domingo, 17 de agosto de 2014

LEYENDAS DEL ROCK-VILLENA-9-AGO-2014






EASY RIDER


Para dar el pistoletazo de salida a esta segunda jornada de la novena edición del  Leyendas contábamos con una agradable sorpresa, el reencuentro con una banda querida y respetada por toda la parroquia metálica nacional, los madrileños Easy Rider. Tras una larguísima temporada fuera de la circulación, la banda capitaneada por el vocalista Ron Finn ha decidido volver a la actividad, de hecho el quinteto ha finalizado recientemente la grabación de lo que será su nuevo trabajo que llevará por título "From The Darkness", de modo que su participación en el festival significaba una excelente oportunidad no solo para probar el potencial de  sus nuevas composiciones, sino también para calibrar la expectación que ha suscitado este "come-back".


A pesar de la intempestiva hora marcada para el inicio de su actuación, las 15:40 horas, lo cierto es que fueron muchos los que se acercaron al escenario "Jesús De la Rosa" para seguir sus evoluciones sobre las tablas. Recibidos de forma muy afectuosa y contando en todo momento con el respaldo del respetable la formación de los hermanos Villanueva demostró estar en un muy buen momento de forma, haciendo gala de un brío y unas tablas que para nada denotaban el largo parón que ha sufrido la actividad de la banda.


Y es que pese al paso de los años temas clásicos de sus primeros trabajos como "Visions", "Changes", o  "Lord Of The Storm", siguieron sonando igual de intensos y poderosos que antaño, demostrando que las composiciones de la banda han aguantado perfectamente el paso de los años. De su última etapa con el vocalista americano ya al frente no faltaron piezas como un portentoso "Animal", un corrosivo "No Room In Hell" o "Regeneration".


De lo que será su nuevo trabajo, cuya salida se espera para este mismo otoño, nos dejaron una buena muestra de su potencial con un rabioso "Defiance", con el que nos mostraron las bases de lo que será su nueva obra. La encargada de poner el broche final a su actuación fue su mayor éxito hasta la fecha, la coreadísima "Stranger", con la que nos dejaban una buena impresión y con la miel en los labios de cara a poder degustar su inminente nuevo trabajo.




LUJURIA


Un año más los segovianos Lujuria volvían a repetir participación en el Leyendas, de modo que el descaro, la picardía y la diversión estaban asegurados con la presencia sobre las tablas del inimitable vocalista Oscar Sancho quien, por cierto, se presentó ante nosotros con un modelito de lo más cantón y estrafalario que, todo hay que decirlo, no dejó indiferente a nadie. 


Aunque el propio vocalista siempre ha sido la imagen y la cara más reconocible  de la banda, lo cierto es que la actual encarnación de los segovianos  es, con diferencia, la más compacta y poderosa de su excelsa trayectoria. Y es que la presencia entre sus filas del guitarrista Manuel Seoane, quien ya actuara en la jornada previa con sus Burning Kingdom, ha dado un plus de calidad a la veterana formación.


Como siempre Lujuria consiguieron captar la atención de todos los presentes desde los primeros compases del show, apostando en el arranque por la contagiosa electricidad de temas como "Mozart y Salieri", que conseguía ponernos a cantar, o ese primerizo "Sin Para de Pecar”, que convertía el recinto en un auténtico desmadre. Sin abandonar ese temática "picara" que impera en la mayoría de sus composiciones la siguiente en hacer acto de presencia ante el delirio de todos los presentes fue "Cinturón  de Castidad". Si de algo puede vanagloriarse la veterana formación segoviana, es que siempre se han mostrado como una banda comprometida, y buena muestra de ello fueron los repetidos guiños y críticas que Oscar realizó hacia la actual situación en Gaza.


Tampoco faltó un bonito recuerdo hacia la historia del metal nacional rindiendo pleitesía a uno de los músicos más emblemáticos y queridos de la década de la 80, el ex_bajista de Obús Luis quien se subió con ellos, blandiendo su clásico instrumento con forma de hacha, para marcarse una contagiosa versión del "Vamos Muy Bien".


