Mucho se ha hablado en los últimos lustros a propósito del daño que la red de redes ha infringido tanto a las bandas como al propio negocio musical. Sin embargo, es igualmente cierto que ese acceso prácticamente universal a la música ha servido para rescatar y revitalizar la carrera de muchas bandas que si no hubiera sido por esa circunstancia hace ya tiempo que hubieran visto como su nombre quedado sepultado bajo el implacable paso de tiempo. Sin duda ese el caso de los americanos Exhorder, quienes, no nos engañemos, por lo menos en nuestro país, disfrutaron en su momento de una fama bastante limitada y únicamente circunscrita a los seguidores del thrash americano. Sin embargo, esa conexión por muchos conocida años después, con el sonido de los archivos-conocidos Pantera, y que resulta obvia al escuchar temas como “Desecrator”, que formaba ya parte de la maqueta que publicaron en 1987, lo que hizo que a muchos les picara la curiosidad y quisieran escuchar en vivo algo del material contenido en lo que fue su primer largo “Slaughter In The Vatican”, que vio la luz el mismo año que la banda de los hermanos Abbott publicó el legendario e icónico “Cowboys From Hell”.
Sin embargo, la producción del combo que lidera Kyle Thomas abarca también “The Law” que se publicó a principios de 1992 y que acabó pasando bastante desapercibido en una escena americana que empezaba a desechar el “vetusto” sonido metalero en favor de los vientos de cambio que soplaban desde Seattle, algo que acabó propiciando que la banda decidiera tirar la toalla tras finalizar su gira europea de presentación. Tras estar varios años “durmiendo el sueño de los justos”, e intentar su retorno en un par de ocasiones previas, por fin Exhorder parecían reactivarse de forma definitiva en 2017. “Mourn The Southern Skies”, publicado en 2019 marcaría una vuelta discográfica que tuvo continuidad a principios del pasado año con “Defectum Omnium”.
Varias eran las citas que tenía agendadas el combo de New Orleans en la Península Ibérica para presentar a su última criatura de estudio, -seis en total-, realizando su primera escala en tierras gallegas, concretamente en la Sala Rebullón de Mos, donde una nutrida representación de metaleros no quiso dejar pasar la ocasión de presenciar la furibunda descarga del combo americano. No era esta la primera vez que Kyle Thomas y sus acólitos pisaban los escenarios de nuestro país, y es que si la memoria no me falla la última vez que tuvimos ocasión de verles por aquí fue abriendo para otra banda insigne de la escena americana como son Overkill. Para acompañarles en este inicio de gira los americanos contaron con el respaldo de los gallegos Elefantes Mutilados, quienes aprovecharon la ocasión para defender esa personal propuesta que ellos mismos definen como ThrashOverFlow.
Precedidos de una inquietante introducción el cuarteto se posicionaba en escena para rápidamente azorarnos sin compasión dando buena cuenta de un trallazo humeante e incendiario como “Marina Gore”, dejando clara su apuesta decidida por la contundencia aunque sin dejar de lado esa vertiente más melódica que dejaron patente durante el desarrollo solista del guitarrista Ciano Rodrigues. Ya desde el mismo arranque pudimos ver a una banda sólida, curtida, a la que se le vio dominar la situación, y es que el cuarteto ha descargado varías veces en este mismo recinto, y eso se notó en la soltura con la que les vimos moverse a la hora de atacar piezas como la corrosiva “God’ s War”.
Aunque como comenté anteriormente, Manolo fue en todo momento el que tiró tanto de sus compañeros como de la propia audiencia, me gustaría destacar también la labor del batería Adrian Salgado que fue quien cimentó el aplastante sonido del cuarteto en cortes como “Green Fandango”, que sirvieron para que el personal poco a poco se fuera animando y entrando en calor. Por supuesto que tampoco faltaron las invitaciones del frontman para que todos bailáramos intensamente durante “Autopsy”.
Para rematar sus cuarenta minutos de presentación Elefantes Mutilados pusieron toda la carne en el asador con “In Our Stasic Leak” para acto seguido presentarnos los rotundos cambios de ritmo contenidos en la tortuosa “Your Life Is Also Your Death”. Elefantes Mutilados cumplieron con solvencia con su cometido de abrir la velada, amenizar la espera y calentar, y de qué manera, al personal de cara a lo que estaba por llegar.
Precedidos de una introducción con toda la pompa propia de una liturgia eclesiástica, el cuarteto americano irrumpía en escena para arrancar su descarga de forma seminal e incontestable, marcando territorio, lanzando un ataque directo al mentón, absolutamente demoledor, capaz de noquear al headbanger más recalcitrante y experimentado, como fue el icónico tema que prestaba título a su primer largo: “Slaughter In The Vatican”. Ya desde el mismo arranque pudimos apreciar que el sonido iba a ser demoledor, apoyado sobre unas guitarras que sonaron incisivas y afiladas al máximo, volando sobre la pétrea e infranqueable sección rítmica que conformaron el sobrio y efectivo bajista Jason Viebrooks y el implacable y animoso batería Sasha Horn.
