martes, 24 de abril de 2018

BLAZE BAYLEY+LUKE APPLETON-RAZZMATAZZ 3-BCN-10-ABR-2018



Dejando a un lado los gustos personales  de cada uno, resulta indiscutible que Blaze Bayley es un luchador empedernido. Pocos artistas serían capaces de afrontar con tanta actitud, entrega e ilusión una carrera posterior tras haber sido el frontman de uno de los buques insignia del heavy metal. Tal vez sus conciertos no sean multitudinarios, ni las ventas de sus discos lleguen a la décima parte de las de sus ex–compañeros. Pero, en cualquier caso,  Blaze conserva una base irreductible de fieles incondicionales. Y, aunque no son muchos, los que acuden a una de sus descargas siempre acaban repitiendo en posteriores giras. Tras habernos visitado para presentar las dos primeras partes de su obra conceptual “Infinite Entanglement”, el incombustible vocalista aterrizaba en la sala tres del Razzmatazz para ofrecernos el último capítulo de su trilogía  “The Redemption Of William Black”, escoltado por los músicos que le han acompañado en sus últimas visitas: el guitarrista Chris Appleton, el bajista Karl Schramm y el batería Martin McNee, o lo que es lo mismo las tres cuartas partes de la formación de Manchester, Absolva.

Lo primero que me gustaría destacar fue que al acceder al recinto, junto al puesto del merchandising, había una mesa en la que Blaze aguardaba dispuesto para  atender a sus seguidores, así que todo el quiso tuvo ocasión de fotografiarse con él o pedirle un autógrafo durante todo el tiempo que el encargado de abrir la velada Luke Appleton estuvo en escena. El bajista de Iced Earth y guitarrista de Absolva nos ofreció un set acústico, en el que únicamente armado con su guitarra se dedicó a repasar algunas de sus composiciones en solitario, amen de ofrecernos un par de adaptaciones de clásicos de Iced Earth.

Aunque no estaba familiarizado con la faceta como vocalista de Luke, más allá de su aportación a los coros de la formación que capitanea el carismático Jon Schaffer, debo admitir que me sorprendió la potencia, textura  y elegancia de su registro, logrando que cortes  como “The Fear Is A Lie”  y “Three Eyed Crow” se acabaran convirtiendo  en la excusa perfecta para que calentáramos nuestras gargantas de cara al plato fuerte de la noche.

Evidentemente, Luke no quiso dejar pasar la ocasión de recordarnos nuestra próxima cita estival con Iced Earth durante los prolegómenos de un coreadísimo “I Died For You”, antes de encarar la recta final de su presentación con el roquero  “Never A Good Day To Die”, que dejaría paso a otro  delicioso guiño de su banda con el dramático “Watching Over Me”. En definitiva, interesante y entretenida actuación de un Luke Appleton que sorprendió a más de uno con la intensidad y el feeling de su voz.

Evidentemente lo más fácil para Blaze Bayley sería montar un repertorio basado en su etapa al frente de la Doncella, algo que teniendo en cuenta que Harris y cía. apenas tocan temas de esa época, sin duda le serviría para poder tocar en recintos de mayor aforo. Pero si algo ha caracterizado la trayectoria del vocalista de Birmingham es la honestidad, y aunque es cierto que se permite alguna licencia al material que facturó entre 1994 y 1999 , el grueso de su repertorio se centra en sus últimas entregas. Y es que, tal y como nos comentó a lo largo de la velada el propia Blaze: necesita de nuestro apoyo y colaboración para seguir viviendo su sueño.

