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martes, 23 de enero de 2024

STREAMER+CRASH BONES-WOLF-BCN-13-ENE-2024

Durante la andadura de cualquier banda hay un montón de momentos especiales que marcan un punto de inflexión en su carrera. Los primeros ensayos, su debut en vivo, la publicación de su ópera prima…., la celebración de su décimo aniversario. Creo que todos los que somos habituales de la escena heavy metalera barcelonesa estaremos de acuerdo que durante los últimos años Streamer han sido uno de sus principales animadores. Muchas han sido las veces que hemos tenido ocasión de verles en directo, incluso compartiendo escenario con bandas internacionales y también  con  nombres insignes de la N.W.O.B.H.M, y siempre han dejado clara su apuesta por una actitud, una imagen y, como no, una sonoridad  que bebe directamente de los pilares básicos que marcaron el heavy metal desde finales de los setenta y durante toda la década de los 80. Contando con un EP “Broken Dreams” (2015), y sendos largos en su haber “Now Or Never” (2017) y “Light Of Death” (2020) el combo de Gavà parece sólidamente asentado. Sin embargo, el vocalista Edu Halen se les unió a finales del pasado mes de Agosto. Así que además de celebrar su décimo aniversario, la cita de esta noche marcaba la puesta de largo de su nuevo frontman.

El enclave escogido para tan señalada conmemoración fue la Sala Wolf. Además, por si estas circunstancias no fueran reclamo suficiente para movilizar a los seguidores del hard rock y el heavy metal de la capital catalana, los encargados de abrir fuego fueron otros viejos conocidos. Una banda también veterana y currante, que no para de demostrar con hechos que su hábitat natural es el directo. Y es que tras abrir para Phil Campbell And The Bastard Sons, Crash Bones volvían a pisar los escenarios de la capital catalana para hacernos partícipes de ese enérgico  hard rock con tintes sleazy y toques metaleros que tan bien han plasmado en lo que hasta el momento es su última referencia de estudio “Tendencia Homicida”.


Aunque esta noche de sábado, -y como desafortunadamente suele ser habitual-, había una variada oferta de conciertos de música potente en la ciudad condal, lo cierto es que la sala Wolf acabó registrando una muy buena entrada. Además en todo momento pudo percibirse un ambiente de lo más cordial y distendido. Y es que dos bandas locales compartían escenario, así que para muchos esta fue la excusa perfecta para reencontrarse con los colegas tras las ya superadas festividades navideñas. Sea como fuera a la hora prevista para inicio de la descarga de Crash Bones el recinto estaba ya bastante concurrido.


Antes de empezar a desgranar lo que fue la descarga Crash Bones me gustaría puntualizar que un servidor ha tenido ocasión de ver al cuarteto en bastantes ocasiones, y siempre me ha encantado su actitud roquera, desenfada y distendida, ese rollo macarra y esa cercanía que tan bien sabe transmitir su frontman Danny Bones. Sin embargo, me sorprendió muy positivamente como sonaron esta noche, y es que imagino que con su actual line-up ya totalmente asentado, y con la banda trabajando en nuevo material, me da la sensación de que vamos a tener novedades muy destacables de cara a próximas entregas, y eso lo pudimos percibir los que hemos visto a la banda con cierta asiduidad.


Sin embargo, esta noche no pudimos escuchar nada que no fuera conocido. Su repertorio se centró en el material contenido en  su ya citado trabajo de 2020, aunque por supuesto que tampoco faltó algún fugaz guiño a lo que fue su EP “Mi Adicción”. Precedidos del estridente sonido de unas sirenas y ataviados de riguroso negro aparecían en escena los chicos de Crash Bones para romper el hielo con un zarpazo certero como “A Fuego”, dejando que fueran las afiladas guitarras y el registro  rasgado de Danny los que se encargaran de caldear los ánimos de un personal que arribaba a la sala con ganas de  diversión.


No tardó mucho el cuarteto en ponerse en situación y captar la atención de gran parte de los presentes. La fiesta había comenzado, así que tocaba seguir dando argumentos al personal para que el ambiente no decreciese, y para ello que mejor que dejar que la sección rítmica que lidera el bajista Hd Low Cost  se encargara de invitarnos a pasar a través de “La Puerta De Atrás”, que fue la excusa perfecta para que los más animados se dejaran notar con fuerza levantando los puños al aire. Si algo han demostrado Crash Bones a lo largo de los años es que van sobrados de garra y actitud roquera, y eso fue precisamente lo que exhibieron en trallazos tan potentes y arrolladores como “El Hombre De La Máscara De Hierro”, que fue  de las que mejor acogida recibieron.


