viernes, 16 de noviembre de 2018

SIRENIA+TRIOSPHERE+PARATRA+SEASON OF TEARS-RAZZMATAZZ 3-BCN-8-NOV-2018



Casi dos décadas lleva Morten Veland guiando los destinos de toda una institución dentro del metal sinfónico y gótico como son Sirenia. Tras haberse sobrepuesto a  la marcha de la vocalista catalana  Ailyn en 2016, la banda incorporó como nueva frontwoman a una de sus  habituales colaboradoras, la francesa Emmanuelle Zuldan, con quien grabaron para el que muchos de sus seguidores es su obra  más melódica “Dim Days Of Dolor”. Dos años después el combo de Stavanger volvía al primer plano de la actualidad metalera con la edición el pasado mes de Agosto de su novena entrega discográfica “Arcane Astral Aeons”.

Lamentable e injustamente, en esta ocasión la audiencia de la capital catalana no acabó de responder al reclamo que suponía la presencia de la formación noruega. Con lo que la descarga se acabó llevando a cabo en la sala pequeña del Razzmatazz. Un recinto demasiado modesto si tenemos en cuenta la calidad de sus composiciones y su longeva trayectoria. Pero, en cualquier caso, sobreponiéndose a las circunstancias y las adversidades Morten Veland y sus muchachos acabaron ofreciendo un buen show, tocando con la misma garra e intensidad que si estuvieran ante un gran auditorio repleto de incondicionales.


Pero antes de que esto sucediera tendríamos ocasión de descubrir la propuesta de dos jóvenes formaciones  como son Season Of Tears y Paratra. Mientras que como  plato fuerte para amenizar la espera antes del desembarco de las indiscutibles estrellas de la noche  contaríamos con  el concurso de una banda  veterana y de probada solvencia como son  sus compatriotas Triosphere, quienes liderados por la incombustible Ida Haukland nos ofrecieron un recorrido por los momentos más destacados de su discografía.

Cumpliendo a raja tablas con los horarios marcados por la organización aparecían en escena los encargados de romper el hielo en esta tarde-noche de jueves en la Ciudad Condal, los chicos de Season Of Tears. Aunque al inicio de su presentación apenas una veintena de personas poblaban el recinto, lo cierto es que la joven formación gala supo aprovechar al máximo los escasos 25 minutos de que dispusieron, desplegando un metal melódico salpicado de tintes sinfónicos, e incluso proponiéndonos algunos pasajes claramente influenciados por el death metal.

Pese a mostrarse como unos excelentes instrumentistas, me llamó especialmente la atención la aportación de su vocalista  Juliette Loray, que con su registro de soprano supo dar un toque lírico a temas como la inicial “Dark Card”. Pero no fue  ella la única que se encargó de llevar la voz cantante durante el show del combo de Rennes, ya que todos sus compañeros, a excepción del batería, tuvieron ocasión de mostrar sus aptitudes vocales. Especialmente inspirado estuvo el bajista Volac Coldheart que fue quien se encargó de los registros guturales en temas como el oscuro “Desecrated”.

Aunque a la gente le costó adentrarse en la compleja y ecléctica propuesta que nos ofrecieron Season Of Tears, lo cierto es que el público poco a poco se fue animando, contagiando a unos músicos  que se acabaron viniendo arriba a la hora de atacar piezas como “Restrained”, que nos dejaba a la  inicialmente tímida Juliette totalmente poseída y entregada al headbanging. Para finiquitar su debut en los escenarios catalanes los galos  apostaron por el dinamismo y las camaleónicas estructuras de uno de los temas más extensos de su opera prima, “Exalt”, que les servía para despedirse acompañados de una calurosa ovación.


Si sorpresiva fue la descarga de Season Of Tears, el descubrimiento de la noche llegaría justo a continuación con el espectáculo musical que nos ofrecieron los Paratra. Si ya lo se, suena extraño y hasta exótico hablar de una banda de rock que provenga de Bombay, pero es que este dúo que componen el guitarrista Samron Jude y el sitarista Akshat Deora nos deleitó con una propuesta que resultó ser de lo más novedosa, ya que no suele ser habitual escuchar fusionada la potencia de las guitarras con  la elegancia y suntuosidad de un instrumento poco habitual dentro de las culturas occidentales como es el sitar. Además de cara a sus presentaciones en directo el dúo cuenta también con un fantástico vocalista, Siddharth Basrur, y con el concurso del batería Aritra.

Pese a ser unos perfectos desconocidos para la mayoría de los presentes, lo cierto es que desde que aparecieron en escena con “Stay With Me”, el combo indio consiguió conectar con el publico. Primero por las excelentes aptitudes que mostró su vocalista, y después por el torrente melódico que aportó el sitar junto a  los “panterosos” riffs en temas como “Waves Of Time”, que nos dejaba la estampa de Basrur sentado mientras no dejaba de agitar la cabeza tocando su sitar.

