un fugaz guiño a Pantera y que era la elegida parar cerrar 30 minutos de rabia, potencia  y heavy metal de esencias noventeras.


Los encargados de recoger el testigo serían Heaven Shall Burn. Pese a que priori poco tenía que ver su propuesta con la de las estrellas de la noche, lo cierto es que muchos teníamos ganas de volver a presenciar el show de Marcus Bischoff y sus muchachos, ya que sus directos siempre son sinónimo de intensidad y actitud. Ataviado con su característica camisa roja, el vocalista ejercería como el perfecto maestro de ceremonias, liderando a sus compañeros para convertirse en el nexo de unión perfecto con una audiencia que se desató desde que el quinteto piso el acelerador a fondo  durante la inaugural  " Hunters Will Be Hunted". 

Con la precisión de una maquina perfectamente engrasada la lección magistral de los germanos proseguiría con los rotundos desarrollos de "Bring The War Home", que provocaba que los pits y los pogos se sucedieran  entre unas primeras filas que parecían enloquecidas. Precisamente, sería este exceso de celo de una audiencia desatada lo que provocaría que la banda se viera obligada a interrumpir "Voice Of The Voiceless", para que fuera rescatado un fan que resultó herido en el fragor de la batalla. Afortunadamente, el percance  quedó en un susto, ya que tras ser rescatado el herido y repartir algunas botellas de agua entre las primeras filas, la apisonadora volvería a quebrar nuestras cervicales con "The Omen".   

Pese a ejercer como invitados de Korn, Heaven Shall Burn disfrutaron de un sonido impecable, un vistoso juego de luces y unas altísimas columnas de humo  que aparecerían durante diferentes momentos del show, tal y como sucedió durante las novedosas " Downshifter",  "Corium" y “Land Of The Upright Ones”,  que servían para que los germanos nos mostrarán sus dos vertientes, fusionando su habitual voracidad metalera con pasajes más melódicos y envolventes. 

Desafortunadamente, todos sabíamos que la descarga del combo de Saalfeld estaba encarando su sprint final, pero antes de dar por concluida su arrolladora presentación  Heaven Shall Burn todavía tendrían ocasión de hacernos cantar a todos durante su versión de Edge Of Sanity, "Black Tears", que se ha convertido en una imprescindible en sus directos. Una fugaz introducción pregrabada se convertiría en el preámbulo de la apabullante "Endzeit", que nos dejaba la imagen del vocalista encaramándose a los monitores para hacer rugir a un público que correspondió a sus demandas.

Aunque en principio el público de Korn no parecía el más adecuado para la agresiva propuesta de los germanos, Heaven Shall Burn  consiguieron conectar con la audiencia y se ganaron un puñado de nuevos seguidores. 


Mientras la espera se consumía amenizada por una buena selección de himnos noventeros, - que incluyó hits de The Prodigy y Marilyn Manson entre otros-, una enorme lona negra ocultaba el escenario de miradas indiscretas. El arrollador sonido de la batería durante las pruebas previas  nos hacía presagiar que los americanos venían dispuestos a ofrecernos un show de altura. Así     que con todo el recinto sumido en la oscuridad y con el peculiar pie de micro de Jonathan Davis presidiendo el escenario, la lona caía al suelo permitiéndonos vislumbrar un majestuoso escenario a dos alturas junto a  un sorprendente montaje de luces  leds,  que irían variando su posición a lo largo del show. 

Con Fieldy ocupando el nivel superior junto al kit de batería y teclados, la descarga  se abriría con todo un clásico como "Right Now", consiguiendo enganchar a la audiencia desde el mismo arranque mientras Davis, -ataviado con una de sus clásicas faldas-, permanecía agarrado a su pie de micro agitando sus largos tirabuzones. Tras recibir la primera ovación de la noche, las pantallas de leds se abrirían para que Fieldy descendiera junto al resto de sus compañeros para atacar "Here To Stay", que ponía a todo el auditorio a botar  antes de que seis columnas de humo se alzarán hacia el techo con la llegada de su potente estribillo.

Habiendo firmado un arranque vibrante y explosivo, en el que los californianos consiguieron meterse al público en el bolsillo, las luces se apagarían y al volver a encenderse el telón con el logo de la banda había desaparecido para dejar su lugar  a otro con la portada de su último redondo. Esto significaba que llegaba el momento del primer tema de nuevo cuño de la noche, "Rotting In Vain", que hacía disminuir el nivel de euforia entre las primeras filas. No tardarían mucho en volver a hacer explotar al respetable, ya que el primer recuerdo hacia el material facturado durante la década de los noventa quedaría materializado con "Somebody, Someone", rescatado de su “Issues” (1999), que nos dejaba a Munky y Head girando en círculos mientras Davis nos invitaba a levantar los brazos. 

El contraste  a tanta potencia lo pondría  su bailable  versión del  "Word Up!" de Cameo, que nos dejaba el escenario tenido de tonalidades fuxia mientras el frontman se empleaba a fondo para hacernos mover los brazos de izquierda a derecha. El retorno sobre las sonoridades más densas estaría reservado para un vibrante "Coming Undone", que incluiría un  pequeño pasaje del clásico de Queen "We Will Rock You". Una nueva mirada sobre su último redondo nos abocaría sobre "Insane", que fue la elegida para que las columnas de humo volvieran  a hacer acto de presencia en la parte superior del escenario. 

Aunque durante los últimos años la banda no se ha prodigado en exceso en los escenarios de la capital catalana, Davis no se olvidaría de repasar algunas de sus anteriores visitas justo antes de volver a desatar la euforia del respetable con el tándem que conformaron  "Y' All Want A Single" y la correosa "Make Me Bad", que serviría para que el frontman  nos propusiera diferentes juegos vocales. Muy destacable  fue la dinámica de un show que no nos dio ni un segundo de tregua, así que fundiéndose con el ultimo acople del tema anterior Davis aparecería en escena  portando su gaita para dar el pistoletazo de salida a una celebradísima "Shoots And Ladders", que incluirá un fragmento del "One" de Metallica para provocar que la sala se viniera abajo.

Para reponernos del impacto Ray Luzier  nos ofrecería un breve solo de batería que acabaría fundiéndose con el que fue el primer gran hit de la banda "Blind", que sonó tan potente y dramático como a mediados de los noventa, poniendo de manifiesto que el tema ha superado con nota el inexorable paso del tiempo. No estaban dispuestos los californianos  a que el nivel de intensidad decreciese, de modo que las encargadas de prolongar la excitación de un respetable entregado  serían "Twist" y "Good God", tras las que el sexteto se perdería entre bambalinas dejándonos con la miel en los labios tras poco más de una hora de espectáculo. 

El último asalto de la formación americana estaría marcado por "Falling Away From Me", que volvía a hacernos cantar a todos mientras Fieldy castigaba las cuerdas de su bajo desde el nivel superior del escenario,  mientras que el fin de fiesta definitivo llegaría con "Freak On A Leash". En definitiva gran concierto de unos Korn que se mostraron potentes, intensos y hasta diría que  rejuvenecidos. Eso sí, poco más de 75 minutos de show me parece un modesto botín para una banda insigne dentro del metal de los noventa. Simplemente un par de temas más hubieran bastado para convertir un gran concierto en uno memorable. 


TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ




No hay comentarios:

Publicar un comentario