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domingo, 10 de agosto de 2014

RESURRECTION FEST-VIVEIRO-2-AGO-2014



HAMLET

Si hay una banda en este país que es sinónimo de solvencia de cara al directo, esos son Hamlet. Curtidos en 1000 batallas los madrileños llevan muchos años demostrando su enorme talento, dedicación  y personalidad, tanto en sus grabaciones de estudio como en sus imparables actuaciones en vivo. Pese a llevar casi tres décadas en la brecha, la banda parece estar viviendo una “eterna segunda juventud”, ya que actualmente suenan más compactos y potentes que nunca.

Unos escasos e insuficientes treinta minutos era el tiempo que tenía asignado el quinteto madrileño para firmar con letras de oro su estreno en este Resurrection Fest. Y sin duda Hamlet fue una de las bandas que mejor supieron aprovechar y  rentabilizar cada uno de los minutos que estuvieron en escena. Ya desde el arranque con ese devastador “Irracional”, se vio que la formación venia dispuesta a quemar el escenario. Pero evidentemente la espoleta que convirtió la actuación de Hamlet en una auténtica  bomba de relojería  fue la actitud y entrega de un Molly totalmente desatado, que no se lo pensó dos veces a la hora de subirse a la valla, encaramarse a las torres del escenario, cantar surfeando de espaldas entre sus seguidores, e incluso permitirse la licencia de meterse dentro de un “circle-pit”, mientras Luis Tárraga y Alberto Marín  daban buena cuenta de clásicos como “Egoísmo”, o esa apisonadora que es “Habitación 106”, en la que la banda rescató toda su esencia thrashera.

Pese a lo longevo de su trayectoria el repertorio de esta tarde estuvo focalizado en sus primeros trabajos, concretamente en la trilogía que forman los discos “Sanatorio de Muñecos”, “Revolución 12111” e “Insomnio”. De modo que no faltó la despiadada critica contenida en “Muérdesela”, con la gente completamente enloquecida cantando junto a Molly ese imparable estribillo, o la declaración de intenciones que contiene  “Tu Medicina”, con la base rítmica formada por Paco y Álvaro haciendo retumbar fuertemente el escenario.

Le elegida para rematar la faena fue la impactante “J.F.”, que se iniciaba  con Tárraga subido a los monitores mientras escupía  el riff de apertura de uno de los temas que se ha convertido por derecho propio en uno de los clásicos más coreados de la extensa carrera del combo madrileño. Sin duda Hamlet, como representantes del metal nacional, dejaron el pabellón muy alto, reivindicándose, una vez más, como una de las formaciones más importantes, influyentes e impactantes de nuestro país. ¡Sencillamente Brutales!


HAVOK

De entre la nueva hornada de bandas que están actualmente resucitando el viejo sonido thrasher, los americanos Havok se han convertido en un referente obligado para todos los seguidores del genero. Viejos conocidos de la afición española los americanos cuentan con una nutrida legión de seguidores, y eso se notó, y mucho, en la gran cantidad de publico que se dio cita para seguir su descarga.

Pese a disponer de poco mas de media hora Havok supieron condensar al máximo lo mejor de su propuesta, ofreciéndonos un recital de actitud metalera y riffs arrolladores  junto a una puesta en escena jovial y desenfadada que acabó contagiándose a todos los presentes. Así que durante su show no faltaron esos portentosos “circle-pits” ni algún vistoso “wall of death”.

Liderados por un incisivo David Sanchez la banda se mostro en todo momento intratable, fiera y muy salvaje, asolándonos sin ninguna clase de miramientos con piezas como el pertinaz “Covering Fire” o el crujiente y machacón “Point of No Return”, que desató la euforia generalizada entre las primeras filas.

Pese a lo fugaz de su actuación la banda tuvo tiempo para ofrecernos algunas de sus clásicas proclamas, como durante la introducción del incisivo “ Give Me Liberty… Or Give Me Death”, que a la postre se acabaría convirtiendo en uno de los puntos álgidos de su show.

Sin perder esa mordaz y critica visión de la actual situación política  no podía faltar la incisiva “I Am The State”, que se acabaría convirtiendo en la antesala perfecta para “D.O.A.”. Con la gente totalmente entregada y con la banda rallando a un excelente nivel, llegaba el momento de una precipitada despedida,  y la elegida como colofón para su descarga fue esa colosal bomba de relojería que es “Time Is Up”.


