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jueves, 13 de agosto de 2020

LISTENING SESSION-OBSIDIAN KINGDOM-MEAT MACHINE-BCN-5-AGO-2020


Siempre resulta gratificante escuchar el nuevo material de una banda que uno conoce y ha seguido desde hace tiempo. Y más cuando esa primera aproximación es en compañía de los propios músicos que han compuesto y grabado ese material. En tiempos difíciles, en los que escuchar  música en directo se ha convertido casi en una quimera, y cuando las reuniones de amigos o simplemente de individuos con intereses comunes han sido poco menos que estigmatizadas y prácticamente criminalizadas, los chicos de Obsidian Kingdom invitaron junto a un selecto y reducido grupo de colegas de otros medios a un servidor y al compañero Carles Oliver para degustar en primicia y acompañados de  unas cervezas o unos cóckteles, -dependiendo de las preferencias  de cada uno-, a escuchar las diez nuevas composiciones que integran lo que será su nueva entrega  de estudio que llevará  por título  “Meat Machine”,  y que si todo va según lo previsto se publicará el próximo 25 de Septiembre bajo los auspicios del sello francés Season Of Mist.

Cualquiera que haya seguido la andadura de la formación catalana sabrá que si algo ha marcado su trayectoria ha sido su constante evolución, y la recurrente inclusión de sonoridades, estructuras, e influencias de diferentes estilos dando así forma a una propuesta variada, heterogénea, y en la que puede vislumbrarse  su personalidad netamente noventera, que tal y como nos comentó Rider G Omega es de donde vienen la mayoría de sus influencias. Tras haber navegado en el pasado por tesituras más extremas en “Mantiis – An Agony In Fourteen Bites”, y habiendo transitado  posteriormente por derroteros  más introspectivos y envolventes en su anterior y profético “A Year With No Summer”, lo primero que sorprende al escuchar “Meat Machine” es esa vuelta a la crudeza y la rotundidad, aunque en esta ocasión más versada hacia tesituras industriales, con lo que las conexiones con el mejor material del Reverendo Manson y, sobre todo, con las del gurú del estilo Trent Reznor, y por extensión de sus Nine Inch Nails, resultan irrefutables.


Eso si que nadie espere encontrar un fusilamiento sistemático del material de ambos artistas, ya que lo catalanes han sabido plasmar  su impronta personal en cada tema, en cada desarrollo, y en cada compás de este “Meat Machine”. El resultado es un álbum excitante, visceral, incómodo, corrosivo, inquietante,…, que sin romper el nexo de unión con sus anteriores entregas sirve para que la banda vuelva, una vez más, a mirar en su interior como músicos, y pueda redefinir su propuesta. Y es que tal y como nos comentaron los cambios en su line-up han propiciado que su sonido se vea ahora enriquecido con la forma de tocar y las influencias que han aportado sus nuevas incorporaciones: Jade Riot Cul y el guitarrista Viral Vector Lips.


Y es que, al igual que en sus anteriores lanzamientos, este “Meat Machine” es mucho más que una simple colección de canciones, ya que tanto la estética de la propia banda, la portada, el impactante artwork que han creado Elena Gallén y Ritxi Ostariz; y, como no, sus crudas e impactantes letras resultan imprescindibles para intentar comprender el universo en torno al que gira esta nueva entrega de los catalanes que órbita alrededor de un universo de deseos furtivos y prohibidos, impulsos sexuales, así como un exhaustivo recorrido por los recovecos más sombríos, retorcidos, e intrigantes del subconsciente. 

Nos enfrentamos pues  a una obra  compleja, repleta  de contrastes y matices, en la que nuestro ánimo y nuestras emociones viajarán  como si estuvieran en una montaña rusa, y esa percepción quedará patente desde el desalentador arranque que nos proponen con  “The Edge”, para alcanzar su cenit a lo largo de la camaleónica “The Pump”. Versada hacia tesituras más oscuras e inquietantes  resulta “Naked Politics”, revestida de una pátina  de obscena depravación.


Uno de los cortes en los que mejor puede palparse  la madurez adquirida por Obsidian Kingdom es “Mr. Pan”, que combina el intrigante sonido de las notas del piano con la envolvente textura de sus guitarras , y el excelente trabajo rítmico del batería Ojete Mordaza II y el bajista Om Rex Orale. El colofón a la primera parte del disco correrá por cuenta de “Flesh World”, que llama la atención por su increscendo épico y su dramatismo, además de por ser una de las composiciones en las que podemos escuchar a  la que fuera guitarrista y vocalista de la banda Irene Talló (Eaten Roll I).

 


Poco hay que desvelar de  “Meat Star”, la  pieza que el quinteto ha escogido como carta de presentación del álbum,  y que desde hace algunas semanas está a disposición de todos sus seguidores. Un tema inquietante, tenso, crudo, y que va envenenándose progresivamente para sonar cada vez más intenso y avasallador. Algo más accesible en su música, -que no en su letra-,  resulta “Spanker”, con voces limpias  y filtradas sobre una base percusiva de escuela Reznor. La desesperación, la agonía y la desesperación marcarán  junto al peculiar sonido de los sintetizadores “Vogue”.


Para encarar la recta final del disco la banda  nos propone “Womb Of Wire”. Mientras que la rúbrica definitiva correrá por cuenta de la desconcertante “A Foe”, que arranca como un remanso de paz para poco a poco conducirnos sobre un final sembrado de incertidumbre y desasosiego.

 

Una vez más, cabe remarcar que “Meat Machine”, como cualquiera de sus obras, no es un trabajo de fácil escucha, ya que requiere de toda la atención del oyente para poder apreciar sus detalles. Así que cuando lo tengas en tus manos te aconsejo que te sientes cómodamente, cojas el libreto, y te dispongas a sumergirte de lleno y a viajar a través de las composiciones del combo catalán. Te garantizo que la experiencia será única,  y no te dejará indiferente.









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