INICIO

domingo, 22 de mayo de 2022

MICHAEL SCHENKER GROUP+EVERDAWN-SALAMANDRA-L´HOSPITALET-BCN-11-MAY-2022


Más de medio siglo, -que se dice pronto-, es el tiempo que lleva Michael Schenker dedicándose a regalar los oídos de los fans del hard rock y el heavy metal. Sobreponiéndose a las adversidades de una vida cargada de éxitos, pero también de excesos, a las disputas con algunos de sus ex-compañeros, a la tiranía de las modas…, uno de los iconos imprescindibles para comprender la evolución de la guitarra eléctrica en el siglo XX finalmente podía celebrar tan destacada efeméride con todos sus seguidores en tierras catalanas. Aunque en un principio el show estaba programado para la sala grande del Razzmatazz, un cambio de última hora trasladó el espectáculo hasta un enclave con menos enjundia y más modesto, -en cuanto a aforo se refiere-, como es la sala Salamandra del L’ Hospitalet de Llobregat, algo que lamentablemente acabó propiciando que la cita no tuviera el glamour y la comodidad que sin duda tanto el propio Schenker, como los músicos que le acompañan, como sus incondicionales se merecían. Muchos han sido los vocalistas que han compartido tablas con el “hacha” germano a lo largo de su longeva trayectoria, pero sin duda uno de los más apreciados por los amantes del buen hard rock era el elegido para acompañarle en este periplo conmemorativo:Robin McAuley, de cuya sociedad salieron algunas gemas del estilo durante los últimos años de la década de los ochenta y los inicios de los noventa. Aunque, curiosamente, ese excelente material quedó totalmente al margen en el repertorio escogido para el show de esta noche. Además para completar su actual line-up Michael Schenker contaría con la participación del bajista Barend Courbois, el batería Bodo Shopf, y el guitarrista y teclista Steve Mann. En definitiva una alineación de sobradas garantías para repasar algunos éxitos del pasado e incluso presentar algún corte de lo que será el nuevo trabajo de M.S.G. “Universal”, que verá la luz el próximo 27 de Mayo.

Como en cualquier celebración que se precie no faltaron los invitados. Así que los elegidos para abrir la velada a última hora de la tarde fueron los americanos Everdawn. Siendo prácticamente unos desconocidos en nuestro país el combo de New Jersey que capitanea la vocalista rusa Alina Gavrilenko intentó aprovechar al máximo su tiempo tratando de captar la atención de un público exigente, veterano, y poco dado a conectar con bandas nuevas. Con su ópera prima bajo el brazo “Cleopatra”, la formación americana dejó patente que pese a llevar en activo con este nombre desde 2019, no son unos recién llegados, ya que en una etapa anterior y contando también con el polifacético bajista Mike LePond publicaron un disco homónimo bajo el apelativo de Midnight Eternal.


En cuanto a su estilo defienden un metal sinfónico potente, melódico y con algunos pasajes colindantes con los derroteros progresivos. Aunque sin duda su instrumentista más destacado es el guitarrista Ricard Fischer. Sin embargo durante su presentación fue la mencionada frontwoman, enfundada en licra y cuero, quien acaparó la mayoría de las miradas. Melodía, potencia y mucho headbanging fueron algunos de los ingredientes de una descarga que pasó bastante desapercibida entre un público que prefirió la tertulia entre colegas que centrar su atención en lo que pasaba sobre las tablas.

En cualquier caso, los que decidimos darle una oportunidad a Everdawn tuvimos ocasión de disfrutar de cortes como “Heart Of A Lion” y “Your Majesty Sadness”, que pese a contar con los teclados disparados servía para que nos hiciéramos una idea de por donde giraban las líneas maestras de su propuesta. Otra de las destacadas fue “Rider Of The Storm”, que nos dejaba con los registros más agudos de Alina antes de que la vocalista se arrodillara y dejara su melena al viento mientras su compañero Richard Fischer se encargaba de rubricar el tema con un largo desarrollo instrumental.

Como comentaba anteriormente aunque la audiencia, -que hacía el final de su descarga ya llenaba prácticamente la sala-, se mostró bastante fría con ellos, temas como “Cleopatra”, sirvieron para rubricar que la banda tiene buenas ideas, una puesta escena llamativa, aunque quizás les falte depurar un poco más su estilo para hacer que su propuesta suene más original y personal.

