miércoles, 10 de septiembre de 2025

KABRÖNES-RAZZMATAZZ-BCN-5-SEP-2025

 


Discográficas, compositores, bandas…, muchos son los que quieren arrogarse la propiedad de las canciones, pero lo que está fuera de toda duda es que, a fin de cuentas, quien se encarga de convertirlas en himnos atemporales es el público. Así que queda claro que las canciones acaban siendo de los fans. No me gustaría pues entrar en polémicas sobre la legitimidad, o no, de que Kabrönes estén girando por nuestro país, y el continente americano, con un repertorio de temas que fueron grabados bajo otra denominación. Amores, odios, acusaciones cruzadas, pasiones…, en cualquier caso, su presencia en la Sala grande del Razzmatazz, uno de los templos de la música en directo en la ciudad de Barcelona, y una sala a la que tienen acceso pocas bandas nacionales, sean del estilo que sean, era la excusa perfecta para que los fans más veteranos de Mägo de Oz volvieran a reencontrarse con un montón de composiciones que, desafortunadamente, parecen haber quedado bastante atrás en lo que es el presente de la banda, ya que salvo alguna puntual excepción varios de los himnos que pudimos disfrutar esta noche de viernes hace tiempo que no las tocan en directo.

Como comentaba anteriormente, la apuesta era arriesgada. Sin embargo, el asalto al Razzmatazz se zanjó con unas tres cuartas partes del aforo de la sala en su parte inferior, ya que la segunda planta permaneció cerrada. Sea como fuera había muchas ganas de comprobar que serían capaces de ofrecernos Kabrönes en directo, y es que una larga cola aguardaba impaciente a que se abrieran las puertas del local. Lamentablemente, la alegría no fue completa, ya que entre el elenco de músicos que pudimos disfrutar sobre el escenario no estuvo el carismático Frank, quien no se ha recuperado todavía de sus problemas de salud. De modo que su vacante la ocupó Victor Manuel Conde. De esta forma, el peso de la formación recaería sobre Salva, Carlitos y José Andrëa. Haciéndose cargo de la batearía tendríamos ocasión de disfrutar de un músico mítico y veterano dentro de la escena nacional como es Joaquín Arellano, “El Niño”. A los teclados estuvo el polifacético y alocado Ismael Filthó. Mientras que el encargado de conceder al show ese toque folk que muchos disfrutaron al máximo fue el violinista Santiago Vokram del Gesú.

La espera se nos hizo un poco larga. Había, muchas ganas, de presenciar la descarga de unos Kabrönes que se presentaban solos en la Ciudad Condal, sin contar con el concurso de banda de apertura. Así que cuando pasaban unos minutos de las 21 horas las luces se apagaron dejando el escenario engalanado con una proyección en la podíamos diferenciar las cuatro calaveras de los puntales de este proyecto. Precedidos de una introducción que nos hacía recordar algunos de los discos más exitosos y destacados de la que fue su banda, los miembros de Kabrönes aparecían en escena para convertir el Razzmatazz en una fiesta, y es que la elegida para dar el pistoletazo de salida a la velada fue “Maritormes”. Sin embargo, el inicio no fue tan lúcido y espectacular como a muchos nos hubiera gustado, -pese a la aparición de un par de fuentes de chispas en la parte frontal del escenario-, a causa de un sonido pobre en cuanto a volumen se refiere y muy poco matizado, lo que propició que viéramos a una banda un tanto inquieta durante los compases iniciales del show, especialmente a un Carlitos al que se le veía que no estaba cómodo, ni contento, de cómo había arrancado el show.


Lo mejor fue que eso no apreció importarle a un público que parecía predispuesto a disfrutar al máximo, a bailar, desparramar y, en definitiva, a cantar algunos himnos como por ejemplo “ La Santa Compaña”, que formaron parte de su juventud, tal y como quedó patente cuando todo el personal levantó los puños al aire para acompañarlo. Y es que el show de Kabrönes pivotó básicamente en torno al material de “La Leyenda De La Mancha” (1998), y “Finisterra” (2000). No obstante, tampoco faltó algún jugoso guiño hacia “Gaia” (2003) y “Jesús De Chamberi” (1996). Precisamente fue “El Ángel Caído”, la elegida para realizar una primera incursión en aquella mítica ópera rock, dejándonos al incansable Filthó abandonando sus teclados para danzar por todo el escenario junto a José en un baile de lo más disparatado y divertido.

Como si no hubiera pasado el tiempo. Todos los miembros de la banda, pero muy especialmente su frontman, José Andrëa, se mostraron cercanos y dicharacheros, bromeando con el público, e incluso vacilándole ente tema y tema. Incluso el vocalista se permitió la licencia de subir a una chica al escenario para que le cantáramos el cumpleaños feliz. Estaba claro, la intención de Kabrönes era convertir el Razzmatazz en una fiesta, y vaya si lo lograron. Así que con un sonido que fue mejorando y consolidándose a medida que avanzaba el show, una vez más volvió a cambiar la proyección que presidía el escenario, -lo fue haciendo en todos y cada uno de los temas que interpretaron-, para mostrar una imagen de lo más reivindicativa, -repleta de colorines y arcoíris-, que fue la que acompañó a ese cántico a la libertad sexual que fue una coreadísima “El Que Quiera Entender Que Entienda”, que se zanjaba con los músicos ofreciéndonos una buena ración de movimientos sincronizados, al más puro estilo ochentero, en la parte frontal del escenario.

