viernes, 31 de enero de 2014

KATAKLYSM+KRISIUN+FLESHGOD APOCALYPSE-RAZZMATAZZ2-BCN-25-ENE-2014


De entre el aluvión de descargas programadas para este inicio de año 2014, una de las citas más atractivas para todos los seguidores del death metal “old school”  era la nueva visita de los míticos Kataklysm. La veterana formación canadiense ponía en circulación hace unos meses su nuevo trabajo “Waiting For The End To Come”, un brutal retorno con el que la banda parece haber logrado el equilibrio perfecto entre la brutalidad extrema de sus inicios, y esos aires más melódicos  propuestos en sus últimas referencias de estudio. Como compañeros de viaje para este nuevo periplo europeo, los canadienses contaban con el apoyo de los italianos Fleshgod Apocalypse, que volvían a nuestro país para ofrecernos una nueva muestra de su técnico death metal impregnado de sinfonismo barroco. Una personal propuesta que les ha servido para labrarse  una excelente reputación, amén de una buena legión de fieles incondicionales. Completando el atractivo cartel de esta noche de sábado, contábamos con el clasicismo de los legendarios metaleros brasileños  Krisiun quienes, pese a no tener un nuevo plástico que presentar,  venían dispuestos  a azotarnos con su arrollador brutal death y su tormentoso  vendaval de riffs supersónicos.


Pese a que el inicio de las actuaciones estaba marcado para una hora muy temprana, las 19,30 horas, lo cierto es que la sala presentaba un ambiente bastante animado cuando se apagaron las luces y empezó a sonar a través del P.A. "Temptation" que, a modo de introducción, sería la encargada de marcar la entrada de Fleshgod Apocalypse, para rápidamente asestarnos el primer trallazo de la noche "The Hypocrisy", que con sus altas dosis de grandilocuencia épica conseguía arrancar una calurosa bienvenida de manos de un público muy participativo. Al igual que sucediera en sus anteriores visitas, la puesta en escena de los italianos fue impecable, ataviados con sus andrajosos trajes decimonónicos, dándolo todo sobre las tablas y poniendo el toque operístico a composiciones como "Minotaur (The Wrath Of Poseidon)", que contó con la participación de una corista enmascara que se situó en uno de los extremos del escenario.

Aunque el sonido no fue todo lo brillante que a muchos nos hubiese gustado,- los arreglos de cuerda grabados sonaron  algo embarullados-, los italianos supieron conectar a la perfección  con sus seguidores, especialmente al embarcarse en los temas de su fantástico "Agony", descargando de forma consecutiva cortes  como   "The Deceit", con ese aroma hipnótico y envolvente en el inicio; "The Violation", que contó con una teatral presentación a cargo de Tommaso  Riccardi; o  el brutalmente extremo "The Egoism", que sería el encargado de culminar esta devastadora tripleta extraída de su álbum de 2011.

Además de su brutal y trabajada puesta en escena, los italianos supieron dejar  buena muestra de su excelsa calidad técnica, especialmente reseñable me pareció la aportación del batería Francesco Paoli, y la del teclista ,y responsable de los arreglos orquestales,  Francesco Perrini, quien se pasó todo el show tocando su piano clásico de espaldas al público. Pese a que el grueso de su repertorio estuvo centrado en su anterior trabajo "Agony", los romanos no quisieron dejarse en el tintero piezas como la oscura y sangrante "Elegy", que se acabaría convirtiendo en la antesala de la última pieza de la noche, la más melódica y melancólica "The Forsaking", que marcaría la salida del combo italiano mientras eran aclamados como héroes por una sala que disfrutó al máximo de su descarga.

Una vez comprobada la entrega y la expectación que había suscitado la descarga de  Fleshgod Apocalypse, no lo iba a tener nada fácil la formación de los hermanos Kolesne. Pero si hay algo que ha caracterizado la dilatada carrera de Krisiun ha sido la honestidad y la profesionalidad desplegada durante los últimos 25 años. Aunque siempre han estado a la sombra de sus compatriotas Sepultura, la impecable trayectoria de los de Río Grande siempre ha sido un claro ejemplo de dedicación y entrega al death metal más corrosivo y clásico. Si bien es cierto que de cara a esta nueva visita a la Ciudad Condal los brasileños no tenían un nuevo plástico que presentar, lo cierto es que  el poderoso trío nos ofreció un repertorio realmente delirante, proponiéndonos un exhaustivo repaso a su longeva trayectoria, además de premiar nuestra fidelidad con alguna sorpresa reseñable.

