Lejos queda la segunda mitad de la década de los
noventa, cuando el power metal facturado
en el continente europeo era el dominador absoluto de la escena metálica, gracias
a una segunda generación de bandas que seguían la senda trazada durante los
ochenta por bandas como Helloween, Gamma Ray o Blind Guardian. Siguiendo el
legado de los famosos “Keepers”, la escena
estaba copada por bandas como Hammerfall, Edguy, Rhapsody o los propios
Stratovarius, que durante esos años se
convirtieron en unos habituales de los escenarios españoles, descargando por
diferentes salas y festivales.