miércoles, 9 de julio de 2014

ROCK FEST-BARCELONA-4-JUL-2014



Hacía tiempo, mucho tiempo que la capital catalana y su cinturón metropolitano no disfrutaban de un festival de heavy metal que reuniera en su cartel un buen elenco de formaciones tanto nacionales como internacionales dentro del rock. Quizás, lo más próximo han sido las últimas ediciones del festival itinerante Sonisphere, pero en cualquier caso, no acierto a recordar un cartel de dos jornadas dedicadas integramente  al hard rock y al heavy metal dentro de la Ciudad Condal.

El escenario escogido para esta primera edición del Rock Fest era el Parc de Can Zam de Santa Coloma, un recinto amplio a las afueras de la localidad que, pese a las reticencias de muchos, acabó resultando una excelente ubicación. Como suele ser habitual en la mayoría de los festivales nacionales, hubo durante estos dos días muchos aciertos organizativos: una buena cantidad de aseos, un acceso rápido al recinto, así como la posibilidad de entrar y salir del mismo. Pero en contrapartida también hubo varios detalles que tendrían que mejorarse de cara a futuras ediciones como: una preocupante escasez de sombras para protegerse del inclemente sol que castigaba nuestras cabezas a primeras horas de la tarde, algún puesto más de comida ( ya que tres puestos se me antojan totalmente insuficientes para abastecer de forma ágil a una numerosa audiencia como la que se congregó durante el segundo día), y ,como no, unos precios, tanto en la bebida como  en la comida, excesivamente altos.

Dejando a un  lado todos estos detalles, subsanables de cara a futuras ediciones, lo que es el festival en sí estuvo bastante bien. Las actuaciones principales tuvieron como marco un escenario grande, alto y perfectamente ubicado, que permitía su visualización desde la extensa explanada central. Aunque quizás sí que se hubieran agradecido unas pantallas laterales que hubieran favorecido el visionado de los conciertos a los que estaban más alejados.

Por otro lado, me pareció un rotundo acierto de la organización la inclusión de un segundo escenario “Rock Tent”. Un espacio ubicado dentro de una carpa y por el que fueron desfilando un montón de bandas, - la mayoría de versiones-, que durante los tiempos muertos del escenario principal dispusieron de treinta minutos para darse a conocer.


KAPICHE CLUÉ

Los encargados de abrir el festival fueron los locales Kapiche Klú quienes,  ante un público todavía escaso y formado mayoritariamente por amigos y vecinos de la localidad, nos ofrecieron treinta  desternillantes  minutos de rock mestizo y diversión.

Aunque el sonido, al igual que sucediera durante las primeras actuaciones de la tarde, no fue especialmente brillante, su rock n´roll cachondo y crítico a partes iguales sirvió para arrancarnos las primeras sonrisas del día. Así que temas disparatados y sátiros  como  el funkero “Gordito” o el contagiosos “Yo No Fumo”, sirvieron para ayudarnos a sobrellevar el asfixiante calor. Pese a lo desenfadado de su propuesta, el cuarteto de Santa Coloma también quiso dejar algún “recadito” a las instituciones y no se olvidó de la difícil situación laboral por la que atraviesan algunos de sus vecinos, mostrándose bastante ácidos en algunas de sus letras. Pero sin duda el ambiente festivo propició que temas como “Borracho”  se acabaran convirtiendo en todo un vaticinio sobre como finalizarían esta primera jornada del  festival algunos de los presentes.

En definitiva, diversión, mestizaje musical  y buen rollo fueron las principales bazas que explotaron los locales Kapiche Klú para abrir esta primera edición del Rock Fest.


LACUNA COIL

Los siguientes en hacer acto de presencia y tomar posiciones sobre el escenario, siendo la primera representación internacional, fueron los italianos Lacuna Coil. La veterana formación milanesa, liderada por la dupla de vocalistas que forman Andrea Ferro y Cristina Scabbia, salió a escena a una hora muy temprana, las 16:30 horas. Pese a ello, ni lo intempestivo del horario, ni el intenso calor que azotaba  en esos momentos el Parc de Can Zam fueron un obstáculo para que los transalpinos desarrollaran su trabajo.


