jueves, 9 de febrero de 2017

LEO JIMENEZ-BIKINI-BCN-4-FEB-2017



Uno de los vocalistas más carismáticos del panorama nacional arribaba a la Ciudad Condal para  presentar en sociedad su última entrega discográfica  "La Factoría Del Contraste". A diferencia de lo que sucediera en anteriores ocasiones, Leo Jiménez y sus muchachos prefirieron dejar su habitual visita a la capital catalana para cuando el plástico estuviera ya bastante rodado, algo que propició que sus nuevas composiciones gozaran de  una excelente  acogida. Era una noche complicada, ya que su descarga coincidía con la del canadiense Devin Townsend, pero la fidelidad y lealtad de los seguidores del fuenlabreño  sirvieron para que la Sala Bikini acabara registrando una fantástica  entrada. 

Desde que Leo se diera a conocer ante el gran público como el cantante de Saratoga, el frontman ha conseguido hacerse un hueco entre los seguidores del metal más tradicional, pero su amplitud de miras a la hora de enfocar sus posteriores proyectos le han servido para enganchar a su propuesta a las nuevas generaciones. Pero sería injusto decir que todo gira en torno a la figura del vocalista, ya que si algo llama la atención es la sintonía de la banda sobre las tablas, y la sensación de que funcionan como un  equipo sólido y compacto, en el que todas sus piezas resultan fundamentales para ofrecernos casi  dos horas de metal potente, cañero y rebosante de actitud y entrega. Pese a que en los días previos a la cita se conocieron  las primeras fechas del regreso  de Stravaganzza, lo cierto es que Leo pasó casi de puntillas sobre el tema, ofreciéndonos únicamente una breve mención durante el tramo final del show.

Con puntualidad británica y tras una espera amenizada por una buena sesión de blues, el quinteto aparecía sobre las tablas acompañado de una grandilocuente introducción  y  contando como único adorno escénico con un gran telón de fondo en el que podía leerse el nombre del vocalista junto a la leyenda "Fuerza y Honor". La encargada de dar el pistoletazo de salida al show  sería “Desde Niño”, que nos sorprendía con sus afiladas guitarras  para crear un clima de comunión total con la audiencia que se mantendría durante toda la velada. Habiendo recibido la cálida acogida de una enfervorizada audiencia tocaba dejarse imbuir por la rotundidad de la base rítmica que conduciría la corrosiva “Condenado”, que se convertiría en el vehículo perfecto para que Antonio Pino  nos ofreciera el primer alarde solista de la noche.

Y es que el ataque a tres guitarras que nos ofrecieron Leo, Rufo y Antonio propiciaría que temas como “Misantropía”, sonaran poderosos y amenazantes, desatando la euforia de unas primeras filas que, siguiendo las indicaciones del frontman, elevarían sus cuernos al aire. Aunque en ningún momento el show perdió su dinámica intensidad, Leo no se olvidaría durante la presentación de “A Volar”, de todos los amantes de la velocidad y las motos, para posteriormente dejarnos la estampa de la tripleta de “hachas” ocupando el centro del escenario antes de conducirnos sobre un final épico, con el vocalista estirando al máximo sus cuerdas vocales  para recabar una de las mayores ovaciones  de la noche.

Aunque para todos Leo siempre será considerado como un excelente  vocalista, lo cierto es que los momentos en los que más se le vio disfrutar, haciendo headbanging junto a sus compañeros, fue empuñando la guitarra para atacar los demoledores riffs del reivindicativo “Hambre”, que abría el extenso capítulo dedicado a su último redondo. Con la gente completamente entregada y acompañando  con palmas llegaban los primeros compases de “Con Razón O Sin Razón”, que acabaría recabando otra monumental ovación. El primer respiro de la noche estaría reservado para los aromas acústicos de “Vuela Alto”, que nos permitía recobrar el aliento tras un electrizante arranque.

No dudaría mucho la tregua, ya que al igual que sucede en “La Factoría Del Contraste”, para “El Dilema”, aparecería en escena un invitado muy especial, Mero Mero de Cuernos De Chivo, que se encargaría de dar la réplica con unos rotundos guturales que harían retumbar los cimientos del local. El tándem vocal se mantendría para “Soy Libertad”, donde a mitad del tema Leo abandonaría por primera vez la guitarra para concentrarse en su faceta de frontman, clavando su rodilla en el suelo para escenificar un tortuoso final mientras Mero Mero  se golpeaba desafiante el pecho.

Como reza su último trabajo  esta sería una noche de contrastes. Así que tras semejante derroche de rabia y agresividad tocaba cambiar radicalmente de registro y dejarnos arrastrar  por las sugerentes melodías de “Ojos Así”, que serviría para que gran parte del público coreara su pegadiza melodía central siguiendo las indicaciones de un complacido  Leo. Nuevamente, Antonio volvería a empuñar la acústica para adentrarnos en el dramatismo de  “Caballo Viejo”.

Tal y como nos había prometido Leo, Mero Mero retornaría sobre las tablas para volver a aportar su brutalidad extrema en “No Hay Más Canciones Para Ti”, para la que el vocalista volvería a colgarse la guitarra. Un brillante solo del batería Carlos Expósito, (fundamental en los coros a lo largo de toda la noche),  nos abocaría sobre el tramo final del show con una coreadísima “Tu Destino”, tras la que los músicos se perderían entre bambalinas por primera vez.

No tardarían mucho en regresar sobre las tablas para que Leo nos presentara a sus compañeros antes de arrancar los bises  con la versión de Cómplices “Es Por Ti”, que fue coreada como si de un himno metalero se tratara. Pero sin duda uno de los momentos de la noche fue cuando Leo recordó que Saratoga estaban esa misma noche descargando en Madrid antes de atacar dos temas del mítico “Agotarás”: “Parte De Mí”, la emotiva canción que compuso para su abuelo, y la estratosférica “Resurrección”, que sonó absolutamente imparable con dos guitarras y que fue acompañada por un  circle pit. El epílogo para estas dos horas de metal lo pondría la  versión del clásico de Mecano “Hijo De Luna”.

Habrá quien piense que   si Leo se decantara por una propuesta más tradicional y melódica ahora mismo estaría  tocando en recintos de mayor aforo, pero lo que nadie puede discutirle al fuenlabreño es su honestidad, su empeño a la hora de  innovar  y no repetirse, y, ante todo,  su capacidad para firmar unos directos apabullantes.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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