viernes, 6 de junio de 2025

TERCER CERTAMEN POP-ROCK 90´s-MÄGO DE OZ+OBÚS+TAKO+PEDRO BOTERO-SALA MULTIUSOS-ZRZ-31-MAY-2025

En muchas ocasiones el hard rock y el heavy metal han sido injustamente tratados dentro del negocio musical, y más aún en nuestro país. No, para nada, no me gustaría que la reflexión anterior fuera tomada como victimista, ni mucho menos, ya que sinceramente pienso que es un hecho más que probado. Afortunadamente, las cosas están cambiando. Así que, como suele decirse, parece que el tiempo acaba poniendo las cosas en su lugar. Para el Tercer Certamen Pop-Rock 90’s que se celebró el pasado sábado en Zaragoza la organización preparó un atractivo cartel que lógicamente recabó la atención de todos los seguidores de las sonoridades rockeras en la Capital del Ebro. Cuatro bandas fueron las elegidas para representar ese rock que continuaba siendo popular durante los noventa, aunque ya contando con un nivel de seguimiento y repercusión menor del que disfrutó durante la gloriosa década de los ochenta.

Dos bandas veteranas y de la tierra como Pedro Botero y Tako fueron las escogidas para abrir y cerrar la velada respectivamente, dejando claro que el rock continua teniendo un fuerte arraigo por estos lares. Otra banda legendaria como Obús nos brindó también la posibilidad de volver a disfrutar de algunos de sus clásicos más aclamados e incontestables. Mientras que Mägo De Oz, dejaron claro sobre el escenario que son una banda con una historia avasalladora y, lo que es más importante, con un futuro de lo más prometedor, ya que tras la incorporación de Rafa Blas parecen estar viviendo una segunda, o tercera, juventud. El enclave escogido para la cita fue la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza donde cerca de 3000 seguidores se congregaron para disfrutar de cuatro formaciones míticas y veteranas que demostraron estar en plena forma bien entrado ya el siglo XXI.


Para dar el pistoletazo de salida a una velada que se presumía iba a ser larga aparecían en escena los miembros de la que era la formación más longeva que tomaría partido en este Tercer Certamen Pop-Rock 90’s: Pedro Botero. Empezaron con puntualidad británica y disfrutando ya de un ambiente de lo más colorido y animado dentro de la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Con más de medio siglo de historia a sus espaldas, y con arraigo incontestable en su tierra, la banda de Casetas puso desde el mismo arranque toda la carne en el asador, dando la bienvenida a los que quisieron acompañarles desde primera hora con “La Lluvia De Alcohol”. Desde el mismo arranque tuvimos ocasión de ver sobre las tablas a una banda que se sintió cómoda y muy arropada por unos seguidores que no se cortaron a la hora de saltar y participar en los estribillos de temas directos y certeros como “Ser Paranoico”, que caldeaba los ánimos de todos los presentes para posteriormente dejar paso a los aromas más clásicos de “Joven Y Rockero”, rubricando así una celebrada dupla rescatada de lo que fue su segundo trabajo que publicaron a finales de la década de los ochenta bajo la denominación de “Guerrero”.

Por supuesto que tocando en casa no faltaron los saludos a viejos amigos, ni tampoco el llamamiento para que sus paisanos de Casetas se dejaran notar de entre los presentes durante los prolegómenos de “Rey Acero”, que respaldada sobre un tempo más marcado y rotundo servía para que Nano se hiciera cargo de la voz principal. Me gustó mucho la química y la conexión que hubo entre Rubén Bartolomé y César Royo en temas como el primerizo “Sangre”, que servía para que el primero nos diera pie para que nos encargáramos de su potente estribillo.

