martes, 28 de octubre de 2014

CANNIBAL CORPSE+REVOCATION+AEON-RAZZMATAZZ 2-BCN-24-OCT-2014



No creo que a estas alturas nadie pueda discutir el estatus y lo que representan Cannibal Corpse dentro de la escena extrema  internacional. Tras su última visita de hace un par de años, en la que la formación de Búfalo se vio relegada al papel de meros "supporters" de los finlandeses  Children Of Bodom, descargando un escueto set de 45 minutos, las huestes capitaneadas por el vocalista George “Corpsegrinder” Fisher regresaban a la Ciudad Condal para presentar su nueva obra "A Skeletal Domain". Habiendo capeado los incidentes de su reciente gira por Rusia, que se saldó con la cancelación de sus presentaciones en Ufá, Moscú y San Petersburgo, los americanos arribaban a  terrenos más afines contando en el cartel de esta noche con la participación de los suecos Aeon y sus compatriotas Revocation, que serían los encargados de calentar el ambiente antes de la seminal descarga de los míticos deathers neoyorquinos.

El local escogido para esta nueva visita fue la sala 2 del Razzmatazz, un marco que si bien no llegó a llenarse, sí que congregó a un buen número de seguidores que dieron calor y ambiente a una cita tan especial como la de esta noche. A una hora muy temprana, las 19,30 horas, estaba previsto el Inicio de las actuaciones.

Así que haciendo gala de una puntualidad británica los chicos de Aeon tomaban posiciones sobre el  escenario para descargar de forma rotunda su devastador death metal de reminiscencias clásicas. Aunque como era de esperar a esas horas la sala estaba todavía a medio gas, lo cierto es que poco importó este detalle al quinteto de Östersund que se destapó, en sus escasos treinta minutos, con un set muy potente y convincente, ofreciéndonos  un interesante recorrido a través de toda su trayectoria.

Quizás el mayor hándicap de su descarga fuera la poca movilidad  de sus componentes, especialmente de su vocalista Tommy Dahiström, quien pese a menear la cabeza incesantemente, no se movió en ningún momento de la parte central de escenario, limitándose a mirar desafiante a las primeras filas mientras nos ofrecía la brutalidad sonora de piezas como la inicial “Satanic Victory”, o los explosivos cambios de ritmo  contenidos en “Living Sin”, que sirvieron para que el batería Nils Fjeliström nos ofreciera una buena muestra de sus aptitudes tras los parches.

Si el inicio de la descarga de Aeon había estado marcado por el material de sus dos primeros trabajos, tras las primeras palabras que nos dirigió Tommy, haciendo referencia  al clásico futbolero que se celebraría al día siguiente, llegaba el momento de centrarnos en su tercera obra de estudio  “Path Of Fire”, del que el quinteto nos ofreció la dupla compuesta por “Forgiveness Denied”, dejando una buena muestra de su potencial melódico, y “Kill Them All”, todo un derroche de contundencia y velocidad que provocó los primeros “circle-pits” de la noche.

Durante todo el show la formación sueca  se mostró como una banda compacta y con muchas tablas, así que después de la lección de agresividad que había supuesto la pieza anterior llegaba el momento de cambiar de registro y adentrarnos en las atmosferas más machaconas y pesadumbrosas de la composición que presta  título a su última entrega discográfica  “Aeons Black”, que acabó recabando una buena ovación de manos de una audiencia cada vez más participativa y numerosa. Pero obviamente la mayoría de los asistentes preferían esa faceta más visceral y aniquiladora de los suecos, y buena muestra de ello fue la brutal acogida que obtuvieron piezas como la irreverente  “Biblewhore” o “Still The Pray”, que hicieron subir la temperatura en una sala que a estas alturas presentaba un muy buen aspecto. La encargada de rematar la abrumadora descarga de Aeon fue “Forever Nailed”, tras la que los suecos se retiraron  dejando una buena impresión.

