lunes, 6 de octubre de 2025

BE PROG! MY FRIEND-LA CARPA-POBLE ESPANYOL-BCN-26-SEP-2025


El último fin de semana del pasado mes de Septiembre, -coincidiendo con las fiestas patronales de la ciudad de Barcelona-, fue la fecha escogida para que se llevara a cabo esta nueva edición del renacido Be Prog! My Friend. Tras el indiscutible éxito de la pasada edición, el festival volvía a repetir emplazamiento, en “La Carpa” del Poble Espanyol , reivindicándose, un año más, como una cita ineludible para cualquier seguidor del rock progresivo en cualquiera de sus múltiples vertientes.

LAMPR3A

Pese a no ser la tarea de abrir un festival la más gratificante, alguien tiene que hacerla. Sin embargo, formar parte de una cita como el Be Prog! My Friend, es un honor para cualquier banda o músico que participe. Aunque todavía era muy pronto, las16 horas, y el sol caía a plomo sobre “La Carpa” del Poble Espanyol, una nutrida representación de hambrientos seguidores del género aguardaban impacientes a que Lampr3a, tomaran posiciones sobre el escenario y empezaran a hacer rugir sus instrumentos.


Tal vez para algunos el que su propuesta fuera totalmente instrumental representó un handicap importante. Sin embargo, los habituales del festival barcelonés suelen ser un público versado y conocedor de las bandas que participan. Así que el trío vasco no tuvo dificultades para conectar con un respetable que les acogió con entusiasmo y con los brazos abiertos mientras observaba prácticamente anonadado los constantes cambios de ritmo y ambientación que nos propusieron en temas como “MAGLA” y “KEMFERT”.

Durante su escueta descarga Lampr3a tuvieron ocasión de repasar prácticamente todo el contenido del único largo que han publicado hasta la fecha, “ESnSE”, con lo que no faltaron las diabluras sobre el mástil de su guitarrista de Borja Mintegiaga, haciendo gala de una técnica asombrosa. Pero si algo destacaría de la descarga del combo vasco fue el tándem rítmico que conformaron el batería Mikel Gómez, -una fuerza de la naturaleza que impulsó a la banda dotando a su sonido de una pegada aplastante-, y, por supuesto, de J.I. Izaguirre quien ofreció una auténtica clase magistral a la hora de atacar su “chapman stick” en temas como “EVOKE”, o la propia “ESnSE”.

En definitiva que el Be Prog! My Friend, arrancó esta edición de 2025 de la mejor forma posible con una banda diferente, virtuosa, y en la que se combinó la vanguardia progresiva con la rotunda pegada de unas composiciones potentes y de dinámica aplastante.


DRY RIVER

Tras el primer asalto de la tarde los encargados de recoger el testigo fueron Dry River. La fama de la formación castellonense ha crecido exponencialmente en los últimos años, hasta el punto de que sus fieles trascienden más allá de los seguidores del rock progresivo. Además sus apariciones en diferentes festivales les han servido para que su nombre sea cuanto menos familiar para cualquier seguidor del rock en nuestro país. A diferencia de lo que sucediera durante la descarga de Lampr3a, quienes apostaron más por el concepto sin conceder especial atención al nombre de las composiciones, en el caso Dry River resulta incuestionable que cada uno de sus temas posee una entidad propia. Además, los valencianos pueden colgarse la medalla de ser la única banda que cantó en castellano durante las dos jornadas festivaleras.


Con el escenario convenientemente engalanado con el telón que suele presidir todas sus descargas, -en el que aparece el nombre de la banda y su transcripción fonética-, Dry River nos brindaron un repertorio en el que compartieron protagonismo las composiciones del conceptual “2038” y “Cuarto Creciente”. Con un escenario en el que la batería estuvo posicionada a un lado y al otro los teclados, la banda tomaba posiciones acompañada de una introducción para acto seguido adentrarnos en “Culpable”. Sin duda si algo llama la atención de la heterogénea propuesta de Dry River es la forma en la que la banda sabe tomar elementos e influencias de diferentes estilos para hacerlos confluir en una propuesta que resulta cada vez más original y personal, tal y como dejaron plasmado en temas como “2º intento”, que servía para su frontman, Ángel Belinchón, diera buena cuenta de sus aptitudes vocales.