La descarga de Pedro Botero estuvo cargada de nostalgia, pero también de mucha emoción. Varios fueron los momentos en los que pudimos percibir la perfecta sintonía entre la banda y sus seguidores, y es que piezas como “Vuelve A Llover”, sirvieron para que el ambiente se fuera caldeando dentro de un recinto que estaba cada vez más concurrido y animado. Los aromas propios del hard rock más clásico, y de marcados tintes ochenteros, volverían a dejarse notar con fuerza a lo largo del celebrado y elegante medio tiempo “Volverás A Escuchar Su Llamada”, rescatado de “La Llave Del Alba”.

El cambio de registro, volviendo a mostrar la cara más cañera y rotunda de los aragoneses, llegaría al encarar la recta final del show, nuevamente con Nano haciéndose cargo de las voces en “Rosa Negra”. Una vez más, las melodías dobladas de guitarra serían las encargadas de sumergirnos de lleno en “Todo Me Da Lo Mismo”, para que acto seguido el cada vez más numeroso y animado público volviera a erigirse como protagonista durante la marchosa y netamente rockera “Me Falta El Aire”.

Una nueva mirada sobre el material que formaba parte de lo que fue su segundo largo, “Guerrero”, sirvió para que las guitarras de “El Sueño” ganaran un punto más de contundencia e intensidad. El remate para una descarga que se acabó haciendo demasiado corta corrió por cuenta de otra de las imprescindibles dentro de la discografía de los aragoneses, y que de alguna forma sirve para reivindicar nuestra música, como es “Desertor”. Como decía, una banda con historia, tradición y arraigo por estos lares como son Pedro Botero fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada repasando su longeva trayectoria con una selección de temas que aunaron lo mejor de los diferentes estilos que han transitado a lo largo de toda su carrera.


Hay bandas que no dejan indiferente a nadie. Obús, santo y seña de nuestro heavy metal, llevan años reivindicándose sobre los escenarios como pioneros indiscutibles del género. Pese a ello, y en muchos casos por razones no meramente musicales, la banda también se ha ganado un buen número de detractores. En cualquier caso, creo que Fortu, Paco y sus muchachos siempre acaban montando una buena fiesta sobre el escenario, y esta noche en Zaragoza no fue una excepción. Hace tan solo unas semanas se anunciaba que el line-up clásico de la banda se va a reunir para un concierto único en la Capital. Sin embargo, y hasta que llegue tan señalada fecha, Obús seguirán recorriendo el país y el Continente Americano con su incesante e intensa actividad en directo.

A nadie escapa que Obús hace tiempo que disfrutan de la estabilidad que proporciona un equipo tan sólido y perfectamente ensamblado como el que conforman la dupla de miembros clásicos anteriormente citada y la sección rítmica que forman el batería Carlos Mirat y el bajista Luisma Hernández. Además han encontrado un show y un formato que les funciona, y que mantiene la atención del público durante todo lo que dura el concierto, tanto en lo musical, como gracias al carisma y al desparpajo de Fortu como frontman. Sin embargo, esto que a priori debería ser algo positivo ha acabado convirtiéndose en un handicap para algunos seguidores, especialmente para los que, como un servidor, les seguimos muy de cerca, ya que todos sus show son muy similares, con lo que se acaba perdiendo algo de frescura y espontaneidad.

Pese a todo lo anteriormente expuesto, no me dio la impresión de que Obús hicieran un mal show, ni mucho menos. De hecho, me pareció una descarga de lo más cachonda y divertida para el público más mayoritario, el que ve a la banda muy de vez en cuando o en los festivales, ya que el cuarteto nos brindó un repertorio plagado de clásicos, y en el que no faltó la constante interacción con el respetable de manos de un Fortu que, una vez más, volvió a demostrar que es uno de los mejores frontmen que hay en nuestros país. En cuanto a lo que fue el repertorio no hubo sorpresas, ya que Obús descargaron su arsenal más conocido y coreable, poniendo a todo el mundo en movimiento desde que irrumpieron en escena para poner el recinto literalmente patas arriba con el tempo machacón y marcado del incontestable “Necesito Más”, que se aceleraba en su recta final para acabar con el frontman y los que copaban las animadas primeras filas alzando sus cuernos al aire.