Tras un rápido cambio de equipo le tocaba el turno a los americanos Revocation. Sin duda uno de los máximos atractivos de este cuarteto de Boston, liderado por el vocalista y guitarrista David Davidson, es saber enriquecer  sus composiciones con diferentes elementos y matices, dando a su técnico thrash/death una amplitud de miras  realmente asombrosa. Pese a llevar en  activo casi una década, la de esta noche representaba su primera visita a la Ciudad Condal, de modo que los chicos salieron muy motivados y dispuestos a pescar un buen botín en forma de nuevos adeptos a su causa.

A diferencia de lo que sucediera con la formación sueca, Revocation se mostraron mucho más eléctricos y dinámicos sobre las tablas, especialmente su extrovertido bajista Brett Bamberger, quien en ningún momento dejó de animar a las primeras filas. Otro detalle que contribuyó, y mucho, a dar empaque a su actuación fue el vistoso juego de luces que utilizaron, ya que me atrevería a decir que fue mucho más cuidado y efectivo  que el de los propios Cannibal Corpse. En cuanto al repertorio que nos ofrecieron, podría decirse que se dedicaron a hacer un rápido repaso por los mejores momentos de su discografía, ya que de su última entrega  “Deathless” apenas nos ofrecieron un par de pinceladas.

Respaldados por un  sonido poderoso y  fulgurante el cuarteto americano abría fuego con el clasicismo thrashero contenido en  “The Hive”, que hacía que rápidamente la gente se aproximara al escenario. Aunque a priori la propuesta de Revocation estaba bastante alejada de la  de los cabezas de cartel, lo cierto es que los americanos supieron buscar la complicidad de un público que se mostró muy entusiasta a la hora de animar en temas como “Teratogenosis”. Con las presentaciones hechas, David tomaba el micrófono para hablarnos de su nuevo trabajo “Deathless”, que hacia escasamente unas semanas que se había puesto a la venta, de modo que la siguiente pieza en sonar fue la composición  que presta su nombre al plástico.

Y es que David Davidson se mostró en todo momento como el auténtico líder y motor  de la banda, encargándose no sólo de llevar las riendas vocales, sino también de protagonizar la mayoría de las aportaciones solistas, consiguiendo que temas como el visceral “Dismantle The Dictator”, se convirtiera en uno de los puntos culminantes de su actuación, con la gente muy entregada, mientras hacían acto de presencia los primeros “surfers” de la noche. Sin bajar el nivel de intensidad de una sala que lo estaba pasando en grande, llegaba el momento de seguir agitando la cabeza al son del  vibrante  “Fracked”, para acto seguido, y sin ofrecernos ni un segundo de tregua, adentrarnos nuevamente en el material de “Deathles”, de manos de un crujiente y despiadado “Madness Opus”, que fue el elegido para dar el contrapunto a tanta velocidad, apostando por su faceta más letal y machacona.

Viendo el ambiente que se había generado durante la actuación de Revocation, no creo que nadie pudiera poner la más mínima pega a su puesta de largo en tierras catalanas, pero por si todavía había alguien que no estaba convencido del enorme potencial del cuarteto de Boston, la guinda al pastel la pondría una imparable “No Funeral”, que servía para ratificar el rotundo triunfo de Davidson y sus muchachos ante una audiencia que les tributó una sonora ovación final.

Quizás una de las mayores virtudes de los actuales Cannibal Corpse es que, pese al cambio de músicos que la banda ha tenido a lo largo de su dilatada trayectoria, dejándose por el camino a piezas básicas como el  vocalista Chris Barnes o el  guitarrista Jack Owen, los de Búfalo siguen manteniendo intacta su personalidad. De modo que si alguien esperaba una descarga centrada en los trabajos con  George Fisher al frente, la sorpresa fue mayúscula cuando el quinteto abrió fuego ofreciéndonos una brutal tripleta perteneciente a su seminal “The Bleeding” de 1994, enlazando de forma consecutiva "Staring Through The Eyes Of The Dead", un hiriente "Fucked With A Knife", con ese amenazante  sonido de bajo marca de la casa  y "Stripped, Raped And Strangled", toda una declaración de intenciones   que ponía de manifiesto la voluntad del quinteto  de arrancarnos la cabeza y vapulearnos desde los compases iniciales del show.