ABORTED


Tras la rotunda descarga de los thrashers americanos Havok, los siguientes en comparecer en el marco del Ritual Stage eran Aborted. Los belgas arribaban a tierras gallegas con su octavo trabajo bajo el brazo " The Necrotic Manifesto", un plástico en el que el quinteto ha llevado su death metal técnico y brutal a su máxima expresión.

Aunque en esta ocasión la formación prescindió de su habitual indumentaria quirúrgica, Aborted fueron una de las pocas bandas que engalanaron el escenario con varios paneles que hacían alusión a la portada y al título de su última entrega. En cuanto al sonido de la actuación de los belgas, cabe remarcar que fue impecable, quizás de los mejores de toda la jornada, permitiéndonos degustar con total nitidez esas vertiginosas aceleraciones marca de la casa, esos parones  rotundos, y como no, deleitarnos con el sobrecogedor registro de  Sven De Caluwe.

Como un ciclón desatado y sin ninguna clase de misericordia el quinteto abordó el escenario dispuesto a aplastar y convencer a los allí congregados. Y es que la formación belga demostró una gran polivalencia, ya que ellos tienen de todo y para todos. Da igual que te gusten los trallazos precisos y certeros, las partes más oscuras y machaconas que te aplastan contra el suelo, o los pasajes más crujientes y con grovee, ya que Aborted poseen todas esas cualidades,  además de una coordinación y un nivel técnico realmente envidiables.

En sus escasos cuarenta minutos el quinteto belga aprovechó para ofrecernos un buen repaso a los mejores momentos de su última obra, escupiendo violentamente sobre nuestros oídos trallazos como el sanguinario "The Extirpation Agenda", con ese regusto a los clásicos Carcass, o el machacón y abrasivo " Necrotic Manifesto".

Como era de esperar a lo largo de su actuación no faltaron unos vistosos "circle-pits", dando color y ambiente, o un imponente "wall of death" a lo largo del descomunal "Coronary Reconstruction". Mención especial merece la excelente compenetración entre los dos hachas de la banda, Danny Tunkery y Mendel Bij De Leij", quienes ofrecieron todo un recital de técnica y velocidad, especialmente Mendel que se destapó con algún solo realmente despiadado  y vertiginoso.

En resumen, tras casi dos décadas en activo Aborted parecen estar viviendo, con su actual formación, su mejor momento como banda. Durante los próximos meses la banda tiene previsto girar por nuestro país. Yo si fuera tú, no me los perdería.


GOJIRA

Con la euforia desatada después de la actuación de Aborted, llegaba el momento de una nueva peregrinación, en esta ocasión, hacia el escenario principal del festival para presenciar en primera persona la actuación de los emergentes Gojira. Pese a que los franceses, a priori, no son de las bandas que levantan grandes pasiones, lo cierto es que poco a poco, y a base mucha entrega y trabajo, están consiguiendo hacerse un nombre muy importante y respetado dentro de la escena metálica.

Buena muestra de su importante poder  de convocatoria fue la nutrida legión de seguidores que aglutinaron para seguir su vespertina actuación. Con el cielo totalmente encapotado y amenazando ya seriamente el chaparrón que se desarrollaría durante la actuación de los americanos Testament, el combo francés  salió a escena totalmente de negro, como mandan los cánones, para ofrecernos una buena muestra de su propuesta.

Liderados por un comunicativo Joe Duplantier la banda no tuvo ningún clase de problemas para conectar con una audiencia que se mostró muy receptiva y que jaleo totalmente enfervorizada la llegada de trallazos como “The Axe”. Tampoco faltaron las alusiones a sus anteriores entregas con piezas como un coreadísimo “Backbone” o la imponente declaración de intenciones que supuso esa gema titulada “The Heaviest Matter Of The Universe”.

Conscientes del gran aumento de popularidad que la  banda ha experimentado durante los últimos años, Duplantier no quiso dejar pasar la ocasión para tener un simpático guiño con sus seguidores presentando la composición que da nombre a su ultimo trabajo en castellano, rebautizando la pieza como “El niño Salvaje”. Lejos de relajarse o aplacar su ira, los franceses sonaron cada vez más metálicos y poderosos, regalándonos una recta final de show realmente antológica, recurriendo para ello a la envolvente “Toxic Garbage”, o la devastadora “Oroborus”.

