lunes, 10 de marzo de 2014

BURNING KINGDOM+BLACK ROCK-SALAMANDRA 2-BCN-1-MAR-2014



Tras la publicación de su fantástico  "Simplified" a finales de 2013, la banda capitaneada  por el insigne guitarrista Manuel Seoane, Burning Kingdom, se enfrentaba a su primera gran revalida en directo, ofreciendo sendos conciertos en Madrid y Barcelona en los que la formación además de presentar sus nuevas composiciones  debería demostrar el talento y la calidad que atesoran cada uno de sus miembros.


En una semana copada de conciertos en la capital catalana,  la descarga de Burning Kingdom se presentaba como el reclamo perfecto  para movilizar a todos los amantes del hard rock melódico y de calidad. El marco escogido para la presentación en sociedad de estos remozados Burning Kingdom fue la acogedora sala 2 del Salamandra, un recinto ideal para seguir de cerca, y sin perderse el más mínimo detalle, las evoluciones de una banda internacional compuesta por auténticos pesos pesados de la escena. Liderados por el virtuoso guitarrista madrileño, los músicos  que acompañaron a Seoane fueron  prácticamente los mismos que grabaron "Simplified", contando con la participación estelar del vocalista Danny Vaughn, el batería Johnny Benson, el bajista Tobbe TosiGalen, y como principales novedades el concurso del teclista y ocasional guitarrista Rasmus Ehrnborn,- que sustituyó a Mikkel Henderson-, y la participación como corista de Bárbara Black.

Para ir calentando motores de cara al inminente desembarco de las estrellas de la noche contábamos con la actuación de los madrileños Black Rock. Liderados por la atractiva vocalista Bárbara Rock el cuarteto del foro salió a escena con mucha hambre y muchas ganas de diversión.  Amparados por una llamativa  puesta en escena, en la que además de su provocativa vocalista llamó la atención el atuendo  de  su batería Pol DQ, ataviado con un vistoso penacho indio, el cuarteto asaltaba las tablas dispuesto a hacernos pasar un buen rato desgranando los mejores cortes de su segundo trabajo "Just My Kiss".

Ante una sala en la que todavía continuaba entrando  el personal, el cuarteto daba el pistoletazo de salida a su show con la introducción que abre su nuevo plástico “The Warning Message”, para rápidamente empalmar con el fulgurante  "Rock N' Roll Riders", todo un soplo de aire fresco y vitalidad con el que la formación madrileña certificaba su crecimiento y evolución como banda, proponiéndonos un adictivo y marchoso hard rock muy influenciado por las grandes bandas de la escena americana. Aunque resulta evidente que el foco  de todas las miradas recae sobre Bárbara, todo un ciclón en directo,- que no paró de animar y moverse sensualmente sobre el escenario-, lo cierto es que el resto de sus compañeros también rayaron a gran altura, consiguiendo que temas como el sinuoso "Sexy Metal Woman", que fue dedicado a todas las mujeres presentes,  contagiara su ritmo frenético a las primeras filas.

Además de esas melodías rápidas y vitalistas tampoco faltaron los contagiosos coros contenidos en piezas como la efectiva "Fighters", que nos mostró la cara más afilada y macarra del cuarteto, o la llamativa  escenificación  de la rockera "10 Seconds To K.O.", que la vocalista interpretó ataviada con un batín y unos guantes de Boxeo. La nota de colorido, y uno de los puntos culminantes de su escueto show, vino de la mano de su versión del clásico de Mr.Big "Daddy, Brother, Lover, Little Boy", que consiguió recabar el apoyo del respetable, y que personalmente  debo reconocer que me supo a gloria.

El sprint final de su descarga estuvo marcado por la potencia arrolladora de la guitarrera "No Healer", durante la que la vocalista nos deleitó con otro de sus provocativos  bailes, y los aires más hard roqueros contenidos en "You Got a Light?" que sería la elegida para dar por finalizada la notable descarga de Black Rock.

Una vez concluida la actuación del  cuarteto madrileño, el pequeño escenario del Salamandra 2 se preparaba para acoger la descarga de Burning Kingdom. Y quizás fuera ese el único detalle que pudo empañar mínimamente la actuación de las estrellas de la noche, las reducidas dimensiones del escenario; ya que nos impidieron disfrutar en todo su esplendor del directo  de la banda, dejando en un segundo plano visual la actuación  del teclista Rasmus Ehrnborn , tapado por el altísimo bajista TosiGalen,  y la participación de la propia Bárbara Black, quien tuvo que permanecer, casi oculta, en la parte trasera del escenario. Pese a este mínimo detalle, lo cierto es que la actuación de Burning Kingdom fue realmente brillante, una gozada absoluta, y un auténtico disfrute para los oídos más exigentes y selectos que gustan de degustar  ese genuino hard rock impregnado de clase, elegancia y virtuosismo.

Acompañados de una grandilocuente introducción los integrantes de la banda salían a escena para abrir fuego con el tema que cierra y da título al álbum "Simplified", toda una declaración de intenciones con la que la formación ponía sobre la mesa sus credenciales, proponiéndonos esa elegancia y sofisticación de la que están impregnadas sus composiciones. Mención especial merece la  aparición es escena del carismático Danny Vaughn, último en hacer acto de presencia y   que se llevó gran parte de las miradas durante todo el show. Respaldados por un sonido potente, pero nítido, la actuación proseguía con ese derroche de clase y melodía  titulado "Watching As It Burns", que fue el elegido para que Seoane nos ofreciera el primer alarde solista de la noche.

