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sábado, 2 de marzo de 2019

FM+DARE-RAZZMATAZZ 2 -BCN-22-FEB-2019


Esta noche de viernes tenía todos los alicientes para acabar convirtiéndose en una velada especial, una cita ineludible en la que dos pesos pesados del hard rock melódico y el A.O.R. medirían sus fuerzas ante un nutrido sequito de seguidores que no quisieron perderse la oportunidad de ver en acción tanto a FM, -que regresaban a la capital catalana para presentar “Atomic Generation”, tras su reciente visita acompañando a los titanes del heavy metal británico, Saxon-; como a  Dare, la formación que lidera el vocalista Darren Leigh Wharton, quien fuera teclista de Thin Lizzy.

Desafortunadamente la tarde no arrancaba de la mejor manera, ya que nada más acceder al recinto nos enterábamos de que FM habían sido victimas de un robo en el que les fueron sustraídos de su autobús  gran parte del equipo, instrumentos,  el merchandising, y diferente documentación tanto de los músicos como del staff que les acompaña. Aunque la buena noticia era que la banda ya había anunciado a través de sus redes sociales que esta noche no faltarían a su cita con sus  seguidores de la Ciudad Condal, gracias al apoyo de sus compañeros de viaje, Dare, quienes les cedieron parte de su equipo.


Pese a lo accidentado e inusual de la situación, lo cierto es que el arranque de las actuaciones no sufrió ningún tipo de demora. Así que con absoluta puntualidad británica, - como no podía ser de otra forma-, aparecían en escena  Dare para dar por inaugurada la velada  con las cándidas melodías y los pegadizos estribillos de la inicial “Home”. Tras recibir la cálida bienvenida de sus incondicionales tocaba hacer la primera incursión en las sonoridades de aromas  celta durante los compases iniciales de “Until”, que ponía por primera vez al respetable a dar palmas para acompañar el desarrollo del tema, escenificando así la perfecta sintonía entre los ingleses y sus seguidores.

Tal y como demostró en su anterior visita de hace un par de años, pese al paso del tiempo, el incombustible Darren sigue manteniendo intacta su presencia escénica y su elegante registro  cargado de feeling e intensidad, tal y como demostró a la hora de atacar temas como  “Days Of Summer”, que nos emocionó con su fantástica interpretación antes de que el vocalista, -con un sutil gesto-, nos invitara a sumarnos a los estribillos. Quizás lo único que lastró el brillante arranque de la descarga de Dare fueron una sucesión de inoportunos acoples que acabaron desluciendo piezas imprescindibles para todo buen amante del A.O.R. como “I´ ll Hear You Pray”.

Como no podía ser de otra forma, teniendo en cuenta que sobre las tablas teníamos unos auténticos  gentlemen, no faltó el guiño con dedicatoria incluida a todas las chicas presentes durante los prolegómenos de “Everytime We Say Goodbye”, que nos dejaba con otra demostración de clase y elegancia a cargo de un Darren que estuvo excelente a lo largo de todo el show,- tanto en su papel como cantante, como en su cometido de frontman-, buscando una y otra vez la interacción con los integrantes de las primeras filas.

Pero que nadie piense que el gusto de los británicos por los tempos relajados y las melodías aterciopeladas provocó que la actuación de Dare resultara  floja, lineal, o falta de pegada, ya que el quinteto consiguió poner el recinto patas arriba en varias ocasiones, tal y como sucedió cuando atacaron el marchoso “Sea Of Roses”, con la que hacían subir el nivel de intensidad del show. Aunque como era previsible su repertorio estuvo centrado en las composiciones de su última entrega “Sacred Ground”, y el material de su ópera prima “Out Of Silence”, del que recientemente se conmemoró su trigésimo aniversario, tampoco quisieron dejarse en el tintero temas como el fantástico “Wings Of Fire”, y un celebradísimo “We Don´t Need A Reason”, ambos rescatados de su segundo trabajo de principios de los noventa “Blood Of Stone”.

A estas alturas de la velada la banda tenía ya a todo el público comiendo de su mano. Así que cuando Darren nos invitó a acompañar con palmas el arranque del tema que abría su exitoso debut: “Abandon”, la reacción del respetable fue impecable. Además para acabar de rematar el tema tanto el guitarrista Vinny Burns como el teclista Marc Roberts aprovecharon la ocasión para dejarnos una fugaz muestra de sus habilidades técnicas en un vibrante final. El nivel de euforia no decreció ya que nuestro viaje por la década de los ochenta prosiguió con otra de las imprescindibles para cualquiera de sus incondicionales “Into The Fire”, que se saldaba con una rotunda ovación.

Simpático, cercano, y muy comunicativo, Darren nos comentó que, a diferencia de su tierra, en nuestro país siempre solemos disfrutar de un fantástico clima, para posteriormente atacar el delicioso “The Raindance”, con la que lograban que la sala se viniera literalmente abajo. Para encarar la recta final de su presentación que mejor que rendir tributo al gran Thin Lizzy con un “King Of Spades”, que incluyó un pasaje del clásico “Black Rose”. Mientras que la despedida definitiva llegó de manos de “Return The Heart”. En definitiva que volver a ver a Dare en directo fue una autentica gozada, ya que pudimos disfrutar de una selección de temas que sirven para poner   de manifiesto que la buena música no entiende de modas.


