martes, 8 de mayo de 2018

NE OBLIVISCARIS+ALLEGAEON+VIRVUM-BOVEDA-BCN-26-ABR-2018



Mientras algunos seguidores de la escena extrema siguen atrapados por el clasicismo, cada vez somos más los que buscamos nuevos horizontes sonoros y nuevas bandas que sean capaces de ofrecer algo diferente. Tras su última  visita abriendo para  los míticos Enslaved, Ne Obliviscaris regresaban a la Ciudad Condal, pero en esta ocasión lo hacían liderando su propia gira. Sin duda las excelentes sensaciones que dejaron a finales de 2016 acabaron propiciando que un buen número de seguidores se desplazara hasta la Sala Bóveda.  Además, no arribaban solos los australianos, ya que como suculento aperitivo antes de su aparición podríamos presenciar las descargas de Virvum y Allegaeon.

Debido al vespertino horario de su actuación cuando los encargados de abrir la velada, Virvum, aparecieron sobre las tablas  apenas una treintena de seguidores ocupaban el  recinto. Pese a llevar en activo desde 2007 no fue hasta el pasado 2016 cuando los suizos publicaron su primer largo “Illuminance”. Y es que su propuesta no es apta para todos los públicos, ni resulta  de fácil catalogación, ya que en sus composiciones combinan  la vertiente más técnica del death metal  y unas enrevesadas estructuras de corte progresivo.

Pese a lo original de su propuesta, el quinteto apareció en escena siguiendo los cánones clásicos del género, con todos sus miembros vestidos de riguroso negro, para rápidamente  empezar a volarnos a cabeza con las cambiantes estructuras de la propia “Illuminance”, que alternaba   vertiginosas acometidas y unos fantásticos desarrollos instrumentales que sirvieron para que los guitarristas Nic Gruhn y Toby Koelman pudieran exhibir algunas de sus habilidades técnicas.

 Sin duda el gran protagonista de su presentación fue el batería Diego Morenzoni quien, literalmente, nos perforó los tímpanos con el altísimo volumen de su instrumento a lo largo de “Ad Rigorem”. Esa dualidad que representa la propuesta del combo de Zurich quedó plasmada a lo largo de “Tentacles Of The Sun”, que fundía las ambientaciones envolventes y hasta bucólicas con la rotundidad metálica de su despiadado ataque a dos voces.

Otro factor que acabó jugando a favor de Virvum fue las buenas formas como frontman de su vocalista Bryan Berger, que no dejó de moverse e interactuar con el público durante todo el show. Si durante la primera parte de su presentación  el quinteto había dejado clara su apuesta decidida por la técnica y la agresividad, fue en la recta final de sus cuarenta minutos cuando se decidieron a mostrarnos su faceta más progresiva y grandilocuente dando buena cuenta de la epopeya sonora que conformaron  “I: A New Journey Awaits” y “II: A Final Warming Shine: Ascencion And Trespassing”. En definitiva, que teniendo en cuenta el potencial y las bandas que vendrían a continuación, la elección de Virvum para abrir la velada me pareció de lo más acertada.

Los siguientes en aparecer en escena tras un rápido cambio de equipo fueron Allegaeon. Resulta curioso que pese a llevar casi el mismo tiempo en activo que Virvum, la producción del quinteto americano  ha sido mucho más prolífica. Si no me equivoco esta era su primera incursión en tierras catalanas, y después de presenciar su fantástica descarga creo que no fui el único que cayó rendido ante la descomunal pegada de su death metal melódico.

Salieron dispuestos a ganarse al personal. De modo que no tardaron mucho en poner las cartas sobre la mesa para echar toda la carne en el asador dando buena cuenta de una de las composiciones más extensas y ambiciosas de su última entrega  discográfica “Proponent For Sentience III- The Extermination””. Debo admitirlo, lo primero que llamó mi atención fue el descomunal poderío  de su base rítmica, pero poco a poco las guitarras  fueron ganando  protagonismo hasta acabar adueñándose del show gracias al virtuosismo exhibido en temas como  “Gray Matter Mechanics”. No, no me he olvidado de su vocalista  Riley McShane, quien con su gorra de baseball encasquetada en la cabeza no paró de combinar registros rasgados y sobrecogedores guturales en temas como “Extremophiles”.