La encargada de finiquitar sus cincuenta minutos de show sería “Vacuity”, dejando a una audiencia totalmente entregada que no dudó en despedir a los franceses coreando su nombre como si fueran auténticos héroes. Y es que la suya fue una de las confirmaciones más sonadas de esta novena edición del Resurrection Fest.


CALIBAN

Por su propia propuesta y filosofía  si hay una banda que debía estar presente en esta novena edición del  Resurrection Fest esos eran Caliban. Los germanos llevan desde mediados de la década de los noventa fusionando el poderoso estallido  de unas guitarras  genuinamente metálicas con sus raíces y estribillos claramente hardcoretas. De modo que el marco del festival gallego se presentaba con un lugar idóneo para la descarga del veterano quinteto de Hattingen.
 
En una jornada en la que el Ritual Stage había estado copado  por las bandas de thrash y death , la descarga de los alemanes supuso una explosión de frescura y buen rollo, contagiando  a todos los presentes con esa camaradería hardcore y esos bailes salvajes y desatados que se convertirían en protagonistas de cortes como  "Kings" o "We Are The Many", provocando escenas realmente dantescas entre las primeras filas, con lluvia de vasos  y calzado incluidas.


Aunque me dio la impresión de que el quinteto comenzó su actuación un tanto frío, lo cierto es que se entonaron rápidamente, logrando una comunión total con sus enfervorizados seguidores,  dando calor y actitud a trallazos de nuevo cuño como " I Am Ghost" o "Devil's Night", que  sin duda están llamados  a convertirse en clásicos de su repertorio.

 Pese a la extensa trayectoria de la formación alemana, el grueso de su repertorio estuvo centrado casi de forma exclusiva en sus últimas obras, haciendo especial hincapié en su vertiente más metalera. Como viene siendo habitual en los directos de la banda, su vocalista, Andreas Dörner, se mostró muy activo y comunicativo, y no se lo pensó dos veces a la hora de abalanzarse sobre las primeras filas para corear junto a sus incondicionales el contagioso  estribillo de "Your Song", que sería la escogida para cerrar su actuación, dejando tras de sí una cerrada ovación y un excelente sabor de boca.


FIVE FINGER DEATH PUNCH

Al igual que sucediera con Gojira, los americanos Five Finger Death Punch se presentaban en Viveiro para intentar ratificar las buenas sensaciones que la banda ha dejado con su material más reciente. La trayectoria de los de Los Angeles ha sido una travesía lenta pero segura, escalando poco a poco posiciones hasta consolidarse como  una de la bandas más carismáticas y reconocidas de la actual escena americana.

Con semejantes antecedentes resultaba obvio que la banda intentaría aprovechar al máximo su oportunidad de tocar ante un publico tan numeroso, y a decir verdad, los americanos supieron salir victoriosos del envite. Apostando desde el mismo inicio por su material mas cañero e impactante los angelinos empezaron a desgranar ante sus seguidores poezas como la visceral “Under And Over It”, que sería la encargada de poner a funcionar la aplastante maquinaria yankee.

Pese a la tímida lluvia, que hizo acto de presencia durante los primeros compases del show, el publico no pareció intimidado y apoyo con gran fervor piezas como la coreable y explosiva “Burn It Down”, para posteriormente dejar paso a las envolventes melodías de “Hard To See”, que nos dejo la imagen de Ivan Moody dirigiéndose a sus fieles mientras permanecía fuertemente agarrado a su pie de micro.

Cambiando totalmente de tercio y volviendo a convertir las guitarras en las autenticas protagonistas, llegaba el momento de una nueva ración de ese incontestable poder metálico de manos de un incontestable “Lift Me Up”. El guiño hacia las bandas clásicas llegaría con su acostumbrada y metalizada versión del clásico “Bad Company”, que seria la encargada de poner la nota de elegancia en un show realmente matador.

Los saltos y los “circle-pits”, harían acto de presencia durante la voraz y explicita “Burn MF”., que fue coreada  como si de un autentico himno se tratara, mientras que las encargadas de certificar la abrumadora  descarga del combo  americano serian  la cambiante “Never Enough” y la mordaz  de “The Bleeding”.


OBITUARY

Referentes absolutos de la escena death americana, y auténticas leyendas del género,  la banda capitaneada por los hermanos Tardy llegaba al Ritual  Stage para ofrecernos otra de sus lecciones magistrales, descargando  esa colección de riffs densos y ametrallantes  que ayudaron a definir el estilo a finales de la década de los 80. Sin duda la inclusión de los de Florida  en el cartel de esta novena edición del Resurrection Fest,  junto a sus compatriotas Suffocation y los británicos Carcass, había despertado mucho morbo,  conformando  una imponente tripleta que prometiría una verdadera lucha de "gallos" entre bandas históricas dentro de la escena.