Como si de una tormenta tropical se tratara, la descarga del combo brasileño quedaba inaugurada con un seminal "Kings Of Killing", que con un sonido realmente crudo y devastador nos preparaba para el aluvión metálico que se nos venía encima. Tras las primeras muestras de apoyo, de un público algo más estático que durante la actuación de los italianos, una monumental "Combustión Inferno", sería la encargada de proseguir con su infernal ceremonia deathmetalera,  personificada en la figura de  un Alex Camargo rotundo y desafiante, que supo conectar en todo momento con la audiencia, agradeciéndonos continuamente nuestro apoyo, y presentando todos los temas en un más que correcto castellano.

Una apoteósica "The Will To Potency", liderada por una arrolladora batería, sería la encargada de dar continuidad a la descarga, para posteriormente hacernos sucumbir ante el torbellino sonoro que supone "Vicious Wrath", que nos dejó al trío exprimiéndose al máximo sobre las tablas, mientras contagiaba su entusiasmo a una audiencia cada vez más participativa. Para cualquier que haya seguido la trayectoria de la mítica formación brasileña resulta evidente que uno de sus máximos activos ha sido la estabilidad en su seno, así que piezas clásicas como la primeriza "Vengeance's Revelation", no desentonaron al intercalarse con temas más novedosos como "Descending Abomination", en el que la banda nos mostró su maestría para afrontar temas más complejos y cambiantes.

Ante un público rendido, que coreó incansablemente el nombre de la banda, era Max  el encargado de azotarnos con un escueto y  portentoso  solo de batería, que serviría para marcar el inicio de una de las sorpresas de la noche, el clásico de los británicos Venom,  un hímnico "Black Metal", que convirtió la pista en un campo de batalla. Tras una nueva ovación, que sirvió para ratificar el estatus del trío carioca dentro de la escena death metalera, llegaba el momento de encarar una rotunda  tripleta final, compuesta por la desbordante  batería de "Blood Of Lions", extraída de su más reciente “The Great Execution”; la impasible y compacta “Ravager”, para acabar rematando su explosiva actuación con el brutal clasicismo de "Ominous". Una vez más,  los brasileños  volvieron a reivindicarse como unos auténticos  maestros dentro del  underground metálico, demostrando el  por qué son una apuesta segura de cara al directo.

Tras un reparador descanso, que nos sirvió para recobrar el aliento después de las dos arrolladoras actuaciones previas, por fin llegaba el momento estelar de la velada, la descarga de los protagonistas de la noche, los canadienses Kataklysm. Ante una sala que finalmente registró un ambiente bastante concurrido y animado, (con el recinto acotado por la mitad), el respetable iba tomando posiciones mientras aguardaba impaciente el inicio del show del cuarteto de Montreal. Pese a la sobriedad del escenario, únicamente engalanado con un telón de fondo y sendas plataformas situadas a ambos lados de la batería, la descarga del cuarteto canadiense se vio potenciada por un vistoso juego de luces que ayudó a dar al show una mayor intensidad y ambientación. Otro de los puntos fuertes de la descarga de Kataklysm fue la arrolladora pared sonora que los canadienses supieron crear, ofreciéndonos un sonido duro, compacto y poderoso, pero que a la vez nos permitía poder apreciar con nitidez todos y cada uno de los matices de sus visceral propuesta.

Amparados por una trayectoria tan longeva, y teniendo en cuenta la variedad estilística de las composiciones que el cuarteto ha facturado durante el último cuarto de siglo, resultaba una total incógnita saber cuál iba a ser el repertorio escogido para la descarga de esta noche. Rodeados de una gran expectación, todas estas dudas empezaron a disiparse cuando tras una larga y densa introducción la afilada guitarra de Jean Francois Dagenais, nos introducía en el demoledor “Let Them Burn”, toda una declaración de intenciones que nos mostraba a un cuarteto potente, exultante y amenazador, liderado por un colosal Maurizio Iacono, que sería el encargado de ejercer como maestro de ceremonias dentro de esta peculiar liturgia de la destrucción que se prolongaría durante los siguientes 75 minutos. Con una banda tremendamente motivada y enchufada, la devastadora descarga del cuarteto proseguía con la primera mirada a su anterior trabajo “Heaven´s Venom”, de manos de un denso y crujiente “Push The Venom”, que fue el encargado de hacer rugir con fuerza a una audiencia muy participativa.

Durante toda la descarga, Maurizio Iacono se mostró como un frontman sólido y muy comunicativo, sabiendo hacer participe en todo momento a la audiencia, animando y dirigiendo a la pista a la hora de montar esos rotundos “circles-pits”, que se  acabarían convirtiendo en los protagonistas de cortes como el visceral “Like Angels Weeping (The Dark)”, con el que lograron crear uno de los momentos más vibrantes y eléctricos de este inicio del show. Tras los pertinentes saludos y presentaciones, llegaba el turno de centrarse en su material más reciente, y que mejor opción para empezar a destripar su nuevo plástico que uno de los temas más directos y correosos, un desquiciante “Like Animals”, con el que convirtieron la pista en un hervidero, con todo el mundo saltando a la vez que Iacono nos hacía repetir, como si fuera un mantra, el poderoso estribillo.

