miércoles, 3 de abril de 2013

BUCKCHERRY-CONFESSIONS





Aún puedo recordar el shock que supuso para la escena rockera internacional, el apabullante debut homónimo publicado en 1999 de la banda liderada por el tatuadísimo y controvertido vocalista Joss Todd, un lanzamiento que hizo tambalear los cimientos de la siempre conservadora sociedad americana al son de aquel pegadizo "Lit up" , con su controvertido estribillo, que proclamaba abiertamente su pasión por la juerga con aquella polémica frase "I Love The cocain". No fueron pocos los medios que se apresuraron a ensalzar a los americanos como los sucesores de los mismísimos Guns n´ Roses, pero como suele suceder en muchos casos, el apabullante debut se quedó como una mera anécdota en una carrera longeva, que nunca acabo de despegar de forma definitiva, por culpa de los constantes cambios de formación, y la irregularidad a lo hora de editar sus sucesivas secuelas. Pese a todas estas circunstancias,  y a  los diferentes problemas de salud del vocalista, lo cierto es que estos, no hicieron mermar la voluntad de la banda, que consiguió volver a despuntar nuevamente con la edición de "15". Aprovechando este nuevo repunte de su popularidad, la formación americana continuó facturando trabajos que fueron recibidos con desigual acogida por parte de un público, que no siempre se mantuvo receptivo a los temas explosivos y fiesteros de Buckcherry. Han pasado ya tres años desde la edición de su anterior obra de estudio "All Night Long", y la banda  capitaneada por Joss,  y el guitarrista Keith Nelson, regresa de nuevo con "Confessions", un álbum en el que continúan su senda habitual, con trece cortes rebosantes  de buen hard rock, salpicado con algunas ráfagas de espíritu punk rock , junto a otros temas repletos de melodía, en los que bajan un poco la intensidad y el salvajismo desenfrenado de sus primeros álbumes, mostrándose algo más comedidos, accesibles  y maduros, y es que el tiempo no pasa en balde, y eso se nota a la hora de escuchar algunos cortes, en los que las guitarras acústicas ganan  terreno al desenfreno y el jolgorio, certificando  que la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo.

El álbum se abre con la contundencia y sencillez estructural de "Gluttomy", un trallazo directo en donde los americanos demuestran que siguen conservando esa capacidad innata para facturar piezas directas, llenas de gancho, altamente efectivas y repletas de rock n´ roll macarra y enganchoso, con unos estribillos machacones ideales para montar una buena fiesta en directo, gracias a ese pequeño toque punk que siempre han sabido inyectar a sus composiciones,  y al que hay que sumarle una letra controvertida e irreverente que habla sin tapujos de los excesos de la vida nocturna. Con un toque más denso, poniendo el acento en la mayor contundencia de las guitarras,  y ofreciéndonos unos estribillos más melódicos y menos punzantes, la sinuosa "Wrath"", nos muestra un poderoso contrapunto,  respaldándose  en una base rítmica muy compacta que sirve como perfecto colchón para el desarrollo de unos riffs con reminiscencias del hard rock clásico, que bebe directamente de bandas como Aerosmith, para explotar posteriormente durante el solo de guitarra , dejando paso a  unos estribillos envolventes y machacones que se ven rematados por los desesperados gritos de Joss en una segunda línea vocal.

Aunque la figura más representativa de Buckcherry, y foco principal de la banda, siempre ha sido el vocalista Joss Todd, a lo largo de los años su fiel escudero, el guitarrista Keith Nelson ha ido ganando peso y protagonismo en las composiciones de la banda, destacando sus aportaciones instrumentales, como en el caso de la guitarrera y cambiante "Nothing Left But Tears", que nos transporta desde un inicio lento e intimista hasta un pegadizo medio tiempo en el que  la tesitura de las guitarras inunda toda la canción, dándole al corte una sonoridad contemporánea y actual, volviendo a facturar otro genial estribillo muy marca de la casa. Bajando un poco la intensidad inicial,  mezclando guitarras eléctricas y acústicas los americanos nos ofrecen "The Truth"", una pieza con un aire sosegado y ligero, que incluye un cuidado trabajo en las melodías vocales, donde Joss muestra sus habilidades vocales a la hora de afrontar los temas más pausados, en un medio tiempo introspectivo que incluye un solo de guitarra clásico con reminiscencias sureñas, dando forma a un corte que en otra época habría sido un segundo single clarísimo. 