Y es que la actual encarnación de Cannibal Corpse  lleva ya mucho  tiempo girando y grabando junta, y esa conexión se nota en la absoluta compenetración de unos músicos que descargaron sus temas como si de auténticos proyectiles se tratase. Por si no fuera suficiente  la entrega y la arrolladora actitud de sus componentes, los de Búfalo   contaron  con un sonido absolutamente demoledor, con la veterana base  rítmica formada por el batería Paul Mazurkiewicz y  el bajista Alex Webster  arrastrándonos sin compasión a través de trallazos del calibre de  "Kill Or Become", "Sadistic Embodiment" o "Icepick Lobotomy", que se convertirían en las primeras muestras del material contenido en su más reciente entrega "A Skeletal Domain", ratificando así la excelente acogida de sus nuevas composiciones.

Tras haber arrancado su descarga con una curiosa conjunción entre el pasado y el presente, una audiencia completamente enfervorizada coreaba insistentemente el nombre de la formación americana. Vista la salida en tromba de los neoyorquinos parecía obvio  cual iba a ser el planteamiento del show, atenazaremos con tandas de tres composiciones  para posteriormente dejarnos recobrar mínimamente el aliento antes de someternos a un nuevo castigo en  forma de otro demoledor  asalto. De modo  que no hicieron falta ni elementos escenográficos, ni un apabullante juego de luces, ya que Cannibal Corpse sólo necesitaron  de la potencia exterminadora  de "Scourge Of Iron " o "Demented Aggression", ambas rescatadas de su “Torture” de  2012,  para captar la atención de sus incondicionales y conseguir que la pista se convirtiera en un autentico infierno, con la gente haciendo pogo e incluso produciéndose algún conato    de invasión al escenario que fue abortado por los miembros de seguridad de la sala.

Sin duda si hay una palabra que pueda definir la descarga que nos ofrecieron Cannibal Corpse esa es intensidad, ya que la banda fue descargando, cual hachazos sobre nuestras cabezas, temas como el hiriente “Evisceration Plague”, que servían para que las guitarras de Pat O´Brien y Rob Barrett taladraran impenitentemente nuestros tímpanos. Poco se prodigó George   Fisher a la hora de las presentaciones. Pese a ello, el vocalista se mostró como un torbellino desatado sobre las tablas, haciendo mover a todos los presentes mientras no dejaba de hacer molinillos con la cabeza. Hambrientos como estábamos de violencia y emociones fuertes la respuesta a la pregunta del propio  Fisher sobre si queríamos un tema rápido fue obvia. De modo  que la siguiente en sonar fue la abominable  "Dormant Bodies Bursting", que sería la encargada de marcar el ecuador del show para convertirse en el preámbulo perfecto para la primitiva brutalidad que nos propuso  un sorpresivo "Addicted To Vaginal Skin", que fue la primera pieza rescatada del subversivo  "Tomb Of The Mutilated".

Con una banda completamente desatada, y disfrutando al máximo sobre las tablas, el ritual blasfemo de los americanos prosiguió con el despiadado ataque de  “The Wretched Spawn”, que provocó  la respuesta inmediata de las primeras filas. Pero sin duda fue a partir de este momento cuando el show entró en su parte más trepidante y abrasiva, ya que la banda empezó a desgranar sus temas clásicos de la década de los noventa, desatando la euforia entre sus incondicionales al enlazar de forma repentina “Pounded Into Dust”, con la banda pisando el acelerador al máximo, la irreverente “I Cum Blood”, presentada de forma magistral por un ocurrente Fisher, para acabar noqueándonos a todos con “Make Them Suffer”, que supuso el único recuerdo a su álbum  “Kill” de 2006.

Aunque a estas alturas resultaba obvio que la banda había convencido sobradamente a su legión de incondicionales, todavía tuvieron tiempo de asestarnos un último ataque  a base de proyectiles como “A Skull Full Of Maggots”,  el visceral  “Hammer Smashed Face”, que sigue siendo una de las favoritas entre la audiencia,  o el definitivo “Devoured By Vermin”, tras el que el quinteto de Búfalo abandonaba el escenario en olor de multitudes  dejando tras de sí a una audiencia completamente agotada y satisfecha.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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