Tan socarrón, descarado y divertido como siempre, Fortu nos deleitó con sus vacilones paseos por el borde del escenario mientras sus compañeros se adentraban en el primer gran clásico de los que sonaron del mítico “El Que Más”. Y es que “La Raya” sirvió para que Paco Laguna dejara patente que posee uno de los sonidos más personales y reconocibles del panorama nacional. Con el ambiente ya convenientemente caldeado, no abandonarían el material de lo que fue su tercera entrega de estudio para abordar esa oda al macarrismo ochentero de barrio que lleva por título “El Que Más”, que nos dejaba la estampa del vocalista agitando su pie de micro mientras el personal coreaba ensordecedoramente el estribillo.

Por supuesto que los temas más emblemáticos de la banda fueron publicados durante la década de los ochenta. Sin embargo, temas como el que abría su obra de 2010: “Corre Mamón”, han acabado convirtiéndose en imprescindibles en todas sus descargas, y ver cómo el entregado público interactuaba con la banda mientras Fortu se paseaba por el escenario y Paco se apoderaba de la parte central del mismo fue la constatación definitiva. Tampoco faltó, como si fuera parte de un ritual, el fantasmal paseo de Fortu, repartiendo bendiciones, mientras nos espetaba la letra de “Te Visitará La Muerte”. Ni tampoco la superlativa macarrería, -tanto del frontman como de sus seguidores-, a la hora de atacar “Que Te Jodan”, con prácticamente todos los presentes alzando con orgullo el dedo corazón cada vez que había que entonar su rotundo y aplastante estribillo.

Tras firmar un arranque absolutamente abrumador, con el que Obús consiguieron meterse al público en el bolsillo, Fortu tomaba la palabra para mientras se paseaba por el escenario comentarnos que el camino desde Almería a Zaragoza es largo, para posteriormente anunciarnos “Autopista”, dejando patente con sus altísimos agudos que, pese al paso de los años, sigue manteniendo un excelente estado de forma vocal. El cambio de registro llegaría justo a continuación, cuando Fortu, Paco y Luisma se agruparon en el centro del escenario para presentarnos una “versión diferente” de la desgarradora “Complaciente O Cruel”.

Sin darnos tiempo para recuperar el aliento, el cuarteto volvería a acelerar el paso, mostrando su faceta más mordaz y aguerrida durante “Juego Sucio”, una composición con una letra que más de cuatro décadas después sigue conservando su plena vigencia. Llegaba el momento de ponernos todos a saltar acompañando a “Dinero Dinero”, -el que a la postre fue el único y solitario recuerdo que se permitieron a “Poderoso Como El Trueno”-, que personalmente no me acabó de convencer en esa versión alargada, con la gente moviendo los brazos de lado a lado, y posteriormente jugando con las luces de los teléfonos, algo que por otra parte pareció encantar a muchos de los presentes que se prestaron a ello.

Por si alguien a estas alturas del show no se había dado cuenta, Obús habían llegado a Zaragoza dispuestos a arrasar con todo a su paso. Así que para encarar la recta final del show que mejor que volverse a reivindicar dando buena cuenta de “Va A Estallar El Obús”. Acto seguido llegaría el momento de las presentaciones, dejando que cada miembro tuviera su pequeña parcela para el lucimiento personal. Sin duda, el solo más vistoso fue el de Carlos Mirat, que abandonó su puesto tras los tambores, -siendo reemplazado por Fortu-, para acabar tocando una escalera que se situó en el centro del escenario. Mientras que la rúbrica definitiva para el show corrió por cuenta de ese himno a la fiesta y el desmadre que lleva por título “Vamos Muy Bien”, que ponía a todo el mundo a cantar. Al final del show, aplauso de gala para Obús. Y como colofón: el emotivo abrazo de Paco y Fortu en el centro del escenario. En definitiva, show divertido y enérgico el que nos brindaron Obús. Aunque he de reconocer que me quedé con la sensación de que podrían haber recortado algunos de los pasajes en los que jugaron con el público y haber tocado algún tema más.


