lunes, 29 de abril de 2019

AVANTASIA-RAZZMATAZZ-BCN-26-ABR-2019



Pocos, muy pocos artistas hay que puedan presumir actualmente de hacer una gira por nuestro país con tres fechas, Bilbao, Barcelona y Madrid, y agotar entradas en dos de esas citas. Pero pongámonos en perspectiva Avantasia no son una banda al uso, ya que desde que Tobias Sammet dejara momentáneamente aparcados a sus emergentes Edguy para publicar “The Metal Opera”,  la trayectoria ascendente y progresiva de este ambicioso proyecto ha sido fulgurante. Varios son los logros que puede apuntarse el diminuto y simpático  vocalista de Fulda: ser uno de los responsables de la vuelta a la escena metalera de Michael Kiske, haber juntado a algunos de los mejores vocalistas de las últimas décadas en sus obras de estudio y sus directos, liderar algunos de los más importantes festivales del Viejo Continente…, dejando patente  que Avantasia parecen no tener techo a día de hoy.


En sus anteriores visitas a nuestro país la banda ha descargado en grandes recintos dentro del marco de los festivales veraniegos (Sonisphere, Leyendas Del Rock , Rock Fest Barcelona), pero para la presentación de su nueva entrega “Moonglow”, Sammet y sus acompañantes  regresaban a los recintos cerrados, siendo nuevamente el enclave escogido para su reencuentro con la audiencia catalana la sala grande del Razzmatazz.

Como no podía ser de otra forma, teniendo en cuenta que  hacía un par de semanas que se anunció  que las localidades se habían agotado, el ambiente en los alrededores del recinto  era el de las grandes ocasiones: con los bares próximos muy concurridos, y con una larga cola aguardando a que se abrieran las puertas del local para poder acceder y conseguir una buena ubicación. Con el gran circo liderado por Sammet con un mes ya de gira a sus espaldas era lógico que se hubieran filtrado muchos de los detalles y el repertorio  que tendríamos ocasión de ver y escuchar a lo largo de la velada, pero lo cierto es que la expectación era máxima, con lo que la  ansiedad y la impaciencia podían palparse en el ambiente. Al igual que sucediera en anteriores visitas  el vocalista de Fulda se presentó acompañado de un equipo de gala, -que iré desgranando a lo largo de la crónica-, pero también hubo alguna notable ausencia como la del mencionado  Michael Kiske o  la vocalista americana Amanda Somerville.


En cuanto al planteamiento de lo que fue el espectáculo propiamente dicho el material de su última entrega discográfica gozó de un protagonismo destacadísimo. Además Sammet se encargó en todo momento de llevar las riendas del show, ejerciendo como maestro de ceremonias y como el perfecto anfitrión para toda la retahíla de invitados que fueron desfilando por el escenario a lo largo de las más de tres horas de concierto. Uno a uno irían apareciendo en escena para interpretar junto al vocalista alemán un par de temas durante la primera mitad del show. Mientras que durante la segunda mitad fue el momento de interactuar entre ellos e incluso interpretar varios cortes  de forma coral. Mención especial merecen “los coristas”: Adrienne Cowan, Ina Morgan y Herbie Langhans quienes estuvieron todo el show en escena arropando tanto a Sammet como a sus invitados.

Otro detalle que me llamó la atención fue el montaje escénico, con un escenario a dos niveles, comunicados por sendas escalinatas a los lados de la batería, que fue por donde fueron  descendiendo la mayoría de invitados. Aunque he de admitir que en esta ocasión no me pareció tan vistoso como en su anterior gira. En cuanto al sonido la verdad es que no estuvo mal, pero me pareció que en muchos momentos la batería de Felix Bohnke estuvo a un volumen excesivo, eclipsando a las guitarras de Sascha Paeth y Oliver Hartmann. Pero, evidentemente, esta era una velada para poder disfrutar de la calidad y el talento de los diferentes vocalistas, y creo que todos estuvieron a un buen nivel, aunque el volumen de sus micrófonos estuviera sensiblemente más bajo que el del propio Sammet. No obstante, de entre ellos me quedaría con el concurso de un Geoff Tate al que vi mucho más integrado que en la anterior gira, cantando fantásticamente e incluso ejerciendo como frontman en algunos momentos del show.

