miércoles, 10 de diciembre de 2025

KATATONIA+EVERGREY+KLORG-SALAMANDRA-L´HOSPITALET DE LLOBREGAT-BCN-2-DIC-2025


La evolución musical no siempre ha sido bien acogida por los fans de determinadas formaciones. Mientras que algunos de los nombres imprescindibles dentro de la escena rockera han cimentado su dilatada trayectoria en mantenerse siempre fieles a un estilo y una filosofía muy concreta y determinada, gran parte de las bandas aparecidas en la década de los noventa, y que han prolongado su andadura hasta nuestros días, han basado su carrera en ir mutando, adaptándose a los tiempos y, en definitiva, siendo permeables a algunas de las nuevas corrientes y sonoridades que han ido apareciendo. Surgidos a principios de la década de los noventa como parte de la escena sueca más oscura, Katatonia han ido mutando su propuesta constantemente, algo que ha propiciado que algunos que les apoyaron en sus primeros años hayan acabado dándoles la espalda. Sin embargo, esa apertura de miras también les ha permitido ampliar su base de seguidores, contando con el beneplácito de unos fans que se han ido fidelizando hasta convertir a la banda que lidera Jonas Renkse en un nombre mítico, reputado y muy particular dentro de la escena europea.

La presentación de su  más reciente entrega discográfica  “Nightmares As Extensions Of The Waking State”, se convertía en la excusa perfecta para volver a pisar tierras catalanas, haciendo escala en esta ocasión en un Salamandra que acabó registrando  una buena entrada, y más si tenemos en cuenta que la descarga estaba programada para una gélida tarde/noche de martes del mes de diciembre. Por si la sola presencia del combo de Estocolmo no fuera reclamo suficiente para movilizar al personal, para abrir la velada contaríamos con la presencia de una formación italiana que en los últimos tiempos se ha dejado caer con bastante asiduidad por nuestros escenarios:Klogr. Mientras que para amenizarnos la espera antes del desembarco de Katatonia contaríamos con la presencia de una banda mítica dentro de la escena progresiva europea como son las huestes que lidera el incombustible Tom S. Englund: Evergrey.



Para cuando aparecieron sobre el escenario los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada, Klogr, la sala presentaba aún un aspecto bastante desangelado. Afortunadamente, a medida que fue desarrollándose la descarga de la banda que capitanea el carismático Gabriele 'Rusty' Rustichell, el recinto fue tomando colorido y ganando en ambientación. Antes de empezar a desgranar lo que fue la descarga del combo de Carpi, me gustaría destacar que, al igual que sucediera con las descargas de Evergrey y Katatonia, los italianos contaron con una gran pantalla trasera sobre la que se fueron sucediendo diferentes proyecciones que guardaban relación con la temática de los temas que interpretaron. Sin embargo, lo que no acabó de convencerme fue la iluminación, ya que en algunos momentos me pareció bastante pobre.


Precedidos de una cuenta atrás, el cuarteto irrumpía sobre el escenario para abrir fuego de forma convincente, dejando claro que no estaban dispuestos a  ejercer como meros comparsas, sino que llegaban con la consigna clara de aprovechar su tiempo para tratar de  pescar algún nuevo seguidor entre los fans de Katatonia. Y para ello que mejor que recurrir a la impactante pegada de una vieja favorita entre sus fieles como es “Guilty And Proud”. Firmemente posicionado sobre el escenario, luciendo su larga y blanca perilla, “Rusty” fue quien se encargó de llevar el timón de la descarga de los italianos, guiando la nave a través de las envolventes y serpenteantes melodías que marcaron  “The Wall Of Illusion”.


Con la banda ya entrada en calor, y contando con el respaldo de un público cada vez más numeroso, llegaba el momento de brindarnos una primera incursión en su material más reciente, -el que forma parte de “Fractured Realities”-, dando buena cuenta de los emocionales y vibrantes increscendos que sirvieron para moldear “Gravity Of Fear”. Basando su propuesta en un sonido camaleónico, poliédrico y de difícil catalogación, tal y como dejaron patente a lo largo de “White Eyes”, y “One Of Eight”, los italianos también quisieron dejar patente su gusto por las guitarras crudas, incisivas y descarnadas a la hora de atacar piezas como “Bleeding”, en cuyo video, según nos comentó el propio “Rusty”, aparece su colega Art Cruz, batería de los americanos Lamb Of God.