Curiosamente, aunque Mägo De Oz eran la banda menos longeva de las cuatro que conformaban el atractivo cartel del esta noche, creo que en todo momento quedó claro que Txus, Moha y sus muchachos eran el principal reclamo de este Tercer Certamen Pop-Rock 90’s, ya que disfrutaron del mejor horario y fueron los que dispusieron de más tiempo. Quizá por ello, he de admitir que me sorprendió lo modesto que resultó finalmente su montaje escénico, limitándose a varias proyecciones y unas fuentes de chispas que aparecieron de forma recurrente en casi todos los temas que interpretaron. En cualquier caso, este detalle no debe servir para empañar la descarga de unos Mägo De Oz que demostraron estar viviendo uno de sus mejores momentos como banda, confiando para ello en la veteranía de los dos miembros ya mencionados, la garra y la fuerza que aporta su tripleta de guitarristas con: Ix Valieri, - que exhibió su amplio catálogo de posturas guitarreras-, Jorge Salán, -todo técnica y sobriedad-, y Víctor De Andrés, -que aportó la imagen, el buen rollo y la socarronería propia de un “verdadero Lobo de Mar”. Tampoco me gustaría olvidar el aplomo y la solidez que da el bajo de Fernando Mainer. Y ni mucho menos de la frescura que han aportado “los Celtian” Diego Palacio y Xana Lavey, el teclista venezolano Francesco Antonelli, -a quien por cierto tuvimos ocasión de cantarle el cumpleaños feliz-, y sobre todo el magnetismo de su actual frontman Rafa Blas.

Otro detalle que me gustaría destacar es que el lapso de tiempo entre el fin de la descarga de Obús y el inicio de Mägo De Oz, fue bastante largo, quizá demasiado. Lo que propició que más de uno se enfriara más de la cuenta. Así que finalmente hubo a quien le costó entrar en el show de los madrileños. Sea como fuera, la descarga de Mägo De Oz arrancaba con una proyección extensa, que nos ponía en sobre aviso de lo que estaba por llegar. Una vez concluida, y mientras el personal tributaba a la banda una cálida ovación a modo de bienvenida, aparecía en escena Txus para desde su batería saludarnos justo antes de dar el pistoletazo de salida con la extensa y compleja “Alicia En El Metalverso”, transformando el escenario en un carnaval, con los músicos intercambiando constantemente sus posiciones, -especialmente los tres guitarristas-, hasta que apareció en escena la titánica y hercúlea figura de Rafa Blas, para rápidamente encaramarse sobre una tarima que había colocada en la parte central, y desde allí conducir los destinos de la nave de los de “Oz”. A diferencia de las críticas que recibiera su predecesor, Rafa Blas se ha adaptado perfectamente a la banda y ejerce como frontman en muchos momentos del show, aunque también sabe delegar en el resto de sus compañeros. Especialmente impactante me parecieron las aportaciones de Xana durante este tema inicial, ya que salió corriendo como una exhalación desde la parte trasera del escenario para colocarse en primera línea mientras atacaba las partes más cañeras y agresivas.

Si durante el tema inicial Mägo De Oz consiguieron plasmar la madurez y la grandilocuencia propia de una banda veterana, rodada y totalmente consolidada, el contraste a tanta sobriedad sin duda lo pusieron las ambientaciones más desenfadadas y juerguistas del festivo “Molinos De Viento”, que con las figuras del Quijote y Sancho metaleros proyectadas ponía a todo el mundo a saltar con el puño en alto siguiendo la algarabía que provocaba el violín de un Moha que no dejó en ningún momento de danzar por el escenario, -cual pícaro duendecillo-, con una amplia sonrisa dibujada en el rostro. En poco menos de 20 minutos, -y con tan solo dos temas interpretados-, Mägo De Oz nos habían plasmado la dualidad de una propuesta que converge en la diversión. Así que el buen rollo y la euforia, -especialmente entre sus fans mas veteranos-, continuaría en aumento durante “Satania”, que nos dejaba con un Fernando Mainer absolutamente desatado, construyendo con su bajo los cimientos sonoros del tema, antes de que la banda desplegara todo su potencial épico para permitir que Rafa Blas dejara patente que actualmente es uno de los mejores vocalistas dentro de la escena nacional.

