miércoles, 19 de octubre de 2016

CRISIX+SUICIDAL ANGELS+SKULL FIST+EVIL INVADERS-SALAMANDRA-BCN-14-OCT-2016



Simplemente imparables. En nuestro país hace ya tiempo que el nombre de los catalanes Crisix resuena cual mantra entre los seguidores del thrash metal. Sus conciertos son autenticas celebraciones  en las que la banda muestra una entrega absoluta y una comunión perfecta con sus incondicionales. Ya lo habían demostrado en los  conciertos de presentación de su tercer trabajo “From Blue To Black”, en los que tuvieron que batirse el cobre con los enmascarados  suecos Dr. Living Dead!. Pero por si alguien albergaba alguna duda sobre su potencial y su arraigo entre la parroquia nacional, Juli y sus muchachos serían los encargados de ejercer como anfitriones de los griegos  Suicidal Angels, que regresaban a nuestro país para presentar las composiciones de su nuevo trabajo “Division Of Blood”. Y es que, aunque en el resto del tour europeo las posiciones fueran diferentes, en nuestro país los igualadinos  tirarían de galones y serían los encargados de  cerrar  la velada.

Mucha energía, velocidad y, sobre todo, savia joven era lo que proponía esta nueva incursión thrashera en la Sala grande de un  Salamandra que acogió a un buen numero de seguidores que optaron por una desquiciante sesión de pogo y headbanging para dar el pistoletazo de salida al fin de semana. Como compañeros de viaje y con la misión de calentar el ambiente de cara a los platos fuertes de la noche contaríamos con la participación de dos formaciones conocidas para los asiduos del circuito de salas en la Ciudad Condal: los belgas Evil Invaders y los canadienses Skull Fist.

Ante un Salamandra  que empezaba a tomar colorido asaltaban el escenario los chicos de Evil Invaders dejando que los furiosos riffs del novedoso “As Life Slowly Fades” hicieran retumbar los cimientos del local mientras la banda se enfrascaba en  una enérgica  sesión de headbanging. Si ya en anteriores visitas el cuarteto de Leopoldsburg había dejado clara su pasión por la velocidad, lo cierto es que me sorprendió el nivel de madurez y precisión  que han alcanzado, sonando mucho más fieros y thrasheros que antaño.

Liderados por Jöe Anus, las vertiginosas carreras por el mástil se convertirían en una constante a lo largo de piezas como la demoniaca “Pulses Of Pleasure”, con la banda moviéndose frenéticamente por el escenario mientras su frontman se encaramaba sobre uno de los monitores para ofrecernos una buena colección de poses guitarreras.

La esencia del heavy metal mas tradicional quedaría plasmada a lo largo de los fraseos de “Shot To Paradise” y “Starway To Insanity” , que les servían para mantener el alto ritmo que estaban imprimiendo al show mientras seguían desgranando las composiciones de su primer largo “Pulses Of Pleasure”, con un Jöe absolutamente desatado dejándose la voz para preguntarnos si queríamos más heavy metal.

Pese a ser los encargados de abrir la velada Evil Invaders supieron conectar con la gente y mover al personal durante los treinta cinco minutos que dispusieron sobre las tablas, y la mejor prueba fue la entusiasta acogida que recibieron piezas como la primeriza  “Victim Of Sacrifice”.  Pese al amago de retirada, los belgas aún nos tendrían reservada una ultima sorpresa en forma de cover de los canadienses  Exiter, dando buena cuenta del  corrosivo “Violence & Force”, que se convertiría en la excusa perfecta para el ultimo pogo de su actuación. En definitiva, que los chicos de Evil Invaders llegaron dispuestos a reivindicarse y lo consiguieron, demostrando que pese a su juventud son una banda con tablas y mucho futuro.

Tras el habitual receso turno para los canadienses Skull Fist. Mucho movimiento se ha producido en los últimos meses dentro del seno de la formación canadiense, con el abandono y la posterior reincorporación de su líder Zach Slaughter, y el anuncio de su primer álbum en solitario. Quizás su estilo más metalero y tradicional no acabara de cuadrar con el del resto de sus compañeros de viaje, pero los que habíamos tenido ocasión de verles en directo sabíamos que los de Toronto son una bomba de relojería sobre las tablas.

Debido a los problemas de garganta de Zach, en este tour les esta acompañando Brian Stephenson (Aggressor, Beehler, Old James), y lo cierto es que aunque mostró unas buenas maneras como frontman, -recorriendo incasablemente el escenario  y alentando al personal a participar en cada uno de los temas-, su labor como vocalista no me acabó de convencer. Muchos fuimos los que no teníamos noticias sobre su incorporación a la banda, así que tras superar la sorpresa inicial nos dispusimos a disfrutar con la tormenta metalera que se desató cuando atacaron  “Mean Street Rider”, pero algo no acababa de funcionar, ya que la voz de Brian sonaba lineal y sin potencia.

