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sábado, 4 de enero de 2014

MÄGO DE OZ+BÜRDEL KING-SANT JOTDI CLUB-BCN-27-DIC-2013



Las tradicionales fiestas navideñas siempre son una excelente excusa para los reencuentros y las celebraciones. Hacía ya bastante tiempo que los madrileños Mägo de Oz no se acercaban a la Capital Catalana, así  que aprovechando el pretexto del vigésimo quinto aniversario de su creación, la veterana banda  del foro regresaba a Barcelona para presentarnos a su nuevo vocalista Javier Domínguez "Zeta". Aunque en un principio este Mägo de Oz Fest iba a contar con la participación de Leo Jiménez, problemas con los horarios y la producción acabaron impidiendo que la banda del vocalista pudiera estar presente en la descarga de esta noche. Pese al inoportuno cambio de planes, lo cierto es que el Sant Jordi Club presentó un cálido aspecto, congregando a una audiencia bastante heterogénea en la que se mezclaban  fans de toda la vida de la banda, seguidores más jóvenes, e incluso bastantes niños que acudieron a la cita acompañados de sus padres. Lamentablemente, la ausencia de Leo Jiménez no fue la única baja  reseñable de la noche.


Los encargados de dar el pistoletazo de salida fueron los roqueros Bürdel King, el proyecto paralelo en el que Txus y Frank dan rienda suelta a sus inquietudes hard roqueras fuera de su banda madre, y en el que Di Fellatio se permite concentrarse en potenciar al máximo su faceta de showman y vocalista. A pesar de la baja de Sergio Martínez, (quien fue reemplazado de forma solvente por el bajista de Patricia Tapia Khy  Javier Sane), los del foro, a diferencia de lo que sucediera en su presentación madrileña, sí pudieron contar con la participación del guitarrista de Hamlet, Alberto Marín.

Precedidos de una bizarra y escatológica introducción, que no dejo indiferente a nadie, saltaban sobre las tablas los chicos de Bürdel King con un profético “Esta Noche Huele a Rock n´Roll”, con el que nos ofrecieron una buena dosis de su socarronería y desparpajo, personalizada en la figura de un extravagante Txus Di Fellatio quien, ataviado con uno de sus llamativos “modelitos”, se erigió desde los primeros compases del show en el centro de todas las miradas. A pesar de que el concierto estaba autorizado para menores, esto no representó ninguna clase de problema para que la banda descargara temas tan irreverentes y gamberros   como “Engaña A Tu Novio”, en el que destacó la enorme elegancia del guitarrista Alberto Marín, o la cachonda y desternillante “665 (El Vecino Del Diablo).

Tras unos primeros compases realmente efectivos en los que la banda se metió a la gente en el bolsillo, llegaba el momento de los saludos. Unos parlamentos en los que Txus, además de darnos las gracias de forma efusiva, nos anunciaba que, a causa de una inoportuna lesión futbolera, el carismático Mohamed no podría participar en la  posterior descarga de Mägo de Oz. Durante su actuación Bürdel King se mostraron como una tormenta ácida y corrosiva de rock n´roll marchoso, vacilón  y adictivo como quedo plenamente plasmado al atacar cortes como el crítico “Lo Llaman Democracia…”, o el lascivo e irreverente “Inmaculada”, para el que contaron con la participación de Josema, que apareció en escena  ataviado como una provocativa colegiala, consiguiendo arrancar  más de una carcajada de entre los asistentes.

Aunque Txus continuó durante todo el show, exprimiendo al máximo su faceta de frontman, es evidente que el carismático músico sabe de sus limitaciones como vocalista, así que no le dolieron  prendas a la hora de presentar a su compañera Patricia Tapia, quien se hizo cargo de las voces  en una trepidante y eléctrica  versión del clásico de la Creedence Clearwater Revival “Proud Mary”, que se convirtió en uno de los momentos más vibrantes de su actuación; mientras que  el  punto tierno y emotivo de la noche  lo puso la poética “La Luna En Ti”, con Frank  haciéndose cargo de las acústicas. La otra gran sorpresa de la noche fue “Mi nombre es Rock N´Roll”, un pequeño guiño a los  Mägo, durante el que Alberto y Frank se convirtieron en los auténticos protagonistas, repartiéndose el centro del escenario.

Antes de despedirse, Txus todavía tuvo tiempo de anunciarnos en exclusiva el título del segundo plástico de la banda: “Si Dios Está En Todas Partes, Fuego A Discreción”, para posteriormente  dar  carpetazo a su  presentación con  la contagiosamente festiva “El Sexorcista”, con la que pusieron a toda la sala a cantar, mientras Di Fellatio se paseaba por el escenario mostrando una “senyera estelada”, provocando el delirio entre las primeras filas.

