jueves, 4 de agosto de 2016

MINISTRY+ALYANZA-RAZZMATAZZ 2-BCN-29-JUL-2016



Para una generación de metaleros que había forjado sus gustos bajo la ortodoxia impuesta por bandas como Motörhead, Accept, Saxon o Iron Maiden la irrupción de un personaje como Al Jourgensen supuso una bocanada de aire fresco y la constatación definitiva de que la fiereza de las guitarras podía combinarse con los samplers y los sonidos sintéticos. Nacida a principios de la década de los ochenta la formación americana viviría sus mejores momentos con la publicación de trabajos como "The Land Of Rape And Honey", "The Mind Is A Terrible Thing To Taste" y "Psalm 69: The Way To Succeed And The Way To Suck Eggs", que les convertirían en un referente obligado  para todos los seguidores del metal industrial. Aunque durante los últimos tiempos la actividad de los de Chicago ha estado marcada por la muerte del guitarrista Mike Scaccia y los continuos amagos de despedida del carismático Al Jourgensen, a día de hoy la banda continúa en la carretera presentando las composiciones de su  último lanzamiento de estudio  "From Beer To Eternity".

No arribaban solos los americanos a su cita con el público catalán, ya que para ejercer como anfitriones contarían con la participación de los thrashers barceloneses Alyanza. Hacia escasamente dos semanas que un servidor había tenido oportunidad de ver la descarga del cuarteto abriendo la tercera y última jornada del Rock Fest Barcelona. Y si ya en aquella ocasión , a plena luz del día, la banda dejó una fantástica impresión, ahora en la intimidad de una sala la veterana formación catalana volvería a ofrecer un buen recital deleitándonos con  una rotunda ración  de su thrash metal "old school".

Desafortunadamente, la distancia que separaba la propuesta de Alyanza de la de las estrellas de la noche acabó propiciando que a la hora prevista para su show, las 19,45 horas, apenas unas decenas de seguidores ocuparán las primeras filas. Pese a ello, la banda no se desanimó y salió a escena con las pilas bien cargadas, disparando sin compasión los incisivos riffs de temas como "Inmortal" o "Lost Behind The Silence". Especialmente reseñable me pareció el concurso de Manu y Edu, alternando esos fraseos de corte thrashero con pasajes más técnicos y melódicos.

En cuanto al repertorio escogido se decantarían por un repaso a las composiciones de su segundo trabajo "A New BeginNing", aunque sin olvidarse de algún guiño a su debut "Mind Control", con temas como "No Human" o "Spiral Vortex"; e incluso tendrían ocasión de presentarnos el tema "We Are All", que formara parte de su nuevo trabajo, y que se desmarca de su línea habitual para centrarse en unos riffs más heavy metaleros.

Para acabar de rubricar una actuación que fue de claramente de menos a mas, y que estuvo marcada por la voracidad de su propuesta y la frialdad de una audiencia que se mantuvo expectante, optarían por el hímnico "Revolution", que se convertiría en la excusa perfecta para que Andrés, ahora si, nos pusiera a cantar su reivindicativo estribillo.

Una vez concluida la presentación del combo catalán y tras un largo entreacto que sirvió para que los "pipas" dieran los últimos retoques al escenario de los americanos, todo parecía dispuesto para albergar la descarga de Al Jourgensen y sus compinches. En cuanto al montaje escénico, cabe destacar que la banda utilizó una lona trasera y sendas pantallas laterales sobre las que se irían proyectando imágenes que ilustrarían cada una de las composiciones.

Tampoco faltaría ese característico pie de micro, formado por huesos y coronado por una calavera, concediendo al escenario un aire de lo más tétrico y misterioso. De forma parsimoniosa y acompañados del ritmo denso y cadencioso de "Hail To His Majesty (Peasants)", los músicos tomarían posesión de un brumoso escenario siendo el último en aparecer, luciendo una máscara de gas, Al Jourgensen para desatar la euforia entre sus incondicionales.

