viernes, 24 de marzo de 2017

TRIVIUM+SIKTH+SHVPES-APOLO-BCN-18-MAR-2017




Poco a poco nos vamos acercando a la época de los festivales veraniegos, así que  para ir calentando motores de cara a la próxima edición del Resurrection Fest los organizadores del festival gallego nos presentaban un atractivo cartel en el que los metaleros americanos Trivium serían el principal reclamo. Hace ya bastante tiempo que los de Orlando pusieron en circulación su última obra “Silence In The Snow”, así que la formación capitaneada por el incombustible Matt Heafy nos tenía preparado un repertorio especial en el que harían especial hincapié en el material contenido en su segundo largo “Ascendancy”.

Para calentar el ambiente de una sala Apolo que acabó registrando una fantástica entrada contaríamos  con el concurso de los británicos  Sikth, quienes tras un largo silencio discográfico publicaban el pasado 2015 el Ep “Opacities”. Mientras que para abrir esta tarde noche de viernes podríamos presenciar la descarga  de los jóvenes Shvpes que desgranarían los mejores momentos de su prometedor debut “Pain.Joy.Ectasy.Despair”.


No había mucha gente en el local cuando Shvpes aparecieron en escena, pero esto no pareció importar a los de Birmingham, ya que desde que empezaran a hacer rugir sus instrumentos al ritmo de “False Teeth”, no dejaron de moverse frenéticamente sobre las tablas, consiguiendo contagiar a los más animados con su frenético metal-core impregnado de esencias noventeras  y fraseos raperos.

Para los amantes de las curiosidades, cabe remarcar que su  hiper activo frontman  es  Griffin Dickinson, hijo del mítico vocalista de Iron Maiden. Lejos del registro metalero de su progenitor, Griffin destacó por su rabiosa intensidad a la hora de atacar sus líneas vocales  y por el gran despliegue físico que ofreció en escena, corriendo incansablemente  por  el escenario mientras invitaba a la gente a botar siguiendo las acometidas contenidas en  “State Of Mine” o “Skin & Bones”.

Pese a la contundencia de sus composiciones, tampoco faltarían algunos pasajes más melódicos durante los desarrollos de "Two Minutes Of Hate”, o el atmosférico “Pain.Joy.Ectasy.Despair”, que, personalmente, fue de los que más me gustaron. También habría ocasión de formar un gran  circle pit durante “God Warrior” y la final “Shapes”, para la que Griffin descendería hasta el centro del local  para que la gente corriera en círculos a su alrededor. En definitiva, Shvpes son jóvenes, tienen actitud y unos temas con garra y pegada que consiguieron conectar con el público  en su primera visita a la Ciudad Condal.


Ante una sala bastante más concurrida aparecían sobre las tablas los también británicos Skith, quienes nos presentarían una propuesta más compleja y vanguardista, fundiendo  la rotundidad metálica con devaneos progresivos y pinceladas djent. Pese a su dilatada trayectoria y al doble ataque vocal que nos ofrecieron Mikee Goodman y Joe Rosser , temas de nuevo cuño como "Philistine Philosopies" o "Part Of The Friction" no acabaron de provocar la respuesta deseada entre unas primeras filas que parecían aletargadas. 

Afortunadamente, la dinámica del show cambiaría cuando el sexteto  imprimió un punto más de intensidad a temas como la trepidante " Flogging The Horses". De su primer largo de 2003 “The Trees Are Dead & Dried Out, Wait For Something Wild” , no faltarían la convulsa "Hold My Finger", que nos dejaba la invitación de ambos vocalistas para ponernos a botar; "Pussyfoot" o “Skies Of  Millennium Night", que les servía para mostrarnos su faceta más experimental.

Con la gente algo más animada, y tras prometernos que en breve volverían a pisar los escenarios de la capital catalana, Skith encararían la recta final de su presentación con los rotundos  riffs de "Sanguine Seas Of Bigotry" y "Bland Street Bloom", firmando una rotunda dupla extraída de su ultimo largo  "Death Of A Dead Day" (2006), que servía para rubricar una descarga que no acabó de calar entre una audiencia que se mantuvo bastante  fría y estática. 