Aunque resulta evidente que  Txus nunca figurará en la lista de los mejores vocalistas de este país, no me cabe la menor duda de que Bürdel King son una magnifica  banda de rock n´roll, y por mucho que a algunos les cueste reconocerlo, estos tíos son unos auténticos referentes de ese hard rock sucio, lascivo, descarado, e impregnado de un genuino sabor a bourbon y un adictivo aroma a tabaco.

Tras una pequeña pausa, que sirvió para que los músicos recobraran el aliento, mientras los miembros de su equipo daban los últimos retoques al escenario que serviría como marco para la descarga de las estrellas de la noche, a eso de las 22 horas se apagaban las luces del recinto. Lamentablemente, debo reconocer que me sorprendió la sencillez y sobriedad del escenario que nos ofrecieron los Mägo en esta ocasión, ya que si bien era muy difícil superar el ambicioso montaje de giras anteriores como la de "Finisterra" o "Gaia", en los que la banda tiró la casa por la ventana, lo cierto es que si me esperaba un poco más de ornamentación y  atrezo para un escenario que finalmente quedó algo frío y desangelado visualmente. Pero en cualquier caso, lo importante era la música, y en honor a la verdad hay que remarcar que desde los primeros compases de "A Marcha Das Meigas", el recinto del Sant Jordi Club se convirtió en una auténtica olla a presión, dando la bienvenida a la veterana formación con un griterío ensordecedor que  alcanzó el clímax con la llegada de "El Libro De Las Sombras", que fue el elegido para arrancar el show, mostrándonos a una banda ágil, dinámica y rejuvenecida, con mucha hambre y que hacía  gala de la vitalidad e ilusión recobrada durante esta nueva etapa.

En cuanto a la labor del nuevo vocalista Zeta, creo que cumplió con creces su cometido, tanto en los temas de su última entrega “Hechizos, Pócimas y Brujería”, como a la hora de enfrentase a  temas clásicos, como el coreadísimo “Maritormes”. Aunque evidentemente,  Zeta todavía no tiene las tablas ni la personalidad arrolladora de su antecesor, lo cierto es que el vocalista tiene una fantástica voz, y un estilo propio y personal, que puede gustar más o menos, pero hay que reconocerle la entrega y la voluntad de no convertirse en un clon escénico de José Andrëa.

Tras una primera ráfaga de calurosos aplausos, con los que la banda pudo sentir el apoyo y el cariño  de sus incondicionales, llegaba el momento de acordarse de los ausentes, teniendo un bonito recuerdo tanto para Leo Jiménez, como para el carismático violinista de la banda, el siempre simpático Mohamed, quien fue reemplazado de forma magistral por Roberto Jabonero, que dio su toque personal a  temas como el novedoso “H2Oz”, mostrando una gran entrega y confianza  a la hora de interactuar  con sus compañeros, disfrutando al máximo de la descarga. Si la anterior pieza había servido para que los miembros de la banda se reivindicaran ante sus seguidores, la fiesta estalló definitivamente al reconocer el respetable los primeros compases de “Molinos De viento”, una de las composiciones más representativas y fiesteras del repertorio de la banda, poniendo a toda la sala a bailar,  mientras junto a la batería de Txus se desplegaba un enorme Quijote, que presidiría el escenario durante el resto de la velada.

Sin darnos un segundo de tregua eran los teclados de Javier Díez  los encargados de introducirnos de lleno en el torrente hardroquero del intenso medio tiempo “Sácale Brillo A Una Pena”, que sirvió para que Zeta nos mostrara sus habilidades a la hora de enfrentarse a los temas más pausados y melódicos. Sin abandonar el material de su última entrega discográfica, la siguiente en sonar fue la densa y oscura “Satanael”, que nos adentraba en terrenos más complejos y sinuosos en los que volvieron a cobrar un mayor protagonismo la facción más netamente metalera de la banda, con Frank y Carlitos endureciendo notablemente el sonido de sus guitarras.