No sería esta la tónica de la velada, ya que tras recabar el apoyo de sus seguidores la banda nos propondría un show vibrante y demoledor dejando que fueran piezas de nuevo cuño como la rabiosa "Punch In The Face" o "PermaWar", las encargadas de poner la banda sonora a los primeros pits de la noche mientras a través de las pantallas se sucedían, a ritmo vertiginoso, las imágenes bélicas junto a los rostros de los dos candidatos a ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Tirando de carisma y veteranía Al Jourgensen se convertiría en el perfecto maestro de ceremonias, obsequiándonos con sus desgarradores rugidos y sus peculiares bailoteos consiguiendo que la temperatura en la sala continuara en ascenso gracias a la pegada de la desquiciante "Rio Grande Blood".

Extravagante, histriónico y algo esquivo a la hora de las presentaciones, la primera ocasión en la que el controvertido frontman se dirigió al respetable sería durante los prolegómenos del celebradísimo "Señor Peligro", que serviría como preámbulo para uno de los puntos culminantes del show de manos de "Lies Lies Lies", que nos dejaría la estampa de Jourgensen elevando su micro al aire para que fuera la gente quien coreara su adictivo estribillo al mismo tiempo que las pantallas nos mostraban la imagen del ex-presidente George W. Bush. Con la audiencia completamente volcada los americanos no levantarían el pie del acelerador y continuarían repartiendo cera con la humeante "Waiting", que liderada por la impetuosa base rítmica que formaron el batería Ray Mayorga y el bajista Jason Christopher sería la escogida para cerrar el capítulo dedicado a las composiciones facturadas a lo largo de este siglo XXI.

Si durante la primera parte del show la crítica contra la corrupción, las guerras y los políticos fue una constante, el ataque contra los fanatismos religiosos llegaría con "N.W.O." , para la que Jourgensen se colgaría su guitarra para acompañar a César Soto y Sin Quirin. No abandonarían el material del mítico "Psalm 69", para ofrecernos ese ataque de rabia incontrolada que fue "Just One Fix", que volvía a desatar la locura entre las primeras filas mientras varios surfers volaban sobre nuestras cabezas en dirección al escenario.

Nuestro viaje atrás en el tiempo proseguiría con "The Missing", que fue ilustrada con imágenes de alienígenas sacadas de películas de ficción de serie B de la década de los cincuenta, y "Diety" que nos hacia volver a apretar los dientes en otro ejercicio de locura sonora. Dejando su guitarra a un lado, Jourgensen se encargaría de incitar a la gente durante "Thieves", mientras en las pantallas un billete de dólar servía para ilustrar su crítico mensaje. Tras agradecernos nuestra entrega el combo de Chicago cerraría la primera parte del show con la enfermiza "Stigmata", que fue acompañada por unas proyecciones de delirante psicodelia para concluir con la salida, uno a uno, de los músicos dejando el escenario desierto y sumido en la absoluta penumbra.

Tras hacerse esperar más de lo habitual, la banda regresaría sobre las tablas para rematar su actuación. Pero, sorpresivamente, en vez de mantener el ritmo endiablado que había dominado toda la velada optarían por mostrarnos su faceta más etérea y ambiental. La taladrante "Psalm 69" sería la elegida para abrir el encore antes de embarcarnos en una alargada versión de la enfermiza "So What", con la gente dando la réplica a un Jourgensen que deambulaba errático, casi absorto, por el escenario.

Esa faceta más melódica y ambiental quedaría refrendada con los intensos pasajes de aromas orientales que marcarían "Khyber Pass", mientras que para poner el broche definitivo optarían por el cover de Devo "Gates Of Steel", que el propio Jourgensen grabó para su proyecto Surgical Meth Machine. Una vez los músicos desaparecieron del escenario la música y las proyecciones se alargarían durante varios minutos convirtiendo la sala en una rave, mientras algunos todavía esperaban que los músicos retornasen para tocar algún tema más.

Carisma, personalidad y un directo devastador fue lo que nos ofrecieron Ministry en su retorno a los escenarios barceloneses. Aunque quizás unos bises algo descafeinados acabaron dejándonos una sensación agridulce tras una primera hora de show absolutamente delirante.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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