Sin duda por bastante menos de lo relatado anteriormente muchas bandas hubieran optado por suspender su concierto de esta noche. Pero no, la formación que capitanea el incombustible Steve Overland no estaba dispuesta a defraudar a sus fieles seguidores. Es más haciendo un ejercicio de profesionalidad  el mítico combo londinense acabó marcándose un concierto absolutamente redondo, repleto de grandes e intensos momentos que sirvieron para  que sus incondicionales se acabaran marchando a casa con una amplia sonrisa dibujada en el rostro.

Pero siendo fieles a la realidad no fueron únicamente los músicos los que rayaron a un excelente nivel, ya que una entregada audiencia se encargó de llevar a la banda en volandas, apoyando al máximo desde que los londinenses  aparecieron en escena para empezar a desplegar todo su arsenal melódico con el delicioso “Black Magic”. Sobreponiéndose a las adversidades el quinteto hizo gala de una actitud encomiable y en ningún momento perdió la sonrisa, estableciendo una estrecha relación con sus seguidores gracias a la excelente labor de un Steve Overland que se mostró de lo más desenfadado e informal, haciendo gala de su magnetismo a la hora de pasear por el filo del escenario  mientras buscaba  la complicidad de unas primeras filas que no dudaron en sumarse a los estribillos de “Bad Luck”.

Habiendo roto el hielo, y una vez hubieron recibido las primeras muestras de cariño de sus seguidores, era un buen momento para explicar a todos los presentes, -por alguien todavía no se había enterado-, lo que les había sucedido. Así que tras recabar una nueva ovación la banda dejó definitivamente aparcado el tema para concentrarse en lo verdaderamente importante: la música. De modo que no tardaron en dar una primera alegría a sus fans más veteranos al regalarnos el tema que abría “Indiscret”, su opera prima de 1986, un celebradísimo “That Girl”, que sonó igual de fresco y potente que antaño. La fiesta había comenzado y parecía que ya nadie podría pararla, así que la potente “Life Is A Highway” se acabó convirtiendo en la excusa perfecta para que el nivel de euforia no decreciese.

Como no podía ser de otra forma los teclados de Jem Davis gozaron de  un destacado protagonismo a la hora de otorgar  un toque de distinción a  piezas como el pegadizo “Let Love Be The Leader”, que nos dejaba al público apoyando en los coros mientras la tripleta de cuerda se posicionaba en primera línea de fuego para ofrecernos una pose clásicamente ochentera. Además de demostrar, como ya comenté anteriormente, que su voz sigue estando a un excelente nivel, Overland también tuvo ocasión de mostrarnos sus habilidades a las seis cuerdas sumándose al desarrollo bluesy que protagonizó junto a Jim Kirkpatrick durante el emotivo  “Closer To Heaven”, que fue el escogido para representar a su obra de 1992 “Aphrodisiac”.

Evidentemente FM no quisieron dejar pasar la ocasión de colmar las expectativas y los anhelos de sus fans más veteranos, de modo que no faltaron en el repertorio de esta noche gemas como “Dangerous”, que acabó dejando paso a ese vibrante uptempo que lleva por título “Face To Face”, que nos dejaba con los omnipresentes teclados de Jem Davis llevando las riendas para dejar que la inconfundible guitarra de Kirkpatrick se encargara de poner la nota roquera antes de hacer rugir nuevamente al respetable.


Teniendo en cuenta el cartel de esta noche, y el público que se dio cita en un Razzmatazz 2 que acabó registrando una notable entrada,  era obvio que una de las composiciones más celebradas de la noche sería  “The Dream That Died”, con la que volvían a incidir en de segundo redondo “Tough It Out” de 1989. Una nueva mirada sobre el material publicado a lo largo de la última década nos acabaría abocando sobre la pieza que daba título a la obra que publicaron en 2010 “Metropolis”, que ponía fin a un silencio discográfico que se prolongó durante quince años.

Con las voces de los músicos fundiéndose como si fueran una coral y acompañadas por las palmas del respetable arrancaba “Over You”,  que nos dejaba con el enésimo alarde de un Overland que supo mantener la potencia y el feeling de su voz durante toda la velada. En cualquier caso, los británicos no tardaron mucho en recuperar su vena más roquera dando buena cuenta de otro de sus clásicos de los ochenta “Does It Feel Like Love?”, que con la gente absolutamente volcada nos abocaba sobre un sprint final que estuvo marcado por la primeriza “I Belong To The Night”.

La inevitable “Tough It Out”, sustentada sobre su contagioso y adictivo ritmo era la encargada de  anunciarnos que el tiempo de los londinenses  se estaba agotando. Mientras que para poner el punto y seguido a la velada optaron, de forma un tanto sorpresiva, por una de las composiciones de “Atomic Generation”, la hard roquera “Killed By Love.

Respondiendo a las encendidas demandas de unos seguidores que querían todavía más, los músicos  no tardaron en regresar a escena  para firmar en el arranque de los bises el momento más emotivo de la noche con una desgarradora interpretación de “Story Of My Life”. El contraste y la vuelta sobre las sonoridades más hard A.O.R. llegó acompañada de “Someday (You´ll Come Running)”, con la que nos invitaban a cantar una vez más para poner nuevamente la sala patas arriba. La rúbrica definitiva para la fantástica descarga que nos brindaron los británicos llegó de manos de “Other Side Of Midnight”, toda una descarga de buen rollo y positivismo que sirvió para dar argumentos a los que todavía tenían ganas de menear las caderas.

Al mal tiempo, buena cara. Eso fue lo que debieron pensar unos FM que supieron sobreponerse a las adversidades para acabar ofreciendo a sus seguidores lo que habían ido a buscar: una velada de buen rock preñado de elegancia, melodía, clase, y, como no, unos estribillos absolutamente ganadores.





TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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