domingo, 21 de octubre de 2018

SAXON+FM+RAVEN-RAZZMATAZZ-BCN-13-OCT-2018



Pocas bandas hay dentro del circuito internacional que sigan publicando discos y girando incansablemente y de forma regular tras llevar más de cuatro décadas en activo. No importa que sea en el marco de los grandes festivales veraniegos o en la proximidad de una sala de mediano aforo. Tampoco importa si portan o no el mítico águila, o el repertorio escogido para la ocasión..., Saxon son siempre una apuesta segura de cara al directo. “Thunderbolt”, el vigésimo segundo álbum de estudio de su longeva carrera era la excusa para su enésima visita a la Capital Catalana. Además como compañeros de viaje durante todo este tour europeo las huestes que comanda el mariscal Bill Byford contarían con el respaldo de dos nombres ilustres de la escena británica como son  Raven y FM.

En una velada que estuvo marcada por la veteranía y la solvencia de las bandas que iNtegraban el atractivo cartel de esta noche, los elegidos para abrir esta celebración heavy metalera fueron los irreductibles Raven. Con la gente todavía accediendo al recinto y con puntualidad británica, ( como no podía ser de otra forma), aparecía en escena la banda que capitanean los hermanos Gallagher para hacer lo que mejor saben: ofrecer a sus seguidores una buena ración de heavy metal cañero y adrenalítico, que ellos mismos definen como Athletic Rock.

Con John luciendo su ya habitual micrófono de diadema, ambos hermanos se encargaron de llenar el escenario con sus constantes carreras y cambios de posición durante el exiguo tiempo que estuvieron sobre las tablas, ofreciéndonos en el arranque uno de los temas más novedosos que interpretaron a lo largo del show “Destroy All Monsters”.

Aunque el sonido no fue todo lo brillante y nítido que nos hubiera gustado, lo cierto es que la propuesta del combo de  Newcastle tampoco precisa de una perfecta ecualización para ser apreciada en todo su esplendor. Así que la locura en la pista no tardó en aparecer cuando el trío empezó a bucear en su catálogo para rescatar una de las piezas de su debut de 1981 “Hell Patrol”, que se zanjaba con ambos hermanos levantando sus instrumentos al aire a modo de saludo.

Como no podía ser de otra forma la respuesta del público fue inmediata, con los presentes coreando el nombre de la banda, dejando así patente que los británicos siguen contando con el favor y el cariño del público barcelonés. Por si alguien todavía no estaba al corriente, los de Newcastle fueron uno de los pioneros del speed metal, tal y como dejaron patente a lo largo de “Hung, Drawn & Quartered”. Evidentemente, al igual que ya sucediera en anteriores visitas, el ritmo de la descarga fue trepidante. Pero, uno de los pocos momentos en que el ritmo bajó fue a lo largo de la novedosa “Top Of The Mountain”, una pieza que formará parte de su nueva obra, y que pasó bastante desapercibida.

Afortunadamente, para poner el broche definitivo a sus escasos treinta minutos sobre las tablas Raven volvieron a apostar sobre seguro, recurriendo a uno de esos temas que no necesitan presentación “On and On”, provocando que el público se volcara a la hora de entonar su hímnico estribillo. Lejos de rendirse o plantearse tirar la toalla, la formación de los hermanos Gallagher parece dispuesta a seguir presentando batalla incendiando cualquier escenario que pisen.

Fueron los últimos en sumarse a la gira para reemplazar a otros clásicos como son  Y&T, quienes se vieron obligados a cancelar su presencia en este tour a causa de los severos problemas de espalda de Dave Meniketti. De modo que FM serían los encargados de poner el toque hard roquero y de distinción a la velada..., ¡y vaya si lo consiguieron!, ofreciéndonos un pequeño anticipo de lo que pueden ser sus conciertos del próximo mes de febrero junto a otros titanes del hard rock melódico como Dare.