A la hora prevista, haciendo gala de una puntualidad británica, y tras sonar el clásico de Ac Dc “You Shock Me All Night Long”, que fue coreado con auténtica devoción por el respetable, las luces del local se apagaban para dejar paso a la introducción “Symphony No. 9, Op 125 (Ode To Joy)”. Acompañado del ensordecedor rugido de la audiencia la cortina que ocultaba el escenario de miradas indiscretas no tardó en abrirse para que pudiéramos seguir los primeros pasos de los músicos. Desde la parte superior, por encima de la batería de Bohnke, emergió la figura de Sammet, -ataviado con su habitual gabardina larga, su bandana en la  frente, y su pañuelo al cuello-, para dar el pistoletazo de salida con “Ghost In The Moon”, que servía para poner de manifiesto que el nuevo material de Avantasia ha calado hondo entre sus seguidores, ya que sus diez minutos de duración se nos pasaron como un suspiro.

Si hay algo que se ha mantenido invariable desde la primera vez que un servidor tuvo ocasión de ver en acción a Sammet, en aquella lejana gira en la que unos jóvenes  Edguy abrían  para Hammerfall, es su verborrea y su particular sentido del humor. Así que tras darnos las buenas noches y obsequiarnos con la primera de las muchas charlas que nos dio a lo largo de la noche era el momento de que apareciera en escena el primer invitado de la noche, Ronnie Atkins, para entre ambos marcarse un trepidante “Starlight”, que nos dejaba la estampa de ambos vocalistas enfrentados cara a cara en el centro el escenario. A estas alturas el ambiente estaba ya muy caldeado, así que todos seguimos las indicaciones de Sammet y Atkins a la hora de entonar  la melodía de “Book Of Shallows”, que era una de las que más curiosidad tenía de ver en directo, con el vocalista danés  llevando el peso de las voces para dejar que una desatada Adrienne Cowan se calzara las botas del titán del thrash europeo Mille Petrozza para hacer que la sala se viniera abajo.  

Tras recuperarnos de la impactante interpretación del tema Sammet se mostró exultante e incluso se atrevió a sacar pecho al anunciarnos que “Moonglow”, era el primer trabajo de la banda que entraba dentro del top-ten de ventas español, y eso sin contar con el apoyo de las emisoras de radio, a las que también dedicó unas “cariñosas” palabras justo antes de atacar “The Raven Child”, que era la elegida para dejar que la epicidad se  adueñara del reciento, y para ello que mejor que contar con el concurso de Jorn Lande, que apareció en escena luciendo una “discreta” camisa estampada y una enorme cruz en el pecho. Sería el propio vocalista noruego el que se encargó de presentar a Sammet durante los prolegómenos de  “Lucifer”, que nos dejaba todo un derroche de intensidad y feeling que se acabó saldando con un cerrada ovación.


Completada esta primera incursión sobre el material de su anterior “Ghostlights”, la banda sin mediar presentación, y sin ningún vocalista en escena, a excepción de “los coristas” se abalanzó sobre el demoledor arranque de “Alchemy”. No tardó en aparecer en escena Geoff Tate para echarse la banda a la espalda haciendo gala de un excelente estado de forma, más delgado y activo que en sus últimas visitas a nuestro país. Sin duda el frontman de origen germano fue uno de los más aplaudidos a lo largo del show, y es que interpretaciones magistrales como la que nos ofreció en “Invincible”, acompañado a los teclados de Miro Rodenberg, sirvieron para que se diera un baño de masas mientras Sammet lo observaba complacido desde su butaca situada junto a la batería de Bohnke.

Nuevamente volvía a ser Sammet el encargado  de coger el timón de la nave para hacer estallar a la sala al presentar una de las composiciones más celebradas de la noche “Reach Out For The Light”. Desafortunadamente esta noche no estaban Kiske  ni Somerville, pero para cubrir sus vacantes Sammet contó con la colaboración de Ina Morgan y Oliver Hartmann, saldándose de forma exitosa esa primera aproximación a su debut de 2001, con Paeth y el propio Hartmann batiéndose en un vibrante intercambio mientras el vocalista de Folda nos invitaba a rugir elevando los brazos al estilo Dickinson.  El momento de recuperar el aliento llegó durante los compases  iniciales de la pieza que presta título a su última entrega, “Moonglow”, que arrancaba con Sammet y Adrienne Cowan sentados para acabar haciendo explotar el tema mientras nos invitaban  a mover los brazos de izquierda a derecha a la vez  que cantábamos  su ganador estribillo.

Acto seguido el simpático vocalista reclamó la presencia y la colaboración de los más heavys de la sala para que le acompañaran durante la interpretación del hit discotequero de Michael Sembrello “Maniac” que, sorpresivamente, fue de los cortes más coreados, no se si por el tema en cuestión o porque  fue durante el que hizo su aparición estelar Eric Martin. Curiosamente el vocalista americano fue el único junto a Bob Catley que no descendió desde la escalinata, sino que apareció desde un lateral del escenario. Como siempre Martin lució su eterna sonrisa y su juvenil estampa mientras se metía al personal en el bolsillo al interpretar un temazo como “Dying For An Angel”, que era la escogida para reivindicar el material de “The Wicked Symphony”.

