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martes, 22 de mayo de 2018

DEATH ALLEY+HONEYMOON DISEASE-UPLOAD-BCN-11-MAY-2018


Chaquetas de flecos, pantalones de campana, melenas al viento y una buena dosis de hard rock de esencias clásica era la atractiva propuesta que nos proponían el tándem que  conformaron Honeymoon Disease y Death Alley el pasado viernes en la Sala Upload de la   montaña olímpica de Montjuic. Ambas formaciones ya habían tenido ocasión de mostrar su potencial en vivo en apariciones anteriores en la capital catalana, así que no me sorprendió que un nutrido grupo de seguidores no quisiera perderse la cita. Lo que si llamó mi atención fue lo variopinto del público presente, ya que entre los asistentes había seguidores del hard rock, el heavy metal, e incluso de sonoridades más oscuras.

Evidentemente el recurso fácil para hablar del sonido de los encargados de abrir la velada, Honeymoon Disease, sería echar la vista atrás y traer a colación nombres míticos como The Stooges, Thin Lizzy o Kiss. Pero  la formación sueca  que lideran Jenna y Acid también tiene mucho en común con el sonido de bandas  contemporáneas como Imperial State Electric, Dead Lord, o nuestros ´77. Con su segunda entrega bajo el brazo “Part Human, Mostly Beast”, -que ha marcado la incorporación de su nuevo bajista Cedric-, el combo de Goteborg aparecía en escena con la consigna clara de animar a un personal que se mostró algo reticente durante los primeros compases del show, pero que acabó sumándose a la fiesta contagiado por la potencia y vitalidad que el cuarteto desplegó en escena.


Y es que las arrolladoras guitarras de Jenna y Acid fueron las que se encargaron de llevar las riendas del show desde que abrieron fuego impregnando de garra roquera el marchoso “Higher”. Cercanas, simpáticas y con muchas ganas de conectar con el respetable, las chicas fueron el motor de la banda en directo a la hora de atacar temas como “Bellevue Groove” mientras sus compañeros, Cedric y Jimi, se encargaban de cimentar el sonido de la banda  desde un discreto segundo plano.

Tras haber recabado la primera tanda de aplausos con un par de composiciones de su debut “The Transcendence” de 2015, tocaba empezar a presentar algunas de sus nuevas composiciones, y para ello que mejor recurrir al clasicismo hardroquero, con guitarras dobladas a lo Thin Lizzy, que desplegaron a lo largo de “Four Stroke Woman”. Otro detalle que contribuyó a que el show tuviera un ritmo vibrante y eléctrico fue la alternancia vocal que nos propusieron ambas guitarristas en temas como la pegadiza “Calling You”.

Muchas fueron las ocasiones a lo largo del show en las que el combo sueco sacó a relucir su faceta más marchosa y vacilona dando buena cuenta de trallazos directos y vertiginosos, ofreciendo  argumentos al personal para que se fuera animando a medida que avanzaba el show y se iban sucediendo piezas como “Doin´ It Again”, “Imperial Mind”, o el clásico de Elton John “Saturday Night´s Alright For Fighting” que fue culminado por un fantástico ejercicio solista a cargo de la explosiva Acid.

Como no podía ser de otra forma, no faltó la invitación para que todos nos sumáramos a cantar el adictivo  estribillo de “Gotta Move”, convirtiéndose en uno de los momentos cumbre  de la velada antes de flanquearnos el paso hacia una recta final que estuvo marcada por el sonido vintage  de “Fly Bird, Fly High”, con Acid  llevando la voz cantante mientras Jenna  se afanaba por solucionar un problema con su guitarra.

Atendiendo las reiteradas demandas del público Honeymoon Disease nos propondrían la interpretación de un tema más. Pero en esta ocasión no fue una de sus composiciones, sino una fulgurante versión del  clásico “Stay Clean” de los míticos Motörhead, que fue interpretada por Cedric. El último asalto que nos tenían preparado estuvo reservado para toda una declaración de principios como es el fiestero e irreverente  “Fast Love”. Rápidos, directos, sin florituras y, sobre todo, divertidos. Honeymoon Disease  llegaron, gustaron y… convencieron.

Por imagen, actitud y, ante todo, por su música Death Alley son una banda que irradia autenticidad por los cuatro costados. Con el escenario presidido por un sobrio telón de fondo con su nombre, el cuarteto  aparecía en escena comandado por esa bomba de relojería que es su vocalista, Douwe Truijens para rápidamente conectar con el personal y meterse a la audiencia  en el bolsillo con el primer zarpazo de la noche “Black Magick Boogieland”. Y es que resulta  imposible no acabar contagiándose de la marcha y el buen rollo que despliega el combo holandés en escena.

Si ya en su opera prima la banda dejó patente su potencial, con su segunda entrega “Superbia”, que han publicado bajo los auspicios de Century Media, el cuarteto de Amsterdam se muestra mucho más sólido y maduro, mostrando una gran determinación a la hora de adentrarse en las tesituras stoner que rezuman piezas como “Headlights In The Dark”, que acabó recabando los aplausos de una audiencia  que se mostró de lo más animada y participativa.

Tras agradecernos nuestra presencia y las primeras muestras de cariño llegaba el momento de presentarse, por si alguien no les conocía, antes de cambiar radicalmente de registro para seguir buceando en su nuevo material, proponiéndonos el trepidante ritmo  de “Shake The Coil”, que contó con los coros del guitarrista Oeds Beydals. No abandonarían esos temas rápidos, directos y pegadizos que tanto gustan a sus seguidores, ya que la siguiente en sonar fue “The Chain”, que se convirtió en la excusa perfecta para que todo el mundo agitara las caderas.

Aunque uno podría estar tentado de clasificar a Death Alley como la clásica formación que se apoya sobre la figura de un frontman carismático y un guitarrista talentoso, lo cierto es que el combo holandés se mostró sobre las tablas como un equipo sólido y compacto. De hecho fue la base rítmica quien se encargó de dar el pistoletazo de salida  a “Feeding The Lions”, para sumergirnos de lleno  en un rotundo ejercicio de ácida psicodelia.

Tras habernos ofrecido un suculento bocado de algunas de sus nuevas composiciones era un buen momento para mirar hacia atrás y recuperar la intensa rabia que destila “Stalk Eyed”, con la que se encargaban de volver a acelerar el ritmo de la velada, convirtiéndose en la antesala perfecta para la presentación de uno de los temas más potentes de su nueva obra “Murder Your Dreams”.

Sin duda uno de las grandes virtudes de Death Alley es su facilidad para jugar con las diferentes ambientaciones y las melodías, algo que convierte a sus composiciones en piezas absolutamente imprevisibles. Así que precisamente para poner el punto y seguido al show el cuarteto optó por la explosiva “The Sewage”, conjugando de forma magistral: rudeza roquera, pasajes ambientales y su habitual desparpajo, personalizado en la figura de un frontman que no dejó de agitar la pandereta mientras danzaba como si estuviera poseído.

No tardaron mucho en volver a aparecer en escena para ofrecernos un bis que estuvo compuesto por “It´s On”, su personal adaptación del tema de The Devil´ s Blood,  y la extensa “Supernatural Predator”, con la que volvían a regalarnos  otra buena ración de psicodelia roquera. Fue una noche divertida, protagonizada por dos bandas jóvenes, con talento y  hambre, que pese a basar su sonido en las raíces del hard rock tienen mucho que ofrecer de cara a los próximos años.



TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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