El golpe de gracia para una descarga potente, entretenida y que a muchos se nos pasó como un suspiro, corrió por cuenta de los aromas más cercanos a las sonoridades alternativas que nos llegan de la otra orilla del “Charco” que el cuarto desplegó a lo largo de “Guinea Pigs”. Tras la habitual foto de familia, la banda abandonaba el escenario con una sonrisa dibujada en el rostro y con la satisfacción del deber cumplido. Así que “Rusty” no vaciló a la hora de convocar a sus seguidores para intercambiar impresiones en el puesto de “merch”.



Para muchos, incluido un servidor, la descarga de Evergrey constituía uno de los puntos destacados de la velada. Ante una sala ya muy concurrida y utilizando el mismo apoyo escénico que los italianos, es decir la enorme pantalla trasera sobre la que se fueron sucediendo diferentes proyecciones, tomaban posiciones en el exiguo espacio que les quedó como escenario los miembros de Evergrey. Con la batería a un lado y comandados por la imponente figura de su grandullón frontman, Tom S. Englund, la formación sueca dispuso de poco más de cuarenta minutos para repasar sus tres décadas de andadura.


Me gustó mucho su sonido: potente, nítido, y muy equilibrado; dándonos la oportunidad de zambullirnos de lleno en las diferentes ambientaciones que crearon a lo largo de un repertorio muy variado, en el que su trabajo más visitado fue su más reciente “Theories Of Emptiness”, que vio la luz a mediados del pasado año. Y, por supuesto, tampoco faltó su último sencillo, que recientemente publicaron como adelanto de lo que será su  próxima entrega de estudio, y que a la postre fue el corte con el que rubricaron su descarga “OXYGEN!”.


Viendo el entusiasmo y la pasión con la que el público catalán acogió al combo sueco, me dio la impresión de que gran parte de los presentes estaban más que familiarizados con su material. Así que la banda arrancó confiada, mostrándose sólida, compacta e implacable desde que abrieron fuego con “A Silent Arc”, que combinaba de forma solvente desarrollos más intensos con partes más cañeras y agresivas, en las que su batería
Simen  Sandnes, se ponía en pie para espolear al personal que ocupaba las primeras filas. Tras alzar los cuernos de forma triunfal, Tom S. Englund se dirigía al personal para hacer que el nivel de euforia no decreciera a lo largo de “King Of Errors”, que se convirtió en el lienzo perfecto para que el guitarrista  Stephen Platt nos deleitará con un desarrollo solista cargado   de  feeling e intensidad.


Como comenté anteriormente, Evergrey eran conscientes de que esta noche no disponían de mucho tiempo. Así que Tom se encargó de recalcarlo. El ritmo que los suecos imprimieron al show fue trepidante, enlazando casi todos los temas, sin dejar que el nivel de intensidad decreciera ni por un instante. De modo que tras firmar una dupla demoledora, y muy descriptiva de lo que es su estilo, los teclados de Rikard Zander se dejarían notar con fuerza a la hora de flanquearnos el paso hacia “Distance”, que, con parte de su letra proyectada en la gran pantalla trasera, fue la elegida para representar el material de lo que fue su obra de 2016: “The Storm Within”. Con la banda rayando a un excelente nivel, y con el ambiente ya bastante caldeado,  -nunca mejor dicho  gracias a las proyecciones-, llegaba el momento de adentrarnos de lleno en  “Where August Mourn”.