Sin duda Allagaeon dejaron una magnifica impresión entre los presentes. Aunque muchos no conocían sus temas la reacción del público ante cortes  como el devastador “From Nothing”, fue descomunal, con la gente saltando siguiendo las indicaciones de un Riley que se fue creciendo a medida que avanzaba el show. Un nuevo duelo entre Greg Burgess y Michael Stancel sirvió para poner la nota de clasicismo a “1618”. Mientras que la voracidad death metalera de “Accelerated Evolution”, fue la que puso el  punto y final a su debut en tierras catalanas. Allagaeon llegaron a la ciudad Condal para convertirse en la sorpresa agradable de la noche. Mucho cuidado con ellos, yo no les perdería la pista.

Siguiendo su propia senda, sin dejarse influir por pasajeras modas, Ne Obliviscaris se han convertido en uno de los valores emergentes dentro de la escena extrema internacional. Su propuesta variada, ecléctica y heterogénea, no es fácilmente definible, ni de fácil catalogación. Y es ahí, precisamente, donde radica su encanto. Con su tercer largo bajo  el brazo “Urn”, el combo de Melbourne dio, en poco más de una hora y veinte minutos, un auténtico recital de contundencia, virtuosismo, y, aunque resulte extraño, elegancia instrumental. Tal vez el escenario del Bóveda acabó quedándose algo pequeño para albergar a sus seis componentes, pero viendo la entrega de los músicos y la respuesta del respetable creo que Ne Obliviscaris dejaron asentadas las bases para que sus próximas visitas puedan llevarse a cabo en locales de mayor aforo.

Todo, absolutamente todo, es diferente y original en esta banda. Su dispar abanico de influencias, su atípica alineación, y lo poco habitual  que resulta  encontrarse con un guitarrista zurdo como es Benjamin Baret. La principal incógnita de la noche giraba en torno de si serían capaces de llevar al directo la ampulosidad de sus composiciones, y aunque pude escuchar alguna queja  sobre la calidad del sonido, lo cierto es que personalmente creo que sonaron bastante bien.

Acompañados  de la introducción “Devour Me, Colossus, (Part II): Contortions”,  el sexteto aparecía sobre las tablas para rápidamente ponerse manos a la obra y desplegar la sofisticación  instrumental de la inicial “Libera (Part I): Saturnine Spheres”. Como era previsible el principal aliciente de la noche fue ver como se fusionaban  oscuridad y  melodía, encarnadas por los dispares registros de sus  vocalistas, Xenyor y Tim Charles, que también se hizo cargo del violín. Tras recibir la primera ovación de la noche era un buen momento para zambullirnos  de lleno en las atmósferas étnicas que nos propusieron en el arranque de  “And Plague Flowers In The Kaleidoscope”, que nos hizo transitar a través de sus increscendos instrumentales  mientras el escenario se cubría de humo y se solapaban las voces de ambos vocalistas.

Otro detalle muy a destacar fue la actitud de la banda, ya que pese a ser todos excelentes músicos ninguno quiso acaparar grandes cuotas de protagonismo, dejando claro que todo gira en torno al colectivo, lo que acabó propiciando que temas como “Intra Venus”, nos envolvieran con su oscuro manto de desgarradora intensidad.

En cuanto al repertorio estuvo muy centrado en el material de sus dos últimas entregas, concediendo un protagonismo destacado al extenso y camaleónico “Painters Of The Tempest (Part II): Triptych Lux””, que sacaba   a relucir su faceta más innovadora y experimental, con las guitarras sonando cortantes y asesinas mientras el violín servía como puente de enlace para introducirnos en sus sorpresivos cambios de ritmo. No tardarían en regresar sobre el material de “Urn”, para hacer fluir la magia que encierra Eyrie”, con la que contemporizaban el ritmo que hasta ese momento había llevado el show, para posteriormente encarar la recta final con la dupla que conformaron  “Urn  (Part I): “And Within The Void We Are Breathless” y “Urn (Part II): As Embers Dance In Our Eyes”, que sorprendió por el descomunal contraste entre brutalidad extrema y luminosas melodías.

Atendiendo las demandas de un público que reclamó insistentemente un tema más, Ne Obliviscaris no tardaron en regresar a escena para poner el broche definitivo a la velada con “Devour Me, Colossus (Part I):Blackholes”. Al final del concierto cerrada ovación para los australianos de manos de  una audiencia que salió convencida y eufórica, comentando los detalles de una velada en la que tuvimos ocasión de presenciar tres grandes descargas.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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