No se escondieron, Exhorder pusieron toda la carne en el asador. Kyle Thomas es plenamente consciente de que la vida le ha dado una segunda oportunidad para hacer que su banda triunfe, y demostró que va a hacer todo lo posible para que la gente recuerde a Exhorder no solo como una de banda de culto, sino que quiso demostrar que posee también un presente de lo más prometedor. Así que tras haber roto el hielo poniendo a todo el personal en movimiento, -con una primera invitación a participar en el circle-pit que se organizó frente al escenario-, era un buen momento para realizar una primera incursión en el material de “The Law”, desparramando los riffs pétreos y cargados de esencias groove que marcaron la introducción de “Unforgiven”, con O´Brien jugando con el vibrato de su guitarra antes de que unos sutiles toques de la batería de Horn sirvieran para dar el pistoletazo de salida para una speedica cabalgada, -de incuestionable ascendencia thrashera- ,que se zanjó con el desquiciante al alarido de un sonriente Kyle Thomas.
Fue durante la primera charla de la noche cuando el carismático frontman, mientras afinaba su guitarra, nos comentó cuál iba a ser la dinámica del show: intercalar viejas favoritas con trallazos contenidos en sus últimos redondos. Así que una vez avisados, y tras haber disfrutado de dos gemas clásicas de su discografía, tocaba abrir un primer capítulo dedicado a las composiciones que han formado parte de su más reciente entrega discográfica: “Defectum Omnium”. Cercano, socarrón y muy dicharachero, Kyle Thomas bromeó sobre si estábamos en el año del Dragón, la Rata o el Pato, antes de dejar que “Year Of The Goat” fuera la responsable de pasarnos a cuchillo con sus trepanadores riffs y ese ritmo implacable que propició que se desatara la locura en los aledaños del escenario. El contrapunto a tanta velocidad llegaría de manos de las atmósferas más densas, y por momentos pantanosas, contenidas en “The Tale Of Unsound Minds”, que servía para que Kyle nos mostrara sus registros más melódicos en el arranque, -mientras el escenario se llenaba de humo-, para dejar que posteriormente todo se fuera envenenando hasta desembocar en un tempo más dinámico que sirvió para dar cobertura al aniquilador solo de Pat O’Brien.
Habiéndonos mostrado dos cápsulas bastante representativas del material contenido en “Defectum Omnium”, tocaba volver a mirar al pasado, invitándonos a centrar nuestro objetivo sobre su ópera prima, y es que la escogida para volver a hacer subir el nivel de revoluciones entre un personal que parecía cada vez más animado y enchufado fue precisamente la pieza de apertura de “Slaughter In The Vatican”, el rabioso e inflamable “Death In Vain”, que combinó ritmos cadenciosos con latigazos que parecían sacados directamente del libro de estilo de los primeros Exodus, dejándonos con los vertiginosos intercambios solistas que protagonizaron Thomas y O´Brien. Durante la presentación de “Legions Of Death ”, Kyle nos comentó que el tema llevaba acompañándole desde hace prácticamente 4 décadas, y es que el tema formaba ya parte de lo que fue la primera demo de la banda “Get Rude” de 1986. Sin embargo, a día de hoy, sigue sonando igual de rudo y afilado que antaño, dejando patente que las buenas composiciones son totalmente atemporales, y ver el revuelo que nuevamente se montó en la pista fue la prueba que lo rubricó.
Evidentemente, como buenos embajadores y pioneros del groove, Exhorder no podían dejar pasar la ocasión de rendir pleitesía a los creadores de los riffs pétros y las ambientaciones densas y angustiosas, pasando por su personal matiz el clásico “Into The Void”, de los padrinos del heavy metal Black Sabbath. La última representación del álbum que la banda lanzó el pasado año llegaría en forma de rotundo alegato, y es que “Divide And Conquer”, fue el responsable de que todo el mundo levantara el puño para apuntalar los coros de su rotundo y matador estribillo antes de que las guitarras Thomas y O´ Brien volvieran a fundirse.
Encarando la recta final de su presentación Exhorder volverían a mirar atrás para que el propio Thomas reivindicara los origines de la banda, a mediados de los ochenta en New Orleans, encuadrando a la formación a medio camino entre el metal y el punk, durante los prolegómenos de la aniquiladora “Exhorder”. El último cartucho que los americanos se guardaban en la recámara para cerrar esta devastadora velada de afilado metal fue la hiriente y totalmente devastadora “Desecrator”, tras la que abandonaron el escenario dejando al público, -al que no le hubiera importado escuchar algún tema más-, coreando con insistencia el nombre de la banda.
Resulta obvio que Exhorder nunca van a llegar a disfrutar del éxito y la popularidad de otras bandas coetáneas que consiguieron “jugar en las grandes ligas”. Sin embargo, creo que hay radica parte de su encanto, ya que es un auténtico lujo ver a tan corta distancia a una banda de la calidad y estatus que atesoran Exhorder, ya que el combo que lidera desde hace cuatro décadas Kyle Thomas es un valor seguro en directo.
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