Tras rendir pleitesía a una de las figuras más insignes del rock en nuestro país, llegaba el momento de retomar el pulso de su actuación, recurriendo a esa cachonda y desvergonzada aspiración contenida en "Estrella Del Porno", que rápidamente acabaría dejando paso a "Joda A Quien Joda". El sentimiento de hermandad se despertaría entre todos los presentes con ese arrollador himno que es “Corazón De Heavy Metal", comandando por un Oscar en plan estelar haciéndonos cantar de forma incansable su estribillo.


Un nuevo homenaje, en esta ocasión, a grandes clásicos del rock y metal nacional  sería el encargado de protagonizar el sprint final de su actuación, proponiéndonos un entretenido “medley” en el que tuvieron cabida algunos fragmentos de himnos tales como "Duro Y Potente” de Banzai, "Traidor" de Muro o ese icónico "El Heavy No Es Violencia", que a modo de proclama les servía para finiquitar su entretenido show.




ELUVEITIE


Tras su paso por la edición del 2012, los suizos Eluveitie regresaban al Leyendas para presentar su nueva obra de estudio “Origins”, y dar fiel  testimonio del crecimiento que ha experimentado la formación durante estos últimos años. Como ya sucediera en su anterior participación en el festival, la suya fue una de las actuaciones más seguidas de la tarde, consiguiendo congregar frente al escenario “Jesús De La Rosa” a un buen número de curiosos y seguidores dispuestos a cantar y bailar al ritmo de sus contagiosas melodías. Y es que la formación suiza parece haber encontrado la fórmula perfecta para fusionar en su sonido el death metal melódico y las sonoridades típicamente folk  que aportan instrumentos como la flauta, la gaita, el violín, el arpa clásica,  o, como no, la zanfoña.


Acompañados por la introducción que abre y da título a su nueva obra “Origins”, los músicos de la formación suiza se apresuraron a tomar posiciones para dar el pistoletazo de salida a su show con una de las piezas más crudas e impactantes de su último trabajo “The Nameless”, con el que pudimos comprobar que Chringel Glanzmann no ha perdido ese filo cortante y amenazante que siempre ha caracterizado las composiciones de la banda. Sin abandonar su faceta más afilada, la siguiente en sonar fue  “Nil”, conformando  así una compacta e imponente  dupla de apertura. Sin duda fue una auténtica lástima  que los problemas técnicos deslucieran el arranque del show, impidiéndonos disfrutar de ambas piezas en todo su esplendor.


Ahondando en su faceta más “folky”, y por tanto concediendo unas mayores cuota de protagonismo tanto al violín como a la zanfoña, llegaba el momento de la oscura “Thousandfold”, para rápidamente dejar paso a una de las piezas más celebradas de su extensa discografía, una coreadísima  “Inis Mona”, que curiosamente fue la composición más antigua que interpretaron, ya que prácticamente la totalidad de su repertorio estuvo centrado en  el material de sus tres últimas entregas  “Everything Remains (As It Never Was)”, “Helvetios” y “ “Origins”.


Precisamente, de su más reciente trabajo sonaron piezas como la seductora “The Call Of The Mountains”, en la que una sonriente Anna Murphy sería la encargada de hacerse cargo de las tareas vocales, mostrando un registro realmente elegante y cautivador. El contraste a tanto  preciosismo lírico lo pondrían piezas como “Neverland” o “Kingdom Come Undone”, en las que los suizos supieron recrear sobre  las tablas la perfecta fusión entre el folk y el metal, logrando una sonoridad realmente vibrante y atractiva, que acabaría convirtiendo el recinto en una auténtica fiesta.


La vuelta a los parámetros más potentes y metaleros  estaría marcada por la arrolladora “The Siege”, en la que además de la velocidad de las guitarras pudimos apreciar como la nueva violinista de la banda, Nicole Ansperger, también sabe apretar al máximo su instrumento.  El retorno a las melodías folk, con aromas de la campiña, estaría marcado por la novedosa  “Kings”, mientras que la encargada de finiquitar su descarga sería una fantástica interpretación  de “Havoc”, con la que los suizos ponían de manifiesto la imparable progresión de una banda que parece que todavía no ha alcanzado su cima, y que continua innovando y reinventándose en cada uno de sus trabajos.