Muchas ganas había de volver a disfrutar del directo del combo de Orlando, así que cuando las luces del local se apagaron y a través del P.A. comenzó a sonar el clásico de Iron Maiden "Run To The Hills" la euforia se desató en un Apolo prácticamente lleno en su parte inferior. Uno a uno y de forma parsimoniosa los músicos  tomarían posiciones recibiendo la cálida bienvenida de sus seguidores para, tras la introducción "The End Of Everything", ametrallarnos inmisericordemente con los salvajes riffs de  "Rain". 

Haciendo gala de su clase y sus tablas la banda conectaría rápidamente con el respetable gracias a un Matt que ejerció como líder y motor del cuarteto,  mientras Corey Beaulieu y Paolo Gregoletto reforzaban las líneas vocales de "Forsake Not The Dream”. Pese a que la banda no ha  perdido su olfato asesino en directo, lo cierto es que la voz de Matt no sonó tan visceral y potente como antaño, aunque curiosamente fueron los registros limpios los que se vieron más afectados. En cualquier caso, piezas como "Down From The Sky" y "Rise  Above The Tides", sirvieron para que la banda prosiguiera con su paseo triunfal ante una audiencia que mostró su satisfacción haciéndose cargo de los estribillos  y coreando sus pegadizas melodías de guitarra. 

Aunque a lo largo de la velada Trivium  repasarían temas de todos y cada uno de sus trabajos, lo cierto es que eché en falta algún corte  más de su tercer redondo "The Crusade", ya que la única licencia que se permitieron hacia su obra de 2006 sería una celebradísima "Entrance Of The Conflagration" . Tras recibir una de las mayores ovaciones de la noche,  el frontman recordaría algunas de sus visitas previas  a la capital catalana antes de hacernos sucumbir ante la aplastante   "The Deceived", que acabaría dejando  paso a los desarrollos más melódicos de "Dying In Your Arms".

Una vez más las primeras filas volverían a reclamar su cuota de protagonismo  al hacer suya la melodía  de "Strife", justo antes de que Matt nos invitara a  alzar los cuernos al aire para acompañar un "Dusk Dismantled" que sonó absolutamente arrollador gracias  a la pegada del nuevo fichaje de la banda, el batería Alex Bent. Aunque la velocidad fue la tónica dominante  a lo largo de todo el show, los americanos no desaprovecharían la ocasión de mostrar sus habilidades a  la hora de adentrarse en los camaleónicos desarrollos que marcarían  “Throes Of Perdition”.


La evolución que ha seguido la propuesta del cuarteto a lo largo de los años  quedaría plasmada en el tándem que conformaron " Silence In The Snow" y la corrosiva "Pillars Of Serpents", conducida por las asesinas líneas de bajo de Paolo Gregoletto. No se detendría el ataque seminal de unos Trivium que se estaban entregando a fondo, así que el momento de que todo el recinto se pusiera  a saltar llegaría con "A Gunshot To The Head  Of  Trepidation".

Pese a las críticas que ha recibido su último redondo "Silence In The Snow", el gran recibimiento que obtuvo  " Until The World Goes Cold", sirvió para ratificar que su apuesta por unos desarrollos más melódicos ha sido muy bien recibida por sus incondicionales. Para poner el punto y seguido a la velada y dejar tras de sí a una audiencia completamente extasiada optarían por otro trallazo de estirpe thrashera como es "Pull Harder On The Strings Of Your Martyr", que nos dejaba a  Matt alentando al personal a que formara un gran circle pit.

No tardarían mucho en regresar sobre las tablas acompañados de "Capsizing The Sea" para rematar definitivamente la velada con la pieza que daba título a su quinto trabajo "In Waves",  que nos hacía   agitar la cabeza frenéticamente mientras elevábamos los puños al aire para corear su imparable estribillo. Pese a que para muchos la banda ha ido perdiendo fuelle durante los últimos años, Trivium dejaron patente que saben cómo complacer a sus seguidores, y la mejor prueba fue la cerrada ovación que una entregada audiencia les tributó al final del show.



TEXTO Y FOTOS:ALFONBSO DIAZ

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