domingo, 21 de febrero de 2016

MACHINE HEAD-RAZZMATAZZ-BCN-12-FEB-2016



Como un soplo de aire fresco, así irrumpieron Machine Head con aquel mítico “Burn My Eyes” en  una escena thrash que empezaba a mostrar claros síntomas de agotamiento. Sin duda una de las claves del rápido auge de los Oakland fue su gira con los maestros Slayer, lo que les permitió darse a conocer ante grandes audiencias, y que tan solo unos meses después pudieran regresar al viejo continente liderando su propio tour. Más de dos década han pasado desde entonces, y por el camino no solo se han quedado piezas claves de aquella primera formación, como el batería Chris Kontos, el guitarrista Logan Mader, o el bajista Adam Duce, sino también una retahíla de himnos para todos los seguidores del thrash metal. Pero el paso del tiempo  ha sido testigo de como la formación capitaneada por Robb Flynn ha ido definiendo su propia personalidad hasta convertirse en una banda mucho más afín a los gustos de las nuevas generaciones.

Entre comentarios y chascarrillos varios sobre todo lo acontecido en el Dimebash 2016, una larga cola aguardaba impaciente a que  la sala grande del Razzmatazz abriera sus puertas. El formato escogido para  la ocasión, "An Evening With", nos hacia presagiar un show largo e intenso, en el que Flynn y sus secuaces repasarían su prolífica producción discográfica. Desafortunadamente, no fue así, ya que el repertorio escogido se centró principalmente en su etapa más reciente, dejando unas contadas alusiones a su material más clásico.

Con algo de retraso sobre el horario inicialmente previsto, la gente ingresaba en el recinto para tomar posiciones frente al escenario. Con un set  muy similar al de su última visita, con múltiples banderolas de color rojo y negro, que contenían  el logo de la banda, y con la altísima tarima de la batería de Dave McClain presidiendo el local, todo parecía preparado para que la banda saliera a escena para ratificar su excelente estado de forma. Haciendo gala de un cuidadísimo juego de luces y respaldados sobre un volumen atronador el cuarteto aparecía en escena al ritmo de “Imperium”, desatando la euforia entre una audiencia fiel y entregada, que conectó inmediatamente con sus héroes. Aunque durante los primeros compases del show me dio la sensación de que Robb estaba algo ronco, lo cierto es que se fue entonando a medida que avanzaba el tema de apertura, alcanzando su habitual registro a lo largo del segundo corte de la noche, “Beautiful Mourning”.

Si ya en su anterior visita el bajista Jared MacEachern tuvo un papel muy destacado, en esta ocasión, con más rodaje y plenamente compenetrado con sus compañeros se mostró como una bestia desatada sobre las tablas, castigando intensamente sus cervicales mientras golpeaba incansablemente las cuerdas de su instrumento durante “Now We Die”. Impresionante, con tan solo tres temas Machine Head habían conseguido meterse a la audiencia en el bolsillo, pero lo mejor todavía estaba por llegar. Con el respetable coreando intensamente el clásico cantico de “oe,oe,oe”, el incombustible  frontman nos anunciaba un nuevo recuerdo hacia el plástico que marcó el debut de su socio a la seis cuerdas, Phil Demmel, “Through The Ashes Of Empire”, del que nos ofrecieron un descomunal “Bite The Bullet”, que hacia que el escenario se tiñería de luces verdes y lilas. Y es que la compenetración entre la dupla Flynn/Demmel fue verdaderamente impecable, con ambos “hachas” repartiéndose el protagonismo a la hora de los solos, y sin dejar de lado esas melodías dobladas, marca de la casa, que sirvieron para dar un toque épico y grandilocuente  a muchos momentos del show.

Menos charlatanes que en anteriores ocasiones, Robb y sus muchachos parecían decididos  a aprovechar al máximo la velada. Así que tras una tensa pausa era Phil el encargado de quedarse “solo ante el peligro” para adentrarnos en los oscuros desarrollos que servirían como preámbulo para  “Locust”, cuya melodía central fue tarareada por todos los presentes mientras hacían acto de presencia los primeros surfers de la noche. Con la gente coreando aquello de “Machine Fucking Head” llegaba el momento de hacer su primera incursión en el material que facturaron durante la década de los noventa, siendo la elegida “From This Day”, que nos retrotraía a su etapa más nu-metalera junto al  guitarrista Ahrue Luster . Aún más atrás en el tiempo nos conduciría el aplastante “Ten Ton Hammer”, catapultado por esa implacable base rítmica mientras sus penetrantes riffs nos hacían agitar violentamente la cabeza.

Si durante el tema anterior ya habían conseguido hacer que toda la audiencia  levantará los puños, la euforia volvería a desatarse  cuando el líder del cuarteto  anunció que a continuación le tocaba el turno a una de las rápidas: “This Is The End”, que volvía a encauzar el show hacia el material de sus ultimas entregas, con un Flynn absolutamente desatado en su papel como frontman. Sin abandonar los temas contenidos en su penúltimo trabajo “Unto The Locust” y precedido por un largo speech, -en el que Robb recordó, acompañado de su acústica,  su primera visita a nuestro país como teloneros de Slayer-, el cuarteto atacaría con absoluta convicción uno de los temas más intensos y desgarradores de la velada, “Darkness Within”.  

Mientras el resto de sus compañeros se perdían entre bambalinas, Dave McClain aprovecharía para dejarnos una buena muestra de su versatilidad y potencia en un abrumador solo que hizo que retumbaran los cimientos del local. El retorno de la banda estaría marcado por la irascible “Bulldozer”, que conseguía exaltar al publico antes de aplastarnos con su demoledor tramo final. Varios fueron los momentos en los que los americanos escenificaron una comunión perfecta con sus seguidores, y sin duda uno de los más vibrantes  llegaría cuando Robb pidió un gran circle-pit para acompañar “Killer & Kings”. Aprovechando el nivel de excitación de una parroquia  completamente desatada llegaba el turno de uno de los platos fuertes de la noche,  el mítico “Davidian”, que hacia que la sala se viniera literalmente abajo antes de que el cuarteto desapareciera del escenario por primera vez.

Nuevamente armado con su guitarra acústica el carismático frontman regresaría a la carga con la tortuosa pieza que cerraba “Through The Ashes Of Empires”, “Descend The Shadows Of Night”, que fue la elegida para ponernos a  mover los brazos de izquierda a derecha. Tampoco faltarían los pasajes más tenebrosos e introspectivos contenidos en piezas como  “Now I Lay Thee Down”, o “Take Me Through The Fire” con Robb alternando registros limpios y desgarradores rugidos cargados de rabia y frustración.

Tras dos horas largas de show, el sprint final se abriría con un nuevo  guiño  a “The Blackening”, de manos de “Aesthetics Of Hate”, que acabaría abocándonos sobre el arrollador riff de  “Game Over”, dejándonos la imagen de ambos “hachas” posicionados frente a frente para  batirse en un intenso duelo solista. El penúltimo trallazo que los americanos nos tenían preparado seria un apoteósico “Old”, que fue coreado como un autentico himno, con todos los presentes alzando los puños al aire para gritar su matador estribillo. La despedida definitiva llegaría con “Halo”, acompañado de unas altísimas columnas de humo y de una abundante lluvia de confeti.

Tras el concierto los miembros de la banda aun permanecerían en escena durante varios minutos, saludando a sus seguidores y dándose un merecido baño de masas. Aunque la respuesta del respetable fue verdaderamente descomunal, como veterano seguidor de Machine Head, no puedo dejar de recriminarles que tan sólo incluyeran en un repertorio tan extenso cuatro composiciones de sus tres primeros trabajos, dejándose en el tintero piezas como “None But My Own”, “Take My Scars”, “Desire To Fire”… 




TEXTO:ALFONSO DIAZ

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