H.E.A.T


Desafiando el sol y el intenso calor de media tarde llegaba la actuación de H.e.a.t. Su descarga en esta novena edición del Leyendas significaba la tercera incursión de los suecos en nuestro país durante los últimos meses. Tras su presentación  abriendo para los míticos Scorpions en la capital, y tras su explosivo paso por el Rock Fest de la Ciudad Condal, el quinteto aterrizaba en el escenario "Azucena" dispuesto a ratificar por qué son una de las bandas más prometedoras y emergentes dentro de la escena del  hard rock europeo. Aunque para los que ya les habíamos visto en directo no resultó ninguna sorpresa, fueron muchos los que acabaron cayendo rendidos ante el potencial y la entrega de unos chicos que están llamados a hacer grandes cosas en los próximos años.


Liderados por ese auténtico animal de directo que es su vocalista Erik Grönwall, la banda firmó una descarga atractiva, vibrante y refrescante, con la que supieron conectar con la gente, obligándonos irremediablemente  a levantar los brazos para corear cada uno de sus fantásticos estribillos. Un rotundo "Point Of No Return", fue el encargado de inaugurar su efectiva actuación, dejando claro que la formación ha conseguido ya una buena base de seguidores en nuestro país. Para los que todavía no conocían sus composiciones, quizás el mayor atractivo de su descarga fuera el propio Erik, quien durante todo el show  no dejó de saltar, bailar, animar a la concurrencia, e incluso bajarse al foso para fundirse con los seguidores que copaban las primeras filas, demostrando un entusiasmo y una actitud poco habituales en los vocalistas de hard rock actuales. Y es que resulta prácticamente imposible no rendirse y dejarse arrastrar por el ritmo intenso y vacilón de piezas como "Better Off Alone", o levantar los brazos para corear los pegajosos estribillos de "It´s All About Tonight", toda una declaración de intenciones que pregona el  descaro y el desparpajo de este abrumador quinteto sueco.


A pesar del ritmo eléctrico y desenfrenado de su actuación no faltaron algunos momentos más melódicos como la composición que presta el nombre a su último lanzamiento "Tearing Down The Walls", que su vocalista cantó cerveza en mano y ataviado con un sombrero que le lanzaron desde el público. Pero evidentemente los momentos más calientes de su show llegarían con el desenfadado y primerizo "Late Night Lady", presentado con una descarada invitación a que las chicas se quitaran la ropa, o con el triunfador "Beg Beg Beg", que puso a todo el recinto a cantar, antes de que Erik se mostrara totalmente desatado al atacar  sus compañeros un fragmento del "Rock n´Roll"  de Led Zeppelin.


Entre ovaciones y declaraciones de amor hacia nuestro "cálido país", los suecos encaraban la recta final de su show ofreciéndonos la sobriedad de "Downtown", el descaro hard roquero de "Emercency", y la fantástica "Breaking The Silence", con Erik a pecho descubierto bajando nuevamente al foso para fotografiarse junto a la gente de las primeras filas. El remate definitivo vendría de la mano del marchoso "Linving On The Run", con el vocalista invadiendo el otro escenario para aproximarse desafiante a los que prefirieron seguir su descarga refugiados a la sombra, cerveza en mano.


Creo que ya lo comenté al hablar de su descarga en el Rock Fest, y me sigo ratificando en mi opinión de que los suecos están creciendo de forma vertiginosa, demostrado que están llamados a convertirse en una referencia obligada para todos los amantes del hard rock. Actitud y buenos temas no les faltan y, además, cuentan con el descaro y el desparpajo de un explosivo vocalista como es Erik Grönwall.