En cambio, lo que si condicionó, y mucho, su actuación fue el fuerte viento racheado, que se levantó impidiéndonos disfrutar de un buen  sonido, y un inoportuno problema en la batería, que obligó a parar el show durante unos minutos después de la interpretación del tema de apertura. Pese a estos desafortunados contratiempos, salvados con buen humor por  la simpática Scabbia, los italianos nos ofrecieron cincuenta  intensos minutos de poderoso metal gótico, proponiéndonos un show en el que fueron protagonistas los dos últimos lanzamientos de la formación “Dark Adrenaline” (2010)  y “Broken Crown Halo” (2013). De modo que piezas como “Trip Of Darkness”, o el crujiente “Kill The Light”, se fueron alternando con composiciones de su último trabajo como  “Death & Rise” o “Victims”, que quedó algo deslucida debido a los problemas técnicos.

Aunque parece que la formación italiana hace años que encontró la fórmula perfecta para su propuesta, lo cierto es que la dualidad vocal que forman  Scabbia y Ferro sigue sonando igual de  poderosa y equilibrada que antaño,  y continua siendo  el máximo baluarte de los transalpinos en directo. Aunque personalmente creo que Cristina  es cada vez más protagonista sobre las tablas, y no solo por ser el blanco de la mayoría de las miradas  sino porque es ella quien se encarga de presentar la práctica totalidad de los temas, ejerciendo como maestra de ceremonias.

Además del material incluido en sus dos últimas referencias de estudio, la banda no quiso desaprovechar la ocasión para recuperar alguna pieza clásica de su discografía como “Fragments Of Faith”, que disfrutó de una muy cálida acogida por parte de las primeras filas, o “Heaven´s A Lie”, que se convirtió en la excusa perfecta para ponernos a todos a cantar. Las elegidas para poner el broche definitivo a su actuación fueron la novedosa “Nothing Stands In Our Way”, que nos dejó la imagen de gran parte de la audiencia levantando sus puños para gritar junto a la vocalista un poderoso “We Fear Nothing”,  y la envolvente “Our Thruth” rescatada de su “Karmacode” de 2006.


STRATOVARIUS

A medida que la tarde avanzaba  el recinto se fue  poblando lentamente  de seguidores que empezaban dar colorido a la zona habilitada para los conciertos. De modo  que a las seis de la tarde un buen número de aficionados se congregaban frente al escenario para seguir las evoluciones de una autentica leyenda dentro de la escena power europea, Stratovarius. Aunque muchos perdieron la pista a la formación finlandesa tras la salida de su guitarrista y fundador Timo Tolkki, la banda, capitaneada ahora por el vocalista Timo Kotipelto y el teclista Jens Johansson, ha seguido haciendo giras y facturando trabajos como Polaris (2009), Elysium (2011) o Nemesis (2013), con los que han sabido revitalizar su sonido gracias a la inyección de ilusión y sabia nueva  que han aportado los nuevos miembros, el bajista Lauri Porra y el guitarrista Matias Kupiainen,  consiguiendo mantener el nombre de una formación clásica que alcanzó sus cuotas de máximo esplendor a finales de la década de los noventa.

Precisamente sería un tema de su época dorada, el vertiginoso “Speed Of Light” el encargado de dar el pistoletazo de salida a su efectiva descarga. Encabezados por un Kotipelto brillante, que sigue manteniendo intacto el “feeling” y la elegancia en su registro, la banda se abalanzó sobre una cuidada selección compuesta  por clásicos del power l y antiguas favoritas de sus seguidores. De modo que de su época más clásica no faltaron trallazos del calibre de “Legions”, que hizo vibrar intensamente al respetable, o un portentoso “Paradise”, que casi dos décadas después sigue conservando su plena vigencia y su mensaje altamente crítico. Siguiendo con esa filosofía  de concienciación y respeto  hacia  el medio ambiente tampoco quisieron dejar aparcado un coreadísimo “Hunting High And Low”, que puso a todos los presentes a cantar como si les fuera la vida en ello.

