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martes, 8 de diciembre de 2015

DEATHCRUSHER TOUR-CARCASS+OBITUARY+NAPALM DEATH+VOIVOD+HEROD-RAZZMATAZZ-BCN-29-11-2015



La unión hace la fuerza. La escena extrema siempre fue como una gran familia, una hermandad en la que los músicos pasaban de banda en banda y se formaban proyectos puntuales con miembros de diferentes formaciones. Durante los últimos tiempos esta escena parece estar viviendo una segunda juventud, seguramente propiciada por el buen estado de forma de algunos nombres clásicos y por el retorno de otros que el paso del tiempo parecía haber devorado. Una reunión de auténticos maestros era lo que nos proponía este Deathchusher  Tour 2015, una gira que en poco menos de un mes ha asolado el viejo continente permitiendo a los fans presenciar en una misma noche las descargas de los míticos Voivod, los maestros británicos del Grindcore, Napalm Death; las leyendas americanas de Florida Obituary, y unos renacidos Carcass, con el carismático Jeff Walker al frente, que tras un largo letargo regresaban a la carga en 2013 con "Surgical Steel".

Un cartel de ensueño para todos los amantes del metal extremo aterrizaba en una sala Razzmatazz en la que se agotó el papel para clausurar este trepidante periplo europeo. Debido a lo apretado del programa de esta tarde-noche de domingo el horario de las actuaciones se adelantaba hasta las 18:00 horas, que sería la hora asignada para que unos desconocidos Herod dieran el pistoletazo de salida a la velada presentando su debut “The Were None”.

Con la gente accediendo al recinto para procurarse un buen lugar de cara a los platos fuertes de la noche, los suecos arrancaban su descarga con el machacante e hiriente ritmo de “Sad Hill Pt.2”, proponiéndonos un estilo diametralmente opuesto al de sus compañeros de cartel, ya que su propuesta se basó en un oscuro sludge, repleto de intensidad y gritos guturales, muy del estilo del que practican  bandas como Cult Of Luna.

Especialmente llamativa me pareció la actitud desafiante de su vocalista David Glassey, quien no paró de contorsionarse y ofrecernos sus desgarradores alaridos durante “Northen Lights”. 

Pese al desconocimiento generalizado de la media sala que se congregó para seguir su actuación, lo cierto es que los suecos dejaron una buena impresión, y más cuando David descendió del escenario para cantar desde la pista el tramo final del último tema que interpretaron “The Fall”.

Curiosamente los siguientes en tomar posiciones sobre el escenario eran, junto a Napalm Death, los más veteranos del cartel, Voivod. A pesar de no haber conseguido nunca el reconocimiento unánime de la familia metálica, los canadienses se han mantenido siempre en activo, evolucionando constantemente su propuesta y sobreponiéndose a la muerte de su guitarrista fundador Denis D´Amour “Piggy” en 2005.

Muchos y muy variados son los registros que la formación nos ha ofrecido a lo largo de su dilatada carrera, pero para el show de esta noche el cuarteto de Quebec eligió un repertorio basado casi en su totalidad en el material que facturaron durante la década de los ochenta. Absolutamente desbocados y pisando el acelerador al máximo desde el mismo arranque con “Ripping Headaches”, los canadienses se mostraron en un excelente estado de forma. Como siempre el centro de todas las miradas fue el incombustible Snake que, con su peculiar registro y sus disparatados bailes, no tuvo problemas para conectar con la audiencia mientras daba buena cuenta de temas como “Tribal Convictions”.

Si el veterano vocalista fue la imagen de la banda, los cimientos estuvieron en la retaguardia del escenario, donde Away, todo un espectáculo verle aporrear su modesto kit, propulsó a sus compañeros durante una actuación trepidante. Especialmente contentos se vio al cuarteto en escena, seguramente satisfechos por haber completado un tour tan exigente y agotador con un sold-out en la Ciudad Condal, tal y como nos anunció Snake antes de atacar la pieza que abría su álbum “Nothingface”(1989), “The Unknown Knows”. Estaba claro que Voivod venían dispuestos a ofrecernos una buena ración de thrash metal old school. De modo que no faltó a la cita un acelerado “Psychic Vacuum”, que hacía que la fiesta en la pista no se detuviera.