Aparecieron en escena sin grandes estridencias, ni alardes escénicos, haciendo gala de la elegancia, sobriedad y profesionalidad que siempre les ha caracterizado para meterse rápidamente al público en el bolsillo gracias a los armoniosos coros de la inicial “Black Magic”, con la que dejaban patente que Steve Overland sigue manteniendo intacta la magia y el feeling. En cuanto al resto de la banda se mostró de lo más sólida y convincente, destacando especialmente el concurso del guitarrista Jim Kirkpatrick. Pero sin duda la sorpresa agradable de la noche fue ver tras los teclados a Didge Digital, que abandonó la formación a principios de los noventa.

Evidentemente los momentos más memorables del show estuvieron centrados en sus números clásicos de los ochenta, así que el primer guiño al material de “Indiscreet” llegó de manos de “I Belong To The Night”. Aunque, a priori, podría parecer que los seguidores de Saxon no acabarían de comulgar con la propuesta de FM, los londinenses supieron hacer que su elegancia diferencial se acabara convirtiendo en su mejor arma, con lo que piezas como el marchoso “Bad Luck”, fue la excusa perfecta  para impregnar el recinto de buen rollo. El contraste vendría dado por los aromas más melódicos y relajados de “That Girl”, con los teclados de Digital y el cálido registro de Overland  llevando las riendas para acabar recabando una fastuosa ovación.

Aunque muchos de los que les  apoyaron en su época dorada les han perdido la pista en los últimos años, FM han seguido publicando trabajos. Quizás por ello, el ritmo del show quedó mínimamente lastrado cuando presentaron temas más recientes como “Crosstown Train” y “Wildside”, que a la postre fue la única referencia que se permitieron a su “Metropolis”, con un Overland imponente, paseando por el escenario con la guitarra colgada del hombro mientras buscaba la complicidad de las primeras filas.

Para cerrar su presentación por todo lo alto, los londinenses volvieron a recurrir a su extenso catalogo de clásicos, dando buena cuenta de un celebradísimo y coreado “Tough It Out”, antes de dejar que la rúbrica corriera por cuenta de “Killed By Love”. Hacia tiempo que un servidor no tenía ocasión de ver a la banda en acción. Pues bien, tras presenciar su actuación del pasado sábado en Barcelona queda claro que estos titanes del hard A.O.R. siguen estando en un inmejorable momento de forma, especialmente un Steve Overland por el que parece que no pasan los años, vocalmente hablando.

Tras un pequeño descanso, que sirvió para recuperar el aliento y refrescarnos de cara al plato fuerte de la noche, todo parecía dispuesto para el inminente desembarco de las indiscutibles estrellas de la velada: Saxon. Con una sala prácticamente llena, en la que se respiraba ese ambiente especial que sólo se percibe cuando una banda verdaderamente mítica esta a punto de aparecer en escena, la impaciencia y la expectación podían palparse en el ambiente. A la hora prevista las luces del local se apagaron para que a través del P.A. empezara a sonar a todo trapo el clásico de Ac Dc “It´s A long Way To The Top (If You Wanna Rock and Roll)”, poniendo al personal en alerta. Acto seguido “Olympus Rising” sirvió para que los británicos tomaran posiciones y empezaran a desgranar la pieza que presta título a su última entrega discográfica  “Thunderbolt”. Si alguien dudaba sobre las prestaciones de los actuales Saxon en vivo, ver al carismático e incombustible Biff, ataviado con su  clásica casaca larga y moviendo su plateada melena como si fuera un cantante de death metal resulta ya una estampa icónica, siendo  la constatación definitiva de que la banda sigue estando en estado de gracia.