De su última etapa no faltaron piezas como “Deep Unknown”, en los compases iniciales del show, con Kotipelto demostrando  que sigue manteniendo intactas sus facultades vocales, poniéndose a jugar con las armonías que le proponía Matias Kupiainen con su instrumento. Algo más oscura y virtuosa sonó la pieza compuesta por el teclista  Jens Johansson para su último trabajo “Nemesis”, la acelerada “Dragons”. Sin abandonar su última obra, también hubo tiempo para esa muestra de sutileza y elegancia que lleva por título “Unbreakable”, que sirvió para que el hacha de los finlandeses, Matias Kupiainen, nos dejara una buena muestra de su talento y virtuosismo.

Pero sin duda si hubo un momento realmente emocionante  para los antiguos fans de la banda este llegó con la interpretación de ese añorado “Black Diamond”, rescatado de su magistral   “Visions” de 1997  y que nos dejó la imagen de la silueta del vocalista recortada contra el viento dando al momento un aire emotivo y, hasta cierto punto, épico.

 Seguramente habrá quienes  piensen que los finlandeses tienen ya poco  que  decir a estas alturas de la película, ya que sus mejores momentos quedaron atrás hace muchos  años. Pero para los que pertenecemos a esa generación que se empapó intensamente del  power metal  de mediados de  los noventa resulta difícil no   emocionarse cuando el quinteto empieza a echar mano de sus composiciones más clásicas.



MEDINA AZAHARA

Tras la doble descarga de metal internacional llegaba el momento de una de las formaciones más longevas de la escena roquera nacional, Mediana Azahara. Pese a que algunos pudo parecerles un tanto sorpresiva la inclusión de los cordobeses en un festival de estas características, lo cierto es que los andaluces demostraron seguir conservando un buen tirón entre el público catalán. De modo que a la hora prevista para el inicio de su actuación, las 19,30 horas, un buen número de fieles, algunos niños y muchos curiosos aguardaban impacientes  la salida de la mítica formación capitaneada por el incombustible vocalista Manuel Martínez.

Los cordobeses,  conscientes de que la de esta tarde era  una actuación de festival y no para sus más fieles incondicionales, se decantaron por un repertorio de grandes éxitos, dando a su descarga un ritmo ágil y  dinámico, y  consiguiendo  que su descarga se pasara como un suspiro dejando un fantástico sabor de boca entre todos los asistentes.

Haciendo gala de su profesionalidad y de su contrastada experiencia la banda abría su descarga con “Algo Nuevo”, con un sonido todavía algo embarullado, para rápidamente dejar paso a los teclados que marcarían los primeros compases de “Palabras De Libertad”. Además del enorme carisma que desprende Manuel Martínez sobre el escenario, resulta incuestionable la excelente labor que desempeña Paco Ventura, un guitarrista  al que quizás nunca se le ha prestado la atención que se merecía, pero que ha demostrado con su trabajo, tanto con Medina como en  sus discos en solitario, poseer  unas excelentes cualidades técnicas y un  alto nivel compositivo. Una buena muestra de su virtuosismo y  su elegancia   quedó plasmado en el brillante solo que se marcó durante el clásico “Favorita De Un Sultán”.

A medida que fue avanzando la descarga de los cordobeses fueron muchos los que acabaron acercándose al escenario, sin duda atraídos por el buen ambiente y por la invitación a cantar que la banda nos proponía con temas como el clásico “Niños”. Tampoco faltaron esas letras cargadas de sentimiento y sutileza que siempre han caracterizado a los andaluces, y que estuvieron representadas por piezas como “No Quiero Pensar En Ese Amor” o la inigualable “El Lago”.

Como no podía ser de otra forma  los momentos más vibrantes y mágicos de su actuación se vivieron durante la recta final de su  show, con la banda atacando los contagiosos estribillos de ese adictivo “Velocidad”, con Martínez animando al máximo al respetable. Mientras que para rematar su escasa hora de show,  los cordobeses optaron por una dupla extraída de su fantástico “Sin Tiempo” de 1992, el meloso “Necesito Respirar”, y su versión de Modulos “Todo Tiene Su Fin”, que sería la encargada de cerrar su actuación ante la estruendosa ovación de una audiencia plenamente satisfecha.