Tras haber roto el hielo con una tripleta imparable, con la que el cuarteto dejaba patente su intención de destrozar esta noche el local a base de rock potente y gamberro, era un buen momento para dirigirse por primera vez a los presentes y, por supuesto, sumarse a la felicitación de los anfitriones. Sin embargo, estaba claro que Crash Bones no había llegado a la cita para ser simplemente unos invitados, estaban aquí para reivindicarse y divertir. De modo que para que todos nos pusiéramos a cantar acompañando a Danny llegaría  “Tendencia Homicida”. Por supuesto que tampoco faltó esta noche el canto a los amores imposibles con el taciturno “Dime De Que Quieres Hablar”, que fue el primer guiño que se permitieron a lo que fue su EP debut “Mi Adicción”.


Habiendo recabado la respuesta positiva del personal tras preguntarnos Danny si teníamos ganas de fiesta, él y sus compañeros se giraron hacia la batería para, tras un par de amagos, dar el pistoletazo de salida a una de sus composiciones más enérgicas y socarronas “Sincero”, que preñada de esos guitarrazos de esencia  sleazy fue otra de las que hicieron disfrutar intensamente al personal. Una nueva mirada al pasado serviría para que el cuarteto volviera a hacer gala de su faceta más pendenciera dando buena cuenta de otra de las primeras composiciones que escribieron “Mi Adicción”.


Con el personal ya bastante animado, y con la propia banda pasándoselo en grande sobre el escenario, llegaba el momento de hacernos cantar  proponiéndonos un variado medley de una de las bandas que indudablemente más ha marcado el sonido y la personalidad de Crash Bones. El vigoroso riff de “Live Wire” fue reconocido instantáneamente por un público que no dudó en levantar el brazo para corear su inmortal estribillo. Pero esto fue tan solo el inicio ya que acto seguido le tocaría el turno a “Looks That Kill”, para dejar que la encargada de poner el broche a este medley dedicado a Mötley Crue fuera el crujiente “Dr. Feelgood”, que contó con la aparición de la Jack Daniels cam, o lo que es lo mismo una cámara unida a una botella, que se encargó de captar los rostros de los que se animaron a experimentar esta experiencia.


Diversión, whisky, actitud, rock n´ roll, Crash Bones nos estaban ofreciendo muchas de las cosas que algunos buscamos cuando una banda está sobre el escenario. El cuarteto estaba convenciendo y se estaba gustando. Así que para finiquitar definitivamente su descarga optaron por “Gasolina”, para dejar que el punto y final lo pusiera “Quiero Más”, que cayó sobre nosotros como toda una declaración de intenciones.



No tardarían mucho en apoderarse del escenario los chicos de Streamer. Como viene siendo habitual en todas sus presentaciones  el escenario estuvo convenientemente aderezado con sendas pancartas, una a cada lado, que nos dejaban ver las palabras “Heavy” y “Metal”, dejando a las claras,- por si alguno de los presentes aún no lo sabía, cosa que dudo-, cual es su estilo. Precedidos de una buena selección de clásicos, y consumiéndose los instantes previos con el inmortal “Long Live Rock n Roll”, el quinteto apareció en escena, luciendo su características imagen, para dar un primer golpe en la mesa con la potencia abrumadora de “Northern Riders”, que perfectamente apuntalado sobre su sección rítmica servía para que las guitarras de Esteban y Danny  nos deleitaran con esos fraseos potentes y melódicos a partes iguales. El gran aliciente de esta noche, dejando a un lado la celebración del décimo aniversario, era comprobar como se desenvolvería en directo su nuevo vocalista y frontman Edu Halen, al que vimos algo nervioso durante los  compases iniciales del show, buscando la complicidad de Cristian Blade mientras atacaba temas como el que presta título a lo que fue su segunda entrega  de estudio “Light Of Death”.