Aunque a lo largo de la descarga no faltaron los guiños a sus obras más emblemáticas y laureadas, lógicamente la banda no quiso dejar aparcado el material de su más reciente “Alicia En El Metalverso”. Así que tras recibir la entusiasta ovación del respetable, era un buen momento para adentrarnos de lleno en las ambientaciones más inquietantes y oscuras de “Luna De Sangre”, que con el escenario teñido de rojo fue la escogida para que el público acabara coreando su melodía antes de ponernos todos a saltar mientras entonábamos su fantástico estribillo. No tardaría en llegar una de las sorpresas de la noche, -y a la postre lo que fue la anécdota del show-, ya que para el siguiente tema, “Diabulus In Musica”, Ix Valieri cedió su puesto al guitarrista de S.A., Iñigo Zubizarreta, a quien el vocalista presentó y despidió como Iñaki ante el descojone tanto de sus compañeros como del propio invitado.

No abandonaríamos las composiciones del mítico “Gaia”, ya que acto seguido le llegaría el turno a la composición que lo cerraba, la grandilocuente y majestuosa “La Venganza De Gaia” todo un derroche de épica metalera que alcanzó su culmen con el brillante juego de voces que protagonizaron Rafa y Xana a la hora de atacar los estribillos para acabar recabando la cerrada ovación de un respetable que a estas alturas del show había caído ya rendido ante el hechizo del combo madrileño. Un abrupto cambio de timón en el desarrollo que estaba llevando la descarga haría que todas las miradas recayeran sobre la vocalista andaluza, que fue quien se encargó de llevar la voz cantante en “Te Traeré El Horizonte”, que arrancaba precedida de unos ritmos casi bailables y acompañada de unos lasers para dar un punto de frescura y variedad a lo que estaba siendo el show.

Si algo han conseguido Mägo De Oz a lo largo de todos estos años, y sobreponiéndose a los cambios, es que los músicos que forman la banda parezcan una familia. Entre ellos se puede palpar la camaradería y el buen rollo. Aunque como es lógico, siempre hay quienes tiran más del carro. Así que Víctor De Andrés tiró de galones a la hora de plantarse frente al micro y dirigirse al personal para invitarnos a entonar “La Vida Pirata”. Nuevamente tocaba volver a coger la máquina del tiempo para echar la vista atrás. Y es que para sorpresa de muchos la banda volvería a incidir sobre el material del mítico “Finisterra”, para poner a todo el personal a saltar y bailar durante un celebradísimo “Hasta Que El Cuerpo Aguante”, que llegaba acompañado de la proyección de la bruja tocando el violín mientras que sobre el escenario Víctor De Andrés se quitaba el sombrero para ponérselo al frontman antes de que este zanjara el tema con un grito que hizo retumbar los cimientos del local.

Sin duda este podría haber sido un excelente momento para poner el punto y seguido al show. Sin embargo, antes de marcharse entre bambalinas, Mägo De Oz todavía se reservaron una carta indudablemente ganadora como fue “Gaia”, que sonó absolutamente sublime, intercalando momentos emotivos, desarrollos folk y abrasivos fogonazos de rotundo heavy metal, y todo ello presidido por una sucesión de imágenes que abocaban al protagonista del tema hacia su triste destino: sentado en la silla eléctrica. El final fue épico, con Blas soltando otro desgarrador alarido mientras sus compañeros abandonaban el escenario, y él se quedaba agachado en la parte central hasta que el recinto quedó sumido en la más absoluta penumbra y atronó una cerrada ovación.

