lunes, 31 de diciembre de 2012

ATKINS MAY PROJECT-VALLEY OF SHADOWS
















El vocalista ingles Allan John Atkins, más conocido como "Al" Atkins, siempre será recordado por ser uno de los miembros fundadores de una de las bandas más longevas y exitosas de la historia del heavy metal, los maestros Judas Priest. Según cuenta la historia de la mítica formación británica, Atkins fue junto al guitarrista K.K. Downing y el bajista Ian Hill, responsable de la creación de Judas, así como el autor de algunos de los temas que integraban su álbum "Rocka Rolla", que finalmente acabaría cantando Rob Halford, ya que Atkins se vio forzado a dejar la banda, debido a la necesidad de tener un trabajo de diario para mantener a su familia.


A pesar de tener que abandonar Judas Priest, Atkins continuó ligado al mundo de la música, y formó una nueva banda, bajo la denominación Lion.  Más tarde, en la década de los 90, publicó algunos trabajos como artista en solitario. Posteriormente el vocalista decidió embarcarse en una nueva aventura contando con la colaboración del reputado guitarrista y productor Paul May, juntos dieron forma en 2011 a "Serpent Kiss”, y ahora regresan para ofrecernos este nuevo trabajo bajo la denominación de "Valley Of Shadows". 


Después de un primer trabajo como su anterior "Serpent Kiss", y teniendo en cuenta la biografía de Atkins, parece claro que el material de este "Valley Of Shadows", tiene que ser netamente heavymetalero, pero lo cierto, es que el sonido del disco es bastante contundente y contemporáneo, gracias en gran medida a la labor de Paul May que ha sido quien se ha encargado de los controles, aun así, uno de los puntos flacos del disco es el sonido tan frío y mecánico de la base rítmica.



Adentrándonos un poco más en profundidad en el contenido musical de "Valley Of Shadows", el álbum se abre con el potente "Wellcome To My Nightmare", una excelente carta de presentación, donde la pareja Atkins/ May, muestran sus credenciales netamente metaleras, dando forma a un corte rápido y dinámico , respaldado en unos riffs con mucho cuerpo y cargados de contundencia, sobre los que Atkins nos muestra unas tonalidades robustas y poderosas, alejadas de los tonos chillones, en un registro que derrocha fuerza y personalidad, junto a unos desarrollos melódicos a cargo de la guitarra de May, que conducirán el tema hacia un final vertiginoso e intenso salpicado de dibujos y desarrollos solistas. Con un ritmo algo más convencional y bebiendo directamente de las fuentes más clásicas del hard rock, e incluyendo algún pequeño guiño "bluesy", la marchosa "No Ordinary Man", un medio tiempo compacto y rotundo, en el que nos encontramos a un Atkins, que saca el máximo partido a sus tonalidades más graves, imprimiendo garra al tema, antes de que sea la guitarra de May la encargada de arrastrarnos a una virtuosa y extensa parte solista.



"Bitter Watters", pasa por ser uno de los cortes más extensos del álbum, y nos sumerge de lleno en las atmósferas cambiantes, partiendo de un inicio protagonizado por las guitarras acústicas, que nos conducirá a un desarrollo intermedio marcado por un ritmo mecánico y repetitivo a base de riffs cortantes e incisivos que se verán interrumpidos por la aparición esporádica de las acústicas, todo ello enmarcado en la frialdad de una base rítmica carente de emoción y que no llega a transmitir, restando mucho feeling al tema, dando como resultado un tema muy trabajado pero carente naturalidad y emoción. Bastante más inspirada, resulta "Enslaved To Love", un medio tiempo cargado de intensidad con unas guitarras que rezuman densidad y cadencia, dando al corte un aire ambiental, repleto de melodía, en el que Paul May, ha introducido múltiples efectos y pedales a sus guitarras dando al corte un aire muy actual y un enfoque de lo más contemporáneo.



La contundencia y rotundidad de "Stronger Is The Grace", sirve como muestra de que el dúo, Atkins/May, también sabe ponerse duro y potente cuando es necesario, y es aquí, donde podemos ver su faceta más directa y cañera, encarando una composición de ritmo ágil en la que nos muestran su lado más netamente roquero, en un tema en el que dejan de lado los cambios de ritmo, los extensos desarrollos de guitarra y las atmósferas densas,  para centrarse en la inmediatez y sencillez de un trallazo conciso y preciso. El aroma más genuino del metal inglés, conteniendo esas genuínas y pegadizas melodías de guitarra, transpira por los poros de los abrumadores riffs de "Harder They Fall", un marchoso up tempo, que poco a poco va creciendo en intensidad hasta convertirse en uno de los cortes más contundentes y completos del disco, en el que destaca un estribillo muy marcado y pegadizo junto a la contundente y abrasiva parte final conducida por la rotunda batería. 



Las guitarras con un cierto aire festivo y desenfadado son las encargadas de liderar "Not Ready To Die", una pieza que sirve como vitalista declaración de intenciones, destilando  ese hard rock ochenteno y marchoso, cargado de melodía y contundencia, en un medio tiempo con unos estribillos muy logrados y pegadizos, junto a un nuevo ejercicio de virtuosismo de Paul May. Los sonidos más representativos de la N.W.O.B.H.M., se manifiestan durante la interpretación de "Messiah (Prelude)", una acertada pieza instrumental, donde la guitarra de May brilla notablemente, en una sucesión de armonías que te harán recordar instrumentalmente a los primeros Maiden, con esas subidas de intensidad de la base rítmica  que se verán rematadas por esos desarrollos tan característicos dentro del metal ingles de finales de los 70 y principios de los 80.



Aunque dentro de este "Valley Of Shadows", la pareja protagonista demuestra su polivalencia y veteranía a la hora de moverse por diferentes estilos dentro del rock, afrontando de manera más que aceptable, temas con aires metálicos o roqueros, la verdad, es que personalmente uno de los temas que más me ha llamado la atención del disco, es el tema que da título al álbum "Valley Of Shadow", un corte extenso , que supera los ocho minutos de duración, en los que el ambiente relajado, y la guitarra bluesera de May, dan un aire especial y emotivo a una composición´ en la que Atkins canta de manera magistral aprovechando al máximo su rugosa voz para transmitir emoción y feeling. Siguiendo con los ritmos relajados "The Shallowing", es la elegida para cerrar el disco, una pieza lenta y ambiental en donde las guitarras acústicas vuelven a dejarse oír mientras Atkins, opta por un registro más relajado y melódico, que servirá para poner la rúbrica a estos 10 cortes.



Siempre es de agradecer, cuando músicos con la trayectoria y veteranía de Atkins, deciden sacar a la luz material nuevo, mientras algunos de sus compañeros de generación, siguen explotando el filón de sus primeros años, el vocalista inglés  se muestra abierto a la hora de experimentar nuevas sonoridades e influencias, pero sin perder en ningún momento su identidad, es por ello que la unión con Paul May creo que ha sido altamente beneficiosas para ambos. En cualquier caso, simplemente desear que el vocalista se anime a montar una banda para defender estos temas en directo, porque realmente creo que merecería mucho la pena poder ver en vivo a un vocalista que tristemente tuvo que apearse de Judas, antes de que el destino atrajera el éxito sobre la formación de Birmingham.





Lista de Canciones



1. Welcome To The Nightmare

2. No Ordinary Man

3. Bitter Waters

4. Enslaved to Love

5. Stronger Is The Grace

6. Harder They Fall

7. Not Ready to Die

8. Messiah (Prelude)

9. Valley of Shadows

10. The Shallowing (Return)

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