La primera sorpresa de la noche llegaría cuando Jeff Walker salió a escena para “The Prow”, y es que además de atacar las cuatro cuerdas el británico también se animó  a la hora de ayudar en los coros de la única composición que rescataron de su producción de la década de los noventa. Con Rocky nuevamente junto a sus compañeros la descarga proseguiría con la chirriante guitarra de Chewy llevando las riendas en   “Order Of The Blackguards” mientras Snake aprovechaba para hacernos alzar los puños al aire.

Para encarar la recta final de su actuación el cuarteto optó por su pieza más reciente “Forever Mountain”, que la banda incluyó reciente en un split junto a Napalm Death. El cierre, como no podía ser de otra forma, estuvo reservado para el hímnico “Voivod”, que les servía para acabar por todo lo alto una descarga que se hizo muy corta.

Tras un vertiginoso cambio de equipo era el turno de unos ilustres veteranos dentro de la escena extrema, los británicos Napalm Death. Asiduos habituales de nuestros escenarios Shane Embury y sus muchachos se ratificaron, una vez más, como  una apuesta segura de cara al directo, derrochando visceralidad y violencia sonora por los cuatro costados. Una sala prácticamente llena era el marco que aguardaba impaciente la salida de los de Birmingham que arrancaban su presentación con la novedosa “Apex Predator – Easy Meat”, desatando la euforia de una audiencia que se dejó arrastrar de forma inmisericorde por el devastador instinto asesino de los británicos.

Desde que Napalm Death aparecieran en escena la entrega y el desfase generalizado de la audiencia fueron una constante en el recinto, creándose un intenso pogo que no se detendría durante todo el show. Con semejante panorama los británicos no tuvieron ninguna clase de problema para destrozarnos a base de trallazos de nuevo cuño como “How The Years Condemn” o “Timeless Flogging”. Tan dicharachero e hiperactivo como de costumbre Barney Greenway se encargó de presentar los temas mezclando para ello español e ingles, consiguiendo que a más de uno se le escapara una sonrisa gracias a ese acento de “guiri de chiringuito”.

Si durante el primer tramo de su actuación  Napalm Death se concentraron en ofrecernos una buena muestra de su material más reciente, fue sin duda cuando tiraron de artillería pesada con temas como  “Scum”, “Life?”, o el mítico “You Suffer” cuando la sala se vino literalmente abajo. Tampoco faltarían las criticas frontales hacia las creencias religiosas en temas como “Cesspits”, ni su ataque despiadado contra el racismo en su  celebradísima versión del “Nazi Punks Fuck Off” de los Dead Kennedys, que como viene siendo habitual fue una de las más coreadas.

El recuerdo a su trabajo de 1990 “Harmony Corruption”, llegaría de manos de la machacona “Suffer The Children”, que nos hacia levantar el pie del acelerador para contemplar como Barney quedaba absorto en uno de sus habituales bailes mientras Shane aporreaba su maltratado bajo a la altura de los tobillos. Como un torbellino desatado Napalm Death se despedían definitivamente con otra muestra de que siguen siendo unos auténticos maestros, la seminal “Siege Of Power”.

Con una sala a reventar y con el ambiente ya muy caldeado llegaba el turno de la formación capitaneada por los hermanos Tardy, Obituary. Los “deathers” de Florida hacia unos meses que habían pasado por estos lares presentando su última entrega “Inked Of Blood”, de modo que había mucha curiosidad por ver el repertorio que nos tenía preparado el mítico quinteto. Con el escenario engalanado por un enorme telón que reproducía la portada del mencionado trabajo, la banda aparecía en escena a media luz para arrancar su descarga con el instrumental “Redneck Stomp”, respaldados sobre un sonido nítido y poderoso que rápidamente puso a la gente a menear la cabeza intensamente.