Por supuesto que tras semejante derroche  de garra e intensidad, en el que la banda dejó patente que se encuentra en un buen momento de forma, llegaba el momento de cambiar radicalmente de registro. Así que con el escenario sumido en la más absoluta penumbra los teclados de Zander  se encargarían den envolver el registro de Tom a la hora de  abrir “Cold Dreams”, para posteriormente apretar los dientes y mostrarnos su vertiente más potente y afilada antes de acabar recabando la cerrada ovación de un público que se lo estaba pasando en grande. Tampoco se dejaron en el tintero, ya en la parte final del show, una trepidante sesión de headbanging a la hora de acompañar los pasajes más rocosos y ásperos de “Falling From The Sun”, que nos acabaría conduciendo sobre ese pegadizo estribillo que fue coreado por sus incondicionales con el puño en alto ante las caras de satisfacción de los miembros de la banda.


No hubo tiempo para mucho más. No obstante antes de abandonar el escenario llevándose como valioso botín una merecida ovación de gala, la formación sueca todavía tuvo tiempo de mostrarnos un destello en forma de adelanto de lo que será su próximo trabajo, que verá la luz el próximo 2026, dando buena cuenta de “OXÍGEN!”. Aunque su descarga acabó siendo demasiado corta, lo cierto es que Evergrey cumplieron con creces con las expectativas, firmando un show a la altura de lo que sus fans esperaban de ellos.



Tanto durante la descarga de Klogr, como la de Evergrey, a muchos nos llamó la atención  que ambas formaciones disfrutaron de un espacio escénico bastante reducido, y es que el equipo de Katatonia estaba ya montado tras el suyo. Sin embargo, eso no significó que el combo de Estocolmo llevará un montaje escénico excesivamente complejo, ya que dejando a un lado la gran pantalla trasera, -sobre la que nuevamente volverían a proyectarse diferentes imágenes y animaciones que guardaban relación con los temas interpretados-, únicamente contaron con un par de plataformas situadas una a cada lado de la batería, que en este caso sí que estuvo ubicada en una posición central.

En cuanto al repertorio, no creo equivocarme al sentenciar que no hubo sorpresas, y es que imagino que no muchos de los presentes esperaban escuchar algún representante de lo que fueron sus primeras entregas. Así que su repertorio de esta noche estuvo básicamente centrado en el material que han facturado en las últimas dos décadas, haciendo especial hincapié en los temas de su más reciente: “Nightmares As A Extensions Of The Waking State”. En cualquier caso, si hay una cualidad que ha acompañado siempre al combo que lidera Jonas Renkse es la sobriedad. Así que vestidos de riguroso negro, los miembros de la banda tomaron posiciones sobre el escenario mientras sonaba una inquietante introducción que acabaría  desembocando en las ambientaciones introspectivas y minimalistas que sirvieron para dar forma a la inicial “Thrice”. Lo primero que llamó la atención fue la sutileza y la elegancia a la hora de abordar esos increscendos preñados de intensidad y melodía a partes iguales que sirvieron para captar la atención de unos seguidores que, aunque se mostraron bastante estáticos, no se perdieron ni un detalle de lo que sucedida sobre el escenario, con el quinteto abordando algunos tempos más crujientes y machacones.


El recibimiento que les tributó el público barcelonés fue de lo más efusivo. Así que tras inaugurar la velada con una pieza de nuevo cuño, -que de alguna forma ponía de manifiesto, -muy a las claras-, algunas de las inquietudes y la actual orientación que ha tomado la propuesta del combo sueco, tocaba ofrecer un primer “caramelo” a sus seguidores más veteranos, invitándonos a viajar prácticamente dos décadas atrás en el tiempo para sumergirnos en las atmósferas más opresivas, y por momentos melancólicas, de “Soil’s Song”. Una vez consumado el protocolario saludo, durante el que Mr. Renkse se dirigió por primera vez al personal, era un buen momento para proponernos una segunda inmersión en su material más reciente dando buena cuenta de “The Liquid Eye”, que fue recibida con algarabía por sus seguidores, y que nos dejaba con el sinuoso  bajo de Niklas Sandin marcando el paso de forma certera e implacable.