Tras unos minutos en los que el público se dejó literalmente la garganta pidiendo el retorno de sus héroes sobre las tablas, aparecía Jorge Salán para en su faceta de “guitar-hero” ofrecernos un vistoso y llamativo ejercicio solista, -en el que incluso tocó su guitarra mientras esta descansaba en el suelo. Como no podía ser de otra forma, “La Costa Del Silencio” arrancó precedida de aquel grito que se popularizó durante el desastre del Prestige en aguas gallegas, -concretamente frente a la Costa Da Morte-, hace ya más de dos décadas: “ Nunca Máis”. El carismático e incombustible Moha, fue quien se encargó de ejercer como maestro de ceremonias, en esta ocasión, para darnos las gracias y también para pedirnos que le cantáramos el cumpleaños feliz a Francesco Antonelli. Después, y tras hacer la habitual foto de familia, la banda remataría el show de la mejor forma posible, convirtiendo el escenario y, por supuesto, todo el recinto en una auténtica fiesta al brindarnos las archiconocidas melodías del infalible “Fiesta Pagana”, que nos dejaba la estampa de Moha, ataviado con uno de los clásicos sombreros que lucía a finales de los noventa, tocando el violín a hombros de Rafa Blas para protagonizar un bizarro fin de fiesta.

No hay dudas, Mägo De Oz siguen contando en la segunda parte de esta gira sus descargas como incontestables triunfos. Y esta noche en tierras mañas no fue una excepción. En cualquier caso, creo que podrían haber brillado, aún más, si hubieran presentado un montaje escénico más elaborado y ambicioso. Y, por supuesto, también habría estado bien que hubieran rescatado algún tema más de la etapa anterior con Zeta. En cualquier caso, el mejor resumen de su descarga fue a ver a todos, tanto jóvenes como veteranos, despedir a la banda de forma entusiasta y con una sonrisa dibujada en el rostro.


Era tarde, casi las de 2 de la madrugada, cuando aparecieron en escena los encargados de rubricar la velada. Tako son toda una institución por estos lares. Un referente indiscutible para cualquier seguidor del rock que forjará sus gustos entre finales de la década de los ochenta y los noventa. Y la cálida bienvenida que recibieron Mariano Gil (Rones), Nacho Jiménez y sus muchachos así lo reafirmaron. A diferencia de lo que sucediera con Mägo De Oz, Tako irrumpieron en escena demorándose lo justo. Seguramente su veteranía les hizo suponer que si dejaban pasar mucho tiempo entre banda y banda parte del público acabaría optando por abandonar el recinto.

He de reconocer que me sorprendió muy positivamente la salida en tromba del quinteto. Saltaron a escena con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a mover y hacer cantar al personal, y para ello que mejor que arrancar el show con uno de sus clásicos más celebrados y emblemáticos como es “Poeta Nocturno”, que hacía que todo el mundo se pusiera en movimiento siguiendo la estela de una banda que, como decía, salió dispuesta a morder. Reivindicándose desde el mismo arranque, la banda se mostró enchufada y en plena forma, con Mariano “tirando del carro” mientras el delirante Nacho montaba su particular show, y es que el hiperactivo teclista acabó navegando sobre las cabezas de los presentes en el tramo final del show. Pero antes de que eso sucediera Tako nos brindaron un exhaustivo repaso a lo más destacado de su longeva trayectoria, con lo que no faltaron temas como un celebrado “Ayer, Hoy Y Siempre”.

