martes, 29 de octubre de 2013

CHILDREN OF BODOM+DECAPITATED+MEDEIA-RAZZMATAZZ2-BCN-26-OCT-2013


La formación capitaneada por el controvertido guitarrista Alexi “Wildchild” Laiho siempre ha estado en el ojo del huracán. A lo largo de su extensa trayectoria, una de las señas de identidad del poderoso quinteto de Espoo ha sido no dejar indiferente a nadie, trazando una gruesa línea divisoria entre sus detractores y sus más fieles seguidores. Tras un periodo en el que la formación parecía haber perdido  el rumbo, los finlandeses parecen haber retornado a  la buena senda gracias a la edición de su nuevo trabajo “Halo Of Blood”, un plástico que marca la  vuelta al sonido clásico de álbumes como “Hatebreeder” o “Follow The Reaper”.

Pese a que el cambio de sala, y la siempre inoportuna coincidencia con el clásico liguero del futbol español, hacían presagiar una discreta entrada para esta nueva visita del combo finlandés, lo cierto es que echando un vistazo a los alrededores del recinto podíamos comprobar el excelente ambiente que se respiraba durante la previa, donde  una larga cola a las puertas del local  ratificaba el enorme tirón que sigue conservando la banda, especialmente entre los más jóvenes.

Para redondear el atractivo cartel de esta tarde-noche de sábado, contábamos con la presencia  de los prometedores Medeia y de, toda una institución dentro de la escena europea, los veteranos “deathers” polacos   Decapitated.

Una media sala, con muchas ganas de caña y diversión, era el aforo que aguardaba impaciente la salida de la primera banda de la tarde, los finlandeses Medeia. Aunque no dispusieron de mucho tiempo, ni de un sonido excesivamente brillante, lo cierto es que el sexteto de Tampere salió a escena muy motivado, y dispuesto a aprovechar al máximo la oportunidad de tocar ante una audiencia tan receptiva y entusiasta como la que les aguardaba en la Ciudad Condal.

La encargada de abrir la descarga del joven sexteto  fue la trepidante y corrosiva “We All Fail”, con la que el rocoso combo finlandés ponía las cartas sobre la mesa, proponiéndonos un corrosivo death metal cargado de contundencia y voracidad, en el que destacaban unas originales y preponderantes líneas melódicas a cargo de los teclados de Laura Dziadulewicz, concediendo a sus composiciones un aire personal y característico que les hace desmarcarse del típico sonido deathmetealero.

Conscientes de la calurosa acogida obtenida, el vocalista Keijo Niinimaa no dudó en agradecernos nuestra presencia, habiéndoles elegido a ellos en lugar de seguir las evoluciones del clásico. Sin mucho más que añadir, y sin extenderse demasiado en las presentaciones, la banda continuo su descarga azotándonos sin piedad con la  opresiva densidad del tema que da nombre a su anterior trabajo  “Abandon All”, arrastrando  a todos los presentes a una intensa sesión de pogo y  “headbanging”.

A pesar de la orientación death metalera de la banda de Tempere, hay que destacar que los teclados tuvieron un notable protagonismo en muchos momentos de su actuación, como durante los compases iniciales de “The Unseen”, que acabó transformándose en un  torbellino crujiente y amenazante, que serviría  de preámbulo   para  el más melódico e intimista “The Burning”, en el que la dulzura de los teclados se mezcló  con la brutalidad abrasiva de unos arrolladores registros guturales.

Pero, pese a esos destacados desarrollos melódicos, está claro que lo que mejor define a estos chicos es su brutalidad, así que rápidamente recuperaron la senda de los ritmos intensos y poderosos para someternos al vendaval metálico contenido en piezas como “Dexcension”, extraída de su segundo trabajo “Cult”. Aunque la banda acaba de editar su último trabajo, lo cierto es que los finlandeses se reservaron su material más novedoso para rematar sus treinta minutos de show,  ofreciéndonos una doble ración,  consistente en  el tema que presta su nombre al plástico “Iconoclastic”, y el técnico y guitarrero “Misery Prevails”, que volvió a espolear a una audiencia que disfrutó al máximo de la descarga del sexteto.