Pese a que el sonido no acabó de acompañar durante los compases iniciales del show, la cosa poco a poco fue mejorando. Sí, evidentemente, lo más fácil para ellos hubiera sido un repertorio plagado de clásicos, que los hubo. Pero lo cierto es que la obra que publicaron a principios de este mismo 2018 gozó de un protagonismo destacado, aunque tampoco se dejaron en el tintero algunas composiciones facturadas durante el último lustro como “Sacrifice”. Pese a que  la mayoría de las miradas recayeron sobre el veterano frontman, Paul Quinn y Doug Scarratt se mostraron tan precisos y letales como de costumbre. Mientras que el corazón de la banda fueron el batería Nigel Glockler, y esa bestia en directo que es el bajista Nibbs Carter, que no paró de agitar la cabeza y espolear a las primeras filas durante los pasajes más oscuros y demoniacos de la novedosa “Nosferatu (The Vampires  Waltz)”.

Todos sabíamos que tarde o temprano tendrían que empezar a desfilar sus clásicos imprescindibles. Así que la primera en caer haciendo enloquecer al personal y provocando que la sala se viniera literalmente abajo fue “Motorcycle Man”. El contraste entre el pasado y el presente quedaría plasmado a la largo de un “Predator”, que si bien sonó compacto y potente no pudo competir con el tirón que tuvieron viejas favoritas como la grandiosa “Storm Arm Of The Law”, que ponía al respetable a cantar mientras el vocalista, flanqueado por ambos hachas,  extendía los brazos sobre las primeras filas para darnos la entrada en los estribillos.

No nos concedieron ni un segundo de tregua durante las dos horas que estuvieron en escena. Así que el ritmo fue altísimo y trepidante. De modo que junto algunas de sus gemas imprescindibles también gozaron de un destacado protagonismo trallazos incontestables como “Battering Ram”. A estas alturas la conexión entre banda y público era ya absoluta, así que cuando el enfervorecido personal reconoció los compases iniciales de “Power And The Glory”, los aledaños del escenario se convirtieron en una auténtica fiesta. El único guiño que los ingleses se permitieron a toda su producción discográfica de la década de los noventa fue “Solid Ball Of Rock”, dejando aparcadas en esta ocasión  piezas como “Dogs Of War” o “Conquistador”.

Una nueva mirada sobre su flamante nuevo trabajo fue la excusa perfecta  para espetarnos un demoledor “The Secret Of Flight”, que acabó dejando paso a la mítica “Dallas 1 PM”. Pero sin duda, entre las nuevas una de las que mejor funcionó por su carga sentimental, y por el homenaje que encierra en si misma hacia la figura del mítico Lemmy Kilmister, fue “They Played Rock and Roll”. A estas alturas de la velada creo que nadie podía cuestionar ya el incontestable triunfo de una de las bandas más queridas y carismáticas de la historia del heavy metal. Pero, lo cierto, es que lo mejor todavía estaba por llegar, ya que durante el tramo final del show llegó el momento de recurrir a la  artillería pesada, con dos de sus himnos imprescindibles de principios de los ochenta: “And The Bands Played On” y una celebradísima “747 (Starngers In The Night)”.

Con la gente absolutamente desatada era un buen momento para desplegar toda la épica metalera contenida en “Sons Of Odin”, para que posteriormente todos levantáramos los puños al aire para corear el imprescindible  “Crusader”, y una apoteósica “Princess Of The Night”, con la que ponían el punto y seguido a la velada para retirarse a  camerinos acompañados de una rotunda ovación.

Para su triunfal retorno sobre las tablas se reservaron los marcados desarrollos de “The Eagle Has Landed”, para posteriormente pisar el acelerador con un trallazo demoledor  como “Heavy Metal Thunder”. El baño de multitudes definitivo llegó con “Wheels Of Steel”. Mientras que el fin de fiesta fue por todo lo alto con el hímnico “Denim And Leather”. Son una institución dentro del mundo del heavy metal. Un referente para cualquier metalero que se precie. Y, visto lo visto, parece que Biff y sus muchachos todavía tienen cuerda para rato. Así que a diferencia de otros coetáneos suyos parece que los británicos todavía no piensan en la retirada ¡ Y eso, es una excelente noticia!



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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