Pero no fue el vocalista el único miembro de la banda que destacó, y es que me gustó mucho el feeling y la intensidad que trasmitieron tanto Guillermo Guerrero  como Matías Orero en temas como la más potente, -y jaleada por unos incondicionales que se dejaron notar con fuerza-, “Camino”. Tampoco quisieron dejarse en el tintero las esencias más marchosas y netamente hard roqueras que desplegaron durante “Fundido A Negro”. Mientras que esas ambientaciones más rimbombantes, y que por momentos evocan a los musicales, llegarían de manos de “Perder El Norte”.

A medida que fue avanzando la descarga del combo valenciano pudimos apreciar como la banda ha conseguido granjearse el favor de una nutrida parroquia de incondicionales que dieron color al show a base de levantar el puño para corear algunas de sus letras, o moviendo los brazos de lado a lado para acompañar temas como el emotivo “Me Va A Faltar El Aire”. Para encarar la recta final del show Ángel se encargó de empuñar la guitarra acústica para acompañar algunos de los pasajes de “Peán”, que paradójicamente sonó de lo más cañera y próxima a tesituras metaleras.

Antes de despedirse definitivamente con “Capitán Veneno”, Ángel todavía tuvo ocasión de anunciar la voluntad de la banda de que la próxima vez que los veamos por aquí sea presentando temas nuevos, lo que recibió la aprobación en forma de cálida ovación del respetable. Una vez más, Dry River demostraron que actualmente son una de las bandas más interesantes y originales dentro del panorama nacional.


THRESHOLD

Mirando como finalmente quedó conformado el cartel de esta edición de 2025 del Be Prog! My Friend, he de reconocer que una de las bandas que más ganas tenía de ver eran Threshold. Ellos eran los elegidos para dar por inaugurado el capítulo dedicado a las bandas internacionales en esta primera jornada, y personalmente creo que hubieran merecido estar más arriba en el cartel, ya que la veterana formación británica no es precisamente de las que se deja caer por aquí cada año. Con el sol todavía calentado “La Carpa” del Poble Espanyol aparecía en escena el combo de Surrey, vestidos de riguroso negro para brindarnos una primera muestra de su particular sonido con “Slipstream”, dando argumentos a los más animados para que empezaran a moverse siguiendo su rotundo ritmo antes de adentrarnos en el vibrante intercambio que protagonizaron el teclista Richard West y el incombustible guitarrista Karl Groom.


Aunque los que conocemos a la banda sabemos que Glynn Morgan no es precisamente el alma de la fiesta, lo cierto es que en esta ocasión le vi un poco más animado, incluso se dirigió al público en varias ocasiones. Además, también se sumó a la parcela instrumental reforzando el sonido de la banda en temas como el emocional y vibrante “The Man Who Saw Through Time”, todo un alarde de elegancia y buen gusto que sirvió para que la banda recabara la cerrada ovación del público; o ese vibrante increscendo que lleva por título “Hall Of Echoes”, que estrenaron esta tarde/noche, y con el que hicieron subir el nivel de intensidad hasta límites insospechados.

Evidentemente los británicos, y muy especialmente Mr. Morgan con una interpretación cargada de teatralidad, no quisieron dejar pasar la ocasión para proponernos los intrigantes desarrollos contenidos en “Silenced”, que comandada por ese riff entrecortado servía para que la banda plasmara su faceta más potente y aguerrida. A lo largo de su presentación Threshold también tendrían ocasión de dejar constancia de su vertiente más experimental: fusionando contundencia, melodía y algunos elementos de corte electrónico durante una celebrada “Hollow”.