Gracias a las buenas sensaciones dejadas por Medeia, y al empujón que supuso el ingreso de los más rezagados, una vez finalizado el partido, la sala presentaba un aspecto realmente atractivo, aguardando expectante la salida sobre las tablas del veterano cuarteto polaco. Para los que desconozcan la historia de Decapitated, hay que destacar que su carrera  está marcada por el trágico accidente de tráfico que en 2007 costó la vida al batería Witold “Vitek” Kieltyka, y causó graves lesiones al vocalista Adrian “Covan” Kowanek, obligándole a tener que abandonar su carrera musical. Tras un largo paréntesis, el hermano del difunto batería, el guitarrista Waclaw “Vogg” Kieltyka, reclutó al vocalista “Rasta” Piotrowski  para grabar su retorno bajo el título de “Carnival Is Forever”.

No era esta la primera vez que los polacos giraban por nuestro país presentando su última entrega discográfica, sin ir más lejos, hace menos de un año el cuarteto se presentaba en nuestros escenarios acompañando a los maestros suecos Meshuggah. Tras una introducción idílica,  salpicada de tintes acústicos, como es “Silence”, la banda salía a escena con el cuchillo entre los dientes, dispuesta a no hacer prisioneros y convencer a toda la parroquia congregada, recurriendo para ello a lo más abrasivo y demoledor de su repertorio, apostando por dar el pistoletazo de salida con la irrefrenable “Pest”, toda una bomba de relojería guiada  por los riffs “panterosos” de Vogg y los implacables cambios de ritmo del batería  Dawell juraszewicz. Durante toda su actuación, la banda se mostró sólida y muy compacta, sacando de sus instrumentos un sonido mucho más pulcro y potente que el de sus antecesores, lo que les permitió que temas como el clásico “Day 69”, sonasen especialmente técnicos y contundentes.

La vuelta a su material más reciente se produjo con la rugosidad cortante de la agresiva y directa “404”, que hizo subir considerablemente el nivel de intensidad entre las primeras filas, gracias a la labor de un comunicativo “Rasta”, que no dejo de animar al respetable, ni un solo instante, mientras no paraba de agitar sus larguísimos tirabuzones. Aunque el registro del actual vocalista es bastante más agudo que el de su predecesor, la formación polaca no quiso olvidarse de incluir algún pequeño guiño para sus fans más veteranos, rescatando para la ocasión piezas tan técnicas y abrasivas como “Post(?) Organic”, de su aclamado “Organic Hallucinosis” de 2006.

Pero sin duda los temas en los que más brilló el cuarteto polaco fue en los que “Rasta”, pudo mostrar sus registros más descarnados y “death-core”, como en la pieza que presta su nombre al último trabajo de la banda ”Carnival Is Forever”, con las primeras  filas volviendo a erigirse como protagonistas, para posteriormente dejar paso a la intrincada y cambiante “Homo Sum”, que fue respondida con una de las mayores ovaciones de la noche. La recta final de la brillante y sangrante actuación del combo polaco vino marcada por la inclusión de la pieza más antigua que descargaron, la implacable “Spheres Of Madness”, coreadísima por sus más fieles seguidores, y que servía para traernos al recuerdo aquella fantástica  gema titulada “Nihility”.

Después de haber consolidado su retorno con un disco que, pese al cambio estilístico, está a la altura de su legado,  y habiendo constatado la valía de su nueva formación en directo, creo que ya es hora de que la banda asuma el reto de volver a encerrarse en el estudio para grabar la continuación de “Carnival Is Forever”.

Una vez agotado el tiempo de los actos preliminares, llegaba el momento de las estrellas de la noche, los finlandeses Children Of Bodom. El quinteto de Espoo, no quiso faltar a su habitual cita anual con la audiencia catalana. Repitiendo el marco   de su anterior visita  a la Ciudad Condal, el combo finlandés  asaltaba al escenario precedido de unas envolventes y estridentes sirenas que, a modo de introducción, marcarían la entrada de los músicos sobre las tablas para abrir fuego con el primer single de su último trabajo, el devastador “Transference”, con el que consiguieron desatar la euforia de una audiencia muy animada y participativa, que apoyó al quinteto  durante toda la velada. Totalmente engullidos por el trepidante arranque, banda y público certificaban su excelente conexión al escucharse los primeros compases del clásico “Silent Night, Bodom Night”, en el que los integrantes de la formación se dejaron arrastrar por el entusiasmó desmedido de una audiencia caliente y entregada que, prácticamente, llenó la sala mediana del Razzmatazz.

