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viernes, 30 de marzo de 2018

BARON ROJO+TIGRES-APOLO 2-BCN-17-MAR-2018


La década de los ochenta fue testigo del nacimiento y la consolidación del hard rock y el heavy metal en nuestro país.  Sin duda uno de los nombres insignes para comprender este fenómeno fueron Barón Rojo. Con prácticamente cuatro décadas de andadura a sus espaldas la formación que capitanean los incombustibles hermanos De Castro las ha visto de todos los colores, pero impasibles a las críticas y al inexorable paso del tiempo el Barón sigue sobrevolando los escenarios para agrandar su leyenda. Para algunos un aliciente más para acudir a la remodelada Sala 2 del Apolo para asistir a la cita con el  combo madrileño era volver a ver en acción a una banda mítica para todos los seguidores de la escena roquera catalana de los ochenta: Tigres.

La sala acabó presentando un fantástico ambiente, y es que la ocasión lo merecía.  En cuanto al público asistente la media de edad fue bastante elevada, aunque llamaba la atención la presencia de varios  grupos de adolescentes ataviados con elásticos y camisetas de Barón, así como de niños que acompañados de sus padres pudieron disfrutar de su particular bautismo roquero.


Ya lo demostraron en sus apariciones en el festival de Can Mercader y en la última edición del Leyendas Del Rock:  Tigres están nuevamente en acción, y según parece los planes de la banda pasan por grabar un nuevo trabajo. Con mucho ímpetu y dispuestos a conectar con sus seguidores Tigres aparecían en escena para abrir fuego con una pieza clásica como “Sígueme”, con su vocalista Jimmy Reitz, enfundando en una llamativa chupa de cuero y luciendo gafas de sol, al más puro estilo Halford de principios de los ochenta. Tras recibir la primera ovación de la noche la banda prosiguió su efectivo ataque con un golpe directo y certero como “Tigres de Oro”, con el frontman estirando al máximo sus cuerdas vocales en la parte final del tema.

Con los integrantes de las  primera filas buscando constantemente el saludo de los músicos,  era un buen momento para levantar ligeramente el pie del acelerador e invitarnos a corear el pegadizo estribillo de “Victimas Del Rock”, que les servía para sacar a relucir su faceta mas hard roquera. En una cita tan especial, en la que la nostalgia jugó un papel destacado, no faltó el recuerdo a su compañero Pedro Bruque durante la presentación de “No Hay Segunda Vez”.

Aunque el sonido fue bastante correcto en líneas generales, a lo largo de la primera mitad del show Jimmy tuvo que lidiar con algunos  problemas en su micrófono inalámbrico, algo que acabó desluciendo los momentos más vibrantes del imprescindible “El Exterminador”.  La segunda dedicatoria de la noche fue para el vocalista José Antonio Manzano, a quien el cuarteto deseó una pronta recuperación antes de dedicarle “Una Noche Negra” de Banzai. Para los que todavía no estaban familiarizados con esta nueva encarnación de Tigres, Jimmy nos presentó a Fredy Fresquet quien forma ahora tándem rítmico junto al  incombustible David Biosca. Precisamente, el bajista aprovechó la ocasión para presentarnos uno de sus temas en solitario “Porque Todo Siga Igual”.

Pese a estar un tanto renqueante, a causa de una reciente operación, Jimmy se mostró sólido en sus labores vocales, amen de dejar patente que sigue siendo un fantástico frontman, animando incansablemente al personal a que se hiciera cargo del estribillo de “Metal”. Jugando Albert Pont con la melodía del tema  arrancaba su versión del  “Black Is Black” de Los Bravos, para convertirse  en uno de los momentos culminante del show.

Para encarar la recta final de su presentación el cuarteto confió en la pegada del tema que daba título al primer trabajo de Tigres De Oro, “Listo Para El Asalto”, mientras que el final de fiesta definitivo, no sin antes loar la figura de los míticos Barones, estuvo reservado para un coreadísimo “No Me Rindo”, tras el que se marcharon agasajados por una calurosa ovación.

Mucho se ha hablado y debatido en torno a la idoneidad de que los hermanos De Castro siguieran funcionando una vez concluida su ansiada gira de Reunión. Pero lo cierto es que tras cerrar definitivamente ese capítulo Armando y Carlos han seguido girando incansablemente. Precisamente, este primer vuelo de los Barones en lo que llevamos de 2018 sirvió para la puesta de largo de su nuevo bajista: José Luis Morán, que formó parte de los madrileños Esfinge.