Con un enorme telón de fondo  con el logo clásico de la banda en color rojo, el quinteto asaltaba el escenario frente a una carpa totalmente abarrotada para espetarnos sin previo aviso el clásico “Stinkupuss”. Pese al paso del tiempo la banda sigue conservando esa imagen clásica, con todos sus miembros aporreando sin piedad sus instrumentos, mientras que un errático John Tardy se dedica a ir recorriendo el escenario buscando el apoyo y el respaldo de sus fieles seguidores. Tras esta primera toma de contacto, y sin abandonar el material del primerizo “Slowly We Rot”, llegaba el momento de pisar el acelerador al máximo con el torbellino sonoro que representan  “Intoxicated” y “Bloodsoaked”, con las que la banda certificaba la plena vigencia de su material más antiguo.

Tampoco faltaron durante sus cuarenta y cinco minutos de show los recuerdos hacia su segunda obra “Cause Of Death”, del que nos ofrecieron un lóbrego paseo a través de las atmosferas densas y pantanosas contenidas en piezas como “Infected”, “Chopped In Half”, o la más vibrante y despiadada “Body Bag”, en la que  destacó especialmente la aportación del otro miembro original de la banda, el guitarrista Trevor Peres. Tras un arranque copado por algunas de las piezas más representativas de sus inicios, por fin llegaba el momento de degustar algo del material que la banda incluirá en su nuevo trabajo de estudio “Inked In Blood”, del que interpretaron “Violence”, una pieza rápida y directa que dejó una magnifica impresión entre todos los asistentes, y la propia “Inked In Blood”, con un ritmo algo  más denso y cadencioso.

El tramo final del show estuvo marcado por el recuerdo hacia otra de las piezas maestras de su discografía  “The End Complete”,  del que desgranaron la propia pieza que prestaba su nombre al plástico, y la salvaje “Back To One”. Para poner la guinda a su fantástica actuación el quinteto volvió a echar  nuevamente la vista atrás para regalarnos una demoledora  “Slowly We Rot”, con la que se despedían definitivamente, dejando totalmente olvidados los temas de su última etapa y sin dejarnos  saborear ninguna exquisitez de ese fantástico ”World Demise”. 



TESTAMENT

Evidentemente el plato fuerte de esta tercera y ultima jornada de festival, especialmente para los amantes del metal, era la actuación de los legendarios Testament. La banda del carismático gigantón Chuck Billy arribaba a Viveiro para presentar su ultimo trabajo  de estudio “The Dark Roots Of Earth”, un álbum con el que la banda ha recuperado el estatus que nunca debió haber perdido.  Como principal novedad en el seno de la formación, los americanos contaban nuevamente con los servicios del bajista Steve De Giorgio lo que añadía un plus de calidad a la propuesta de los míticos thrashers californianos.


Desafortunadamente su actuación se vio lastrada, en cuanto a asistencia de publico, por la monumental tormenta que convirtió el recinto de este Ressurrection Fest  en un inmenso barrizal. Pese a ello, la banda no desfalleció en ningún momento, consiguiendo hacer las delicias de los valientes que se decidieron a aguantar el chaparrón mientras Testament interpretaba una excelente colección de clásicos thasheros a un volumen aterrador.

Con un escenario presidido por un gran telón que reproducía la portada de su ultima obra, los americanos salieron a por todas desde los primeros compases del show con un poderoso “Rise Up”, que rápidamente dejaría paso al primero de los clásicos de la noche, un celebradísimo “The Preacher”, liderado por un Chuck Billy en un estado de forma envidiable, que no dejo de jugar durante todo el show con su medio pie de micro fluorescente.

Como si de una maldición bíblica se tratara y mientras la lluvia era cada vez más intensa, la formación fue escupiendo sus imparables bombas de alcance masivo, aliviando nuestro sufrimiento con piezas como “More The Meets The Eye”, “Native Blood” o “Dark Roots Of Earth”, que ponían de manifiesto que la banda esta viviendo una segunda juventud.