Cabe remarcar que la banda dejó completamente aparcado el material de lo que fueron sus primeras entregas de estudio, siendo el tema más antiguo que tocaron el uptempo “Falling Away”, que fue precedido de la presentación de Richard West, y que contó con el acompañamiento del respetable en su parte inicial. No tardaría en llegar un rotundo cambio de registro, ya que durante “Snowblind”, los riffs se tornaron más oscuros y pesados permitiendo, -junto a la monumental pegada de Johanne James, uno de los baterías más reconocidos dentro del rock progresivo-, que los británicos plasmasen la dualidad de su sonido: alternando pasajes luminosos y desarrollos más pesados y netamente metaleros.

Encarando la recta final del show la banda volvería a proponernos una nueva escala en el que hasta el momento ha sido su último largo, “Dividing Lines” (22), con la imperial y grandilocuente “King Of Nothing”, que acompañada de un vistoso juego de luces acabó convirtiéndose en uno de los momentos culminantes del show. Entre aplausos y vítores, de parte de unos seguidores que se dejaron notar con fuerza, Threshold arrancaban el que a la postre fue el último tema que interpretaron, el potente y rockero “Small Dark Lines”, tras el que se marcharon dejando unas magníficas sensaciones.


PERSEFONE

Lo bueno de un festival tan ecléctico y variado como es el Be Prog! My Friend, es que en una sola jornada te permite disfrutar de bandas que practican estilos muy diferentes entre si, y que únicamente tienen en común la calidad de sus respectivas propuestas. Así que tras deleitarnos con la soberbia descarga que nos brindaron Threshold tocaba cambiar radicalmente de registro, ya que de manos de Persefone llegaba el momento de adentrarnos de lleno en las sonoridades más contundentes, oscuras y extremas, hasta el punto de que no creo equivocarme al decir que precisamente fueron los andorranos los que se encargaron, -quizás junto a Lampr3a-, de representar la vena más netamente extrema en esta primera jornada.


Asiduos habituales de los escenarios barceloneses, tal y como ellos mismos se encargaron de comentar: “Barcelona es nuestra segunda casa”, Persefone contaron con la entrega y la complicidad de un público que se mostró absolutamente volcado con ellos. Otro detalle que indudablemente jugó a favor del combo de Andorra La Vella fue que su descarga fue la primera en la que, -ya con la noche bien entrada-, el juego de luces ayudó a potenciar su espectáculo. El sonido, -al igual que el del resto de bandas de la jornada-, fue absolutamente demoledor: nítido, potente y a un volumen atronador. Algo que sin duda resultó altamente satisfactorio para los que estamos acostumbrados a verles en escenarios más modestos.

Pese a ser seguidor de la banda desde hace prácticamente 15 años, un servidor todavía no había tenido ocasión de verles con Daniel R. Flys al frente. Así que tenía mucha curiosidad por ver como haría suyos los temas, y también por ver que tal se desenvolvía en su faceta como frontman. Y lo cierto es que cumplió con creces con mis expectativas, ya que le vi realmente integrado con el resto de sus compañeros, mostrándose agresivo y certero a la hora de atacar sus líneas vocales, amén de mostrarse como un frontman solvente y con personalidad: plantándose en algunos momentos en el filo del escenario para mirar desafiante al respetable.

En cuanto al resto de sus compañeros no hubo sorpresas, la banda se mostró tan sólida y convincente como de costumbre, sonando como un auténtico rodillo, dándonos argumentos para ejercitar rotundamente las cervicales desde que irrumpieron en escena para volarnos la cabeza con la dupla que conformaron la escueta “Sounds And Vessels” y “One World”, que servía para que la banda empezara a crear esas atmósferas opresivas y devastadoras mientas el personal empezaba a calentar motores de cara a lo que estaba por llegar cuando la banda pisó el acelerador al máximo. Precisamente fue durante los compases iniciales del show cuando Persefone se concentraron en el material de su último EP, “Lingua Ignota: Part I”. Así que durante estos compases iniciales no faltaron la alternancia de voces limpias y rotundos guturales al atacar piezas como “The Equable”, que nos dejaba con un fantástico alarde solista de Carlos Lozano.