Pese a ello, la respuesta de la gente fue bastante positiva dejándose imbuir del ambiente festivo y desenfadado que la banda desplego, haciéndonos cantar los fulgurantes estribillos del primerizo “Head Öf The Pack”. Desplazado de sus funciones como vocalista Zach optó por permanecer en un discreto segundo plano, aunque no dejó pasar la ocasión de ofrecernos algunas de  sus bizarras  muecas mientras se repartía con Joony Nesta los hard roqueros riffs del amenazante  “You´re Gonna Pay”.

La vuelta sobre ese heavy metal rápido e impregnado de melodía llegaría de manos de “Hour To Live”, conducido por un trepidante doble bombo que nos propulsaba sobre otro vertiginoso intercambio entre ambos hachas. Aunque, como comentaba anteriormente, no me acabó de convencer Brian como vocalista, sería en temas más marcados como “Get Fisted”, con sus compañeros arropándole en los coros,  cuando se mostró más  compacto y convincente.

Pero no todo estaba perdido y los de Toronto no se rendirían, así que  entre bromas y guiños a las primeras filas continuarían desgranando las composiciones de su segundo redondo con la propia  “Chasing The Dream”, que se convertiría  en la excusa perfecta para que todos coreáramos su hímnico estribillo; y la tormentosa “Hour To Life”. Con Zach y su guitarra ocupando el centro del escenario arrancaba “Bad For Good”, que nos permitía recuperar el aliento antes de que la banda volviera a desmelenarse con la declaración de intenciones que representaron las armonías dobladas “Sign Of The Warrior”. Tras las excelentes sensaciones que nos dejaron  en sus visitas previas, en esta ocasión, Skull Fist estuvieron muy por debajo de sus posibilidades.


El escuadrón comandado  por Nick Melissourgos  sería el  siguiente en aparecer sobre el escenario de un Salamandra que aguardaba hambriento el arranque del  tercer asalto de la velada. Con su sexto trabajo bajo el brazo “Division Of Blood” los atenienses llegaban dispuestos a ofrecernos una buena sesión de thrash metal old school,  iniciando su ofensiva en territorio catalán con las rotundas embestidas del apocalíptico "Capital Of War". Con un sonido poderoso y destilando esa rabia que siempre les ha caracterizado, las guitarras de Nick  y Gus Drax serían  el vehículo perfecto para que los pogos y los circle pits se sucedieran en una pista que rápidamente se convirtió  en un campo de batalla gracias a  los marciales redobles que introducirán  los estribillos del crujiente "División Of Blood".

No habría tiempo durante el asedio de los griegos para extensas charlas entre tema y tema, ya que el ritmo que imprimieron a su actuación fue  vertiginoso, con los músicos dándolo todo sobre las tablas mientras  las primeras filas se contagiaban de  su intensidad y actitud, tal y como quedó patente durante el monstruoso "Bloodbath", que nos dejaba la imagen de Aggelos Lelikakis aporrando las cuerdas de su bajo a la altura de los tobillos mientras la gente alentaba al cuarteto a pisar el acelerador al máximo. Fieles a su filosofía, los asesinos riffs de “Bledding Holocaust”, ratificaban su devoción por el clasicismo thrashero. Pero no fue únicamente en el aspecto musical donde los griegos demostraron su filiación, ya que tanto su  actitud como su puesta en escena bien podría haber sido la de cualquier banda thrasher de mediados de los ochenta. Y es que quizás ese fue el único lunar de su actuación, ya que pecaron de cierta falta de originalidad y de recurrir a todos los clichés clásicos dentro del género.

Una tras otra las composiciones de la banda iban cayendo sobre la audiencia como si fueran golpes letales y certeros, dejando que composiciones de su último plástico como     “Image Of The Serpent”, ocuparan un lugar preferencial dentro de su descarga. Y es que aunque el repertorio estuvo centrado en el material de “Division Of Blood”, el cuarteto no quiso dejarse en el tintero esos pasajes más densos y mosheantes que marcarían “Seed Of Evil”, que se convertiría en la primera y única referencia que se permitieron  a su anterior “Divide And Conquer”. No tardarían mucho en volver a recuperar el pulso de la velada con “Set The Cities On Fire”, con ambos guitarristas encaramados sobre los monitores mientras la gente se desgallitaba coreando su estribillo.

La vertiente más melódica de los griegos quedaría plasmada durante los desarrollos de “Frontgate” con un Nick pletórico, mirando desafiante al respetable mientras nos espetaba cada una de las estrofas al mas puro estilo Petrozza. Con la gente absolutamente desatada llegaba el momento de volver a enzarzarse en otro pogo acompañado a  “Eternally To Suffer”. Si durante la primera parte del show la banda se había dedicado a dar buena cuenta de “Division Of Blood”, para el tramo final del show se reservarían algunas de sus viejas favoritas, provocando el delirio entre sus seguidores con “Reborn In Silence”.