El último en aparecer en escena, deambulando como si fuera un fantasma, fue John Tardy, que tardó apenas unos segundo en aferrarse a su pie de micro para espetarnos sin previo aviso “Centuries Of Lies”, que nos dejaba a la gente completamente enloquecida mientras el escenario quedaba bajo el influjo de unas demoniacas luces rojizas. Sin mediar presentación alguna y sin abandonar el material de su ultima referencia de estudio el show proseguía con los crujientes desarrollos de  “Visions In My Head”, que serían testigos de la aparición de los primero “surfers”.

Como viene siendo habitual los americanos se mostraron algo distantes en escena, dejando que fueran piezas clásicas como “Intoxicated” o “Bloodsoaked”, las encargadas de calentar el ambiente y  llevar al éxtasis a sus incondicionales. Pese a ello, sería el guitarrista Trevor Peres el encargado de ponernos a todos a cantar el cumpleaños feliz a su socio a las seis cuerdas, Kenny Andrews. Tras haber destripado del tirón dos gemas de su seminal debut “Slowly We Rot”(1989), las encargadas de conseguir que el ambiente no decayese serían “Dying” y  la apabullante   “Find The Arise”, que eran las escogidas para representar a su segundo trabajo “Cause Of Death”(90).

Aunque el repertorio que nos ofrecieron los americanos fue absolutamente devastador, lo cierto es que eché en falta algún recuerdo hacia aquel fantástico “The End Complete” de 1992, pero en contraposición pudimos degustar viejas favoritas como “´Til Death”, que hacían que los pogos y los “circle-pits” no se detuvieran ni por un instante. La sorpresa de la noche llegaría cuando John empezó a escupir la letra del afiladísimo “Don´t Care”, con el que la banda rescataba del ostracismo el material de “World Demise”(1993), que se había quedado fuera durante sus últimas giras.

Pero si hay un tema que resume  a la perfección la filosofía y el estilo de Obituary a lo largo de toda su carrera ese es el primerizo “Slowly We Rot”, que fue el encargado de poner el broche de oro a su actuación, mezclando para ello esas partes lúgubres y pantanosas con unas humeantes aceleraciones que hicieron que la gente disfrutara al máximo de su actuación.


Durante los días previos a la descarga se había anunciado que para celebrar el final de este Deathchusher  Tour 2015, los músicos nos ofrecerían una aparición exclusiva bajo el apelativo de  Absolute Power. Mucha curiosidad había por saber en que consistiría esta “aparición especial”. Pues bien, para los que no lo sepan, Absolute Power es uno de los múltiples proyectos de Shane Embury, y  más que una actuación al uso lo que nos ofrecieron Absolute Power fue la presentación de un único tema “Land Of Steel”,  un himno de heavy metal clásico y épico que fue interpretado por músicos de las bandas que integraban el tour junto con la presencia del vocalista que grabó aquel redondo homónimo, Simon Efemey.

Tras la simpática y divertida aparición de los músicos para interpretar “Land Of Steel”, el escenario se quedaba desierto, con la portada de “Surgical Steel” de fondo anunciando la triunfal entrada de los encargados de rematar la velada, Carcass. Muchas ganas había de volver a reencontrarse con Jeff Walker y sus muchachos, ya que desde su regreso discográfico en 2013 la banda no había pisado los escenarios de la capital catalana. Mucho  ha cambiado la propuesta de los británicos desde que unos jóvenes Jeff Walker y Bill Steer publicaran aquel abominable debut titulado “Reek Of Putrefaction”, y es que la madurez y la evolución acabaron abocando a Carcass hacía derroteros más melódicos, provocando una escisión entre sus primigenios seguidores y los que se engancharon al carro posteriormente con discos como “Heartwork”.


Sin duda los contrastes fueron  una constante durante la presentación del combo británico, y no lo digo únicamente por la variedad de un repertorio  en el que quedaron representados todos sus trabajos, sino por los polos opuestos estéticamente que representaron Jeff Walker, con jeans y camiseta negra, exhibiendo  pose de aguerrido metalero; y sus compañeros a las seis cuerdas, Bill Sterr  y Ben Ash, ataviados con pantalones de campana y camisa.

