martes, 29 de abril de 2025

ELEINE+KLOGR+SINHERESY-UPLOAD-BCN-23-ABR-2025


En poco más de una década el tándem que conforman el guitarrista Rikard Ekberg y la vocalista Madeleine Liljestam ha conseguido convertir a su banda Eleine en una de las formaciones más importantes dentro de la escena del metal sinfónico europeo. El camino no ha sido fácil, pero poco a poco la banda ha conseguido ir haciéndose un nombre gracias a la calidad de sus entregas de estudio y a la rotundidad de unos directos cargados de potencia, intensidad y melodía. Sin embargo, su andadura no ha estado exenta de cambios de personal y polémicas. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero expulsaron a su sección rítmica por comportamiento inapropiado con sus seguidores. Así que de cara a este tramo de su “We Shall Remain Tour”, la banda se presentaba en formato de cuarteto, sin contar con la presencia de un bajista. Varias han sido las ocasiones en las que el combo sueco ha visitado nuestro país. Pero a diferencia de lo que sucediera anteriormente esta vez lo hacían liderando su propio espectáculo.

En cualquier caso, el combo de Landskrona no llegaba en solitario a su cita con el público barcelonés en la sala Upload, ya que para unir fuerzas en este periplo europeo están contando con dos formaciones que ya nos han visitado anteriormente. Los encargados de abrir fuego en esta primaveral tarde fueron los italianos Sinheresy. Mientras que los elegidos para amenizarnos la espera justo antes del desembarco del combo sueco fueron los también italianos Klogr, quienes ya se dejaron caer por aquí a finales del pasado año abriendo para Evergrey.


Ante un aforo bastante discreto en la sala, unas cuatro decenas de seguidores, aparecían en escena los chicos de Sinheresy. La formación de Trieste presentaba una novedad importante en su alineación, ya que la vocalista Cecilia Petrini, ausente a causa de reciente maternidad, fue sustituida por Giorgia Romanin, quien por cierto ejerció en todo momento como excelente maestra de ceremonias, ya que presentó muchos de los temas en un más que correcto castellano.

Sin duda, lo más destacable de la propuesta de los italianos fue la combinación vocal que nos ofrecieron la ya mencionada Giorgia y su compañero Stefano Sain, -que fue quien aportó algunos de los registros más agresivos-, en temas como la inicial “Castaways”, que dejaba patente sus influencias sinfónicas aunque sin dejar de lado las sonoridades más vanguardistas y contemporáneas. Pese al frío ambiente que se respiraba en el local, Giorgina no vaciló a la hora de reclamar el respaldo del personal para que se apuntara a mover los brazos de lado a lado mientras la banda descargaba “Zero One”.

La vertiente más contemporánea de los italianos quedaría plasmada en los tempos más enérgicos de “My Only Faith”, invitando a los más animados a que no dejaran de botar. Alejándose un poco de las estructuras más directas, uno de los temas que más llamó la atención por la complejidad de sus desarrollos fue “The Life You Left Behind”, que sirvió para que su más reciente incorporación la guitarrista Alice Chiara, -todo un torbellino en escena que no paró de agitar la cabeza y dar patadas al aire-, nos mostrara algunas de sus habilidades a las seis cuerdas.

Aunque costó, -gracias a su buen hacer y al empeño de Giorgia-, Sinheresy consiguieron acabar conectando con el público. Así que la vocalista logró que los presentes se implicaran a la hora de acompañar el pegadizo estribillo de “Out Of Connection”, convirtiendo ese momento en uno de los más destacados de su escueta presentación. El capítulo final para este primer acto de la noche corrió por cuenta de “Even Horizon II: Entropy”, que arrancó con los “oes” del público para acabar sumergiéndonos de lleno en sus siderales ambientaciones. En definitiva, correcta descarga de unos Sinheresy a los que se vio un tanto estáticos a excepción de sus más recientes incorporaciones: la vocalista Giorgia Romanin y la guitarrista Alice Chiara.


Diametralmente opuesta fue la propuesta que nos brindaron los siguientes en pisar las tablas del escenario de una sala Upload que a estas alturas de la tarde presentaba ya un aspecto algo más concurrido y animado: Klogr. La banda que lidera Gabriele “Rusty” Rustichelli, hizo gala de una sonoridad bastante más oscura y afilada, tal y como dejaron patente desde los compases iniciales de su presentación dando buena cuenta de los rotundos y descomunales riffs que marcaron “Hysterical Blindness”.