Conscientes de la entrega de unos fans que aguantaron estoicamente el chaparrón, la banda repitió en numerosas ocasiones sus mensajes de agradecimiento, e incluso el propio Billy espetó un poderoso “fuck the rain”, antes de abalanzarse sobre  una despiadada versión de “Into The Pit”. Sin abandonar su material más clásico de la década de los ochenta, la siguiente en sonar fue “The New Order”, que fue seguida por una incontestable “Practice What You Preach” y por una celebradísima “Over The Wall”.

Aunque la intensa lluvia no amainó en ningún momento, la formación americana no quiso dejar pasar la oportunidad de premiar a sus seguidores por su fidelidad, de modo que aun nos ofrecerían una ultima doble ración de ferocidad thrashera en forma de  “D.N.R. (Do Not Resuscitate) y la oscura y afilada “3 Days In Darkness”, que sería la elegida para echar el cierre a su épica  actuación.


CARCASS


Tras el enorme chaparrón que convirtió el recinto del festival en un inmenso barrizal, y mientras los americanos Testament finiquitaban su actuación en el escenario principal, el Chaos Stage se preparaba para albergar una de las visitas más esperadas de todo el festival, el retorno de los británicos Carcass. Con un imponente telón de fondo, en el que se  reproducía la portada de su último trabajo “Surgical Steel”, el cuarteto tomaba posiciones para reivindicarse como uno de los pesos pesados dentro de la escena death metalera. Recibidos con verdadero fervor por sus incondicionales, los británicos se marcaron un concierto realmente brillante, gracias en gran medida a un sonido limpio y potente. En cuanto al repertorio creo que fue muy equilibrado, ya que además de una buena ración de su última obra, también hubo tiempo para algunos guiños al material de su primera época, haciendo especial hincapié en las composiciones de su aclamado “Heartwork”.

Con una entrada  épica, acompañados por la introducción  “1985”, el cuarteto británico iniciaba su truculento viaje a través de las vísceras y la descomposición orgánica con la pieza que abría su cuarto trabajo “Buried Dreams”, para rápidamente adentrarse en su pasado más oscuro y tormentoso, haciendo subir las revoluciones al máximo durante la seminal “Incarnated Solvent Abuse”, que desató la euforia entre las primeras filas. Corrosivo, ácido y desafiante Jeff Walker demostró que sigue siendo un excelente frontman, consiguiendo focalizar sobre él todas las miradas. Otro de los puntos fuertes de la descarga de los británicos fue su dinamismo, ya que el cuarteto fusionó la mayoría de los temas para estirar al máximo el tiempo del que disponían.

Tras los habituales saludos, llegaba el momento de empezar a destripar el material de “Surgical Steel”, de modo que la siguiente en hacer acto de presencia fue “Cadaver Pouch Conveyor System”, con las guitarras de Bill Steer y Ben Ash batiéndose en un intenso duelo que acabaría desembocando en   la subversiva y cambiante  “This Mortal Coil”.  Aunque con los años la melodía ha ido ganando presencia  en la propuesta de la mítica  formación  británica, Walker y sus muchachos demostraron no haber perdido esa parte más extrema y visceral, así que sin ninguna clase de complejos firmaron una colosal interpretación del primerizo “Exhume To Consume”. Tras poner de manifiesto las fantásticas prestaciones de la actual encarnación de la banda, llegaba el momento retornar a su material más novedoso, apostando por la dupla formada por “The Granulating Dark Satanic Mills” y “Unfit For Human Consumption”.

Pese a que el tiempo de Carcass se estaba agotando, Walkers anunció que la banda iba a descargar su show completo. Así que rápidamente el cuarteto volvió a echar la vista atrás para centrarse en la oscura y desconcertante “Genital Grinder”, que a la postre se acabaría convirtiendo en la única representante de su seminal debut de 1988 “Reek Of Putrefaction”. Una nueva muestra de su material más reciente, en esta ocasión, de manos de “Captive Bolt Pistol”,  sería la encargada de conducirnos hacia una recta final realmente demoledora, en la que se fundirían la  brutalidad de  “Corporal Jigsore Quandary”, con la envolvente melodía de la pieza que prestaba su título a su cuarto trabajo “Heartwork”.

Fantástica descarga de los maestros británicos que demostraron, en esta única descarga en nuestro país, que no han perdido ni un ápice de la contundencia y la  voracidad que siempre les ha caracterizado.


enlace crónica del Jueves 31 de Julio

enlace crónica del Viernes 1 de Agosto



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