Tras la primera gran ovación de la noche, Alexi se dirigió por primera vez a sus seguidores, agradeciendo su presencia y alentando al respetable a gritar con fuerza el título del siguiente corte “Sixpounder”, que sonó realmente crudo y majestuoso con toda la banda rayando a gran altura, sonando rápidos, técnicos y muy contundentes. Aunque en esta ocasión, la banda no llevaba un juego de luces tan vistoso como en anteriores visitas, lo cierto es que el quinteto supo aprovechar al máximo sus recursos lumino-técnicos a la hora de ambientar temas como la novedosa “Halo Of Blood”, en la que bañaron el escenario con esos demoniacos tonos rojizos.

Siguiendo con el repaso de su última entrega discográfica, el quinteto no quiso dejar de lado su faceta más melódica, atacándonos frontalmente con “Scream For Silence”, con el que se  calmarían un poco los ánimos entre las primeras filas, para que  posteriormente, la euforia volviera a desatarse cuando los teclados de Janne Wirman anunciaron la llegada de un nuevo clásico, un adictivo y fulgurante “Bodom After Midnight”, que espolearía nuevamente al respetable,  creando un ambiente  de éxtasis y excitación que alcanzaría su máximo  clímax cuando un largo acople de guitarra desembocó en el  místico y épico “Lake  Bodom”, que se convirtió en uno de los momentos álgidos de la noche, con todos los presentes tarareando su melodía y haciendo “headbanging” como si les fuera la vida en ello.

Pese a que la banda estuvo muy enchufada durante todo el show, sí que me dio la impresión de que, en esta ocasión, Alexi estuvo algo más estático y comedido, muy concentrado en su labor como guitarrista y vocalista, dejando un poco de lado las carreras y el “headbanging” para concentrarse en “clavar” sus partes. A lo que no renuncio el líder de la banda fue a su característica pose,  con su flecha apoyada en la rodilla izquierda  mientras sacaba la lengua de forma irreverente durante  cada una  de sus aportaciones solistas. La encargada de continuar con el ceremonial metálico de los finlandeses fue la siempre efectiva “Hate Crew Deathroll” en la que Alexi volvió a tirar de carisma para poner a cantar a toda la sala, provocando una estruendosa y prolongada ovación.

Un pequeño parón, que la audiencia aprovecho para corear el nombre  de la banda, sirvió para que los músicos se prepararan para sumergirnos de lleno en el oscuro y ambiental “Dead Man´s Hand On You”, cuarto y último tema rescatado de su más reciente entrega discográfica “Halo Of Blood”, y con el que consiguieron crear esa ambientación densa y opresiva que contrastaría vivamente con la dinámica contagiosa de la incendiaria “Are You Dead Yet?”, que si en anteriores descargas había servido para cerrar las actuaciones del combo finlandés, en esta ocasión, situada en mitad del show, pilló por sorpresa a los fans, convirtiendo la sala en un olla a presión  que reventó definitivamente con la  inquietante “Blooddrunk”.

El retorno a los derroteros más melódicos e intimista vendría de la mano de la emotiva “Everytime I Die”, con toda la sala cantando y acompañando a sus héroes en los estribillos, para que acto seguido, Alexi nos transportase a los lejanos tiempos del “Hatebreeder”, regalándonos, una recuperada para esta gira, “Towards Dead End” que cedería el testigo a una arrebatadora “Hate Me!”, durante la que Alexi y Wirman volverían a batirse en un incendiario duelo, intercambiándose vertiginosas melodías, provocando el delirio de sus incondicionales. Con el escenario sumido en la densidad de las luces verdes, y arropada por las calurosas palmas del respetable, arrancaba la última pieza de la descarga, una vibrante y arrolladora “Downfall”, que volvía a poner la sala patas arriba, y que marcaba la salida de los músicos hacia los camerinos.  

Con la gente totalmente entregada, coreando incansablemente el nombre de la banda, Laiho y sus muchachos regresaban sobre las tablas para ofrecernos un único bis, brindándonos una descomunal “In Your Face” que a modo de declaración de intenciones servía para poner un fantástico punto y final a la apoteósica descarga de la formación finlandesa.

Como suele ser habitual en todas las actuaciones de Children Of Bodom, siempre habrá quien opine  que la banda no estuvo a la altura, pero lo cierto es que, en esta ocasión, el combo finlandés cumplió con las expectativas creadas, ofreciendo un gran concierto en el que defendió con convicción sus nuevas composiciones, además de ofrecernos una selecta colección de clásicos. Sin duda, el buen hacer del quinteto, y la gran respuesta de un público fiel y entregado fueron los mejores ingredientes para una presentación realmente deliciosa. 



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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