Además por si todo esta amalgama sonora no fuera suficientemente atractiva, Paratra también trajeron un montón de sonidos y ritmos electrónicos pregrabados, con lo que algunas de sus composiciones como “Will Power”, sonaron de lo más modernas y vanguardistas. En cuanto al repertorio que interpretaron estuvo muy repartido entre el material de sus tres entregas discográficas, con lo que no quisieron dejar apartados los ritmos más accesibles y bailables del pintoresco “Duality”, ni los sonidos étnicos  de su país en  la preciosa pieza instrumental titulada “Persia”.

Con la gente completamente rendida con su propuesta llegaba el momento de encarar la recta final de su presentación proponiéndonos las contagiosas melodías de “Crazy Dreams”. Aunque quizás escuchar los discos de Paratra no resulte especialmente atractivo, lo cierto es que los indios saben como llevar su propuesta al directo, ofreciendo algo  que resulta de lo más exótico e interesante.


Con algo más de público en la sala y con el ambiente bastante más animado tras la descarga de Paratra tocaba volver a centrarnos en terrenos más tradicionales dentro de la hermandad metalera, confiando para ello en el potente heavy/power que nos proponían  los encargados de dar continuidad a la velada, los noruegos Triosphere. Mucho tiempo ha pasado desde que viera la luz “The Heart Of The Matter”, el último trabajo que publicaron en 2014 las huestes que lidera la vocalista y bajista Ida Haukland.

Pero lejos de tirar la toalla y desanimarse, la banda salió dispuesta a mostrar su experiencia y valía, apareciendo en escena con las pilas bien cargadas y dispuesta a morder, mostrando su cara más aguerrida y agresiva durante los compases iniciales de “My Fortress”, que espoleaba a un respetable  que pese a no ser muy numeroso si que se mostró de lo más efusivo con ellos, y más aún cuando las guitarras empezaron a tomar velocidad para anunciarnos la llegada de ese vendaval que es “Steal Away The Light”, con la que los noruegos dejaban claro que no han perdido su afición por el power metal de corte tradicional.

Tras recibir la aprobación en forma de ovación de las primeras filas, y una vez cumplido el obligado tramite de los saludos, el guitarrista Marius Silver daba un paso al frente para colocarse en primera línea de fuego para introducirnos de lleno en la camaleónica “The Sphere”, que impregnaba el recinto de melodía gracias a la luminosidad de su brillante estribillo. El momento de que todos levantáramos los puños llegaría con el hímnico “Breathless”, que era el elegido para cerrar este capítulo inicial basado en las composiciones de su último redondo “The Heart Of The Matter”.

Pero no tardaría mucho el cuarteto en volver a tomar el pulso a la velada, ofreciéndonos un jugoso recuerdo del material de su opera prima “Onwards”, desplegando para la ocasión el clasicismo metalero de la siempre efectiva “Sunriser”. El contraste lo pondría la arrolladora intensidad de los entrecortados riffs que nos flanquearon el paso hacia los senderos melódicos de la elegante “Storyteller”.

La primera escala en el material de su segundo largo “The Road Less Travelled” llegó de manos del fantástico “Driven”, que nos dejaba la estampa de ambos hachas recuperando toda la intensidad mientras Ida volvía a convertirse en la perfecta maestra de ceremonias, invitándonos a ser participes del estribillo del tema.  Esos destellos powermetaleros que tanto gustan a los seguidores de Triosphere volvieron a dejarse notar con fuerza a lo largo de “As I Call”, que se convertía en la excusa perfecta para volver a incidir sobre su obra de 2014.

Para encarar el tramo final de su presentación los noruegos se decantaron por ofrecernos el equilibrio entre contundencia y melodía contenido en el primerizo “Trinity”, con Ida subiendo sus tonos vocales para conceder al corte una ambientación épica. Respaldada sobre unas guitarras más potentes, rotundas y machaconas sonó “Marionette”. Mientras que para la despedida definitiva el cuarteto noruego ser reservó  dos piezas de su último redondo como son el despiadado “Repentless” y “The Heart´s Dominion”.

En definitiva, que Triosphere estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellos, ofreciéndonos un show potente, sólido, y convincente. Así que ahora esperemos que no tarden en pasarse por el estudio para grabar la continuación de “The Heart Of  The Matter”, ya que la espera se está prolongando demasiado.

Tras haber asistido a una previa tan larga como entretenida, en la que pudimos disfrutar de propuestas de lo más dispares y variadas entre sí, por fin llegaba el momento que todos estábamos esperando, el momento de que las huestes que lidera  el incombustible Morten Veland pusieran el punto y final a su larga ausencia de los escenarios catalanes. Evidentemente, teniendo en cuenta las dimensiones del escenario del Razzmatazz 3, la puesta en escena fue de lo más sobria, sin ningún elemento decorativo de atrezzo, ya que los músicos apenas cabían sobre el escenario.