Como en cualquier fiesta thraserha no podía faltar el homenaje a los fans  con las desquiciantes andanadas de  “Moshing Crew”. Mientras que para rubricar su incendiaria actuación se reservarían los afiladísimos riffs de “Apolathilosis”, el tema más antiguo que interpretaron. Desbordando actitud y profesionalidad, Suicidal Angels volvieron a demostrar su calidad sobre las tablas, aunque en algunos momentos pecaron de ser un poco lineales.

No creo que para nadie significara una sorpresa que Crisix, tras conquistar nuestro país, hayan asomado la cabeza dentro del circuito internacional. Y es que a la formación catalana no le falta actitud, pegada, ni una colección de temas que son capaces de provocar un severo esguince cervical al thrasher más experimentado. Evidentemente, la ocasión era especial para la banda. No todos los días uno tiene la posibilidad de tocar en casa cerrando un tour internacional. Pero lejos de condicionar al quinteto, esta disyuntiva fue lo que les espoleó a salir a por todas, una vez más.

No lo tendrían fácil tras la lección que habían dado Suicidal Angels sobre el escenario, pero precisamente es esa chispa de originalidad que no tienen los griegos lo que les sobra a Juli y sus secuaces. Sonrientes, descarados y dispuestos a no dejar que la fiesta decayese Crisix se adueñaban del escenario para golpearnos inmisericordemente con ese estallido de rabia y  contundencia que es “Conspiranoia”, logrando que la gente se volcara con ellos desde el mismo arranque. Como siempre toda la banda rayó a un nivel superlativo, con Busi y Requena, -que lucia nuevo look-, moviéndose como si estuvieran poseídos por el escenario, mientras Dani  aporreaba las cuerdas de su bajo sin dejar de saltar ni un momento.

Mención especial merece la labor  del incombustible  Juli quien no paró de animar al personal mientras desgarraba sus cuerdas vocales y se encaramaba sobre el monitor central para animarnos  a correr en círculos durante la arrolladora  “Rise … Then  Rest”. La primera sorpresa de la noche llegaría cuando el extrovertido  frontman nos anunció el tema que han incluido en la reciente reedición de su debut “The Menace” , “Agents Of M.O.S.H.” que fue fantásticamente recibido. 

Y es que, tal y como se encargó de recalcar el propio vocalista, el repertorio de esta noche había sido confeccionado por sus seguidores a través de las redes sociales.  Así que la banda variaría el repertorio que esta descargando en este tour para dejar que trallazos como “I.Y.F.F.”, sirvieran para saciar las demandas de unos seguidores que se convirtieron en protagonistas indiscutibles de la fiesta. Como no podía ser de otra forma, no faltaría ese toque bizarro y divertido que tienen siempre sus presentaciones, con Juli ejerciendo como maestro de ceremonias para   presentarnos a Javi y Dani  durante el interludio funkero  que nos abocaría sobre  un coreadísimo “Brutal Gadget”.

El buen rollo y la camaradería existente entre las bandas quedaría patente cuando los catalanes reclamaron nuestra colaboración para felicitar al guitarrista de Skull Fist, Jonny Nesta, y dedicarle  “G.M.M. The Great Metal Motherfucker”, que nos voló la cabeza con la visceralidad de sus riffs y la implacable pegada de su base rítmica. Una nueva mirada sobre su segundo redondo con “Bring´Em To The Pit”, nos haría participes de ese deporte que ellos mismos han inventado y bautizado como “Football Of Death”. Una vez más, y cumpliendo con la tradición, los músicos se intercambiarían los instrumentos para ofrecernos un suculento medley que incluyó fragmentos de viejas favoritas de Black Sabbath, Slayer y Pantera entre otros. Pero la guinda al pastel la pondría su versión del clásico de Metallica  “Creeping Death” con miembros del resto de bandas apareciendo en escena, -alguno en ropa interior-, para montar el fin de fiesta que merecía la ocasión.

En definitiva, balance altamente positivo el que nos dejó este  asalto europeo del “Division Of Blood Tour”, que nos presentó a unos Evil Invaders poderosos y maduros. A unos Suicidal Angels en plena forma, aunque algo estancados  estilísticamente. Y, ante todo,  a unos Crisix que continúan demostrando su valía noche tras noche sobre las tablas. Como comentaba, el único pero de esta  fantástica velada fueron unos desdibujados Skull Fist que, personalmente, creo que rayaron bastante por debajo de sus posibilidades.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLES OLIVER


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