sábado, 12 de noviembre de 2016

ENSLAVED+NE OBLIVISCARIS+OCEANS OF SLUMBER-RAZZMATAZZ 2-BCN-30-OCT-2016



Referentes indiscutibles de la escena extrema internacional, Enslaved siempre fueron de aquellas formaciones que prefirieron marcar el camino. Analizando con detenimiento su longeva trayectoria uno puede apreciar que el combo liderado por Grutle Kjellson y Ivar Bjornson siempre ha apostado por la innovación, introduciendo diferentes elementos en su propuesta, aunque sin perder la esencia de su sonido. Con su última obra “In Times” ya muy rodada la formación de Haugesund arribaba a la Ciudad Condal para celebrar junto a sus seguidores  su vigésimo quinto aniversario. El enclave escogido fue la sala dos del Razzmatazz,  y como invitados de excepción para tan señalada efeméride los noruegos contarían  con el concurso  de Oceans Of Slumber  y Ne Obliviscaris.

Difícil tarea sería definir el estilo de Oceans Of Slumber, ya que su amplio  espectro musical abarca: las atmosferas doom, los desarrollos jazzísticos y los elementos progresivos; todo ello aderezado con unas buenas dosis de virtuosismo instrumental y rematado por la dualidad de registros que marcan el guitarrita Sean Gary y la vocalista Cammie Gilbert, que nos cautivó a todos con sus insuperables interpretaciones.

Acompañados de una introducción bucólica la formación se posicionaba sobre las tablas dejando que unos delicados arpegios de guitarra se encargaran de acunar los registros líricos de Cammie. No tardarían mucho en sumarse el resto de sus compañeros  para adentrarnos a través de la  melancólica  ”Winter”, que acabaría virando hacia derroteros más intensos gracias a la crudeza de sus guitarras. Y es que la propuesta de Oceans Of Slumber fue una sucesión de contrastes, tal y como dejaron patente al abordar la  conmovedora “Sunlight”.

Pero que nadie piense que la descarga del combo de Houston estuvo exenta de la crudeza más extrema, ya que a lo largo de su presentación no faltarían las furibundas acometidas de “Devout”, que nos conducirían sobre una sucesión de intrincados cambios de estructura. Para rematar su escueta actuación los americanos optarían por unas intrigantes notas de piano, -tocadas por su batería Dobber Beverly-, que marcarían el arranque de “… This Road” , que nos invitaba a viajar por sus resplandecientes melodías.

Aunque no dispusieron de mucho tiempo Oceans Of Slumber desplegaron todo su potencial ofreciéndonos un repertorio centrado en el material de su última entrega “Winter” .

Tras un rápido cambio de equipo llegaba el momento de presenciar la descarga de  Ne Obliviscaris. Al igual que sucediera con los encargados de abrir la velada, la principal característica del combo de  Melbourne es la originalidad, ya que sus composiciones de extenso minutaje son una simbiosis de diferentes elementos, influencias y ambientaciones. Y es que la brutalidad extrema forma parte imprescindible de su sonido, pero también unos rotundos cambios de ritmo y unos  seductores desarrollos melódicos comandados por el violín de Tim Charles.

Sí musicalmente Ne Obliviscaris son un rara-avis dentro del panorama extremo internacional, tampoco suele ser muy habitual la presencia de dos instrumentistas  zurdos entre sus miembros: el guitarrista Benjamin Baret  y el bajista Brendan Brown “Cygnus”. Pese a la complejidad de sus composiciones, lo cierto es que el sexteto supo conectar con la gente desde que dieran el pistoletazo de salida con “Devour Me, Colossus (Part I): Blackholes”, haciendo que el público se moviera durante las partes extremas para después castigarnos inmisericordemente con la dualidad vocal que nos ofrecieron   los cristalinos registros de Tim Charles y los guturales de Xenoyr.

 Aunque debo reconocer que albergaba muchas dudas sobre como serían capaces de plasmar toda la grandilocuencia de sus obras de estudio en directo, los australianos se mostraron como una banda sólida, compacta y virtuosa, dejando buena muestra de su profesionalidad al clavar los técnicos desarrollos de la monumental “Of Petrichor Weaves Black Noise”, que servía para que el batería Dan Presland nos deleitara con su velocidad de piernas. Pero sin duda los momentos más intensos y vibrantes de su presentación estarían reservados para  los demoledores blast beast que protagonizarían  “Painters Of The Tempest (Part II): Triptych Lux”, que nos dejaba a su bajista doblando las armonías de guitarra  en un final cargado de épica y majestuosidad.