Pese a las reducidas dimensiones del escenario del Razzmatazz 3, la banda presentó como montaje escénico un telón de fondo y sendas pancartas laterales que reproducían la portada de su última obra. Otro detalle a destacar  fue el buen rollo y la perfecta sintonía del vocalista con sus músicos, intercambiando bromas, e incluso dejando que fueran ellos quienes se encargaran de llevar las riendas  del show durante algunos momentos. Especialmente reseñable me pareció el concurso del guitarrista Chris Appleton, quien ejerció como el perfecto escudero del frontman  desde que aparecieron en escena para inaugurar la velada con el novedoso “Redeemer”, que era la elegida para que Blaze nos pusiera a cantar por primera vez. Comandados por los poderosos redobles de  Martin McNee arrancaba “Are You Here”, mientras Blaze alzaba los brazos efusivamente para hacer que el personal rugiera intensamente. La euforia acabaría desbordándose cuando sin previo aviso la banda nos propuso el primer guiño Maiden de la noche, con un vertiginoso “Futureal”, que se convertía, con diferencia, en el tema más celebrado de estos primeros compases del show.

Tras recabar las primeras muestras de cariño de sus incondicionales, Blaze se dirigió por primera vez al respetable, de forma pausada, intentando que todos comprendiéramos sus palabras de sincero agradecimiento por nuestro apoyo, para posteriormente abalanzarse sobre “The First True Sign” y  uno de los  temas  que se ha convertido en imprescindible en todas sus giras “Silicon Messiah”, de su etapa como Blaze. Acto seguido llegaba el momento del primer recuerdo  a su anterior entrega discográfica de manos de “Dawn Of The Dead Son”, con Blaze abandonando la primera línea de fuego para dejar que fueran sus compañeros quienes ocupasen el centro del escenario para protagonizar una trepidante cabalgada. Acompañado de las palmas del respetable arrancaba “Escape Velocity”, mientras el vocalista aprovechaba para saludar efusivamente a los integrantes de las primeras filas.


Una nueva ración de contundencia instrumental y estribillos altamente coreables harían que “Fight Back” fuera cantada por gran parte del respetable antes de que  Chris se encargara de rematar el tema con su impactante solo final. El viraje hacia latitudes más melódicas llegó de manos  del envolvente “Prayers Of Light”. Mientras que para delimitar el ecuador del show el cuarteto optó  por el tema que abría  el recopilatorio “Best Of The Beast”: “Virus”.

Aprovechando la euforia que había suscitado esta segunda ración maideniana era un buen momento para invitar al personal a que se sumase al  estribillo  de “Independence”, para acto seguido adentrarnos en las sonoridades más oscuras e intrigantes de “Immortal One”. No tardarían mucho en volver a salpicar el show de salvaje intensidad metalera con “Human”, convertida en el preámbulo perfecto para que todos volviéramos a alzar nuestros puños al aire para acompañar los efectivos coros de  “Calling You Home” y “Endure And Survive”.

Para encarar la recta final del show Blaze volvió a referirse a  su etapa al frente de Iron Maiden, de la que aseguró sentirse muy orgullo, lo que provocó la aprobación del público, y más aún cuando Luke Appleton se unió a la banda como segundo guitarrista para sumarse “The Angel And The Gambler”, que sorprendió con esos nuevos arreglos que le dieron un aire más roquero y menos sofisticado; y el contundente “Man On The Edge”, que a la postre fue el único  y solitario recuerdo que se permitió al álbum que supuso su incorporación a la banda de Harris, “The X Factor”. Para poner el punto y seguido a la velada el frontman volvería a recabar nuestra colaboración para que nos sumáramos al aplastante estribillo del melódico “A Thousand Years”. No, nuestra reunión de amigos con Blaze y sus muchachos  todavía no había concluido. Así que atendiendo a las demandas de un público que pidió con insistencia más música y diversión al grito  de  “we want more”, los músicos volvieron a empuñar sus instrumentos para rematar la velada con dos composiciones rescatadas de la  primera entrega de la trilogía, la propia “Infinite Entanglement”, y la  apoteósica “Dark Energy 256”, que rubricaban una nueva demostración de actitud y autenticidad de manos de un músico pertinaz y entregado, que parece dispuesto a no tirar la toalla y a seguir batallando para obtener el reconocimiento que sin duda se merece.



TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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