Una de las principales novedades en el seno de la formación sueca vino  dado por la incorporación de su nueva dupla de “hachas”: Nico Elgstrand y Sebastian Svalland,- ambos viejos conocidos de la escena death metalera sueca-, y eso fue algo que se notó en la visceralidad  con la que sonaron algunos de los pasajes más cañeros e incisivos de “Austerity”, que fue la elegida para invitarnos  a visitar su anterior “Sky Void Of Stars”. Las melodías se tornarían más majestuosas y grandilocuentes cuando el quinteto centró su objetivo sobre “Rein”, que nos dejaba con la estampa de Mr. Renkse tomando una de las plataformas que había junto a la batería para desde allí lanzar unos inquietantes alaridos antes de encarar su vibrante y épica recta final.


Una vez más, el ritmo que estaba llevando el show volvería a ralentizarse, en esta ocasión gracias a la montaña rusa de intensidad y emociones que nos transmitió la pieza que servía como apertura para “The Great Cold Distance”: “Dead Letters”, que a la postre acabó convirtiéndose en otra de las más celebradas entre su cohorte de incondicionales. Cualquiera que haya seguido la trayectoria de la banda convendrá con un servidor que una de las señas de identidad del combo sueco es su facilidad para mutar de propuesta. Así que esta noche no faltaron las ambientaciones más oscuras, rotundas y melancólicas que marcaron piezas como “Nephilim”, que con el escenario teñido de rojo, y posicionada en el ecuador del show, se acabó convirtiendo en uno de los puntos culminantes de la velada.


Con imágenes de ciervos, -como el que aparece en la portada de su último lanzamiento-, y contando con los “oes” de los que ocupaban las primeras filas, el quinteto nos invitaba a dejarnos imbuir por las atenazadoras melodías de un “Wind Of No Change”, que nos acabarían abocando sobre las invocaciones al maligno, proclamando un rotundo “Hail Satan” al encarar  sus abruptos increscendos mientras el personal alzaba sus cuernos al aire. Un nuevo viraje estilístico nos conduciría hasta los tempos más relajados junto a las pinceladas electrónicas que marcaron los compases iniciales de “The Longest Years”. Sin duda, para todos los que gustan de la faceta más netamente progresiva que de alguna forma ha marcado muchos de los mejores momentos de los últimos lanzamientos de la banda, esta noche tendrían ocasión de disfrutar de la oscura introspección de “Old Heart Falls”, con la proyección del órgano presdidiendo la sala.


Las guitarras no tardarían en recuperar todo el protagonismo para dar el pistoletazo de salida  a una recta final que estuvo marcada por la consistencia melódica de la siempre efectiva “July”, que nos dejaba a la  banda agrupada en círculo en la parte frontal del escenario para abandonarse al headbanging al encarar sus desarrollos más enérgicos. Muchas, y muy variadas, fueron las caras que Katatonia mostraron a lo largo de la velada. Hubo momentos intensos, vibrantes, otros más cañeros y, por supuesto, algunos en los que lo emocional se impuso a la potencia. Precisamente, una de las piezas que aglutinó de forma certera algunos de los diferentes elementos que marcaron la descarga de los suecos fue “Lethean”, combinando una sección rítmica rotunda, melodías inquietantes y unas líneas vocales reflexivas y cargadas de  emoción.


Para poner el punto y seguido a la velada el quinteto eligió “No Beacon To Illuminate Our Fall”, que arrancaba de forma bucólica para rápidamente cambiar el paso e irse envenenando hasta acabar convertida  en un torbellino emocional que terminó desembocando en la última de la nuevas que interpretaron esta noche: “In The Event Of”. No tardarían mucho en regresar sobre el escenario para volver a hacernos sucumbir con su particular alquimia de melodías minimalistas  y desarrollos más musculosos y, por momentos, impenetrables con los que se dedicaron a moldear la definitiva “Forsaker”.


No defraudaron. Katatonia nos brindaron el show más completo que personalmente les he visto en los últimos quince años, presentando una puesta en escena sobria pero convincente y efectiva; junto  a un repertorio equilibrado que mostró  las diferentes facetas de la banda en los últimos veinte años. Aunque, personalmente, creo que podrían haberse permitido, -aunque solo fuera para complacer a quienes les hemos seguido desde sus inicios-, algún guiño a lo que fueron sus primeras entregas de estudio.







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