BARON ROJO

Con el sol empezando a  declinar y ofreciéndonos una tregua que resultaría casi definitiva,  era el momento idóneo para volvernos a deleitar, una vez más, con la descarga de una de las formaciones más longevas y queridas de nuestro rock, Barón Rojo. Aunque los hermanos de Castro continúan haciendo oídos sordos a las peticiones de muchos de sus seguidores, la actual encarnación de la banda, con Gorka Alegre y Rafa Díaz, sigue en la carretera y continúa manteniendo el nombre y el legado de una de las bandas más míticas de la historia de nuestro rock. Muchos fueron los que aprovecharon su actuación en este Rock Fest para reencontrarse con los Barones  después de haber asistido a sus conciertos de reunión y tras haber “hecho pellas” en su última visita en la Sala Bóveda de la Capital Catalana.

Como no podía ser de otra forma su actuación fue toda una ceremonia roquera amenizada por clásicos intemporales como “Satánico Plan” o “Incomunicación”, que serían las encargadas de dar el pistoletazo de salida poniendo a todo el mundo a cantar,  demostrando que sus temas siguen siendo auténticos himnos para los roqueros de este país. Aunque la voz de Carlos ya no suena ni tan limpia ni tan potente como antaño, el veterano vocalista atacó con bastante solvencia piezas como “Las Flores Del Mal”, mientras su hermano, Armando, se erigía como líder absoluto de la banda, mostrándose hiperactivo, llenando todo el escenario con su presencia  y tirando de carisma a la hora de enganchar a un público que se mostró de lo más  entusiasta y participativo.

Algo más tibia fue la respuesta que recabó el rescatado “Seguimos Vivos”, que Armando presentó como una declaración de intenciones. Acto seguido, sería el propio Armando el encargado de hacerse cargo de las voces de “El Presidente”, una composición rescatada  de su primer trabajo que nos servía para ratificar que después de más de treinta años poco ha cambiado la situación política de nuestro país.

Aunque el repertorio de esta tarde estuvo sustentado sobre las canciones que se han convertido en piedras angulares de su dilatada carrera, no faltó un pequeño recuerdo hacia su más reciente trabajo “Tommy Barón”, de manos de “El Rey Del Pinball”, que se acabaría convirtiendo en el preámbulo perfecto para el mítico “Larga Vida Al Rock n´Roll”, en la que la banda nos ofreció esos clásicos  y característicos movimientos sincronizados, con Carlos, Armando y Gorka moviendo al unísono sus instrumentos. Seguramente habría quien echaría en falta tal o cual canción del repertorio clásico de la banda, pero evidentemente el formato reducido de su actuación obligada a dejar fuera alguno de sus grandes himnos. Pese a ello, volvieron a sonar, una vez más, para alegría de un público muy entregado, temas como “Hermano del Rock & Roll”,  o una extensa y alargada versión del tema que abría su debut de 1981 “Con Botas Sucias”.

La encargada de poner el punto emotivo a su descarga fue “Concierto Para Ellos”, que continua emocionando y poniendo los pelos de punta con su sentido homenaje a los mártires del rock. Continuando con los homenajes, tampoco podía faltar la mítica composición que Armando  dedicó a su guitarra en  “Cuerdas De Acero”. Mientras que la elegida para poner el broche final a su show sería “Los Rockeros Van Al Infierno”, con todos los presentes coreando intensamente el estribillo mientras  el aforo se convertía en un mar de puños clamando al cielo. En definitiva, aunque no fue la mejor descarga que he visto de Los Barones, los hermanos de Castro ratificaron que continúan siendo una apuesta segura de cara al directo. Sin duda con su actuación en Can Zam Barón Rojo volvieron a darse un baño de masas, reencontrándose nuevamente con algunos de sus fans más veteranos.