HEAVEN SHALL BURN


A diferencia de lo que sucediera en otras ediciones del Leyendas, en esta novena edición los organizadores han optado por abrir mínimamente el abanico estilístico de las bandas participante, lo que ha propiciado que hayamos podido disfrutar de la descarga de bandas como Leprous, Volbeat o Heaven Shall Burn.


Debo admitir que no tenía muchas referencias previas de la formación alemana, pero reconozco  que su descarga me cautivó irremediablemente, ya que los chicos demostraron sobre las tablas del escenario “Jesús De la Rosa” tener actitud y temas suficientes para hacernos pasar un rato entretenido y agradable con su poderoso y agresivo  metal-core. Y es que la banda supo contagiar, en todo momento, a unas entregadas primeras filas que no pararon de hacer mosh, montar “pits” y animar durante todo el show, la eléctrica movilidad de sus miembros.


Pese a su apariencia de buenos chicos, especialmente la de su vocalista, Marcus Bischoff , los chicos sembraron el caos a su paso  con temas como "Counterweight" o "Voice Over Of The Voiceless", durante la que vivimos unos de los “Wall of Deaths” más bestiales y devastadores del festival. Cabe remarcaré que aunque en un principio la gente se mostró algo fría con ellos, poco a poco las primeras filas se fueron animando, consiguiendo dar color a la actuación de la formación alemana y consiguiendo que golpes certeros y devastadores como “Endzeit” o “Land Of The Upright Ones”, acabaran convenciendo a los más reticentes.




HAMMERFALL


Con los últimos rayos del sol llegaba el momento de reencontrarnos con una de las bandas, que junto a Stratovarius o los propios Edguy, consiguieron dar esplendor y notoriedad  al power metal europeo durante la segunda mitad de la década de los noventa, Hammerfall.


Tras un largo paréntesis, en el que el quinteto ha desaparecido de la escena metálica internacional, los suecos han decidido volver a los escenario antes de la salida de su inminente nuevo trabajo “(r)Evolution”. Mucha curiosidad y expectación había levantado este sorpresivo regreso de la banda liderada por el guitarrista Oscar Dronjak, y la verdad es que la formación se mostró en un excelente estado de forma, demostrando muchísimas ganas y un gran apetito de cara a sus próximos directo, ratificando que se encuentra plenamente preparada para regresar al primer plano de la actualidad internacional.


Sin duda uno de los factores que ayudó a que la actuación del combo sueco fuera un auténtico éxito fue la acertada elección de su repertorio, centrado en gran medida, en el material de su debut de 1997 “Glory To The Brave”, un plástico que además de definir su estilo, les sirvió para entrar a formar parte de la primera división del power, concentrando una notable colección de composiciones que, aún a  día de hoy, siguen contando con el beneplácito de sus seguidores.


La encargada de abrir el tarro de las esencias ante el regocijo de los aficionados del quinteto sueco  fue el poderoso medio tiempo “Blood Bound”, extraído de su “Chapter V: Unbent, Unbowed, Unbroken”, y a partir de ese momento empezaron a caer uno tras otros clásicos del calibre de “The Dragon Lies Bleeding” o “Steel Meets Steel”.


Pese al largo parón que ha sufrido la banda, lo cierto es que la voz de Joacim Cans   sonó igual de potente que antaño, sabiendo modular su registro y dar personalidad a piezas como “Renegade”, que fue fantásticamente recibida por un público que tarareo incansablemente su pegadizo estribillo, o su himno “Hammerfall”, que convirtió el recinto en un mar de puños inundando el aire para dar  al corte esa ambientación épica y grandilocuente. Una arrolladora versión de su primerizo “Glory To The Brave”, serviría como antesala para su último single, que se ha publicado recientemente y que sirve como anticipo de su nuevo trabajo, “Bushido”, mientras que la encargada de despedir su actuación por todo lo alto ante un público completamente extasiado fue la pegadiza y coreable “Hearts On Fire”.


