viernes, 5 de septiembre de 2025

PRIMAL FEAR-DOMINATION

 


La producción discográfica de Primal Fear es igual de sólida que el águila de acero que aparece en sus portadas. Desde que en la segunda mitad de los noventa dos veteranos de la escena germana como el bajista Mat Sinner y el hercúleo, y por aquella época todavía melenudo, vocalista Ralf Scheepers unieran fuerzas para erigirse como herederos y dignos sucesores del legado y el clasicismo heavy metalero que encarnaban formaciones como Judas Priest, la banda no ha dejado de publicar trabajos y realizar giras. Por el camino han quedado un montón de clásicos y, por supuesto, una retahíla de nombres que han ido desfilando por el seno de la formación. “Domination”, significa el decimoquinto largo de estudio de una formación germana que regresa con nuevos bríos y con savia nueva en su formación, ya que junto al tándem anteriormente citado nos encontramos a un habitual en sus trabajos como es el guitarrista sueco Magnus Karlsson, al veterano batería André Hilgers, y a la guitarrista italiana Thalìa Bellazecca.

Trece composiciones conforman este nuevo trabajo de Primal Fear que se grabó en otoño del pasado 2024, y que ha sido producido por Mat Sinner y coproducido por Ralf Scheepers y Magnus Karlsson. Lo primero que hay que destacar de este “Domination”, es que conserva intacto tanto el sello como todas y cada una de las señas de identidad que han forjado la personalidad y el sonido del combo germano a lo largo de sus casi tres décadas de andadura. Así que no faltaran esos riffs rápidos, potentes y afilados, que parecen sacados directamente del libro de estilo de Glenn Tipton y K.K. Downing; la potencia vocal de un Ralf Scheepers que sigue exigiendo al máximo sus cuerdas vocales. Ni tampoco, por supuesto, esa sección rítmica potente y poderosa que capitanea un Mat Sinner que tras sus problemas de salud parece plenamente recuperado y preparado para volver a salir de gira con sus compañeros.

Sin embargo aunque durante las primeras escuchas lo que más destacada son los temas más directos y netamente heavy metaleros, -que están colocados en el inicio del disco-, con las sucesivas escuchas van ganando notoriedad esos temas más rítmicos, con más desarrollo y un tempo no tan acelerado, en los que la banda crea ambientaciones, y en donde el quinteto es capaz de desplegar todo su potencial melódico para dar cabida, -y el protagonismo que se merecen-, a las aportaciones solistas de sus nuevas incorporaciones. En cualquier caso, el único lunar del disco lo volvemos a encontrar en los temas lentos. Y es que Primal Fear, y especialmente Ralf Scheepers, nunca han despuntado especialmente en ese apartado, y “Domination” no es una excepción.

Si alguien tenía alguna duda al respecto de como sonarían las nuevas composiciones del combo germano, tras un periodo incierto, -con problemas de salud de uno de sus líderes y con diferentes cambios en su line-up-, lo cierto es que el arranque con “The Hunter”, deja claro que poco ha variado en esencia la fórmula de la banda, ya que nos enfrentamos a un tema potente, directo, con la sección rítmica, y muy especialmente la batería de Mr. Hilgers, muy preponderante, creando una solidez incontestable e implacable que servirá como base para el ataque de unos dinámicos y enérgicos riffs que serán los que se encarguen de conducir el tema hasta desembocar sobre un estribillo con aromas hímnicos, que lleva impreso el A.D.N. de la banda. Algo lógico si tenemos en cuenta que el corte ha sido uno de los adelantos del álbum. Más seco, y en esencia más cortante y agresivo, me ha parecido el riff de apertura de “Destroyer”, que nos trae de vuelta a los Primal Fear más afines a los Judas Priest de la época “Painkiller”, con un tema que recuerda mucho a su primera época, con Scheepers sonando más incisivo aunque sin perder en ningún momento ese tamiz melódico, apostando por lo que podríamos denominar como la estructura más clásica dentro de la prolífica trayectoria de la banda. En definitiva, una apuesta segura que gustará a sus fans de siempre.

Otra de las que nos retrotrae a su primera época, siendo una de las que está llamada a convertirse en uno de sus nuevos clásicos, es “Far Away”, que arranca con una melodía coreable, -muy del estilo de “Nuclear Fire”-, para abocarnos sobre una cabalgada implacable, con muchos guiños power metaleros y un estribillo absolutamente matador, -de los de corear con el puño en alto-, antes de abocarnos sobre un solo rápido que rezuma clasicismo por los cuatro costados. Tras un arranque explosivo que sirve para que sus fans de siempre hayan tenido ocasión de agitar la cabeza, “I Am The Primal Fear”, será la que se encargue de cambiarnos drásticamente el paso, ya que el quinteto levantará el pie del acelerador para sonar más intenso, -aunque sin perder ni un ápice de contundencia-, para dejar que Ralf Scheepers se despache a gusto a la hora de estirar sus cuerdas vocales. Pero sin duda lo que más destaca es su estribillo coreable, pegadizo y altamente melódico.