Pese a que Burning Kingdom es el proyecto y la criatura del guitarrista madrileño, cabe destacar que para nada el show me pareció la típica descarga de un "guitar-hero" al uso, ya que Seoane supo repartir el protagonismo entre sus compañeros, poniendo su guitarra al servicio de cortes como el contagiosamente roquero "Big Bang", rescatado de su primer álbum, que puso a  toda la sala a saltar mientras tarareaba el contagioso estribillo. Aunque Danny intentó presentar algunos de los cortes en castellano, el vocalista todavía no tiene la fluidez necesaria para ello, así que finalmente acabó optando por introducir en inglés temas como "That' s My Boogie", que inundó la sala con su aire marchoso y vacilón, además de servir como vehículo para que Seoane volviera a sacar brillo a su instrumento, deleitándonos con otro fantástico solo.

Tampoco faltaron durante su descarga algunos pasajes más intensos y poderosos como el contundente arranque de “From On High”, con la batería de Johnny Benson haciendo crecer el tema hasta su posterior explosión melódica, con la voz de Danny poniendo el toque de clase  y distinción,  bordando unos estribillos compactos y pegadizos que se verían nuevamente rematados por la fulgurante guitarra de Seoane. Con la gente totalmente entregada, y disfrutando al máximo de la descarga de la banda, llegaba el momento de dejarnos imbuir por los aires más frescos y desenfados del hard roquero “The One That Almost Got Away”, que se convirtió en la excusa perfecta para que Danny pusiera, una vez más,  a toda la sala a cantar.

Otro detalle a destacar de la actuación de Burning Kingdom fue que en ningún momento me dio la impresión de que la banda sonara forzada o falta de rodaje, sino que desde el escenario la banda transmitía una honestidad y una profesionalidad que hacía que cortes que ya en el disco suenan realmente finos y compactos, en directo alcanzaran una nueva dimensión, como sucedió con “Falling Down”, que si bien en su versión de estudio no me acaba de convencer, en directo sonó verdaderamente brutal con su volátil melodía siendo perfectamente respaldada por la base rítmica que formaron Johnny Benson y TosiGalen. Otro de las composiciones rescatadas del primer álbum de la banda fue, el tema que le daba título, el contagioso “Livin´ Now”, que se convirtió en uno de los pocos momentos en los que  Seoane asumió el liderato de la banda sobre las tablas.

Tras recibir una nueva ovación, de manos de un público que se mostró muy participativo durante todo el show, era el batería Johnny Benson quien se quedaba solo en escena para mostrarnos sus habilidades técnicas en un solo corto pero intenso, que acabaría dejando paso a una crítica “We Are A Wall”, que se convertiría en una en una de las piezas más coreadas de la noche, y que sirvió para que Danny Vaughn nos presentará, uno a uno, al resto de sus compañeros.

Pero sin duda, uno de los momentos más emocionantes y emotivos de la velada llegó cuando el guitarrista madrileño se adueñó del centro del escenario para dar vida a la grandilocuente “Walking Alone”, una auténtica joya contenida en el primer álbum de Burning Kingdom que ya nos mostraba el talento y la elegancia de un, por aquella época, jovencísimo Manuel Seoane. La encargada de finiquitar esta primera parte del show fue la eléctrica y machacona “Killing Time”, que sería la encargada de mostrarnos la vertiente más contundente y metálica de la formación.

No se hicieron derogar mucho para su retorno sobre las tablas, y con su vuelta llegaron también las sorpresas que convertirían una excelente velada en un show sobresaliente. Contando Burning Kingdom con un vocalista del calado y la trayectoria de Danny Vaughn resultaba evidente que durante algún momento de la noche tendríamos la ocasión  de deleitarnos con algo de su material más clásico. Y esa oportunidad llegó al reconocer el respetable los primeros compases del “Heaven Tonight” de Waysted, haciendo las delicias de un público que alcanzó el éxtasis absoluto al abordar la banda el clásico de Tyketto “Wings”, que consiguió poner la sala patas arriba, con todos los presentes a cantando intensamente el estribillo. La encargada de poner el broche definitivo a la descarga de Burning Kingdom fue otra de las piezas contenidas en el debut de la banda la contagiosa  “Rock On The Radio”, un arrollador himno roquero que conseguía mantener el clímax creado por las dos versiones anteriores para  cerrar la noche por todo lo alto.

Tras los acostumbrados saludos, y el indispensable reparto de baquetas y púas, la banda al completo estuvo durante mucho rato  firmando entradas, haciéndose fotos, o simplemente charlando con cualquier fan que se acercó a  saludarles. En resumen, excelente actuación de Burning Kingdom que demostraron que, lejos de ser tan solo un proyecto de estudio, son una banda en toda regla. Un detalle que puede ser significativo de la excelente impresión que dejo la banda en  su presentación catalana fue que al finalizar la  actuación  los compactos que se vendían en el  stand de “merchandising” estaban totalmente agotados. Tras haber sido testigo del excelente potencial de la banda en directo solo queda desearles toda la suerte del mundo, y esperar que el proyecto pueda  tener continuidad con un nuevo álbum que venga a  consolidar, definitivamente, a una formación que puede ofrecernos muy buenos momentos de cara al futuro.

TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER


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