KREATOR


Tras haber sido testigos de la doble descarga de dos de las bandas más longevas y queridas de la escena nacional, el escenario se preparaba para recibir la visita de la formación más potente,- junto a nuestros Ktulu y Napalm Death-, de esta primera jornada del Rock Fest, los alemanes Kreator. Mucha expectación había  suscitado esta nueva visita  de Mille Petrozza y cía. Y en honor a la verdad, hay que decir que los alemanes dieron un concierto verdaderamente brutal. Quizás el único pero que se puede poner a su actuación fue que Petrozza se hizo querer demasiado, ya que paró el ritmo del show en un par de ocasiones para arengar al personal con unas charlas, a mi parecer, excesivamente largas. Pero en contrapartida el cuarteto de Essen presentó una cuidada puesta en escena, en la que no faltaron: un vistoso juego de luces, un enorme telón de fondo que reproducía la portada de su último trabajo y unos cañones que apuntaban al público y que  durante la actuación escupirían humo y confeti  dando más contundencia e intensidad a los momentos álgidos del show. En cuanto al sonido, que durante la tarde jugó alguna mala pasada a las primeras bandas, hay que remarcar que fue bastante bueno.


Con la introducción que abre su última referencia de estudio “Mars Mantra” quedaba inaugurada la descarga del cuarteto alemán, para rápidamente adentrarnos en una rotunda sesión de ese furibundo thrash metal de corte clásico que practican los alemanes y que nos hizo mover la cabeza frenéticamente al ritmo del poderoso “Phantom Antichrist”. Tras el primer impacto de la noche, y sin darnos apenas tiempo para recuperar el aliento, el segundo trallazo, también extraído de su último trabajo, fue “From Flood Into Fire”, que sería el escogido para que los cañones que apuntaban hacia el público escupieran esas intensas columnas de humo que harían  crecer la expectación de una audiencia totalmente entregada ante la exhibición de fuerza y actitud que estaban ofreciendo los germanos.

Si ya con esta arrolladora dupla de apertura Kreator lo tenían todo en su mano para triunfar, la euforia acabó desatándose entre sus fieles  cuando la banda empezó a recurrir a sus clásicos, rescatando para este tramo inicial del show la crudeza de un primerizo “Endless Pain”, para que el que Petrozza nos pidió un gran “mosh-pit”, o ese seminal pelotazo que es “Pleasure To Kill”, en el que la banda nos  ofreció sus mejores prestaciones pisando el acelerador al máximo. Aunque resulta obvio que el principal referente de la banda es su líder Mille Petrozza, quien a estas alturas se sabe una autentica institución dentro del metal europeo, lo cierto es que el resto de sus compañeros rayaron a un excelente nivel, especialmente el guitarrista finlandés Sami Yli-Sirniö quien se mostró como el complemento perfecto para Petrozza, haciendo un gran trabajo y sabiendo asumir su cuota de protagonismo.

De los temas más reciente de la banda me gustó especialmente la intensidad y la épica que transmitió “Hordes Of Chaos (A Necrologue For The Elite), con el público de las primeras filas dándolo absolutamente todo y convirtiendo la zona central  del escenario en un auténtico  campo de batalla, mientras la batería de “Ventor” destrozaba nuestras castigadas cervicales. Una nueva mirada sobre “Phantom Antichrist”, nos conduciría sobre los crujientes y explosivos cambios de ritmo de la fulgurante  “Death To The World”. De su etapa más oscura e irregular, de finales de los noventa, rescatarían un corrosivo “Phobia”, que fue recibida con mucha excitación por parte de una audiencia que coreó intensamente su estribillo.

Ante semejante derroche de velocidad, actitud y contundencia, el público no tuvo más remedio que rendirse y corear el nombre de la formación en un par de ocasiones, como sucedió durante la presentación de “Enemy Of God”, que serviría como preámbulo para la última pieza que tocaron de su más reciente entrega “Civilization Collapse”. Tras un pequeño impás, con el escenario sumido en la más absoluta oscuridad, “The Patriarch” dejaría paso a un brutal “Violen Revolution”, que nos dejaría la imagen de un enloquecido Petrozza ametrallándonos con su guitarra al más puro estilo Steve Harris.