Uno de los temas que mejor marca el equilibrio entre intensidad, contundencia y melodía, aportando esas pinceladas épicas que dan los coros, es “Tears Of Fire”, con unas estrofas sostenidas sobre la sección rítmica que nos conducirán sobre un puente más cañero que desembocará en otro estribillo absolutamente ganador. El retorno sobre el heavy metal más genuino y afilado llegará de manos de un trallazo incontestable como “Heroes And Gods”, que contiene algunos de los fraseos más potentes y poderosos del álbum antes de que explote su abrumador estribillo.

Evidentemente, los cambios en el seno de la formación germana han sido muy importantes. Así que de alguna forma la instrumental “Hallucinations”, que marca el ecuador del disco, servirá para que ambos hachas den rienda suelta a sus cualidades técnicas, entrelazando unos desarrollos en los que sacrifican la contundencia y la velocidad que habían mostrado hasta el momento en pos de la técnica y el feeling. Curiosamente tras el tema más corto de este “Domination” llega el más largo “Eden”, cambiando totalmente la dinámica, ya que nos enfrentamos a una composición de estructura más compleja, en donde la banda deja aparcada momentáneamente su habitual pegada para desde un arranque cadencioso abocarnos sobre un medio tiempo de trazas melódicas y ambientación introspectiva, incluyendo diferentes arreglos de cuerda que se encargaran de envolver el registro del vocalista para hacer que todo suene más emocional y emotivo, -contando también con la participación de la vocalista Melissa Bonny-, hasta que en la segunda mitad del tema nos propongan los pasajes épicos que precederán al lucimiento de ambos hachas.

Es quizás en esta segunda mitad del disco donde Primal Fear han querido innovar aunque sea mínimamente, y es que podríamos decir que en temas como “Scream”, la formación germana se sale de su zona de confort, ya que sin perder su identidad ni su pegada, suenan algo más contemporáneos, apostando por unos riffs más secos y cortantes para dar cobertura a unos coros con más tratamiento, y en general un ritmo más cañero, rotundo y por momentos casi marcial. “The Dead Don’t Die”, es otra de las que deja aparcadas las baterías supersónicas y los riffs aniquiladores para proponernos un medio tiempo muy marcado, -en el que los coros tendrán un papel preponderante-,con una cadencia muy poderosa y en donde Ralf Scheepers nos brinda algunos registros más graves de lo habitual, lo que hará que en contraposición su estribillo suene más luminoso y potente.

Puede sonar obvio. Pero sin duda creo que una de las mejores cosas que se puede decir del nuevo trabajo de una banda clásica como son Primal Fear, -que están a las puertas de cumplir las tres décadas-, es que muchas de sus nuevas composiciones llevan el inconfundible sello de la banda, ya que cualquiera que escuche por ejemplo “Crossfire”, sabe que está escuchando a Primal Fear. Y es que resulta imposible no caer rendido ante ese ataque de guitarras, al más puro estilo Priest, aunando contundencia y melodía, mientras Scheepers estira al máximo sus cuerdas vocales. En definitiva, una muesca más en la larga lista de trallazos de humeante heavy metal que ha firmado la banda a lo largo de su longeva trayectoria. Varios son los himnos que contiene “Domination”. Esos temas que de alguna forma le hacen a uno sentirse parte de la “hermandad metalera”, que están a medio camino entre himno y declaración de intenciones, y uno de ellos es “March Boy March”, que es otra de las que muestra la vertiente más despiadada y veloz del quinteto germano junto a un estribillo rotundo, aplastante, aunque a un punto menos de velocidad. Como cualquier disco de heavy metal que se precie, y “Domination” lo es, el álbum se cierra con la balada “A Tune I Won´t Forget”, nuevamente con la inclusión de los instrumentos de cuerda para dar mayor dramatismo a la sentida interpretación de Scheepers. Sin embargo, como ya comenté, para un servidor Primal Fear no han destacado nunca especialmente a la hora de encarar los temas lentos.

Creo que ya lo dije anteriormente, pero vuelvo a reiterarme. Lo mejor que se puede decir a estas alturas de un nuevo trabajo de Primal Fear es que la banda sigue manteniéndose fiel a sus raíces y al estilo que a muchos nos conquistó a mediados/finales de la década de los noventa. Sin embargo, he de admitir que sin ser un mal trabajo, ni mucho menos, creo que está un escalón por debajo de su antecesor “Code Red”. Y es que tras escuchar el disco me queda la sensación de Sinner y Scheepers podrían haber exprimido algo más a sus nuevos fichajes, y más teniendo en cuenta que ya han girado juntos. En cualquier caso, me da la impresión de que si la banda se hubiera limitado a presentar 8 o 9 temas estaríamos ante un disco poderoso y absolutamente intachable.



DISCOGRAFICA: REIGNING PHOENIX MUSIC


Lista de temas


01. The Hunter
02. Destroyer
03. Far Away
04. I Am The Primal Fear
05. Tears of Fire
06. Heroes and Gods
07. Hallucinations
08. Eden
09. Scream
10. The Dead Don’t Die
11. Crossfire
12. March Boy March
13. A Tune I Won’t Forget

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