Una vez concluido el trámite de presenciar la descarga de unos voluntariosos Everdawn llegaba el momento que todos llevábamos esperando desde hacía un par de años. Y es que tal y como reza el apelativo de esta gira “Michael Schenker’s 50th Anniversary Universal”, no es una gesta fácil permanecer activo más de medio siglo en el duro mundo del rock n´ roll. Evidentemente, y por motivos obvios, la media de edad de los asistentes era bastante elevada, pocos había por debajo de los 35 años, pero eso no influyó en la entrega de unos seguidores que recordaron reverencialmente cada riff, cada estribillo, y celebraron intensamente cada desarrollo solista del maestro Schenker.


Con un enorme telón de fondo presidiendo el escenario y ataviado con la indumentaria escénica que le ha caracterizado en los últimos años, -sombrero y gafas incluidas-, un delgadísimo Michael Schenker aparecía en escena para ejercer como el perfecto maestro de ceremonias dándonos la bienvenida a “su celebración” para posteriormente tener un recuerdo hacia su ex-compañero el batería Ted MacKenna, que falleció a principios del pasado 2019 como consecuencia de una complicación en una operación quirúrgica. En cualquier caso, la noche arrancaba con Mr. Schenker llevando el bastón de mando, ya que la elegida para romper el hielo fue una de las piezas que ha dado lustre y calidad a sus últimas entregas bajo el apelativo de Michael Schenker Fest: la instrumental “Ascension”, que nos dejaba con sus primeras inclinaciones sobre el mástil de su flecha para provocar el delirio de sus incondicionales. Evidentemente los presentes tenían ganas de cantar, así que la respuesta del personal que arrebataba el Salamandra fue descomunal cuando apareció en escena Robin McAuley. Como si su imagen se hubiera quedado congelada en el tiempo, -luciendo chupa de cuero, jeans, converse y una frondosa melena-, el vocalista irlandés demostró estar en un fantástico estado de forma, -físico y vocal-, abordando con solvencia himnos imperecederos como el fenomenal “Cry For The Nations”.

Aunque evidentemente Michael Schenker fue el indiscutible protagonista de la velada, he de reconocer que no me gustó que dejara relegado al mero papel de vocalista a Mr. McAuley, ya que apenas pudo presentar algún teman, amén de que su etapa conjunta como McAuley Schenker Group no tuvo influencia en el set. Sea como fuere, solo queda alabar la profesionalidad del frontman irlandés que agasajó a los de seguidores de Schenker con interpretaciones tan notables como la que nos brindó del legendario clásico de UFO “Doctor Doctor”, que hacía que la sala se viniera literalmente abajo con todo el mundo danzando mientras elevaba los puños para corear su inmortal estribillo. El rotundo contraste entre el presente y el pasado quedaría plasmado con un tema que fue editado a finales de la pasada década “Sleeping With The Lights On” , y aunque como era previsible la respuesta no fue tan efusiva como con su predecesor, la verdad es que gozó de una muy cálida acogida.

Ya con McAuley habiéndose desprendido de su chupa, y con el ambiente ya muy caldeado, arrancaba “Looking For Love” que nos dejaba con otra estampa clásica del hard rock de los 80, con el vocalista ligeramente esquinado hacia la derecha mientras el trío Schenker/Mann/Courbois, hacía piña en la parte central del escenario. Pese a ser otra de las que ha sido compuesta en los últimos tiempos “Warrior” demostró que tiene argumentos para permanecer por mucho tiempo en los setlist de Schenker, y es que su fantástico increscendo provocó que gran parte del respetable se mostrara entusiasmado, alzando el puño para rematar su rotundo estribillo. Pero sin duda uno de los momentos que consiguieron poner la sala literalmente patas arriba fue con los demoledores desarrollos instrumentales de “Into The Arena”, que nos dejaba la estampa de Mr. Schenker nuevamente encorvado sobre su flecha mientras era perfectamente respaldado por los teclados de Steve Mann. Tampoco quiso el guitarrista de Sarstedt dejar pasar la ocasión de realizar un guiño a la etapa que militó junto a su hermano Rudolf en Scorpions, rescatando para la ocasión “In Search Of The Peace Of Mind”, de aquel lejano “Lonesome Crow”, que data de principios de 1972.