Acto seguido, sería el propio vocalista el encargado de adueñarse del centro del escenario para empuñar una bandera con el nombre de la formación  durante la presentación de una de las piezas más clásicas y agresivas de su repertorio “Flag Of Hate”, que volvería a convertir la parte frontal del escenario en un verdadero infierno, con centenares de cuerpos danzando alocadamente y chocando entre si ante la cara de satisfacción de Petrozza y sus compinches. Tras presentarnos al resto de sus compañeros, y después de un pequeño amago del “Painkiller”  a cargo del incombustible “Ventor”, llegaba el momento de cerrar su devastadora actuación, y que mejor elección que uno de los cortes más rápidos e intensos de su carrera, el abrumador “Tormentor” que volvía a someternos a un intenso castigo para cerrar su actuación por todo lo alto.

En resumen, gran concierto de Kreator que demostraron el  por qué son una autentica institución  dentro de la escena thrash europea. Aunque he visto a la formación en diferentes ocasiones a lo largo de los últimos años, debo reconocer que me sorprendió muy gratamente el planteamiento que hicieron de su show, demostrando que no son únicamente una banda para degustar en salas, sino que tienen tablas y temas suficientes  para liderar un cartel como el de esta primera jornada del Rock Fest.


MOJINOS ESCOZIOS


Curiosamente tras la arrolladora descarga de los titanes alemanes Kreator, llegaba el momento de una de las actuaciones más subversivas y cachondas de esta primera jornada del Rock Fest, la de los Mojinos Escozios. Lo que empezó siendo una banda de versiones de clásicos del rock con las letras disparatadamente cambiadas, se ha acabado convirtiendo en una de las bandas más seguidas de nuestro país. Pese a que debo admitir que fui de los que me partía de risa cuando aparecieron sus tres primeros trabajos, actualmente me parece que su propuesta está totalmente caduca y obsoleta, ya que llevan bastante años repitiendo una fórmula que hace tiempo que dejo de sonar fresca y , hasta me atrevería a decir que, divertida.

Pese a ello no eran pocos los que resistieron hasta bien entrada la noche para seguir las desternillantes historias que explica ese personaje televisivo en que se ha convertido su carismático vocalista “El Sevilla”, quien a pesar de los años sigue manteniendo esa  chulería y ese desparpajo que le permite conectar con todos sus seguidores. Al igual que sucediera a finales de los noventa, no faltaron las alusiones cariñosas hacia la mujer y la madre del Zippy, ni las constantes alusiones despectivas hacia su batería “El Puto”.

Entre bromas, carcajadas y un jolgorio generalizado no faltaron algunas de sus piezas más destacadas como el irreverente “El Cura”, para el que volvieron a repetir la misma broma de siempre, la marchosa “Mucho Gay”, que hizo cantar al respetable convirtiéndose en uno de los momentos más impactantes de la noche, con la banda paseando orgullosa en escena sus discretos modelitos, o su particular versión de Status Quo rebautizada como “No Vale Pa Na”, que sirvió como sintonía para su despedida.

Han pasado casi veinte años desde que la banda editara su primer trabajo y parece que los Mojinos Escozios continúan  empeñados en ofrecernos lo mismo de siempre. Quizás fuera hora de que empezaran a plantearse nuevos objetivos, sino puede ser que cuando quieran reconducir su carrera,- si es que quieren-, no tengan público al que dirigirse.


OBUS

Hay formaciones dentro del panorama nacional que por su historia y su trayectoria merecen un lugar de privilegio dentro de la historia del rock de nuestro país. Nacidos durante la década de los ochenta, el exito de los madrileños Obús es el fruto del  trabajo duro  y de que creer en unas convicciones y unos ideales que la pareja formada por Paco Laguna y Fortu Sánchez ha mantenido inalterables durante los últimos treinta años. Aunque para muchos la mención del nombre de la mítica formación del foro puede sugerir "revival" y nostalgia, los madrileños demuestran en cada una de sus actuaciones que son puro y genuino  rock n´roll, ofreciendo unas descargas potentes, intensas y, sobretodo, altamente divertidas.