El segundo bloque de lo que fue la descarga de Persefone estuvo centrado en las composiciones de “Aathma”, con lo que tocaba adentrarnos en esas estructuras más complejas, repletas de rotundos cambios de ritmo, que sirvieron para dar forma a temas como “Stillness Is Timeless”, que nos dejaba a Daniel recorriendo incansablemente el escenario mientras nos espetaba sus desquiciantes alaridos antes de que entraran en juego las aportaciones de “Iawr”, dando forma a esa bipolaridad sonora que se ha convertido en una de las señas de identidad de la banda. Las atmósferas se tornarían más densas y opresivas durante “Prison Skin”. Mientras que el momento de la ensoñación galáctica llegaría con los intrincados desarrollos contenidos en el instrumental “Cosmic Walkers”, mientras los arcos iluminados de la estructura de “La Carpa” creaban una ambientación de lo más bucólica. Como si de una bola de nieve se tratara la caña, la potencia y la intensidad irían poco a poco recuperando su lugar a lo largo de “Living Waves”.

Precedida de la presentación del que es uno de los indiscutibles pilares de la formación andorrana, el bajista Tony Mestre, arrancaba “Kusanagi”, combinando de forma magistral sus partes más enérgicas y agresivas con pasajes evocadores, en los que los teclados se encargaron de poner el contrapunto con su elegancia. Para el sprint final de su presentación Persefone se reservaron la despiadada voracidad metalera de “The Great Reality”, con Daniel invitando al personal a levantar los puños mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción; la escueta instrumental “Flying Sea Dragons”, que fue la antesala perfecta para ese ejercicio de contundencia y virtuosismo que lleva por título “Mind As Universe”.

Incontestables y absolutamente imparables. Persefone ofrecieron un show verdaderamente devastador, haciendo gala de la veteranía y las tablas de una formación que lleva prácticamente 25 años batallando por hacerse un hueco dentro de la escena internacional. Así que no creo equivocarme al decir que con su descarga de esta noche Persefone presentaron su firme candidatura a ser uno de los grandes triunfadores de esta edición del Be Prog! My Friend.


TESSERACT

Tras la impactante descarga de Persefone no lo iban a tener nada fácil Tesseract. Los andorranos habían dejado el listón muy alto, el ambiente bastante animado, y los ánimos del personal muy caldeados. Afortunadamente para el combo británico el fresco de la noche y el tiempo de espera entre bandas sirvió para que el personal consiguiera desconectar. En cualquier caso, el combo de Milton Keynes puede presumir, también, de ser unos ilustres veteranos dentro de la escena, ya que llevan prácticamente un cuarto de siglo en la “brecha”. Durante su extensa andadura su evolución ha sido constante, y eso les ha valido las críticas de algunos de sus primeros seguidores, aunque también les ha permitido llegar a otro tipo de público. Sea como fuera, Tesseract llegaban a esta edición del Be Prog! My Friend, con la responsabilidad de ser los que echarán el cierre a este primer día de festival.


En una jornada en la que la sobriedad escénica fue una constante, la formación británica fue la única que optó por un montaje escénico más complejo, aunque sin grandes alardes ni extravagancias. Colocaron unas pequeñas tarimas repartidas por todo el escenario, y varias columnas led’s que ayudaron a crear un ambiente de lo más intrigante y misterioso. Además, Tesseract contaron con la participación de dos vocalistas femeninas, - posicionadas una a cada lado del kit de batería transparente de Jay Postones-, que se encargaron de completar y, en algunos momentos, de dar la réplica a un Daniel Tompkins que se mostró muy sólido en su labor como vocalista, pero algo parco en palabras a la hora de ejercer como maestro de ceremonias.