En definitiva, solvente y efectiva descarga del combo sueco que demostraron su plena vigencia en la actual escena internacional. Quizás la única pega que se pueda poner a una actuación realmente convincente fue que la banda se apoyó en exceso  en esos clásicos medios tiempos de marcada orientación ochentera y, sobretodo, que incomprensiblemente dejaran totalmente aparcado el excelente material de su segundo trabajo “Legacy Of Kings”.




ROTTING CHRIST


Quizás una de las actuaciones más brutales e impactantes  de esta segunda jornada del festival, junto a la de los alemanes Heaven Shall Burn, fuera la de Rottin Christ. La formación griega lleva muchos años en la brecha y se ha granjeado una excelente reputación como banda en directo, como así lo corroboran sus repetidas y numerosas apariciones en los festivales de media Europa. Siendo sinónimo de calidad y paganismo el quinteto salía a escena envuelto de ese halo de oscuridad y misticismo que siempre les ha rodeado para romper el hielo e internarnos en las profundidades del abismo con “666” y “P´unchaw Kachun- Tuta Kachun”.


Si hay algo que siempre me ha llamado la atención de la propuesta de Rotting Christ es que ellos nunca me han parecido un grupo de canciones, con esto quiero decir que lo suyo es crear esas atmosferas demoniacas y opresivas, que te sumergen en el averno haciéndote agitar la cabeza como un poseso seducido ante la eléctrica malignidad de piezas como “Athanati Este” o “Kata Ton Daimona Eaytoy”, que contó en todo momento con la entrega y el apoyo de unos seguidores que, prácticamente, abarrotaron la carpa. 


Siempre poderosos, robustos y muy concentrados los griegos se mostraron como una formación solvente y de sobradas garantías, que puede presumir de su larga trayectoria y de la comunicación y el feeling que siempre han tenido con sus seguidores. De modo que todos y cada uno de las piezas que interpretaron fueron seguidas con total pleitesía, convirtiendo temas como “Transform All Suffering Into Plagues” o la final “Societas Satanas”, en auténticas invocaciones al maligno.


En resumen, no creo que nadie se sintiera defraudado con la rotunda actuación del combo heleno, que con sus oscuras y sangrantes  composiciones y respaldados por la  increíble ambientación de las luces y los telones que presidian el escenario, consiguieron convertir el recinto donde se ubicaba la carpa en el altar de una ceremonia pagana.




VOLBEAT


La formación danesa es el claro ejemplo de cómo consolidarse en poco tiempo como una de las formaciones de referencia dentro del Viejo Continente. Aunque debo reconocer que Volbeat nunca han estado entre mis preferencias personales, resultaría ingenuo negar que la formación tiene un directo realmente explosivo y que con su trabajada mezcla de rock clásico, heavy metal y algunas pinceladas punk han conseguido hacerse con una audiencia fiel y numerosa, que les respalda y apoya convirtiendo cada una de sus presentaciones en una auténtica fiesta.


Aunque fueron muchos los que se mostraron bastante disconformes con su elección como cabezas de cartel para esta segunda jornada, lo cierto es que los daneses supieron callar bocas de la mejor manera posible, rubricando una descarga realmente antológica, a la que quizás sólo le pondría la pega de que se pareció en exceso, en cuanto a temas y ritmo, a las que nos ofrecieron recientemente liderando su propio show. Pese a ello fueron muchos los que acabaron cayendo rendidos ante la brutal accesibilidad de temas como el marchoso “Doc Holiday”, responsable de inaugurar el show, “Hallelujah Goat” o la pertinaz “Lola Montez”, con la que rubricaban un inicio realmente brillante.


Cabe remarcar que la formación danesa fue una de las pocas bandas que optaron por traerse  al Leyendas su propio diseño escénico, con lo que su actuación ganó muchísimos enteros, de hecho no faltaron algunos efectos que ayudaron a dar un mayor empaque a momentos puntuales del show como “16 Dollars” o “”Dead But Rising”. Viendo la trayectoria de Volbeat con perspectiva, no me cabe la menor duda de que el punto de inflexión en la carrera de los daneses ha sido la entrada del guitarrista Rob Caggiano (ex_Anthrax), quien ha conseguido insuflar a la banda esa orientación que tanto gusta a los amantes del metal, una tendencia que queda plasmada en cortes como “Fallen”, “The Nameless One”, o algún fragmento que la banda descargó y que según nos anunciaron formara parte de su nueva obra.