Pese a tener una prolífica producción discográfica, me llamó la atención que el cuarteto de Carpi centró su repertorio en el material contenido en lo que hasta el momento ha sido su última referencia de estudio “Fractured Realities”, que vio la luz a finales del pasado año, con lo que no quisieron dejarse en el tintero las atmosféricas ambientaciones que poco a poco se irían envenenando para dar forma a “One Of Eight”. Aunque como era previsible, tal y como sucedió en su anterior visita, el peso de la descarga de Klogr recayó sobre “Rusty”, su compañero a las seis cuerdas, Pietro Quillichini, se mostró como su perfecto complemento, enlazando sus aportaciones solistas en temas como “Face The Unknown”. Pese a que los temas de Klogr estuvieron muy centrados en la tenacidad y la pegada de sus fulgurantes riffs, lo cierto es que a lo largo del show el cuarteto también supo plasmar su vertiente más melódica, aunque sin perder ni un ápice de intensidad, en temas como “Lead Wings”.

Habiendo entrado en calor, y con el show bastante avanzado, “Rusty” aprovechó el estruendoso sonido de las sirenas que anunciaban la llegada de “Whale Fall”, para desprenderse de su larga gabardina para posteriormente sumergirnos de lleno en las densas y opresivas ambientaciones que dieron un rotundo golpe de timón a la dinámica que hasta ese momento había llevado el show. Sin embargo, las guitarras no tardarían en recuperar toda su garra para convertir “Gravity Of Fear”, en la excusa perfecta para que los más animados alzaran los puños para corear su estribillo junto al incombustible vocalista. Aunque resultó evidentemente que la gran mayoría de los presentes no conocía en profundidad el material de Klogr, el cuarteto supo como mantener la atención del respetable, brindándonos una descarga que combinó a la perfección atmósferas densas, guitarrazos salvajes y algunos desarrollos más intimistas y de corte melódico como los que conformaron la final “Unspoken Words”, tras la que se marcharon dejándonos una grata impresión.


A pesar de lo amena que había resultado la espera, lo cierto es que entre los presentes podía palparse la expectación ante la inminente salida de Ms. Liljestam y sus acompañantes. Como comenté anteriormente, no era esta la primera vez que la formación sueca pisaba nuestros escenarios, ya que en anteriores visitas,- acompañando a Sonata Artica, -en formato acústico-, o junto a Pain-, la banda ya dio buena cuenta de su potencial. Pese a las limitaciones del local, el cuarteto presentó un show bastante vistoso, con el escenario engalanado con una gran pancarta trasera con el nombre de la formación, unas pequeñas plataformas repartidas en la parte frontal del mismo, un cuidado juego de luces, y cuatro columnas de humo que dieron mucho juego al hacer acto de presencia en casi todos los temas que interpretaron.

En cuanto al sonido cabe remarcar que fue potente, con un ritmo de batería muy robusto y al que se empastaron las guitarras de Rikard Ekberg y Victor Jonasson, haciendo que todo sonara muy compacto y poderoso. Sin embargo, creo que les lastró un poco el no llevar bajista, ya que les acabó restando algo de frescura, haciendo que en algunos momentos parecieran un poco encorsetados, sin permitirse ninguna variación, -aunque fuera leve-, sobre “la hoja de ruta” prevista. Otro detalle a destacar, y que debo admitir que me sorprendió muy positivamente, fue la reacción y entrega de unos seguidores que se volcaron con el combo sueco. Sí, es cierto, no éramos muchos, pero los presentes lo dieron todo hasta el punto de que Ms. Liljestam en más de una ocasión además de agradecernos el apoyo se mostró gratamente sorprendida por la efusiva reacción de unos incondicionales que cantaron, bailaron, saltaron y acompañaron con el puño en alto muchos de los temas que conformaron el brutal repertorio de esta noche.

Acompañados de la cálida acogida que les brindaron sus seguidores, y precedidos de una sibilina introducción, aparecían en escena Eleine dispuestos a no dejar títere con cabeza, mostrando desde el mismo inicio su faceta más seminal y netamente metalera al dar buena cuenta de “Enemies”, certificando que, en su caso, la etiqueta de metal sinfónico va mucho más allá de los grandilocuentes arreglos y los registros líricos.. En todo momento, Ms. Liljestam fue el centro de las miradas, liderando a sus compañeros, luciendo un ceñido atuendo al más puro estilo “catwoman”, mientras se aproximaba al filo del escenario para reclamar la interacción del público a la hora de sumarse a la apocalíptica cabalgada que marcó los compases iniciales de la implacable “Never Forget”, que se convertía en el primer guiño que se permitieron al material del que hasta el momento es su última referencia discográfica “We Shall Remain”, que vio la luz en el verano de 2023.

Sin duda una de las características que desde sus inicios ha marcado la trayectoria de Eleine ha sido la dualidad vocal. Por supuesto que Madeleine es quien lleva el peso de las voces en directo, pero resulta igualmente relevante las aportaciones, -cargadas de brutalidad y fiereza-, de Rikard Ekberg en temas como “Ava Of Death”, que fue la escogida para que los suecos desplegaran su vertiente más épica con la devastadora pegada de un ritmo implacable y casi marcial. No abandonarían el material contenido en lo que fue su tercera entrega de estudio “Dancing In Hell”, ya que las atmósferas se tornarían más oscuras, -casi mistéricas-, durante la inquietante “Memoriam”, para poco a poco dejar que sus arábigos teclados pregrabados fueran los que nos flanquearan el paso hacia la soberbia interpretación que nos ofreció la vocalista encaramada sobre la plataforma que había situada en el filo del escenario.

