miércoles, 30 de noviembre de 2016

LACUNA COIL+FOREVER STILL+GENUS ORDINIS DEI-RAZZMATAZZ 2-BCN-24-NOV-2016



“Delirium”, el octavo trabajo de Lacuna Coil  ha supuesto el inicio de una nueva etapa para el combo milanés. Tras mantener durante muchos años una formación estable, el nuevo trabajo de los italianos ha sido el primero que han  facturado  sin la aportación  de los guitarristas Cristiano “Pizza” Migliore y Marco “Baus”  Biazzi,  y el   batería Cristiano Mozzati. Quizás por ello sus nuevas composiciones sean más potentes y vanguardistas, desmarcándose de los tintes góticos que impregnaron  sus primeras entregas para seguir avanzando en su particular  evolución y profundizando en unas sonoridades más crudas y cercanas a las bandas que triunfan al otro lado del Atlántico.

Asiduos habituales de nuestros escenarios Lacuna Coil siempre han gozado de una  conexión especial con el público catalán, así que de cara a esta nueva visita el quinteto convertiría la sala mediana del Razzmatazz en su particular sanatorio mental, transformando  el recinto en el marco ideal para presentar las desgarradoras historias de su último trabajo. Pero no llegaban solos los milaneses  a su reencuentro con la audiencia barcelonesa, ya que para acompañarles y calentar el ambiente contarían con el concurso de sus compatriotas Genus Ordinis Dei y los daneses Forever Still, que nos presentarían las composiciones de su primer largo “Tied Down”.

Aunque para algunos podría parecer un tanto sorpresiva la elección de Genus Ordinis Dei para ser los encargados de abrir la velada, lo cierto es que el cuarteto   guarda una estrecha relación con los protagonistas de la noche,  ya que el bajista Marco Coti Zeleti fue quien se encargó de producir su último EP, y, además,  la propia Cristina  Scabbia ha colaborado en su nuevo trabajo “Great Olden Dynasty”, que  saldrá  a la venta a principios del próximo año.

Teniendo en cuenta  la tripleta de bandas  que conformaban el cartel de esta noche parecía claro que los de Cremona encarnarían la propuesta  más potente y agresiva de la velada gracias a su ecléctica propuesta, en la que fundirían la solidez del death metal sinfónico con algunas pinceladas “core”, que concedieron a su sonido un enfoque más moderno y vanguardista. Lo primero que llamó nuestra atención cuando los músicos aparecieron en escena fue el ensordecedor volumen con el que atacaron la inicial “You Die”. Afortunadamente, poco a poco, los controles se fueron normalizando para permitirnos disfrutar en todo su esplendor de la magnificencia metalera  que desplegaron durante  “Embracing The Earth”.

Durante su show los italianos nos ofrecieron un fugaz recorrido por los mejores momentos de su trayectoria, aunque centraron su objetivo en los temas que formaran parte de su nuevo trabajo. De modo que a lo largo de su escueta presentación aprovecharían para calibrar  el potencial de su nuevo single   “Halls Of Human Delights”, que nos volaba la cabeza combinando  la rotundidad de sus riffs y la majestuosidad de sus teclados pregrabados. Y es que, precisamente, ese  fue el mayor hándicap de la actuación de Genus Ordinis Dei, ya que creo que abusaron de las orquestaciones y los efectos pregrabados.

Pese a ello, la banda dejó unas buenas impresiones  entre la audiencia de la capital catalana, y la mejor prueba fue la excelente acogida  que obtuvieron piezas   como “Flemish” o “Red Snake”. Sin duda su rotunda puesta escena, la descomunal potencia de sus riffs  y las buenas formas de su frontman , Niccolò Cadregari, acabaron siendo claves para que el cuarteto abandonara el escenario acompañado de una calurosa ovación tras   ofrecernos los desarrollos épicos de “Roots And Idols Of Cement”.

Tras una corta pausa  los siguientes en aparecer en escena serían Forever Still. La formación capitaneada por la vocalista Maja Shining y el bajista Mikkel Hasstrup ponía en circulación a principios de año  su primer largo “Tied Down”, en el que recopilaban algunas de las mejores composiciones recogidas en la  trilogía de Eps que conformaron “Breaking Free” (2013),  “Scars” (2014) y “Save Me” (2015).  A diferencia de lo que sucediera con los encargados de abrir la velada, la propuesta del combo danés transcurriría por derroteros más melódicos, aunque la potencia de las guitarras de Maja Partsch quedaría plasmada a lo largo de  “The Last Day”, que era la escogida para romper el hielo.

Pese a que su propuesta no destacó precisamente por su originalidad, lo cierto es que Forever Still supieron fusionar  los elementos electrónicos y la vivacidad roquera en temas como el marchoso “Awake The Wire”. La encargada de adentrarnos en sonoridades más oscurad y atmosféricas sería “Miss Madness”, en la que destacaría el concurso de  Maja que, aferrada a las agarraderas de su  original pie de micro, nos ofreció una desgarradora interpretación.

El contraste llegaría con la explosión de rabia y agresividad que supuso  “Fight”, que nos dejaba a  la vocalista agitándose frenéticamente para acabar contagiando a una audiencia que hasta ese momento se había mantenido bastante distante con ellos. Mucho más densa  y con aromas alternativos sonaría la camaleónica “Once Upon A Nightmare”, que nos mecía con la musicalidad de sus estribillos para machacarnos posteriormente en un vibrante in-crescendo final.

