domingo, 25 de julio de 2021

YNGWIE MALMSTEEN-PARABELLUM

A lo largo de las últimas décadas  Yngwie J. Malmsteen se ha convertido en un referente obligado para diferentes generaciones de guitarristas, de igual forma  que para el virtuoso hacha sueco lo fueron en sus inicios compositores clásicos como Bach,Vivaldi, Mozart o Beethoven , y como no en su juventud le impactaron las figuras de  Jimi  Hendrix primero,  y posteriormente la de la leyenda de la seis cuerdas Ritchie Blackmore. Genio y figura, el laureado guitarrista que lleva años afincado en Miami es conocido tanto por su genialidad a la hora de crear excelsas composiciones como por su indomable carácter, algo que ha propiciado que a lo largo de su longeva trayectoria hayan sido muchos los músicos que han colaborado con él. Pese a ello, en sus últimas entregas Malmsteen ha optado por hacerse cargo de todo el proceso de composición y grabación. Así que de cara a esta nueva obra de estudio que lleva por título “Parabellum”  ha vuelto a  repetir la misma fórmula.

Sería recurrente, -aunque creo que en esta ocasión estaría más que justificado-, calificar este  “Parabellum” como una vuelta a las raíces. Y no lo digo porque en ningún momento Malmsteen haya traicionado su personalidad, sino porque personalmente pienso que  obras como “Spellbound” o “World On Fire”,  estaban un poco por debajo del nivel al que nos tenía  acostumbrados el maestro sueco en sus entregas clásicas, amén de que su anterior “Blue Lightning”, repleto de versiones, se adentraba en tesituras más rock and blues. En cualquier caso, me da la impresión   que este nuevo trabajo contiene mucho de lo que querría encontrar cualquier fan  del maestro sueco al pinchar uno de sus lanzamientos. Evidentemente hay velocidad,  virtuosismo, podemos percibir la admiración por los compositores clásicos, el gusto por el neoclasicismo, toques barrocos... Pero entonces porque digo que hay mucho de lo que gustaría encontrar a cualquier seguidor del hacha sueco. Pues bien, porque una vez más creo que le ha faltado sacar un poco de brillo a la producción, especialmente a la sección rítmica que suena un tanto seca y falta de brillo. Y como no, la guinda que supone  acompañarse de algún músico o vocalista  conocido que diera un plus al siempre indiscutible valor que representa ver el nombre de  Yngwie  Malmsteen en la portada de un lanzamiento.



Como si fuera una declaración de intenciones, reivindicándose a si mismo, el disco se abre con el incontestable “Wolves At The Door”, un corte ágil, de dinamismo aplastante, que combina riffs enérgicos y unos punteos tan característicos como reconocibles, aunando técnica, virtuosismo y ese aroma  neoclásico que tanto nos gusta a sus incondicionales. Además, el punch de sus líneas vocales, lo pegadizo  de su estribillo y ese jugoso guiño a la música clásica durante el interludio  instrumental central   convertirán este tema de apertura en uno de los más destacables de todo el álbum. La velocidad de ejecución y la devoción por los grandes compositores  seguirá latente a lo largo de  la primera de las piezas instrumentales “Presto Vivace In C# Minor” con Malmsteen recorriendo el mástil de su guitarra, una y otra vez, a velocidad endiablada sobre una base rítmica constante para acabar redondeando una pieza que servirá para su  lucimiento.


Dejando a un lado la genialidad y las “filigranas”, “Relentless Fury”, se nos presenta como una pieza  a ritmo de medio tiempo que incluye muchos de los elementos de su material ochentero, con Malmsteen demostrando sus cualidades como vocalista para acabar rematando la jugada con un par de desarrollos solistas marca de la casa. A los que gusten de las cabalgadas vertiginosas con tintes épicos sin duda la segunda de las instruméntales incluida “(Sis Vis Pacem) Parabellum” les encantará. Y es que los teclados y las guitarras se empastarán en algunos momentos para dotar al corte de una intensidad apabullante. Aunque lo más llamativo es ese rotundo break central en el que el maestro sueco levantará el pie del acelerador para derrochar sentimiento antes de volver a lanzar su incendiaria acometida final.


Como comentaba anteriormente hay varios números en “Parabellum” que conectan este trabajo con los lanzamientos más clásicos y ochenteros de Malmsteen, y personalmente creo que el meloso y envolvente “Eternal Bliss”, es uno de ellos. Aunque también pienso que le ha quedado un tanto descafeinado y hasta diría que previsible. En cualquier caso, siempre se agradece un tema algo más relajado que nos permita recobrar el aliento tras una primera mitad del plástico absolutamente abrumadora. “Toccata” es otro número instrumental, repleto de virtuosismo, que sirve para que Malmsteen demuestre que sigue siendo uno de los hachas más rápidos y técnicos dentro del estilo.


El preciosismo y la elegancia de las acústicas servirá para conceder una identidad única a los compases iniciales y al tramo final de “God Particle”, una composición que alterna punteos elegantes con desarrollos más enérgicos y vivaces sobre una sección que se mantendrá inalterable la mayor parte del tiempo. Mucho más punzante y afilado resulta “Magic Bullet”, en el que la velocidad volverá a convertirse en la  indiscutible protagonista.


La oportunidad de volver a escuchar la voz de Malmsteen llegará durante “(Fight) The Good Fight”, que se inaugura con unos compases acústicos para acabar convirtiéndose en una sucesión de veloces escalas. El elegido para poner el broche definitivo al álbum es “Sea of Tranquillity”, apostando por una estructura a ritmo de medio tiempo que servirá para que el maestro nos brinde una última muestra de su técnica y su talento a la hora de desarrollar sus excelsos desarrollos instrumentales.


No creo que “Parabellum” sea un disco más dentro de la prolífica trayectoria de Yngwie Malmsteen. Sin duda la pandemia ha permitido al maestro sueco de las seis cuerdas concentrarse en la composición de este nuevo trabajo y de alguna forma mirar hacia atrás para  recuperar algunos de los elementos que marcaron  sus lanzamientos más icónicos y exitosos. Así que el resultado no puede ser más satisfactorio: una colección de composiciones que, no me cabe la menor duda,  agradará  a todos aquellos que disfrutaron intensamente de sus obras clásicas de la década de los ochenta.



DISCOGRAFICA: MUSIC THEORY RECORDINGS 



1.Wolves At the Door

2.Presto Vivace in C# Minor

3.Relentless Fury 

4.(Sis Vis Pacem) Parabellum

5.Eternal Bliss

6.Toccata

7.Good Particle

8.Magic Bullet

9.(Fight) The Good Fight

10. Sea Of Tranquility

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