Sin embargo, el grueso de su repertorio y, porque no decirlo, los momentos más vibrantes de su descarga llegaron cuando la banda centró su objetivo en el material de lo que fueron sus primeras entregas, especialmente las que publicaron durante la década de los ochenta, logrando que todo el público aunara sus gargantas a la hora de corear estribillos tan rotundos e incontestables como el de “No Puedo Respirar”, que llegaba acompañada de unas fuentes de chispas que aparecieron en la parte frontal del escenario mientras la banda aceleraba el paso en un implacable sprint final. Aunque la nostalgia jugó un papel más que destacado, los de Ejea De Los Caballeros quisieron dejar patente, para aquellos que nos les han acompañado en los últimos años, que siguen publicando nuevo material. De modo que para representarlo una de las escogidas fue “Aunque Nos Cueste La Vida”, que formaba parte de lo que hasta el momento ha sido su último lanzamiento “Porque Sí”, que vio la luz hace un par de años.

Varios fueron los momentos a lo largo del show en los que la comunión entre la banda y sus seguidores fue incontestable. “Carpintero De Condenas”, fue uno de ellos, con el personal cantando de tal forma que se hacía casi imposible discernir la voz de un sonriente y complacido Mariano. Hasta los primeros tiempos de la banda nos invitaría a viajar el vocalista y guitarrista, ya que durante la presentación de “Quiero Recordar”, nos comentó que esa fue la primera canción que escribieron. Una nueva escala en “Veneno”, su obra de de 1996, serviría como excusa para que Mariano nos espetara el impactante riff de “Todo Es Tan Difícil”.

La crudeza propia de la pluma de los cronistas urbanos quedaría plasmada en la desgarradora historia de “El Alma Atada”, con la banda desplegando todo su potencial melódico. Encarando la recta final del show, Mariano se encargó de informarnos, por si alguien no lo sabía, que Tako están a las puertas de arrancar la gira conmemorativa de su 40 aniversario, y que el show de esta noche servía como preámbulo. Así que tras recibir la aprobación del respetable en forma de ovación era un buen momento para volver a sumergirnos de lleno en la nostalgia y recuperar otro de los clásicos que llevan acompañándoles desde finales de la década de los ochenta: “A Las Puertas Del Deseo”, que rebajaba mínimamente el nivel de revoluciones del show a la vez que nos daba la oportunidad de cantar su implacable y melódico estribillo.

No tardarían mucho Tako en volver a dar argumentos al animado público para que saltara y bailara intensamente. Y es que tras hacernos Mariano ejercitar las cuerdas vocales llegaba el momento de volver a tirar de garra rockera apostando por el dinámico ritmo y el hímnico estribillo de “Todos Contra Todos”, que fue coreado con el puño en alto por gran parte de los presentes mientras las fuentes de chispas volvían a hacer canto de presencia. El momento más loco y disparatado de la noche llegaría con el ritmo saltarín y vacilón de “El Viejo Resina”, con Nacho absolutamente desatado, dejando su kit de teclados para danzar por todo el escenario antes de acabar arrojándose al público para protagonizar un delirante final.

Si durante todo el show la conexión entre Tako y el público fue rotunda, al encarar la recta final del show todavía fue mayor. Y es que ver a todo el auditorio cantar “La Dama De Blanco”, fue la prueba palpable del arraigo que han conseguido los de Ejea De Los Caballeros. La fiesta sería total, y es que como colofón para una descarga absolutamente brutal Tako optaron por seguir buceando entre las composiciones que conformaron su debut, demandando nuestra participación durante “Jarabe De Tocino”, para dejar que el broche definitivo corriera por cuenta de “El Enterrador” y la habitual “Oh Oh Oh”, tras la que se marcharon dejándonos con la sensación de que pese a la hora, eran ya pasadas las tres de la madrugada, no nos hubiera importado escuchar un par de temas más.

En resumidas cuentas, balance altamente positivo el que nos dejó este Tercer Certamen Pop-Rock 90´s, protagonizado por cuatro formaciones clásicas de la escena nacional que demostraron sobre las tablas que continuan manteniendo el tirón, el cariño y, lo que es más importante, el apoyo incondicional del público del rock. Así que esperemos que iniciativas como esta tengan continuidad de cara a próximas ediciones.


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