A diferencia de la brutalidad que desplegaron Persefone, la descarga de Tesseract fue mucho más cerebral y medida, y por momentos diría que intimista, proponiéndonos un viaje lleno de alti-bajos, tanto instrumentales como emocionales. Uno a uno, los miembros de la banda fueron apareciendo en escena acompañados del caluroso aplauso del público siendo el último en aparece Daniel Tompkins, embutido en una larga gabardina, para introducirnos de forma delicada en “Cancealing Fate, Part I: Acceptance”. No tardarían las guitarras en empezar a dejarse notar con fuerza a base de unos riffs rotundos, pesados y rocosos que nos hacía agitar la cabeza mientras el vocalista lanzaba sus emotivos alaridos.

El nivel de intensidad poco a poco iría en aumento gracias a la rotunda pegada de “The Grey”, que cimentada sobre su poderosa sección rítmica fue el marco perfecto para dar cobertura a unos guitarrazos absolutamente devastadores. Recibidos como héroes que retornar a casa, Tesseract no tuvieron grandes dificultades para captar la atención de un público que parecía deseoso de imbuirse de lleno en las atmósferas densas y atenazantes que la banda creó al atacar temas como el bipolar “Natural Disaster”, que llegaba precedido de ese ruido blanco que sirvió como hilo conductor del show, y que se zanjó con el personal entonando su melodía siguiendo las indicaciones de Daniel. Una nueva incursión en “War Of Being”, serviría como excusa para poner a las primeras filas a botar durante los compases iniciales de “Echoes”, que con el escenario teñido de azul nos invitaba a bucear en la vertiente más netamente melódica de la banda.

Esa sonoridad más cruda, intensa y, en esencia, vanguardista sería la que marcó piezas como “Of Mind-Nocturne”, en la que volvería a ser clave la participación del público y de las dos vocalista que aportaron sus sibilinos cánticos para arropar a Daniel creando un marco casi hipnótico antes de encarar su despiadada recta final. Envuelto de un inquietante halo de oscuridad arribaba la desoladora “King”, que Daniel interpretó encapuchado antes de desaparecer junto a sus compañeros mientras las vocalistas seguían alargando la melodía del tema. Muchos fueron los momentos vibrantes que nos regaló el show del combo británico. Pero sin duda uno de los más emotivos e intensos llegó de manos de “Smile”. Las atmósferas bucólicas, sugerentes y más relajadas tendrían continuidad a lo largo de la escueta “The Arrow”, que daba carpetazo a una tripleta extraída de “Sonder”.

De las piezas que los británicos rescataron de su más reciente “War Of Being”, una de las que más gustaron fue “Legion”, combinando a la perfección momentos de introspección, con los teclados y la batería creando atmósfera, para dejar que posteriormente fuera Daniel quien imprimiera garra junto al respaldo de unas demoledoras guitarras. Los amantes del prog más puro, sin duda disfrutaron intensamente del laberíntico e intrincado “Tourniquet”. Mientras que la catarata de emociones iría en aumento durante la pieza que la banda eligió para poner el punto y seguido al show: “Juno”.

No tardarían mucho los músicos en regresar al escenario para poner el broche a su descarga, y a esta primera jornada del Be Prog! My Friend, con una de las piezas de su última entrega de estudio que mejor plasma la evolución que ha seguido su propuesta en los últimos años: “War Of Being”, creando una catarsis final que dejó al público aplaudiendomientras los músicos saludaban. Emotividad, potencia, intensidad y pasión. La descarga de Tesseract quizás no estuviera, a priori, entre las más apetecibles para un servidor. Sin embargo, lo que no se puede negar es que la banda dio un show absolutamente matador que creo no defraudó a sus incondicionales.

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