Ante el comentario generalizado de que los australianos eran unas auténticas bestias, nos adentrábamos en la recta final del show con el sorpresivo ejercicio de violín que serviría  como preámbulo para  “And Plague Flowers The Kaleidoscope”, que conducido  por una percusión étnica se iría envenenando para acabar convertido en un derroche de melodía, elegancia y, como no, contundencia. Sorprendentes, técnicos,… ¡alucinantes! Ne Obliviscaris  supieron sacarle el máximo partido a sus cincuenta minutos sobre las tablas, dejando unas magníficas sensaciones y abonando el terreno para una próxima visita, esperemos que liderando su propio show.

Nunca resulta fácil subir al escenario después de que una banda haya encandilado al público, pero si algo les sobra a Enslaved son tablas, actitud y un puñado de composiciones capaces de hacer que cualquier recinto se venga abajo. Muchas expectativas había suscitado esta gira 25 aniversario, y lo cierto es que la audiencia catalana respondió a la llamada del combo noruego, ya que la sala,- acotada a la mitad por una cortina-, acabó registrando una buena entrada.

Pese a ello debo reconocer que el show no me acabó de convencer. Musicalmente el quinteto de Bergen se mostró excelso,  con un sonido arrollador y  una puesta en escena sobria, pero a la altura de una banda de su trayectoria. ¿Entonces cual fue el problema? Pues bien, creo que su repertorio estuvo demasiado centrado en sus últimos lanzamientos, algo normal pero cuestionable si tenemos en cuenta que el presente tour se presentaba como una retrospectiva a toda su carrera.

Acompañados de unas centelleantes luces rojas que seguían el ritmo de la batería los noruegos tomaban posiciones  para darnos la bienvenida con una de las composiciones que mejor plasma el rumbo que ha tomado su propuesta durante los últimos años “Roots Of The Mountain”, que nos atenazaba con su contundencia metalera  para embarcarnos en un viaje musical que estaría marcado por la genialidad progresiva y el estrecho vínculo que la banda supo fraguar con sus incondicionales. Y es que la incorporación del teclista y vocalista Herband Larsen supuso un punto de inflexión en la carrera de Enslaved, ya que sus registros limpios resultan  el contrapunto perfecto para las rabiosas acometidas de Grutle, tal y como quedó patente a lo largo de los arábigos desarrollos que marcarían “Ruun”.

Aunque no se prodigaron excesivamente a la hora de las presentaciones, Grutle haría especial hincapié en el speech que precedió a  “The Watcher”, que era la escogida para plasmar el equilibrio perfecto entre contundencia, melodía, intensidad y épica. La primera mirada a “In Times” llegaría de manos de “Building With Fire”, que nos hacia menear la cabeza intensamente siguiendo  la crudeza de sus riffs y la rotundidad del bajo de Grutle. Más cercana a los patrones clásicos  del viking metal sonaría la desgarradora “Ethica Odini”, con un  Grutle poseído  dando la replica a las líneas vocales de Larsen para acabar recabando una de las mayores ovaciones de la velada.

Con el show inmerso en una clara línea ascendente llegaba el momento que muchos estábamos esperando, el momento de rememorar su primera época, y que mejor que la devastadora “Fenris”, que nos dejaba la estampa de la tripleta de cuerda agrupada en una esquina e inmersa en una intensa sesión de headbanging. El retorno sobre los esquemas progresivos vendría de manos de  “The Crossing”, que se  convertiría en el primer y único recuerdo que se permitieron a “Below The Lights”; y el melancólico “Ground”, que con un fantástico solo de Arve Isdal se encargaba de relajar los ánimos antes de poner el punto y seguido a la velada. 

No tardaría mucho en aparecer Cato Bekkevold tras su kit para ofrecernos una pequeña demostración de su pegada y su técnica Ese vendaval de velocidad y afilados riffs que es la novedosa “One Thousand Years Of Rain”, sería la escogida para que el show recuperara toda su mordiente antes de una última concesión al pasado con  el monumental Allfǫðr Oðinn”, que cerraba la velada por todo lo alto y dejándonos con ganas de más.

Tras veinticinco años en activo Enslaved dejaron claro que tienen cuerda para rato, su propuesta sigue evolucionando disco a disco y su destino final parece que aún no está marcado. No creo que nadie pueda poner ninguna pega a la actitud  y la entrega que mostraron los noruegos sobre las tablas, aunque creo que un repertorio  más extenso y equilibrado hubiera sido la guinda para una celebración memorable.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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