Una vez superados los compases iniciales, y con la banda ya lanzada y propulsada por un público que no paró de cantar y apoyar a los protagonistas de la velada,  Edu nos daba las buenas noches y agradecía nuestra presencia antes de anunciarnos que le tocaba el turno a un tema que hablaba sobre el amor “The Beach”, que bajaba momentáneamente el ritmo para centrar nuestro objetivo en tesituras más hard roqueras, siendo el primer recuerdo que se permitieron a “Now Or Never”. No tardaría mucho el impetuoso bajo de Cristian en volver a ejercer como el motor de la maquinaria de Streamer para que todos nos pusiéramos a cantar con el puño en alto durante el inicio de “(Sleeping) In The Nightmare”. Nunca se han escondido, Streamer siempre han dejado claro, tanto con su música como con su imagen, que les encanta el heavy metal clásico, el más tradicional, de modo que una vez más volvimos a vibrar intensamente cuando en “Bloddy Eyes”, volvieron a resurgir todas esas influencias deudoras de la N.W.O.B.H.M., junto a  unos coros que sirvieron para que el personal se dejara la garganta como si le fuera la vida en ello.


Sin dejar a un lado el material de “Light Of Death”, acto seguido  llegaría el momento de invitarnos a mover los pies siguiendo el ritmo vacilón del medio tiempo “No, Doctor!”. Pero, evidentemente, como en cualquier celebración que se precie esta noche no iba a faltar el alcohol para remojarla, y para ello que mejor que hacernos partícipes a todos de “Whiskey, Beers & Flames”, que nos hacía acelerar el paso mientras agitábamos la cabeza siguiendo su trepidante ritmo. Tal y como estaba anunciado la descarga  de esta noche iba a ser especial. Así que durante la parte central del show la banda nos sorprendió con la ejecución íntegra, y en el mismo orden, de lo que fue su primer EP “Broken Dreams” de 2015.


Además no sería esta la única sorpresa, ya que para acompañarles contaron con la presencia de su ex-vocalista Adri “Motherfuckers”. “Stab In The Back”, con su ambientación garajera y sus contagiosos coros sirvió para caldear todavía más a un personal que se lo estaba pasando en grande. La sombra del hard & heavy más ochentero quedaría plasmada en “No War Heart”, combinando de forma rotunda contundencia y melodía. Mientras que los desarrollos más oscuros e inquietantes tendrían cabida en “Broken Dreams”, que contó con la aparición de la mascota de la banda para hacer que todos levantáramos nuestros cuernos al aire. El capítulo final de este segmento dedicado a lo que fue su primer lanzamiento estuvo reservado para que las  preponderantes líneas del bajo de Cristian Blade nos abrieran el camino hacia el más rotundo e incisivo “Tormeto”.


Fue sin duda uno de los momentos de la noche, donde pudimos apreciar la perfecta sintonía entre el quinteto  y sus entregados seguidores. Y es que aunque sea un tema instrumental el corte que presta título a la banda, “Streamer”, es perfectamente definitorio del estilo del combo catalán, así que no faltaron esos rotundos cambios de ritmo y unas guitarras que alternaron riffs asesinos con pasajes más melódicos. No dejarían de lado  las composiciones de su primer largo, ya que a continuación dieron buena cuenta  del tema que lo abría y le daba título “Now Or Never”. Evidentemente,  los ritmos cabalgantes también estuvieron presentes durante los compases iniciales de “Soulless”, para rápidamente  darnos argumentos para abandonarnos al headbanging.


Encarando la recta final del show la banda se marcó un celebradísimo y coreadísimo “Call It Rock” que acabó recabando una cerrada ovación. Como comenté anteriormente varios fueron los números que Streamer interpretaron contando con el apoyo de su ex-vocalista, y uno de los que personalmente más me gustó fue “Sign Of The Panzer”. Pero la descarga aún no había terminado ya que antes de abandonar las tablas definitivamente Streamer todavía tendrían tiempo para brindarnos a modo de despedida definitiva dos trallazos de su último redondo. “The Passion”, y la avasalladora  “City’ s On Fire”, que volvía acelerar el paso, con aparición de nuevamente de su mascota, para poner el broche de oro definitivo a esta fantástica noche de celebración y auténtico heavy metal.


Sin duda Streamer demostraron que una banda luchadora puede llegar a hacerse un hueco dentro de la escena nacional. Llevan una década en activo y muchos conciertos a sus espaldas. Pero que nadie se llame a engaño porque Streamer tienen aún mucho recorrido por delante, y sin duda su principal reto debe ser ahora mismo publicar un tercer largo que definitivamente les consagre como uno de los baluartes del heavy metal en tierras catalanas.




TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ

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