Pese a su edad, su vocalista Fortu Sánchez, es  uno de los mejores "front-man" que ha dado el hard rock en nuestro país,  no deja momento de animar en ningún momento, chulea y vacila e incluso provoca a un público rendido ante su talento y su desparpajo. Por si no fuera suficiente con el poder escénico de la banda, el cuarteto tiene a su disposición uno de los mejores colecciones de clásicos, con lo que resulta prácticamente imposible que los madrileños den un mal show.

Aunque, a estas horas y después de una maratoniana jornada de conciertos, el cansancio empezaba a hacer mella en muchos de los asistentes, bastaron tan solo los primeros  compases de ese socarrón "Corre Mamón", para que la banda convirtiera el recinto de Can Zam en una verdadera celebración roquera, con todo el mundo saltando mientras cantaba junto al carismático vocalista el pegadizo estribillo. Aunque durante todo el show se mantuvo en un discreto segundo plano, Paco Laguna volvió a demostrar que con su guitarra es todo “feeling” y pasión, dando contundencia y mordiente a piezas como el crujiente "Más Que un Dios", que nos sirvió para volver a echar una risas con  esos característicos andares llenos de  gracia y chulería de Fortu.

Tras habernos dado la bienvenida con un par de temas de su segunda etapa llegaba el momento de destapar el tarro de las esencias, adentrándonos en el material clásico de la banda. Así que la primera en hacer acto de presencia fue una coreadísima "Necesito Más", que fue introducida por las palmas del público y que acabaría dejando paso a otra gema de su discografía "El Que Más", que desató la locura total de la audiencia, mientras un Fortu poseído no dejaba de menear el pie de micro animando intensamente al desbocado personal. Como buenos hijos del rock n´roll y el heavy metal que son los madrileños, no faltó durante su show el emotivo recuerdo hacia uno de los vocalistas más grandes de todos los tiempos Ronnie James Dio, durante la emotiva presentación de "Juego de Sucio", que fue interpretada por el vocalista inmóvil encaramado sobre el bombo de la batería.

Con la banda habiendo  conseguido crear ese clima de comunión total con su público, tan propio de sus conciertos en salas, Fortu se despojaba de su chaqueta para seguir ofreciéndonos un exhaustivo repaso a los temas más representativos de su longeva carrera. Así que sin apenas tiempo para podernos reponer del impacto anterior le llegaba el turno a "Te Visitará La Muerte", que sin dilación alguna  dejaría paso o una composición mucho más reciente, pero igualmente efectiva, "Que Te Jodan", que se ha acabado convertido en todo un himno para los seguidores de los madrileños.

El retorno sobre sus composiciones más clásicas estaría protagonizado por ese celebradísimo "Dinero, Dinero", que volvió a hacer rugir con fuerza, una vez más, a todo el recinto del Parc de Can Zam, para acto seguido dejar paso a  el himno que la banda dedicó a la juerga y la diversión "Vamos Muy Bien", con el vocalista dando vueltas enloquecido sobre el escenario ante animando incansablemente a sus seguidores. Si hasta este momento la actuación de los madrileños había sido realmente excitante y frenética, fue durante la última pieza de la noche “Prepárate”, cuando Fortu, una vez más y como suele ser habitual, se perdió en un larguísimo monologo con el público, poblando el escenario de chicas que subían reclamadas por el vocalista. Aunque resulta hasta cierto punto gracioso el vacile de ese “Sube, Sube”, lo cierto es que acabó cortando un poco el ritmo rápido que hasta entonces había llevado el show, dejándonos a todos con un extraño regusto final. En cualquier caso y  pese a quien pese, Obús son una parte indispensable de nuestro hard rock,  y una vez más volvieron a demostrar con hechos porque siguen siendo los más chulos y los más heavys del lugar. ¡Y que sea por muchos años!


ESCENARIO ROCK TENT

Paralelamente al escenario principal había un segundo espacio en el que había un segundo escenario ROCK TENT. Por esta carpa a lo largo de todo el fin de semana fueron desfilando una multitud de bandas que dejaron buena muestra de su potencial y de su propuesta.

Los primeros en hacer acto de presencia para inaugurar este segundo espacio de festival fueron CRETINS, quien nos ofrecieron una refrescante sesión de clásicos de The Ramones que contaban con la particularidad de tener sus letras adaptadas al catalán. Así que fue cuanto menos curioso escuchar clásicos del punk como “Shenna Is A Punk Rocker”, o el inmortal “Blitzkrieg Bop”, cantados en catalán.