A pesar de que la propuesta del cuarteto canadiense ha ido evolucionando con el paso de los años, lo cierto es que la banda sigue conservando esa atractiva aurea de death metal “old school”, como quedó plenamente plasmado con su arrolladora puesta en escena, con Dagenais y Barbe machacando intensamente sus instrumentos, mientras Iacono atacaba  de rodillas temas como el épico “As I Slither”. Tras deleitarnos con la grandilocuencia contenida en la pieza anterior, llegaba el momento de cambiar abruptamente de tercio  y sumergirnos de lleno en la amenazante voracidad de la agresiva “At The Edge Of The World”, durante la que el cuarteto fusionó con maestría las partes más arrolladoras, -lideradas por la martilleante batería de Oli Beaudoin-, con los pasajes más melódicos e intensos.

Con sus compañeros ocupando las tarimas laterales, perfectamente alineados con la batería, era el vocalista el encargado de apoderarse del centro del escenario para hacernos sucumbir ante los ritmos plúmbeos y cadenciosos de la rotunda “Taking The World By Storm”, que sería la encargada de dejar  paso al fantástico solo del nuevo batería de la banda Oli Beaudoin, quien durante todo el show se mostró como un músico realmente versátil y polivalente, sabiendo moverse con soltura entre los tempos más abrasivos y destructores, como dentro de esos desarrollos más densos y melódicos, consiguiendo dejar una buena muestra de su gran calidad técnica  durante el ametrallante inicio de “Blood On The Swams”, que acabaría por convertirse en otro de los momentos cumbre de la actuación del cuarteto de Montreal.

Lejos de bajar el ritmo de su trepidante actuación, la siguiente pieza nos sirvió para corroborar la plena confianza del cuarteto en su última obra “Waiting For The End To Come”, ya que los canadienses concedieron un papel estelar a su pieza de apertura, descargando un rotundo “Fire”, con el que consiguieron poner la sala patas arriba, con todo el mundo cantando el estribillo mientras Iacono nos incitaba a dirigir  nuestras manos hacia el escenario  reproduciendo el símbolo de la bestia. Tras semejante ejercicio de voracidad metálica, llegaba el momento, ahora sí, de levantar ligeramente el pie del acelerador para adentrarnos en terrenos  más melódicos y cadenciosos de manos de un sobrecogedor “Blood Of Heaven”, que sonó realmente crudo y desafiante, liderado por el afilado bajo de Stephane Barbe. El momento reivindicativo de la noche llegaría durante la presentación del contestatario “Kill The Elite”, con Iacono alentándonos con sus revolucionarias proclamas antes de abalanzarnos sobre uno de los temas más aclamados de la noche.

Tampoco faltaron durante la descarga de los canadienses las arengas proclamando la hermandad del heavy metal, consiguiendo arrancar unas estruendosas ovaciones antes de que la banda atacara de forma despiadada el tema que daba título  y abría su trabajo de 2008, el machacón “Prevail”, que se convertiría en la antesala perfecta para el desbordante “Iron Will”. Con una sala realmente entregada, y con una banda en estado de gracia, llegaba el momento de encarar el tramo final de la descarga del poderoso cuarteto de Montreal, así que Iacono y sus secuaces optaron por poner el acento en las majestuosas melodías de la novedosa “Elevate”, toda una muestra de la evolución que ha sufrido el sonido de la banda canadiense.

Los dos últimos zarpazos de la noche estuvieron marcados por la incendiaria potencia de “In Shadows And Dust”, que nos retrotraía a los lejanos tiempos de su “Shadows & Dust” publicado en 2002, para acabar poniendo la guinda definitiva a su actuación con una abrumadora versión del corrosivo “Crippled & Broken”, que volvió a convertir la pista en un campo de batalla con toda la sala cantando y saltando mientras Iacono nos miraba complacido. Tras su arrolladora descarga, los canadienses abandonaban las tablas del  Razzmatazz 2 recibiendo todo el apoyo y la pleitesía de una audiencia plenamente satisfecha.

En resumen, gran descarga de Kataklysm que demostraron en Barcelona estar en un gran momento de forma. Con muchas de las bandas clásicas en horas bajas, o simplemente alejadas de la carretera, parece que los canadienses están dispuestos a proseguir con su imparable carrera, mientras continúan postulándose como uno de los nombres de referencia dentro de la escena  death metal.


TEXTO:ALFONSO DÍAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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