Acompañados de la monumental introducción que abre su ultimo trabajo “1985”, el cuarteto de Liverpool tomaba posiciones para que las guitarras abrieran fuego con “Unfit For Human Consumption”, siendo el último en aparecer en escena Jeff Walker, para rápidamente adoptar su clásica pose, con el pie derecho apoyado sobre uno de los monitores, para mirar desafiante a las primeras filas. Mientras la banda daba buena cuenta del tema apertura en la pista se desataba una auténtica batalla campal, con decenas de cuerpos impactando entre sí. Lejos de aplacar los ánimos, a medida que fue avanzando el show la cosa se fue calentando en la pista, viviéndose momentos absolutamente bizarros mientras la banda atacaba de forma frenética el tema de apertura de su cuarto trabajo, “Buried Dreams”.

Aunque quizás muchos echaran en falta la figura del carismático Michael Amott, lo cierto es que su reemplazo Ben Ash, se mostró absolutamente intratable, dando la replica a un Bill Steer que se hizo cargo de la mayoría de los solos. Tras el fantástico ejercicio de nostalgia que supuso su primera mirada a “Heartwork”, llegaba el momento de volver al presente de manos de “Cadaver Pouch Conveyors System”, antes de que Walker se dirigiera por primera vez al respetable para darle las buenas noches.

Con los músicos estáticos sobre el escenario sería una lejana alocución la encargada de abocarnos hacía “Incarnated Solvent Abuse”, que hacia que la excitación en el local siguiera creciendo, con un frontman entregadísimo animando al máximo a las primeras filas para hacernos rugir en un tormentoso sprint final. Ese toque irónico y socarrón del que siempre ha hecho gala Walker salió a relucir cuando nos pidió disculpas por esos discos de death metal  melódico antes de atacar de forma magistral “This Mortal Coil”, que nos acabaría dejando con ese cuidado juego de guitarras gemelas mientras la base rítmica sonaba brutalmente aniquiladora.

Lejos de centrarse únicamente en la nostalgia Carcass dieron una especial relevancia a las composiciones de su más reciente entrega, de hecho fue “Surgical Steel”, el disco que tuvo un mayor repercusión dentro del repertorio de esta noche. De modo que no faltaron piezas como el blasfemo “The Granulating  Dark Satanic Mills”, con ese arranque oscuro y demoniaco, o “Captive Bolt Pistol”, que nos dejaba a la tripleta de cuerda ocupando el centro del escenario mientras los “moshpits” se hacían cada vez más intensos y devastadores.

Muchos eran los que habían aguardado pacientemente a que el cuarteto empezara a desempolvar sus clásicos de la primera época. De modo que la explosión de jubilo fue mas que evidente cuando Walker, tras dirigirse a un fan de la primera fila que portaba una camiseta “vintage” de la banda, nos prometía un par de viejas favoritas.  Las  escogidas para protagonizar ese viaje a las raíces del  grindcore más oscuro y seminal fueron “Exhume To Consume” y “Reek Of Putrefaction”, para las que Steer compartiría las labores vocales con Walker. La encargada de clausurar esta impactante tripleta de clásicos sería “Corporal Jigsore Quandary”.

El retorno a derroteros más técnicos y melódicos estaría marcado por los poderosos riffs del adictivo “Keep On Rotting In The Free World”, que era la excusa perfecta para que Walker nos pusiera a todos a cantar sellando así la comunión perfecta con un público totalmente volcado. Para su retorno sobre las tablas el cuarteto nos tenía reservada una última mirada a “Surgical Steel”, ofreciéndonos en el inicio de los bises “Mount Of Execution”. Mientras que la elegida para cerrar una intensa sesión de la mejor música extrema fue  “Heartwork”.

Antológica velada de metal extremo la que se vivió en la Ciudad Condal contando con el concurso de varios pesos pesados del género, en una velada que quedara en el  recuerdo de todos los presentes. En cuanto a los triunfadores de la noche, cabe remarcar que todas las bandas rayaron a un excelente nivel, pero escuchando los comentarios del público a la salida creo que la cosa quedó en un empate técnico entre los “deathers” de Florida y los “forenses” británicos.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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