En cuando al sonido, pese a ser  correcto en  líneas generales, lo  cierto es que hubo momentos puntuales en los que todo sonó demasiado embarullado, con lo que algunos temas sonaron algo confusos y faltos de brillo. En lo referente al repertorio, debo admitir que no me sorprendió que su columna vertebral estuviera conformada por las composiciones que han facturado en la presente década, -haciendo especial hincapié en sus dos últimas entregas-, y  reservándose para el tramo final algunas de sus imprescindibles favoritas.

Pese a que los cambios de alineación han sido una constante a lo largo de la carrera de Sirenia, la personalidad de la banda que capitanea  Morten Veland se ha mantenido intacta a lo largo de los años, y sus seguidores aunque no muy numerosos en la Ciudad Condal supieron reconocérselo al ahora bajista tributándole una cálida bienvenida mientras a través del P.A. atronaba la introducción. Embutida en un  brillante abrigo  negro y elevando los cuernos al aire aparecía en escena Emmanuelle Zoldan para rápidamente ponerse manos a la obra y embarcarnos en el tema más extenso de su último redondo “In Styx Embrace”. No tuvo muchos problemas la vocalista francesa para ganarse el beneplácito del respetable, y más cuando a las primeras de cambio dio buena muestra de su calidad vocal al atacar piezas como “Dim Days Of Dolor”.

No abandonarían el material de su anterior entrega publicada hace un par de años, ya que acto seguido llegaba el momento de que los noruegos desplegaran su faceta  más grandilocuente y majestuosa durante “Goddess Of The Sea”, que era la elegida para que Jan Erik Soltvedt nos ofreciera una primera muestra de sus habilidades técnicas. Ejerciendo como portavoz de la banda, Veland fue quien se encargó de presentarnos  uno de los temas más marchosos y directos de “Arcane Astral Aeons”, “Queens Of Lies”, que servía para animar al personal con sus rotundos  increscendos y sus constantes variaciones vocales.

Zoldan aprovechó para desaparecer de escena y tomarse un merecido respiro durante los compases iniciales de “Elixir”, que nos dejaba a  Nils Courbaron encargándose de las líneas vocales, lo que provocó que el nivel de intensidad decreciera notablemente hasta que la vocalista gala regresó a escena para finiquitar el tema. El retorno sobre sus nuevas composiciones estuvo marcado por un “Asphyxia”, que funcionó muy bien en directo, logrando que gran parte de los presentes se animara a acompañar su desarrollo con palmas. Una vez más, volvería a ser el líder de la formación noruega el encargado de ejercer como anfitrión de la velada para  presentarnos “Treasure n´ Treason”, que con esos sobrecogedores teclados pregrabados servía para que la banda volviera a incidir en  su faceta  más melancólica.

Por si a estas alturas de la velada alguien todavía dudaba de la valía de Emmanuelle Zoldan,  las ambientaciones más bucólicas y relajadas de la deliciosa “Winter Land”, sirvieron para coronar a la vocalista gala como una de las indiscutibles triunfadoras de la velada. Para cerrar el capítulo dedicado a “Arcane Astral Aeons”, Veland y sus secuaces  optaron por el magnificente sinfonismo de “Into The Night”, provocando que la gente nuevamente volviera a venirse arriba. Las guitarras de Soltvedt y Courbaron volverían a recobrar toda su potencia e intensidad para guiarnos a través de la intrigante “Ashes To Ashes”.

Anticipándose al irremediable desenlace de la velada, Veland nos anunció que tan sólo les quedaban por interpretar un par de temas antes de dar el show por finalizado. Así que para encarar esta recta final los noruegos nos propusieron una doble ración de “Nine Destinies And A Downfall”, dando buena cuenta  de “My Mind´s Eye”, para posteriormente dejarnos llevar por las envolventes melodías de “The Other Side”.

No tardarían en regresar sobre las tablas para que Zoldan volviera a deleitarnos con  una nueva muestra de virtuosismo y elegancia vocal en “The Path To Dacay”. Mientras que el colofón definitivo para la velada llegó con el único guiño que se permitieron a su ya lejano debut “At Sixes And Sevens”, del que rescataron “Sister Nightfall”.Recapitulando todo lo que dio de si la descarga de Sirenia no puede decirse que los noruegos ofrecieran un mal concierto. Pero debo admitir que me quedé con la agridulce sensación de que Veland y sus muchachos  no acabaron de conectar  con una audiencia  que hacia mucho tiempo que aguardaba su retorno a los escenarios de la capital catalana.



TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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