domingo, 24 de marzo de 2019

LEIZE+PUERTA 104-BOVEDA-BCN-9-MAR-2019



Seguramente si alguien le hubiera dicho a unos jovencísimos Toño Rodríguez y Félix Lasa cuando dieron sus primeros pasos como Leize que casi cuatro décadas después iban a seguir recorriendo la geografía nacional con sus canciones seguramente no se lo hubieran creído. Pero lo cierto es el combo de Zestoa sigue en activo y de plena actualidad, ya que recientemente ponían en circulación su nuevo trabajo “Deriva”, que representa la continuación cuatro años después de “Cuando Te Muerden”, aunque entre medias los vascos han tenido  tiempo para  celebrar por todo lo alto el trigésimo aniversario de su debut “Devorando Las Calles”. Además de sus nuevas composiciones, la principal novedad en el seno de la formación  guipuzcoana era  la incorporación del guitarrista  Mikel Lazkano que ha cubierto la baja  que dejara Patxi Carrasco.

El enclave escogido para la puesta de largo de “Deriva” en la Ciudad Condal, -en una de las primeras fechas de su nueva gira-, fue la Sala Bóveda y para ejercer como anfitriones y encargarse de calentar el ambiente antes del desembarco del plato fuerte de la noche contaríamos con el concurso de Puerta 104, quienes aprovecharon la ocasión para presentarnos algunas de sus nuevas composiciones, amen de repasar los mejores momentos de sus dos entregas previas “Piedras” (2008) y “Mi Único Enemigo” (2013).


Desafortunadamente, y pese a que jugaban en casa, a la hora prevista para el arranque del show de Puerta 104 el ambiente en la sala era todavía algo frío. Aunque eso no pareció importar a una banda que sin perder en ningún momento la sonrisa desplegó su potente rock n´ roll salpicado de algunos toques de rock urbano que dejaban patente la influencia de bandas como Marea, Barricada o Extremoduro. Sin duda una propuesta ideal para conseguir conectar con un público que se fue animando a medida que avanzaba el show.

Haciendo gala de su veteranía y sus tablas la formación barcelonesa  se mostró de lo más sólida y compacta, sorprendiendo en el arranque a los que todavía no les conocían con el punch roquero  que imprimieron a la inicial  “Como Un Animal”. Tampoco faltaron a lo largo de su presentación esos guiños poéticos en sus letras dando un toque urbano a piezas como “Contigo”, que respaldada sobre sus potentes coros servía para que las primeras filas empezaran a dejarse oír, para posteriormente dejar paso a la animada “Dejad Que Lo Digo Yo”.

Después de haber roto el hielo con una buena representación del material de su segundo largo  “Mi Único Enemigo”, era un buen momento para que el quinteto nos presentara algunas de sus nuevas composiciones. De entre ellas una de las  que más me gustó fue la desgarradora “Una Noche En El Infierno”. El contraste entre el presente y el pasado de la formación catalana quedaría plasmado con la primeriza “Piedras Vs Balas”. Mientras que su vertiente más poética quedaría plasmada  en el sentido arranque de ese   accesible uptempo que lleva por título  “Morena”.

Con la concurrencia algo más animada los chicos de Puerta 104 encaraban la segunda mitad de su presentación dando buena cuenta  de esa flema roquera que parece directamente heredada de bandas clásicas de los noventa como Platero Y Tú, proporcionando argumentos para que los más animados no dejaran de agitar los pies siguiendo el marchoso ritmo de “Cuando Venga La Muerte”. Quedaba claro con lo visto hasta el momento que los catalanes son una banda de marcado tamiz roquero, y que su principal prioridad es dar contundencia y aplomo a las guitarras, y la mejor prueba fue  comprobar la dureza con la que sonaron temas como  “Mi Único Enemigo”.

Para encarar la recta final de su presentación la banda volvería a echar la vista atrás para rescatar una composición de su ópera prima “Contando Los Segundos”, que sirvió para que su vocalista bajara a cantar entre el público. Mientras que para finiquitar definitivamente el show se decantaron por los ritmos más acelerados y punkeros del delirante “Las Musas”. En definitiva, que Puerta 104 nos ofrecieron un buen recital de poesía urbana aderezado de esa rabia y mala leche propia del rock urbano de finales de los ochenta  y principios de los noventa.


No tuvimos que esperar mucho para que aparecieran sobre las tablas de una sala que había ido tomado color durante el intermedio de  los incombustibles Leize. La formación guipuzcoana se ha granjeado a lo largo de su longeva trayectoria el cariño y el respeto de los seguidores de la escena del rock/metal nacional. Desafortunadamente en esta ocasión el cuarteto no consiguió movilizar a tanta gente  como en anteriores citas. Aunque lo cierto es que los que decidieron acercarse a la sala Bóveda a presenciar el show vivieron intensamente el concierto, dejándose la garganta a la hora de corear  tanto las viejas favoritas   como las nuevas composiciones, poniendo así de manifiesto que su nuevo material ha calado hondo entre sus incondicionales. Y es que los temas de “Deriva” son “carne de directo”, y sinceramente creo que  están  a la altura de su material clásico, y probamente la mejor prueba fue ese arrollador arranque, -tras la introducción con la sintonía del mítico programa de tv  “ El Hombre Y La Tierra”-, con “Castigo”, uno de los trallazos más potentes y agresivos de toda su discografía, que nos dejaba a al carismático   Félix Lasa empuñando el megáfono en su parte central para provocar el delirio del respetable.