Aunque durante toda la tarde fueron desfilando por el escenario habilitado dentro de la carpa muchas formaciones, la mayoría de versiones, en este segundo escenario también tuvieron cabida algunas de las bandas más poderosas que descargaron en el festival. De modo que los siguientes en tomar las tablas fueron los veteranos KTULU. Liderados por su carismático e incombustible vocalista Willy la banda presentó a su nueva formación, ofreciéndonos un buen recorrido a lo largo de su dilatada carrera discográfica. Durante su hora de show, los de Bellviche entremezclaron temas como “Pura Vida” o “Vamos”, con algunas de sus piezas más conocidas publicadas a mediados de la década de los noventa “Deliriums Tremens” o “Justicia”, que puso a todo el mundo a saltar intensamente.

El clasicismo roquero se apoderaba del escenario de Rock Tent cuando tomaban las tablas los chicos de CASINO MONTREUX, para ofrecernos sus particulares versiones de una de las bandas más longevas y legendarias de la historia del rock, Deep Purple. Sin duda la de Casino Montreux fue de las actuaciones más seguidas de la noche, ya que la formación en los escasos treinta minutos que estuvo en escena nos ofreció unas suculentas pinceladas en forma de medley, un menú que incluyo fragmentos de piezas como “Fireball”, “Demon´s Eye” o “Blood Sucker”, entre otras. Mientras que el cierre, como no podía ser de otra forma, lo puso la legendaria “Smoke On The Water”.

Muchos eran los que tenían marcado en rojo en su programa del festival la actuación de los legendarios NAPALM DEATH, todo una institución dentro de la escena grindcore internacional, que sorpresivamente descargaba su poderosa propuesta en el segundo escenario del festival. El resultado fue que la carpa se desbordó para acoger la actuación de Shane Embury y compañía. Los británicos llevan muchos años en el negocio y saben perfectamente que buscan sus seguidores y, evidentemente, su trabajo es dárselo. De modo que el cuarteto nos ofreció una descarga realmente despampanante y arrolladora,  dejando totalmente fuera de sitio a quienes no les conocían. Fueron algo más de cincuenta minutos de show y redención,  pero en ese tiempo la banda tuvo tiempo de ofrecer todas sus diferentes facetas destripando sin ninguna clase de miramiento ni piedad trallazos como “Silence Is Deafening” “You Suffer”  o el crujiente “Breathe To Breathe”. Sin duda la actuación de los británicos fue uno de los momentos más salvajes de todo el fin de semana.

Al igual que sucediera en el escenario principal, una de las mayores virtudes de este Rock fest, fue la variedad estilística de las bandas participante. Así que después del metal quebrantahuesos de los británicos llegaba el turno de BOUNCE, la banda de tributo a Bon Jovi.  Magnifica impresión dejaron los chicos de Bounce con su respetuosa y devota interpretación de los clásicos de la banda New Jersey, sin duda un material super-conocido con el que consiguieron convertir la carpa en una auténtica fiesta. No faltaron en su repaso piezas de toda su discografía como “Born To Be My Babe”, “Living g On A prayer”, “It´s My Life” y en el tramo final un coreadísimo “Runaway”.

Los encargados de clausuras este segundo escenario Rock Tent fueron KISS OF DEATH. Pese a que los chicos le pusieron muchas ganas, lo cierto es que el cuarteto no tuvo su día, ya que no sonaron nada bien. Además su actuación fue bastante accidentada con algunos problemas técnicos e incluso la caída de “Paul Stanley” en mitad de “Shout It Out Loud”. Como digo una autentica lástima porque los chicos lo intentaron y le pusieron ganas, además de que reprodujeron la estética clásica de la banda, pero temas como “Love Gun”, “Firehouse”  o “Heavens Of Fire” no acabaron de cuajar entre una audiencia que quizás  estaba ya demasiado cansada.



Enlace a la cronica del Sabado 5 de julio


TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ







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