Por supuesto que a lo largo del concierto no faltaron algunos cánticos espontáneos que se encargaron de recordar, no de forma amistosa, al gran “archienemigo” de los miembros más ilustres de Kabrönes. Así que tras uno de estos cánticos llegaba el momento de volver a mirar al “Jesús De Chamberi”, para adentrarnos de lleno en las sonoridades y ambientaciones netamente folk de “El Cantar De La Luna Oscura”. Precisamente, fue durante los siguientes minutos del show cuando la banda nos propuso un medley instrumental que sirvió, -además de que para José pudiera tomarse un respiro-, para dar rienda suelta a los bailes y el jolgorio generalizado del personal al darnos la posibilidad de escuchar fundidos pasajes de “Gerundola”, “Czardas” y el “Sueños Diabólicos” de Labanda.

Llegaba el momento de bajar las revoluciones que hasta ese momento había llevado el show. De modo que tocaba dejar aparcadas momentáneamente la fiesta, el desmadre y el despiporre para ponerse serio. Y es que el siguiente tema de la noche “Es Hora De Marchar”, fue probablemente el momento más emocionante y emotivo de la velada, con diferentes imágenes en la gran pantalla trasera de sus ex-compañeros: Sergio Cisneros, “Kiskilla” y Fernando Ponce De León, ambos fallecidos, antes de que todos los miembros de la banda hicieran piña en el centro del escenario para tributarles un merecido homenaje acompañados de la cerrada y afectuosa ovación del respetable. La velada proseguiría con un rescate muy especial, un tema que el propio José tildó de maldito, ya que en su momento fue muy poco interpretado en directo: “Dime Con Quien Andas”, que ponía a todos los presentes a mover los brazos de lado a lado siguiendo las indicaciones del vocalista.

Tocaba volver a imbuirse de ese ambiente desenfadado y festivo que tuvo la mayor parte del show. Y para ello que mejor que sumarnos a los bailes y el jolgorio que nos trajo “Hasta Que El Cuerpo Aguante”, que llegó acompañado de imágenes del pasado, de instantáneas de los propios músicos en acción en su etapa en Mägo, y que de alguna forma sonó como una declaración de intenciones de unos músicos que no están dispuestos a rendirse ni a tirar la toalla. Fue uno de los momentos más heavys de la velada, “El Santo Grial”, otra de las que puso la sala literalmente patas arriba mientras en el filo del escenario emergían nuevamente las fuentes de chispas y la locura se desataba entre la enfervorizada audiencia.

A continuación serían los teclados de Filthó los que se encargaron de introducirnos en “La Leyenda De La Mancha”, con el violín de Santiago dando la replica a sus rotundos riffs mientras la acción no se detenía en los aledaños del escenario. Como decía, la audiencia tuvo un papel importante, imprescindible, durante todo el show. Y es que incluso un par de chicas del público tuvieron su particular momento de gloria cuando se subieron al escenario para interpretar junto a José “Astaroth”, y lo cierto es que lo hicieron bastante bien, lo que a la postre les valió el reconocimiento tanto de la propia banda, que se deshizo en reverencias, como del público que las despidió con una cerrada ovación. Para poner el punto y seguido a una descarga que estuvo plagada de emoción, intensidad y nostalgia, Kabrönes optaron de forma muy acertada por “El Fin Del Camino”.

Para su retorno sobre las tablas, y rematar por todo lo alto la velada, nos pondrían a todos a saltar y a bailar, como sino hubiera mañana, al ritmo de ese himno intergeneracional en que se ha convertido “Fiesta Pagana”. Com un sentimiento muy similar, aunque tocando más la fibra rockera de los presentes, sonó otra de las que sus fans más veteranos y acérrimos consideramos como imprescindible: “Molinos De Viento”, para la que contaron con la colaboración del actor Adrià Mondaray, que es quien interpreta el papel del propio José en la película que narra lo que fueron los primeros años de Mägo de Oz. Para el cierre definitivo se reservarían la épica, la guitarras poderosas y la velocidad que marcó una incontestable y rotunda “Satania”, tras la que Kabrönes abandonaron el escenario tras dos horas y diez minutos de show acompañados de una cerrada ovación.

Fue una experiencia curiosa. Un reencuentro con un puñado de composiciones que para algunos se han quedado ya muy atrás, pero que de alguna forma siguen estando ahí y emocionando al personal cada vez que suenan. Y ahora mismo Kabrönes son quienes las acercan al público para hacerle vibrar, cantar y, en definitiva, hacérselo pasar en grande para acabar convirtiendo cada una de sus descargas en una fiesta rockera salpicada de aromas folk.




No hay comentarios:

Publicar un comentario