Nuevamente los elementos electrónicos volverían a dejarse sentir con fuerza durante los trepidantes desarrollos de “Breathe In”,  para acto seguido adentrarnos en tesituras más sosegadas y melancólicas del emotivo “Save Me”.  El último asalto de la descarga de los daneses estaría reservado para los hirientes guitarrazos que marcarían “Scars”, que servía como perfecto resumen para su propuesta, intercalando estribillos luminosos y guitarras potentes y de marcada orientación alternativa.

Dejando a un lado las preferencias personales de cada uno, lo cierto es que “Delirium” pasa por ser  uno de los discos más potentes y agresivos que han facturado Lacuna Coil durante toda su longeva carrera. Quizás su éxito en los States ha sido clave para que la banda se haya decidido a dar  una nueva orientación a su sonido,  apostando por unas guitarras más crudas y descarnadas, -siguiendo la senda trazada por bandas como Korn-, aunque sin renunciar a  esa química tan especial que crean en directo Cristina Scabbia y Andrea Ferro.

Ante una sala expectante las luces se apagaban para dejar que la oscuridad se adueñara del recinto mientras a través del P.A. sonaba una tétrica introducción. Portando una luz aparecía en escena Cristina y tras ella el resto de sus compañeros para dar el pistoletazo de salida con la novedosa “Ultima Ratio”, que nos presentaba a una banda perfectamente uniformada, -ataviada  con sus camisas de fuerza-, y con ambos vocalista intercambiándose las líneas vocales en primera línea mientras el resto de sus compañeros, -luciendo unos extraños maquillajes-, permanecían detrás del enrejado que serviría como set escénico para el show. Tras recibir la primera ovación de la noche el show proseguiría con el primer y único recuerdo que se permitieron a su “Shallow Life” de 2009, del que rescatarían “Spellbound”, provocando la explosión de euforia de una audiencia que se dejó arrastrar por las invitaciones  de una Cristina que rápidamente se haría con las riendas del show.

 Y es que, a diferencia de lo que sucediera en anteriores visitas,  la vocalista fue quien se encargó de la mayoría de las presentaciones, tal y como sucedió durante el speech que sirvió como preámbulo  de la corrosiva “Die & Rise”, que nos ponía a todos a botas mientras nos hacia vibrar con el contraste entre la rotundidad de Andrea y la elegancia de Cristina.  Pero sin duda el primer punto culminante de la velada  llegaría cuando la vocalista nos preguntó si recordábamos  “Heaven´s A Lie”, provocando la locura en la pista al proponernos el primer recuerdo a la época de “Comalies”.

Con Andrea habiéndose desembarazado  de su camisa de fuerza era  el momento de ofrecernos una nueva muestra du su último redondo. De modo que los elementos electrónicos serían los encargados de adentrarnos en la  tortuosa “Blood, Tears, Dust”, con Cristina posicionándose tras la rejas para dejar que fuera su socio en las tareas vocales quien se encargara  de llevar las riendas  del tema con sus rotundos guturales. No abandonarían el material de “Delirium”, ni las guitarras asincopadas durante los primeros compases de “Ghost In The Mist”, para acabar mezclando de forma magistral potencia y melodía.

Una nueva mirada retrospectiva sobre el material de su primera etapa nos abocaría sobre las envolventes ambientaciones de “The Ghost Woman And The Hunter”, con una Cristina pletórica, transmitiendo intensidad y dramatismo para firmar una soberbia interpretación. La elegida para que todo el mundo volviera a botar intensamente sería la pieza que abría su “Dark Adrenaline”, “Trip The Darkness”, que nos dejaba al respetable coreando el estribillo siguiendo las indicaciones de Cristina. El idilio entre la banda y sus seguidores no se rompería gracias a la intensidad melódica que desplegaron durante la  intrigante “Downfall”.

La puesta en escena más impactante de todo el show estaría reservada para  la desquiciante “You Love Me ´Cause I Hate You”, que nos dejaba la sobrecogedora  estampa de una Cristina dominadora acariciando delicadamente la cabellera de un Andrea arrodillado a sus pies. Tras recibir una de las mayores ovaciones de la noche llegaba el momento de ponernos a todos a saltar siguiendo las arábigas melodías que marcarían “Our Truth”, que fue coreada con autentica devoción por una audiencia completamente entregada. No bajarían el nivel de intensidad y la encargada de adentrarnos en la recta final del show seria su versión del clásico de Depeche Mode “Enjoy The Silence”. Mientras que la elegida para poner el punto y seguido a la velada sería  una coreadísima “Nothing Stands In Our Way”.

No tardarían mucho en retornar sobre las tablas y colocarse tras el enrejado para descargar la pieza que presta título a su ultima entrega “Delirium”, que fue acogida con algo de frialdad por el respetable. Sin embargo, los ánimos volverían a caldearse cuando la vocalista nos anunció “Zombies”, que hacia que la sala se viniera abajo mientras Cristina bailaba como si estuviera poseída. El fin de fiesta, y de este tour europeo, -según nos anunció la propia vocalista-, estaría reservado para otra pieza de nuevo cuño la abrumadora “The House Of Shame”, que nos dejaba los registros más agresivos de un desatado Andrea y las altísimas notas  de una Cristina que se mostró exultante y pletórica durante todo el show.

Un sonido sólido y compacto, una trabajada  puesta en escena y un repertorio centrado en sus últimos lanzamientos fue que los que nos ofrecieron Lacuna Coil a su paso por la Ciudad Condal. Pocas objeciones  se puede poner al arrollador directo de  una banda que no para de evolucionar y moldear su propuesta disco a disco. Aunque, seguramente, entre sus fans más veteranos hubo quienes echaron en falta más temas de su primera etapa, y más cuando su show no sobrepasó los 80 minutos.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER




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