Pero evidentemente los momentos más calientes de su descarga llegaron durante el tramo final de su show, con los estribillos contagiosos y pegadizos de temas como “Radio Girl”, o el apoteósico “Still Counting”, con el que conseguían poner todo el recinto patas arriba. Con la gente apoyando intensamente la descarga del cuarteto, la banda no tuvo más remedio que regresar sobre las tablas para agradecernos nuestro apoyo con nada más, y nada menos, que cuatro bises, con los que consiguieron llevar al paroxismo a sus más fieles seguidores, firmando piezas como la incontestable “Pool Of Booze, Booze, Booze” o “The Hangman´s Body Count”.


En definitiva Volbeat dejaron en Villena una buena muestra del potencial arrollador de una banda ya plenamente consolidada dentro del circuito europeo. Si los daneses consiguen firmar un álbum a la altura de sus anteriores referencias tienen muchos números de convertirse en una de las bandas punteras de la escena durante los próximos años. Sin duda su triunfa en esta novena edición del Leyendas fue absolutamente incontestable.




WARCRY


Difícil papeleta la que se les presentaba a los asturianos Warcry teniendo que actuar justo después de la arrolladora descarga de los daneses Volbeat. Pese a ello, Víctor García y sus muchachos no parecieron para nada intimidados con semejante desafío, ya que si hay un festival en el que los asturianos se sienten como en casa, sin duda ese es el Leyendas. Para su actuación en esta novena edición Warcry se decidieron por engalanar el escenario con los mismos telones que les han acompañado durante la gira de presentación de "Inmortal", consiguiendo dar al escenario una ambientación de lo más grandilocuente y majestuosa. Además, esta no sería la única sorpresa que nos depararía su show, ya que a lo largo de sus setenta minutos, además de las canciones, cobrarían un especial protagonismo la pirotecnia y el fuego, que acompañarían los momentos más intensos y memorables de su presentación.

La histórica narración del triste desenlace del último Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, sería la encargada de ambientarnos antes de que los asturianos nos propusieran su primera acometida con un celebradísimo "La Maldición Del Templario". Seguramente el hecho de que la actuación de Volbeat se alargará más de la cuenta impidió que Warcry pudieran probar sonido adecuadamente, de modo que la primera parte del tema sonó algo tosca y embarullada, pero rápidamente, y tras la aparición de la primera fuente de fuego, la cosa mejoró notablemente. Lo que no acabó de brillar, como nos tiene acostumbrados, fue la voz de Víctor García, al que desde mi posición no se percibía con la fuerza y claridad habituales. Pese a este detalle, temas como de nuevo cuño como "Quiero Oírte" o "Venganza", sirvieron para ratificar el enorme arraigo del que gozan las nuevas  composiciones de la formación asturiana.


Muy dinámicos y concentrados, conscientes de su posición de privilegio en la edición de este año, la banda ofreció en escena unas altísimas prestaciones, especialmente el guitarrista Pablo García, quien en todo momento se mostró intenso y poderosos, alternando sus peripecias instrumentales con las del teclista Santi Novoa, dando un plus de virtuosismo y calidad a piezas como "Nuevo Mundo", consagrada ya  como una de las fijas dentro de su repertorio. Y es que la conexión entre público y banda fue realmente asombrosa, dejándonos para el recuerdo momentos memorables como "Alma De Conquistador", con unas vistosas  lenguas de fuego invadiendo la parte frontal del  escenario ante la euforia desatada de una audiencia totalmente enfervorizada.