Evidentemente tras la marcha de Patxi Carrasco había muchas miradas puestas en el recién llegado  el guitarrista Mikel Lazkano, -amigo personal de la banda-,  y lo cierto es que el nuevo seis cuerdas cumplió con creces con su cometido, ya que se mostró  sólido, perfectamente integrado, y luciendo una amplia sonrisa a lo largo de toda la velada. También fueron constantes los vaciles y los gestos de complicidad  con el propio Félix, convirtiéndose en una dupla letal  a la hora de atacar temas como la también novedosa “Llévame Contigo”, que nos dejaba a Toño haciéndose cargo de sus potentes coros. Dos composiciones de nuevo cuño  habían servido para romper el hielo, y lo cierto es que funcionaron muy bien. Pero, como era de esperar, el primer momento en el que la sala se vino literalmente abajo fue cuando los más veteranos reconocieron los compases iniciales de “La Rueda”, que era la escogida para proponernos una primera incursión  en el material de “Devorando Las Calles”.

Habiendo recibido la primera gran ovación de la noche de manos de  un respetable que se había ido calentando a medida que avanzaba el show, tocaba ahora que fuera la apabullante batería de Ibi Sagarna la que se encargara de conducirnos a través de “Caminando”, que con sus características guitarras dobladas se convirtió en el representante de las composiciones que formaban parte del último trabajo que grabaron en su primera etapa “Todo Por El Suelo”. No tardaron mucho en volver a acelerar el paso, ofreciendo argumentos para que todo el personal se pusiera a botar con el puño en alto para  acompañar  “Acosándome”. Aprovechando esa estrecha conexión que la banda había conseguido crear con sus seguidores  Félix dejó momentáneamente  de lado su guitarra para encargarse únicamente de las tareas vocales durante una celebradísima “Hundiéndome En La Noche”.


Tras habernos propuesto un primer “paseo” por su discografía tocaba regresar al contenido de su undécima entrega, y para ello que mejor que ofrecernos un delicioso guiño a los maestros australianos Ac Dc durante los compases iniciales de “Mi Lugar”, que lograba que el nivel de intensidad y entrega del personal no decreciera. La identidad urbana de la banda, esa que siempre les ha servido para ganarse el cariño de sus seguidores, quedaría plasmada en otro de sus himnos imprescindibles “Sangre De Barrio”, durante cuya parte central Félix se encargó de presentarnos a los nuevos miembros de la banda.

Evidentemente tampoco quisieron dejar aparcada esta noche la desgarradora crítica social contenida en ”Futuro Para Mi”, que, con una letra que conserva su plena vigencia en nuestros días, fue la elegida para realizar una primera incursión  en el material de su segundo largo de 1989 “Buscando... Mirando”; para acto seguido  dejar paso a  “Dar El Golpe”. Un nuevo golpe de timón, en esta ocasión para adentrarnos en derroteros más melódicos, serviría como excusa para volver a incidir en  “Deriva”, dando  empaque y garra  a los pegadizos  estribillos de “Dame Tú Mano”. La conexión entre el presente y el pasado de los de  Zestoa, dejando patente que el paso del tiempo no ha variado ni su sonido ni su personalidad, llegó acompañado del derroche de actitud roquera que significó  “Pídeme”.

La última tanda de nuevas composiciones estuvo reservada para “No Me Da La Gana”, que arrancaba con la base rítmica marcando implacablemente el paso para que las guitarras acabaran introduciendo toda su intensidad metalera; para posteriormente dejar que las melodías más accesibles y los tempos  más relajados nos invitaran a transitar por los poéticos versos de “Calle 38”. Esa ambientación más relajada e intimista se mantendría durante los compases iniciales de “A Tu Lado”, aunque fue tan solo un espejismo porque el tema fue creciendo en intensidad  hasta explotar definitivamente para hacer vibrar nuevamente  al personal .

De entre las composiciones que han publicado durante esta segunda etapa, una de las que mejor funcionó esta noche  fue la implacable y crítica “Sospechoso”, que nos dejaba a una banda completamente desatada  mientras Félix nos invitaba a cantar su matador estribillo. Ese clima de euforia que se apoderó de todos los presentes no decrecería, ya que para encarar la recta final de su presentación los vascos optaron por una carta ganadora como es la propia  “Buscando... Mirando”. El bombardeo de clásicos no se detuvo ya que la elegida para poner el punto y seguido a una velada  trepidante fue la imprescindible “Muros”.

Tras una fugaz retirada que sirvió para que los fieles reclamaran con insistencia  la presencia del cuarteto sobre las tablas, Félix ,Toño, Ibi y Mikel regresaban a escena para rematar la velada por todo lo alto invitándonos por enésima vez a levantar los puños para  corear los hímnicos estribillos de “Donde Está”. Absolutamente imparables, y con las primeras filas completamente entregadas, nos acercábamos al final  con  “Devorando Las Calles”. Mientras que la despedida definitiva llegó con un celebradísimo “Su Legalidad”, tras el  que el cuarteto abandonó el escenario acompañado del cálido homenaje de unos seguidores que, como decía al inicio, vivieron intensamente la velada. Son más de treinta años en activo, defendiendo con ilusión la historia y el legado de una banda que parece estar viviendo una segunda juventud gracias al tesón de los incombustibles  Félix y Toño;  y como no de  la sabia nueva que aportan Ibi y Mikel. Eso si, para que la fiesta hubiera sido completa, creo que podrían haber  rescatado algún corte  de aquel fantástico “Loca Pasión”, ya que incomprensiblemente su cuarto trabajo  acabó convirtiéndose en el gran olvidado de la noche.


TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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