El inicio más lento y pausado de "Greed", dejara paso a unos estribillos cargados de vitalidad y actitud roquera, liderado por unas  guitarras crudas y  sucias que junto a  la subida intensidad de las voces, acabarán dando forma a un corte donde las guitarras slezzy se acabarán imponiendo sobre una base rítmica que permanecerá constante durante todo el tema.   Lejos de lo que pueda parecer tras una primera escucha, y viendo que todos los temas mantienen un patrón general bastante similar en cuanto a duración y estructura, (ninguno de los 13 cortes contenidos supera los 5 minutos de duración), lo cierto es que hay temas como "Water", en donde Buckcherry, proponen unas estructuras más variables, siendo capaces de hacer virar la composición desde un inicio lento y un poco oscuro,  hasta un hard rock poderoso liderado por una batería machacona, junto a un estribillo muy marca de la casa,  que concederá  al tema un gancho ideal para el directo,  además de conseguir mezclarlo con partes más melódicas.

Volviendo nuevamente al rock más básico y efectivo, la marchosa y envenenada "Seven Ways To Die", nos devuelve el feeling más festivo y desenfadado del quinteto, con otro estribillo brillante y  pegadizo, perfectamente  secundado por unas guitarras frescas,  en las que se puede apreciar algo de “slide”, dando   un aroma   sureño a la composición,  redondeando un tema directo, que vuelve a hacer de la sencillez virtud. Siguiendo una línea similar y ahondando en su faceta más macarra "Air" otro pieza de rock n´ roll ácido e incisiva, con una introducción muy moderna, que dejara paso a un marcado riff de guitarra, que guarda mucha similitud con los que venían incluidos en su debut, pero que se fusionara con un medio tiempo de feeling altamente roquero, que se verá marcado por unas grandes dosis de melodía, demostrando que aparté de la visceralidad implícita en muchas de sus composiciones, el quinteto americano también sabe embarcarse en piezas más melódicas y trabajadas.

"Sloth", es una balada de corte épico en la que tienen cabida las aportaciones de la sección de viento que junto con la apabullante interpretación de un inspiradísimo Joss Todd darán forma a  una composición repleta de intensidad y buen gusto, con una alta carga de emotividad, en la que  el vocalista destaca especialmente imprimiendo garra, para dejar paso a un excelso trabajo a cargo ambos guitarras,  que jugarán con la melodía llegándose a doblar en algunos momentos dando fuerza y empaque a un tema que conserva una estructura clásica y grandilocuente,  completando una de las composiciones más vibrantes y emocionantes de todo el álbum. Nuevamente la mezcolanza de guitarras eléctricas y acústicas,  vuelve a marcar el medio tiempo "Pride", sobre el que el vocalista recita la letra de forma emotiva  y emocionante, para posteriormente dejar paso a unas estrofas cantadas de forma más melódica,  que se verán arropadas por la calidez de las guitarras acústicas y una sutil melodía de teclado que apoyara en segundo plano.

La recta final del álbum viene marcada por "Envy", rock típicamente californiano que irá subiendo en intensidad, apoyándose en la densidad de las guitarras, pero que se muestra un tanto irregular y sin llegar a despuntar, ya que les ha quedado excesivamente flojo si lo comparamos con el resto del material contenido en "Confessions", una pieza un tanto previsible,  que no llega a capturar la atención del oyente en ningún momento y que transcurre sin sobresaltos. Más atractiva y dinámica resulta "Lust", con un ritmo serpenteante y muy pegadizo, con la que parecen volver a adentrarse en el rock más pegadizo y vacilón de la mano de un estribillo contagioso, lleno de fuerza y actitud,  que hace subir la intensidad del tema, haciéndolo sonar muy roquero, facturando otra composición que funcionara muy bien directo por su inmediatez y su frescura. Las guitarras acústicas y los arreglos de cuerda son las encargadas de protagonizar "Dreamin' Of You", la balada en mayúsculas del álbum, una dulce despedida para un álbum plagado de festivo y vibrante rock n roll.

Parece que poco a poco, los americanos van recuperando el crédito perdido, aunque este trabajo no creo que llegue a las cuotas de popularidad alcanzada con la edición de "15", ni tampoco,  supondrá un impacto considerable como fue su explosivo debut en 1999. Buckcherry tenían todos los números para ser una de las grandes bandas de rock del siglo XXI, pero por multitud de circunstancias y motivos,  finalmente no pudieron llegar a tan altas cotas,. En cualquier caso, Joss Todd y sus chicos,  han vuelto a demostrar que siguen siendo una gran banda de hard rock , y que todavía tienen munición suficiente para hacernos pasar un buen rato, sin duda,   actitud no les falta, aunque quizás se les podría pedir una mayor carga de energía guitarrera en algunos cortes que se han quedado un poco por debajo de la media que se puede esperar de una banda de su experiencia y longevidad.




Lista de Temas

01. Gluttony 
02. Wrath 
03. Nothing Left But Tears 
04. The Truth 
05. Greed 
06. Water 
07. Seven Ways To Die 
08. Air 
09. Sloth 
10. Pride 
11. Envy 
12. Lust
13. Dreamin' Of You





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