Como viene siendo habitual en todos los conciertos de Warcry, no faltaron los comentarios cercanos y certeros de un simpático Víctor García en momentos puntuales del show, como durante la introducción de "Huelo El Miedo", ni el emocionado  recuerdo a los más veteranos en la grandiosa "La Vieja Guardia", que si bien en esta ocasión no contó con las habituales  proyecciones, sí que tuvo al fuego como principal protagonista, dando al corte una ambientación épica y grandilocuente. Pese al poco tiempo del que dispusieron en escena, Warcry no quisieron dejarse en el tintero algunos de los mejores números de su último trabajo "Inmortal", de modo que la encargada de proseguir con su descarga fue "Siempre", fantásticamente recibida y que nos acabaría abocando a "La Vida En Un Beso", seguida de la épica historia de "El Guardián De Troya", con la que nos propusieron  todo un estallido de furia y heavy metal, que se vería potenciado a su máxima expresión por la aparición de una imponente pared de fuego. Como explicó el propio Víctor para esta ocasión la banda rescató, para regocijo de todos sus incondicionales, el himno "Tu Mismo", que a la postre se acabaría convirtiendo en la antesala perfecta para un celebradísimo "Capitan Lawrence", que sería la escogida para cerrar esta  primera parte del show.


Con el público demandando intensamente la vuelta de los músicos sobre las tablas, el quinteto retomaba sus instrumentos para poner un brillante colofón a su actuación, con uno de sus himnos más emblemáticos "Hoy Gano Yo", con toda la gente cantando mientras el fuego primero y una intensa lluvia de confeti después sellaban una de las mejores descargas nacionales de esta novena edición del Leyendas. 


En resumen, sin ninguna clase de complejos, y conscientes de su estatus, Warcry optaron por un montaje ambicioso y muy atractivo visualmente, y el resultado fue una incontestable victoria. Como comentaba al principio de esta crónica, quizás el único lunar para una actuación de muchos quilates fue la voz de Víctor García, que no acabó de brillar en todo su esplendor.




UNISONIC


Tras unas largas e intensas jornadas de calor y actuaciones, la última formación foránea en hacer acto de presencia en el escenario "Jesús De La Rosa" eran los germanos Unisonic. La pareja formada por el mítico vocalista Michael Kiske y el carismático guitarrista Kai Hansen regresaba a una de sus plazas fuetes, España, para presentarnos las composiciones de su segundo trabajo "Light Of Dawn". Pese a la tardía hora de su actuación y al cansancio acumulado fueron muchos los que no quisieron perderse la oportunidad de ver juntos sobre un mismo escenario a las 2/5 partes de los clásicos Helloween.


Así, con la partida ganada de antemano y contando con la veneración y el respeto de toda la concurrencia, Unisonic saltaban a escena precedidos de la introducción que abre su último trabajo "Venite 2.0", para rápidamente embarcarnos en la pieza que da nombre a la formación "Unisonic". Aunque lamentablemente los primeros compases del show estuvieron marcados por un sonido deplorable, rápidamente la cosa mejoró, permitiéndonos disfrutar de la magnífica voz de un Michael Kiske en un buen estado de forma, por el que parece que no pasan los años vocalmente hablando, ya que físicamente su imagen dista mucho de la del espigado “rubiales” que lideraba a la banda de las  calabazas durante la segunda mitad de la década de los ochenta.


Aunque durante toda la actuación la banda sonó muy potente y compacta, sí que me pareció que ahora Unisonic son mucho más “bicéfalos”. Con esto quiero decir que mientras que en su anterior visita a nuestro país, la banda funcionaba como un colectivo cohesionado y muy unido. En esta ocasión, me dio la sensación de que tanto Kiske como Hansen acaparaban una mayor cuota de protagonismo escénico, de modo que no fueron pocas las veces en que la singular pareja ocupó el centro del escenario mientras el resto de sus compañeros permanecían en un discreto segundo plano, arremolinados en torno a la batería de Kosta Zafirou. Quizás esta situación se hizo especialmente palpable durante la interpretación de la pegadiza "Never Too Late", durante la que Kiske se colgó literalmente del hombro de Hansen para interpretar los estribillos.