Precisamente tras la salida del vocalista americano fue cuando Sammet irrumpió nuevamente en escena para presentarnos al mítico cantante de  Magnum, Bob Catley, que apareció ataviado con una llamativa americana azul para desplegar toda su elegancia a lo largo de “Lavender”, que con sus grandilocuentes coros   a lo Meat Loaf era la escogida para cerrar el extenso capítulo dedicado a “Moonglow”. Pero no se zanjó  aquí la aportación del veterano vocalista británico, ya que acto seguido llegó uno de los momentos más emocionantes de la velada  con un vibrante “The Story  Ain´t Over”, para el que se sumó Ina Morgan.

Una vez zanjada la aparición de todos y cada uno de los invitados al show la descarga  prosiguió  con “The Scarecrow” y el retorno a escena de  Jorn Lande para ofrecernos un nuevo despliegue de garra y potencia metalera antes de que Oliver Hartmann se encargara de dejarnos una buena muestra de su calidad a las seis cuerdas. “Promise Land”, sirvió como guiño al contenido de “Angel Of Babylon”, para su puesta en escena tendríamos ocasión de deleitarnos con el choque entre la elegancia melódica de Eric Martin y la rotundidad metalera de un Lande que brilló intensamente en un arrollador final arropado por ambos  hachas. Precisamente fue Martin quien cambio de pareja de baile, ya que para darle la replica durante “Twisted Mind” apareció Geoff Tate.

Si en anteriores visitas había sido Atkins quien se encargó de ser el segundo de a bordo de Sammet. En esta ocasión creo que el protagonismo de todos los invitados estuvo bastante bien repartido. Aunque me gustaría destacar que fue Geoff Tate quien se encargó de presentar y cantar junto al propio Sammet uno de sus temas más emblemáticos “Avantasia”, que una vez más servía para poner la sala literalmente patas arriba.  Acompañado de los cánticos del respetable el frontman de Fulda nos anunciaba que se habían cumplido  las dos horas de show, pero también que lo mejor todavía estaba por llegar. Así que acompañado por Atkins y Lande  tocaba centrar nuestro objetivo sobre el material de “Ghostlights”, para adentrarnos de lleno en las oscuras ambientaciones de “Let The Storm Descend Upon You” y “Master Of The Pendulum”, que propiciaba que toda la sala acompañara su desarrollo con palmas.

De entre “los coristas” Herbie Langhans fue el que más tuvo que esperar para poder disfrutar de su momento estelar, pero lo cierto es que supo desquitarse protagonizando junto a Oliver Hartmann uno de los momentos power de la noche dando buena cuenta de la primera mitad de  “Shelter From The Rain”, dejando  que posteriormente Catley e Ina Morgan  se acabaran sumando también a la fiesta. Una nueva mirada sobre su trabajo de 2016 serviría como excusa para que Sammet y Catley, pandereta en mano, se encargaran de dar forma a “Mystery Of A Blood Red Rose”. Mientras que la elegida para poner el punto y seguido a la velada fue, en palabras del propio Sammet, una gran canción “Lost In Space”, esta vez sin el concurso de invitados pero contando con las voces en los coros de todos los presentes.

No tardaron mucho en regresar a escena para que Sammet nos mostrara su gratitud por el apoyo y el afecto brindado. Pero, evidentemente, todos queríamos más. Así que la encargada de volver a poner las emociones a flor de piel fue “Farewell”, con Adrienne Cowan regresando  a la primera línea para darle la replica a Sammet en una impecable interpretación. El fin de fiesta había llegado y para despedirse por todo lo alto todos los vocalistas  aparecieron juntos en escena para acompañados de una abundante lluvia de confeti ponernos a todos a cantar el medley que conformaron “Sign Of The Cross” y “The Seven Angels”, tras el que se marcharon acompañados de una cerrada ovación.

Cuando Tobias Sammet se embarcó en este proyecto creo que fuimos muchos los que pensamos que nunca tendríamos ocasión de ver algo así sobre los escenarios. Afortunadamente el tiempo y Sammet nos han acabado quitando la razón, ya que a día de hoy Avantasia son una realidad dentro de la escena metálica europea girando por recintos de medio aforo y copando los puestos de privilegio de los grandes festivales. En definitiva que  Sammet y sus acompañantes no defraudaron a su paso por la Ciudad Condal, cumplieron con creces las expectativas y nos regalaron una intensa velada  de heavy metal y diversión, que únicamente se vio lastrada por las incomodidades propias de una sala que estaba llena hasta la bandera. Esperemos que en futuras ocasiones  tengamos ocasión de ver este espectáculo en un recinto de mayores dimensiones y capacidad.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ




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