Pese a que durante los primeros compases del show pudieron escucharse algunos gritos de apoyo a José Andrëa, lo cierto es que a medida que fue avanzando el concierto Zeta supo irse ganando al respetable. De hecho, el Sant Jordi Club coreó, en un par de ocasiones, el nombre del vocalista. Y es que Zeta, lejos de adentrarse en absurdas y vacías polémicas, prefirió ganarse el respeto de los más  reticentes con unas excelentes interpretaciones de clásicos del calibre de “Hasta Que El Cuerpo Aguante”, extraído de su magistral “Finisterra”, con el que la banda volvió a hacer subir la temperatura del recinto, poniendo a todo el mundo a danzar siguiendo el vertiginoso ritmo de su acelerada melodía. Aprovechando el excelente clima reinante, llegaba el turno para uno de los momentos más disparatados y bizarros  de la noche, el cachondísimo solo de Josema, quien nos sorprendió a todos con su facultad innata para crear melodías soplando objetos tan dispares como una muleta, un ladrillo, una jeringuilla o una regadera de plástico.

Después del genial momento de jarana y carcajada, la actuación seguía fluyendo a través de los derroteros más “folkies”  de manos de un cautivador “Celtian”, que se convertiría en la puerta de acceso para una segunda parte de show en la que tomarían una mayor cuota de protagonismo los temas clásicos de la formación. Pero antes de sumergirnos de lleno en este segundo tramo de concierto, todavía tuvimos tiempo para apreciar las excelentes cualidades técnicas del bajista Fernando Mainer, quien con su instrumento nos ofreció una vistosa versión del “Nothing Else Matters”, amén de algunos fragmentos de clásicos como “Smoke On The Water”, o “Master Of Puppets”.

El angustioso dramatismo de “Hasta Que Tu Muerte Nos Separe”, fue el encargado de hacernos retroceder hasta los lejanos tiempos del “Jesús De Chamberí”, con un Zeta espectacular salvando con eficiencia el tema, mientras Carlitos se explayaba a gusto con su guitarra en un extenso y vistoso desarrollo solista. Un pequeño oasis melódico protagonizado por la emotiva “Quiero Morir En Ti”, se convertiría en la antesala perfecta para uno de los momentos álgidos de la noche, el abrumador “El Que Quiera Entender Que Entienda”, que volvía a hacer rugir con fuerza a todos los presentes, convirtiendo el estribillo en un ensordecedor canto a favor de la libertad.

Aunque durante toda la actuación Patricia Tapia se mantuvo en un discreto segundo plano, siempre a la sombra de Zeta, lo cierto es que la atractiva  vocalista también tuvo su momento de lucimiento personal durante una dramática y brillante interpretación de “Brujas”, que la vocalista interpretó encapuchada, y acompañada de una sugerente percusión que dio al tema una ambientación de lo más oscura  y perturbadora. La emotividad y la introspección  volvían a apoderarse de los primeros compases de la pieza que presta su nombre al último plástico  de los madrileños “Hechizos, Pócimas y Brujería”, para posteriormente arrastrarnos a través de un trepidante vendaval roquero que sería el encargado de cerrar esta primera parte del show.

Bastante se hicieron de rogar los Mägo en su retorno sobre las tablas, de hecho fue Javier Díez  el  encargado de reanudar la descarga con un extenso solo de teclado,  en el que hubo diversos guiños a clásicos de la banda, para acabar desembocando en la barroca  introducción del grandilocuente "Finisterra", que personalmente fue uno de los temas que más me gustaron de la descarga, con todos los músicos sonando intensos, potentes y exultantes, contando en todo momento con la complicidad y el apoyo de un público plenamente entregado que coreó incansablemente cada uno de los estribillos como si les fuera la vida en ello.

Ante las insistentes demandas del respetable, fue el propio Txus quien  agarró el micrófono  para presentarnos  a todos sus compañeros, además de concedernos una nueva  exclusiva: “El próximo disco de la banda volverá a ser un álbum conceptual”. El final de fiesta definitivo estuvo marcado por la tripleta compuesta por "La Costa del Silencio", la novedosa "Xanandra",  y la preferida de la audiencia "Fiesta Pagana", con la que pusieron la sala patas arriba, retirándose  en olor de multitudes, y dejando entre los presente la sensación de que la banda ha recuperado la magia y la actitud que les catapultó  a la cima de la escena nacional.

En resumen, casi dos horas y media de música, fiesta y diversión, redondeando un fantástico concierto con el que los Mägo retomaron el contacto con su público  de la Ciudad Condal después de una larga ausencia. Tal y como comentó  Txus en el tramo final del concierto " nos deben un Mägo de Oz Fest completo". En cualquier caso, y hasta que esta nueva cita se materialice, la descarga de los madrileños  en tierras catalanas sirvió para reencontrarnos, y volvernos a ilusionar, con una banda que parece haber recobrado la buena senda, gracias a la sabía nueva, y a la renovada ilusión que muestran los antiguos miembros de la banda. Aunque seguramente puede sonar a tópico:" ¡Tenemos Mägo de Oz  para rato!".



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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