Al igual que sucediera en su anterior visita junto a los roqueros Gotthard, fueron constantes las muestras de apoyo y cariño que recibieron ambos músicos, ratificando el enorme tirón que siguen conservando entre la parroquia metálica española. Con su última obra todavía caliente en los estantes de las tiendas de discos, llegaba el momento de hincarle el diente a una de sus nuevas composiciones, la elegida fue "For the Kingdom", que conseguiría desatar la euforia entre todos los presentes, ya que la pieza recuerda, y mucho, a la grandilocuencia del material clásico de las calabazas, con la voz de Kiske volando intensamente sobre esas seductoras melodías marca de la casa.


Pese a la estrecha conexión entre banda y público, lo cierto es que los alemanes en algunos momentos del show me parecieron algo fríos y distantes, en especial Kai Hansen al que note algo más estático y apagado que de costumbre, aunque esto no influyó en su forma de atacar su guitarra para  liderar  piezas como "Star Rider", o la melódica "Sanctuary". Y es que pese a no tener que hacerse cargo de las voces solistas, Kai tampoco pareció preocuparse en exceso a la hora de  apoyar en los coros, dejando que fuera su compañero a las cuatro cuerdas, Dennis Ward,  el encargado de interpretar los  del novedoso medio tiempo "Exceptional".


El retorno sobre el material de su opera prima estaría  marcado por una irregular y previsible versión de “King For A Day”, que pese a sonar muy elegante y melódica acabó haciéndose excesivamente larga, cortando el ritmo que hasta ese momento había llevado el show. Mucho más dinámica y con bastante más gancho sonó la novedosa “Throne Of The Dawn”, que se convertiría en uno de los pocos momentos en los que brilló con luz propia la guitarra de un desaparecido Mandy Meyer. 


Para encarar la recta final de su actuación Unisonic se guardaron una jugada maestra, regalándonos para la ocasión el clásico de Helloween “March Of Time”, que convirtió el recinto en un clamor ensordecedor, con la gente coreando intensamente  cada una de las estrofas del tema mientras Kiske nos dirigía como si fuera un director de orquesta. Con el vocalista soltando un pequeño “recadito” sobre el horario de las actuaciones, y  cantando a capela el estribillo de la última composición de la noche daba arranque esa tentadora  “We Rise”, que se ha convertido ya en todo un himno para los seguidores del quinteto alemán.


Pese a que los músicos habían abandonado el escenario, todos éramos conscientes de que aún faltaba algo para acabar de redondear la descarga. Así que  el premio al tesón y la insistencia de una parroquia completamente  entregada fue una espectacular versión del clásico “I Want Out”, en el que las voces de público acabaron acallando el rugido de los instrumentos, poniendo así  un fantástico  colofón  a una notable actuación del combo germano, que se retiró envuelto en una grandísima ovación. 

Aunque tras la descarga de los alemanes un servido decidio dar por finalizada esta novena edicion del Leyendas del Rock, para los que todavia tuvieran fuerzas y ganas suficientes para finiquitar la noche quedaban aun en los escenarios principales las actuaciones de los miticos BANZAI, quienes dieron un buen repaso a sus clasicos de la decada de los 80, con el guitarrista Salvador Dominguez al frente, y el proyecto de versiones de Heavy Metal de Leo Jimenez quien fue el encargado de clausurar el festival con su revisión de algunos de los clasicos más absolutos de nuestra movida. Mientras en el escenario Mark Reale los más animados todavía podrían disfrutar de la rotunda ración de thrash metal ofrecida por los catalanes Crisix. Para posteriormente dejar paso a los madrileños Asfaltika, quienes nos darian una buena muestra de su personal power metal cargado de elegancia y melodía.

En defiitiva, rotundo éxito de esta novena edicion del Leyendas, que se consolida como el punto de encuentro y reunión para todos los amantes del heavy metal en nuestro país. Y, por cierto, cuando aún no se habia clausurado la presente edición del festival, ya se conocia el primer nombre de cara a  la cita de 2015, la incombostible vocalista Doro Pesch. 


Enlace a la cronica del Viernes 8/8


TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ 


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