La vuelta sobre el material de The Michael Schenker Group, y a lo que fue la época dorada del hard & heavy, llegaría de manos de “Red SKy”, que con el vocalista irlandés al frente sonó con bastante más garra de como lo hacía en la versión que quedó registrada para “Built To Destroy” hace prácticamente 40 años con Gary Barden a las voces. Como ya comenté anteriormente The Michael Schenker Group están a las puertas de presentar nuevos temas bajo la denominación de “Universal”, así que, -ahora sí-, Robin McAuley fue quien se encargó de presentar uno de los singles que ya todos habíamos tenido ocasión de escuchar y que lleva por título “Emergency”.

El segundo, -que no el último-, guiño a una de las bandas más legendarias de la historia del hard rock: los míticos UFO, llegaría con una celebradísima versión del “Lights Out”, que volvía a hacer que todo el personal cantara intensamente. El contrapunto lo pondrían los desarrollos más relajados y distinguidos de “After The Rain”, con la que nos invitaban a mirar nuevamente hacia el presente, concretamente hacia el material contenido en “Immortal”. Tras haber recuperado el aliento con las tesituras más baladísticas tocaba volver a hacer explotar al personal y para ello que mejor que proponernos otro de esos riffs inmortales, un tanto macarras, y perfectamente reconocibles como es el de “Armed And Ready”.

Mostrando su faceta más afilada, aunque igualmente marcada por las melodías netamente metaleras, “Sail The Darkness” nos abocaba a una recta final que contó con las esencias más blueseras de “Rock You To The Ground”, embancándonos en un infeccioso ritmo reptante, que nos dejaba a Steve Mann volviendo a intercalar guitarra y teclados mientras Mr. Schenker se despachaba a gusto con su guitarra. Otra de las que formarán parte de su inminente nueva obra “Universal”, y que esta noche tuvimos ocasión de escuchar fue “The King Has Gone”, que personalmente me encantó, con esos desarrollos impregnados de majestuosa épica guitarrera y un McAuley soberbio tirando de potencia y feeling.

Sin previo aviso, sin mediar presentación alguna, y mientras el personal todavía estaba agasajando a la banda con una cálida ovación por la interpretación del tema anterior, Mr. Schenker por enésima vez se agazapaba sobre su flecha para desatar la euforia del personal al proponernos “Rock Bottom”, dando así por inaugurado un segmento dedicado a UFO que tendría continuidad con “Shoot Shoot” y la elegante “Let It Roll”, -ambas de otro incunable como es “Force It” (1975)-, dejando los aledaños del escenario convertidos en una auténtica fiesta mientras la gente colapsaba la barra como si fuera sábado por la noche, señal inequívoca de que el personal estaba disfrutando intensamente del show. Acto seguido era el turno de visitar “No Heavy Petting”, el que fue el quinto largo de estudio de la mítica formación británica, para recordar la pieza que lo inauguraba “Natural Thing”.

Interrumpiendo la algarabía y los cánticos futboleros del respetable Mr. Schenker y sus acompañantes seguirían ahondando en su vena más netamente roquera con el eléctrico “Too Hot To Handle”. Ante un público absolutamente rendido llegaba el momento del adiós definitivo dando buena cuenta de una marchosa declaración de intenciones como fue “Only You Can Rock Me”, con todo el personal bailando para poner el broche definitivo a la celebración de tan señalada efeméride.

Sin duda Michael Schenker se ha ganado un lugar de privilegio en el Olimpo de los maestros de la guitarra, y sino que se le pregunten a “hachas” como Michael Amott, que siempre lo ha citado como uno de sus grandes referentes. Y es que aunque el tiempo pasa algunas de las composiciones de Mr. Schenker siguen sonando a día de hoy igual de frescas y marchosas que cuando fueron compuestas. Y la mejor noticia es que todavía, más de medio siglo después de iniciar su carrera, podamos seguir viéndole tocándolas sobre los escenarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario