lunes, 7 de noviembre de 2016

ALTER BRIDGE+LIVING COLOUR+LIKE A STORM-RAZZMATAZZ-BCN-5-NOV-2016



Myles Kennedy y Mark Tremonti forman uno de los tándems más productivos de los últimos años. Un vocalista carismático y un guitarrista técnico y versátil resultan los ingredientes idóneos para que Alter Bridge se hayan convertido en una de las bandas más exitosas de la última década. Desde que la banda debutara con “One Day Remains”, su carrera ha seguido una clara línea ascendente, sin importar los trabajos en solitario de Tremonti, ni la colaboración  del vocalista con el mítico Slash. Tras facturar  en 2013 “Fortress”, el que para muchos es su mejor obra hasta la fecha, el cuarteto de Orlando ponía en circulación el pasado mes de octubre  su último trabajo “The Last Hero”.

Al igual que ya sucediera en su última visita a la capital catalana la banda volvería a repetir en la sala grande de un Razzmatazz que presentó una muy buena entrada. Pero no serían Alter Bridge el único reclamo de esta noche de sábado, ya que para abrir la velada contaríamos con el concurso de la banda de los hermanos Brooks, Like A Storm. Para redondear un cartel de auténtica enjundia contaríamos con el concurso de una banda mítica e  imprescindible para comprender la fusión entre el funk y el metal: Living Colour.

Por si alguien albergaba alguna duda sobre el poder de convocatoria de Tremonti y sus muchachos, la respuesta la encontraría al aproximarse a la sala y contemplar la larguísima cola que rodeaba el recinto. Un ambiente de gala, una sala animada  y una banda emergente y con ganas de darse a conocer serían los alicientes que marcarían la descarga de los encargados de dar el pistoletazo de salida  a la velada: Like A Storm.

Lamentablemente a causa de la cola y los registros de seguridad cuando conseguimos acceder al recinto la actuación del cuarteto neozelandés ya había comenzado. Con un sonido algo embarullado pero haciendo uso de varios elementos escénicos,- unas altas columnas de humo y un cuidado juego de luces-,  el cuarteto  de Auckland no tuvo ningún tipo de problema para conectar con las primeras filas gracias a la entrega de Chris, quien además de mostrarse como un frontman resolutivo, se encargó de las rítmicas en algunos temas e, incluso, se atrevió a tocar el didgeridoo en temas como “Become The Enemy” o la final “Love The Way You Hate Me”.

Pero no sería el vocalista el único que se encargaría de amenizar la presentación, ya que sus hermanos tampoco pararon de animar al respetable durante todo el show.  Pese a que la propuesta de los neozelandeses podría encuadrarse dentro del metal alternativo, lo cierto es que a lo largo de su descarga no faltarían los aromas sureños en el medio tiempo “Wish You Hell”. 

El momento más vibrante de su presentación llegaría con su versión del “T.N.T.” de los australianos AC DC, que serviría como excusa para que Chris abandonara el escenario y se encaramara a la valla de seguridad para alentar a las primeras filas a que corearan el estribillo.

En definitiva que Like A Storm cumplieron a la perfección con su cometido: calentar al personal y amenizar la espera de cara a los platos fuertes de la noche.


Parecía que no íbamos a tener ocasión de ver a Living Colour en acción este año  tras suspender sus apariciones en la gira junto al británico  Glenn Hughes. Pero, afortunadamente, Vernon Reid y sus muchachos se las han ingeniado para regresar al viejo continente y reencontrarse con sus seguidores. No tenían nuevo trabajo que presentar, ya que según apuntan los rumores “Shade” no verá la luz hasta principios del próximo año, pero lo cierto es que no éramos pocos los que estábamos expectantes por volver a experimentar su espectacular directo.

Nunca fueron una banda fácil, y menos en su época. Su estilo ecléctico, personal  e inclasificable, les hacía únicos e irrepetibles. Con ellos no había término medio: o los amabas o los odiabas. Ahora, con el paso de los años, esas barreras parecen haber caído y la banda se ha convertido en un referente obligado para toda una generación de músicos que apuestan por la fusión y el mestizaje musical.

Ataviados con ese toque excéntrico y colorista, la formación tomaba el escenario del Razzmatazz para agitarnos  al ritmo del demoledor “Middle Man”, que nos dejaba a un Corey Glover pletórico, impresionante como vocalista y perfecto en su papel de animador. El otro pilar en el que se sustentó  la descarga del combo americano fue el incombustible Vernon Reid, quien desde su esquinita no dejó de asombrarnos con su dominio de las seis cuerdas, atacando de forma brillante temas como el crudo “Desperate People”, que les servía para rubricar una fantástica dupla inicial rescatada  del primerizo “Vivid”.

Con la gente muy metida en el show la banda continuaría el repaso sobre su material clásico dejando que el omnipresente bajo de Doug Wimbish se encargara de adentrarnos en el delirante “Ignorace Is Bliss”, que se aceleraba progresivamente hasta hacernos mover la cabeza en su rotunda recta final. Siempre imprevisibles, los neoyorquinos tras volarnos la cabeza con un  desternillante “Funny Vibe” nos sorprenderían son dos covers. El primero sería el melódico medio tiempo “Who Shat Ya?”, con Wimbish encargándose de dar la replica en las voces a Glover. Mientras que el segundo haría que toda la sala se animara a cantar el conocido estribillo del “In Bloom” de Nirvana.

Para abordar la recta final de su breve presentación volverían a centrarse en sus propias composiciones, dejando que la guitarra de Reid se encargara de colorear con pinceladas de reggae la dupla compuesta por “Type” y “Time´s Up”, que eran las elegidas como representantes de su segundo trabajo de 1990. El final, como no podía ser de otra forma, estaría reservado para la pieza que abría su prometedor debut a finales de la década de los ochenta, un potente  “Cult Of Personality” que hacía que todo el mundo se pusiera a saltar coreando su estribillo.

Corta, muy corta, se nos hizo la presentación del combo neoyorquino, y más si tenemos en cuenta que tocaron dos versiones, algo incomprensible si pensamos que muchos de los presentes anhelábamos escuchar algunos de sus himnos clásicos. Pero ya se sabe Reid y sus muchachos nunca fueron una banda al uso. En cualquier caso, gran descarga de unos Living Colour que esperemos no tarden en regresar para presentar nuevas composiciones.

Tras degustar la actuación de Living Colour, una sala con las dos plantas abiertas y concurridas apuraba la espera antes del desembarco de Alter Bridge. Los de Orlando quizás no lleven la parafernalia que usan otras  bandas yankees, ya que su afán por  conceder el   máximo protagonismo a las canciones resulta incuestionable. Quizás por ello la puesta en escena fuera sobria, -sin ninguna clase de escenografía, salvo un telón de fondo-. Poniendo toda la carne en el asador, y con Kennedy ocupando el lateral derecho del escenario, las guitarras empezaban a sonar para descubrirnos “The Writing On The Wall”, que hacía que la gente explotara mientras el vocalista se encargaba de  dibujar el solo del tema sobre su guitarra. Mientras una efusiva audiencia les daba la bienvenida, el frontman se posicionaría en el centro del escenario para desgranar las densas ambientaciones de “Come To Life”, que nos dejaba a  Tremonti respaldándole  en las tareas vocales. No abandonarían el material de su segundo trabajo, “Blackbird”, ya que la encargada de proseguir con el show sería “Before Tomorrow Comes”, que rebajaba los ánimos tras un arranque fulgurante dejando que Kennedy desplegara todos los matices de su elegante voz.

Con tan solo tres temas los americanos habían conseguido rendir a una audiencia que se mostró completamente entregada durante todo el show, tal y como demostró la respuesta que obtuvo Kennedy cuando nos invitó a acompañar con palmas el arranque de “Ghost Of Days Gone By”, que suponía el primer recuerdo a su “AB III”. La base rítmica se tornaría más contundente y rabiosa para dar empaque a “Addicted To Pain”, que hacía que la velada volviera a recobrar toda la intensidad que había marcado los primeros compases del show. En perfecta comunión con sus seguidores la banda seguiría pisando el acelerador durante el arranque de “Cry Of Achilles”, para después abrazarnos con sus vigorosas melodías.

Esa facilidad del combo americano para facturar composiciones  con gancho, y potencial para convertirse en singles, quedaría plasmada a lo largo de la novedosa “My Champion” que, viendo la reacción del respetable, ponía de manifiesto la excelente acogida que ha tenido su último redondo. Tras un cambio de guitarra Tremonti sacaría de su instrumento  los tortuosos riffs de “Farther Than The Sun” que se empastarían con la línea melódica de un Kennedy que se mostró en un fantástico estado de forma. Y es que seguramente eso que hace tan atractiva la propuesta de Alter Bridge sea la variedad de su material. Así que el momento de que la intensidad se adueñara del recinto llegaría con las oscuras ambientaciones de “The Other Side”.

El ecuador del show estaría marcado por la camaleónica “Waters Rising”, que era la escogida para que Tremonti asumiera todo el protagonismo al encargarse de las líneas vocales, dejando que Kennedy se le sumara a la hora de atacar su potente estribillo. Mientras la gente coreaba el nombre del guitarrista, el cuarteto  se preparaba para proponernos una nueva mirada sobre “The Last Hero” con  “Crows On A Wire”, que conseguía poner a todo el personal  a botar. No nos darían tregua, ya que la siguiente en sonar  sería “Ties That Bind”, que nos noqueaba con la rotundidad de su base rítmica y la compenetración entre Kennedy y Tremonti.


Para poner el contrapunto a tanta garra roquera nos propondrían  las sonoridades más accesibles de la emotiva “You Will Be Remembered”. Pero sin duda uno de los momentos álgidos del show   fue cuando Kennedy se quedó solo en escena para empuñar su guitarra y regalarnos la candidez de “Watch Over You”. No abandonarían el material de su segundo trabajo, dejando que la fuerza hard roquera  retorna con “Rise Today” y la marchosa “Poison In My Veins”, que tocaban esta noche por primera vez en directo.

Encarando en la recta final del concierto nos enfrentaríamos a las hipnóticas ambientaciones de “Blackbird”, que fue rematada por una soberbia  interpretación de Kennedy. Dejando su guitarra a un lado, el vocalista nos presentaría a  sus compañeros antes de hacer que la sala se viniera abajo con uno de sus temas más emblemáticos, “Metalingus”, que ponía el punto y seguido a la velada.

Para dar el pistoletazo de salida al encore el cuarteto de Orlando optaría por una pieza de nuevo cuño “Show Me A Leader”, que fue  recibida con algarabía por una audiencia que no dudó en cantar su melodía para dar la réplica a Kennedy. La rúbrica para una actuación redonda,- en la que los americanos demostraron que son una formación que todavía tiene mucho que decir-, estaría reservada para una grandiosa “Isolation”.

Sin necesidad de apoyarse  en faraónicas producciones ni recurrir a fuegos de artificio, Alter Bridge volvieron a demostrar a su paso por la Ciudad Condal  que son una banda con un directo arrollador.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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