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lunes, 2 de mayo de 2016

CONAN+MALÄMMAR-RAZZMATAZZ 3-BCN-22-ABR-2016



Oscuridad, mitología y épica, esos son los pilares sobre los que se sustenta la propuesta de los británicos Conan. Formados hace una década en la ciudad de Liverpool el trío capitaneado por el vocalista y guitarrista Jon Davis se ha convertido en todo un referente para los seguidores del doom más pesado y metálico. Pese a que el material contenido en su tercer largo “Revengeance”, publicado a principios de este mismo 2016, no supone ningún cambio traumático con respecto a lo propuesto en sus anteriores entregas, si que nos muestra la madurez de  una banda que parece decidida a seguir cincelando sus composiciones a base de pétreos  riffs y una ambientación brumosa y decadente.  Para su debut en los escenarios de la capital catalana los británicos optarían por la sala pequeña del Razzmatazz, consiguiendo congregar a un buen numero de incondicionales que parecían dispuestos a dejarse imbuir por la devastadora intensidad de su “Caveman Battle Doom”.

Como acto de apertura contaríamos con el concurso de los locales Malämmar, quienes se estrenaban en directo con estos conciertos junto a los británicos. Formado por miembros de bandas de la escena catalana como  Rebuig, The Eyes, Syberia, este trío instrumental compuesto por Víctor, Guillen y Xavi, nos ofreció un  show corto, -de apenas 30 minutos-, en el que demostraron su buen hacer a la hora de combinar sludge, doom y algunos pasajes más experimentales y cercanos a tesituras post-metaleras.


Pese a ser su primera actuación en vivo, la banda se mostró sólida y compacta en escena, aunque pudimos apreciar algunos desajustes que, sin duda, se irán puliendo conforme vayan adquiriendo más rodaje. Personalmente, destacaría la monumental pegada de su batería Guillem, quien aporreando su escueto kit creó los cimientos perfectos sobre los que descansaron piezas como “Vendetta”, del que ya han grabado un video-clip que les ha servido como carta de presentación. En breve Malämmar entraran en el estudio para grabar su primer Ep, así que si te gustó su directo procura no perderles la pista.

No ha sido fácil la andadura de Conan, ya que su propuesta no se caracteriza precisamente por su accesibilidad, pero a base de girar y de trabajos tan sólidos como "Monnos" y "Blood Eagle", los británicos han conseguido hacerse con un reducto de seguidores que les han convertido en una de esas bandas indispensables dentro del underground metálico internacional. Respaldados sobre una formación clásica de trío, Jon Davis y sus secuaces llegaban a la Ciudad Condal dispuestos a hacernos capitular ante la hercúlea visceralidad de sus riffs y su enfermiza pasión por la distorsión. A diferencia de lo que sucediera en sus últimos conciertos, para sus citas en nuestro país volvía a la banda el bajista Chris Fielding para formar equipo con el batería Rich Lewis.

Su show consistió en setenta minutos de devastación, brutalidad instrumental y una total dedicación a ese aplastante drone-doom que siempre les ha caracterizado. Pese a que su personalidad se ha mantenido inalterable durante toda su carrera, en su último redondo "Revengeance", Conan han aportado nuevas tesituras y sonoridades, ofreciéndonos una colección de composiciones más directas y pesadas que en anteriores entregas, tal y como dejaron patente a lo largo de la inaugural "Throne Of Fire", que rezumando épica por los cuatro costados servía para infligir un severo castigo a nuestras cervicales. Un sonido cavernoso, salpicado de distorsión y saturación, en el que se hacía difícil descifrar los desgarradores alaridos de Jon y Chris sería la tónica dominante durante todo el show, embarcándonos en los desarrollos cada vez más lúgubres y pantanosos que marcarían temas como "Hawk As Weapon".

No se mostraron los ingleses muy comunicativos a lo largo de la velada, ya que lejos de extenderse en discursos vacíos prefirieron concentrarse en exprimir al máximo su tiempo sobre las tablas, ofreciéndonos un repaso por los temas más emblemáticos de su carrera. Pese a ello, el grueso del repertorio estaría centrado en su última obra, "Revengeance", del que no se olvidaron de  la profundidad sabbathica de "Thunderhoof", o de  los aromas a tierra quemada y contienda medieval contenidos en "Every Man Is An Enemy".

De su anterior entrega "Blood Eagle", que marcó su desembarco  al otro lado del Atlántico, rescatarían la rocosa fiereza de "Total Conquest" y una apocalíptica versión de "Foehammer", que fue la elegida para hacer subir el nivel de revoluciones del personal, con la banda pisando el acelerador al máximo en el arranque para acabar dejando que la batería Rich Lewis creara ese infranqueable muro percusivo. Sin abandonar esa vertiente más visceral y acelerada, la particular sangría de los británicos proseguiría con la propia "Revengeance", que de entre las nuevas fue de las que mejor acogida obtuvo.

Para encarar la recta final de su seminal actuación los de Liverpool apostarían por "Earthenguard", tras la que hicieron un primer amago de abandonar el escenario. Pero las airadas protestas de los fans  acabaron propiciando que los músicos volvieran a empuñar rápidamente sus instrumentos para cerrar su ceremonial con un sabroso recuerdo a sus inicios, de manos de "Satsumo".

Angustiosos, viscerales y oscuros, Conan demostraron que son una maquinaria inmisericorde de facturar aplastante doom. Quizás nunca lleguen a las grandes audiencias, pero lo cierto es que su propuesta resulta ideal para ser degustada en la cercanía de un club a un volumen atronador.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER


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