Tras recibir el efusivo y entusiasta reconocimiento del respetable, llegaba el momento de volver a virar el rumbo, adentrándonos de nuevo en los riffs afilados y la velocidad incendiaria de “As I Breathe”, combinando a la perfección la rotunda pegada de sus estrofas con las luminosas melodías que nos anunciaban la llegada de su coreable estribillo. En esta ocasión sería Mr. Ekberg quien se erigió en portavoz del cuarteto para darnos las gracias por nuestro apoyo durante el speech que sirvió como preámbulo para la demencial “Blood In Their Eyes”, que fue la responsable de ponernos a todos a saltar mientras ambos “hachas” y la vocalista nos deleitaban con una sesión de headbanging sincronizado, poniendo de manifiesto el rodaje y las tablas de una banda que en todo momento funcionó como una máquina ensamblada y perfectamente engrasada. Sin embargo, dejando a un lado los pasajes más rotundos, vibrantes y potentes de la noche, algunos de los momentos en los que pudimos disfrutar en todo su esplendor del fantástico timbre de la vocalista sueca fue en esas piezas con más silencios instrumentales, en las que los huecos nos permitieron apreciar todos los matices de su elegante registro, tal y como sucedió durante “War Das Alles”, que acabó arrancando una cerrada ovación.

No había tiempo que perder. Tanto el público como la propia banda parecían ansiosos por volver a adentrarse en tesituras más netamente metaleras, y para ello que mejor que volver a conjugar lirismo y brutalidad en un zarpazo directo y absolutamente avasallador como “Where Your Rotting Corpse Lie”, que hacía subir el nivel de revoluciones de un personal que a estas alturas del show había caído ya rendido ante el combo sueco. Tras unos segundos en los que el escenario quedó desierto, y sumido en la más absoluta penumbra, los músicos volvían a tomar posiciones para brindarnos el emotivo arranque de “Die From Within”, que dejaba a la vocalista sola en escena para que posteriormente se le fueran sumando el resto de sus compañeros para firmar una pieza emocional, cargada de feeling, y conveniente aderezada por unas oscuras y furibundas cabalgadas que estuvieron lideradas por unos seminales guturales que contrastaron con el preciosismo lírico de algunas de sus estrofas.

Nuevamente Rikard Ekberg volvería a ejercer como anfitrión para anunciarnos que llegaba el momento de adentrarnos en la cavernosa oscuridad que nos propusieron a lo largo de la inquietante y sinuosa “Dancing In Hell”, con las columnas de humo alzándose a los lados de la vocalista mientras ésta cambiaba su semblante serio para esbozar una amplia sonrisa y extendía sus brazos para lanzarnos un par de besos. Emocionada, y muy complacida con la entrega del público, tras dar las gracias al resto de bandas y por supuesto a todos los presentes, Ms. Liljestam nos anunciaba que había llegado el momento de adentrarnos en la recta final del show. Y para ello que mejor que tributar un sentido homenaje a todos sus seguidores con el incontestable “We Are Legion” que ponía a todos los presentes a saltar con el puño en alto ratificando la perfecta sintonía entre banda y público.

Estaba claro que a estas alturas del show Eleine no iban a levantar el pie del acelerador. Así que su brutal embestida prosiguió haciendo que subiera la intensidad gracias al ritmo vivaz, y por momentos demoniaco, de “Sanity”. Unos inquietantes teclados pregrabados serían los encargados de flanquearnos el paso hacia las lúgubres ambientaciones contenidas en la escueta “Vemod”, que acabaría fundiéndose con las etéreas melodías de “All Shall Burn”, que nos dejaba con los exóticos bailes de la frontwoman. Lamentablemente, la descarga del combo sueco estaba tocando a su fin. Sin embargo, antes de despedirse definitivamente, el cuarteto todavía tendría ocasión de darnos argumentos para agitar frenéticamente las cervicales al son de la poderosa e implacable “We Shall Remain”.

Habiendo visto a Eleine en anteriores ocasiones, he de reconocer que me sorprendió muy gratamente la garra, la fuerza, la intensidad y el ímpetu que exhibió una banda que llegó a Barcelona con ganas de agradar, convencer y reivindicarse. Sin embargo, no puedo dejar pasar la ocasión de mencionar que me hubiera encantado verles al completo, contando con la presencia de un bajista en sus filas. Esperemos que cuando regresen el próximo mes de Octubre abriendo para Primal Fear tengamos ocasión.



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