Ante una sala repleta hasta la bandera y en la que era difícil moverse, el cuarteto tomaba el escenario para inaugurar su presentación con toda una declaración de intenciones como es “Noche De Rock N´Roll”, rescatado de su álbum de 1992 “Desafío”. Como viene siendo habitual Armando fue quien ocupó el centro del escenario, para ejercer como motor de la banda y ser quien se encargara de las presentaciones, mientras Carlos se posicionaba  a la izquierda para llevar  la voz cantante en la mayor parte de los temas. Pese a que el sonido no fue especialmente bueno durante los primeros compases del show , esto no pareció importar a unos incondicionales que se emplearon a fondo a la hora de corear himnos imprescindibles de su discografía  como “Tierra De Vándalos” o “Incomunicación”, que nos dejaba a Armando danzando incansablemente sobre el escenario mientras Carlos se hacia cargo de la armónica.

Evidentemente con el paso de los años la voz de Carlos ya no suena tan potente y compacta como antaño, pero contando con el apoyo de su hermano y con el impresionante coro de una enfervorecida audiencia temas como “Chica De  La Ciudad”, que Armando interpretó y dedicó a todas las roqueras presentes, o ”Rockero Indomable”, sirvieron para que la euforia inicial no decreciese. Tras haber puesto a prueba nuestras gargantas llegaba el momento de acelerar el paso con el implacable ritmo de “Herencia Letal”, que nos dejaba la estampa de ambos hermanos doblando sus guitarras antes de recabar una rotunda ovación.

Como era previsible el repertorio  estuvo muy centrado en el material de sus primeros trabajos, de modo que no faltaron piezas  como “Las Flores Del Mal”, con Carlos haciéndose cargo del solo en esta ocasión. “Un Parasito Muy Social”, con Armando a las voces nuevamente, sirvió para acercarnos la faceta más roquera del cuarteto. Mientras que una nueva mirada sobre el imprescindible “Volumen Brutal”, fue la  excusa para que nos volviéramos a deleitar con “Satánico Plan”.
                        

Uno de los momentos mágicos de la noche, con toda la sala elevando los puños al aire para cantar, llegaría justo a continuación con el tándem que conformaron “Campo De Concentración” y “Hermano Del Rock N´Roll”, provocando que la sala se viniera abajo con la gente rindiendo pleitesía a sus héroes. Tras haber imprimido un ritmo trepidante a la primera mitad  del show, Armando tomó la palabra para presentarnos al nuevo fichaje de la banda antes de proponernos una doble mirada a su “En Un Lugar De La Marcha”, de manos de su particular homenaje a las guitarras  con “Cuerdas De Acero” y el épico  “Hijos De Caín”.

Incansable e inagotable, Armando volvería a jugar con su guitarra dando pistas a los más devotos de que la siguiente en sonar sería “Con Botas Sucias”, que acabó dando paso a un divertido  medley que incluyó pasajes de “Los Rockeros Van Al Infierno”, que hacía que el personal se pusiera a botar; “Cueste Lo Que Cueste”, “Casi Me Mato” y el clásico de Deep Purple “Smoke On The Water”.

Acompañados de los cánticos  del respetable los Barones no tardarían en regresar a escena para seguir deleitando a su parroquia con “Larga Vida Al Rock N Roll”. Tampoco faltó su particular recuerdo  a todos los caídos del mundo del rock durante  el vibrante  “Concierto Para Ellos”,  ni su adaptación del clásico “Pinball Wizard” de los Who, rebautizado como “El Rey Del Pinball” en su última entrega de estudio, “Tommy Barón”. Una vez más la sala volvería a corear el nombre de la banda antes de que sonara una de las piezas más emblemáticas de su extenso catalogo: “Resistiré”. Encarando la recta final del show sería un buen momento para que la banda nos regala su particular homenaje a sus seguidores con “Siempre Estás Allí”.

Tras más de dos horas de concierto llegaba el momento de rematar definitivamente la velada. Y para ello que mejor que el tema que presta nombre a la banda, la mítica “Barón Rojo” y una coreadísima “Son Como Hormigas”, que hacia que el personal volviera a levantar los puños al aire. Al final del concierto ovación de gala  y baño de multitudes para unos hermanos De Castro que siguen paseando orgullosos el estandarte de haber sido la banda pionera del hard rock y el heavy metal en nuestro país.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:A.A.

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